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Capítulo 58: El rey de los demonios (Parte VI)

Estaba monitoreando la condición de Giyuu después de todo el tratamiento que le administré, yo, Kocho Shinobu, me siento un poco más relajada al ver estable a Giyuu.

Logramos detener la hemorragia y estabilizar su cuerpo, pero lamentablemente para cuando Giyuu despierte, lo más probable es que necesite de ayuda por el resto de su vida.

Perder un ojo y un brazo no es nada sencillo, más de la mitad de las actividades que realizaba a diario ya no podrá hacerlas, o por lo menos ya no él solo.

- Giyuu...

Tomé su mano derecha entre las mías y no dejaba de observarlo. Si salimos vivos de esta, te prometo que siempre estaré a tu lado, aunque mis sentimientos no sean correspondidos por ti, yo siempre te estaré apoyando.

- M-mmm...

Esa... esa era un pequeño quejido de Kanao. Al escucharla giré levemente la cabeza y pude observar cómo mi pequeña hermana se estaba despertando.

- ¿Maestra?

Ella observó a mi dirección completamente sorprendida y sus ojos se abrieron de más al ver el estado en la que se encontraba Giyuu.

- Her-hermano Giyuu.

¿Hermano? ¿Desde cuándo Kanao lo llama hermano? Ella intentó incorporarse para acercarse a nosotros, pero la detuve.

- No te esfuerces Kanao, tu condición aun es delicada.

- ¿Qué sucedió? – Me pregunta.

- ¿No lo recuerdas? Recibiste un ataque directo al corazón y...

- Perdone maestra, pero no me refería a eso.

Ya entiendo, estaba preguntando por Giyuu.

- Giyuu terminó así por proteger a su hermana mayor.

- ¿Hermana mayor?

- Si Kanao, ¿No recuerdas todas las veces que te platicábamos de ella?

- Así que... – Kanao sonrió levemente mientras susurraba – Así que también lograste salvarla, eres grandioso Giyuu nii.

- ¿Eh?

¿Qué quiso decir Kanao con eso? Pero antes de poder preguntarle, ambas escuchamos como la puerta de la sala se abría y al mirar de quien se trataba, nos dimos cuenta de que era Tsutako quien estaba ingresando, pero algo que traía en manos me llamó la atención.

- Tsutako san, ¿Esa es la nichirin de Giyuu?

Tsutako solo asintió antes de acercarse a nosotros y sentarse al lado de Giyuu.

- Entonces, ¿Esa fue la razón por la que saliste de este lugar?

Nuevamente Tsutako asintió.

- Allá afuera es muy peligroso, ¿Qué hubiera pasado si te encontrabas con Muzan? Cielos Tsutako...

Estaba realmente molesta.

- ¡Sabes que ese demonio te anda buscando y tu saliste de tu escondiste para buscar una espada! ¡Eso fue arriesgado e irresponsable!

Tsutako volvió a asentir mientras me mostraba un rostro deprimido.

- Si algo te llegase a pasar, ¿Con qué cara miraría a Giyuu? ¿Cómo le diría que moriste estando bajo mi vigía? ¿Qué...?

- L-lo la-mento.

- ¡¿Lo lamentas?! ¡En serio ustedes dos son...!

- Maestra.

Pude sentir la mano de Kanao sobre mi hombro y al voltear hacia mi derecha, vi que Kanao se había levantado de su lugar para estar cerca de mí.

- Kanao, te dije que no te...

- ¿Qué hubieras hecho si Kanae nee san hubiese muerto ante la segunda luna superior?

- ¿Eh?

Esas palabras de Kanao me dejaron un poco descolocada.

- Yo... bueno...

- ¿Hubieras buscado venganza?

- ¡Por supuesto que sí! Pero no digas eso, ella no...

- ¿Y lo hubieras hecho sola? – Kanao me interrumpió

- Kanao, no creo que eso sea relevante en estos momentos.

- Yo creo que sí – Me responde – Hubieras buscado venganza y sin ayuda de nadie.

- No puedes estar segura de lo que hubiese hecho o no.

- Créeme, lo sé.

Porque siento que Kanao me esta como regañando o recriminando algo, su tono de voz, pero sobre todo su mirada, me dice que lo está haciendo.

- Estoy segura de que Tsutako nee san hizo lo que hizo por alguna razón de peso.

¿Tsutako nee san? Incluso la misma Tsutako se sorprendió al ser llamada de esa forma por Kanao, pero al final le sonrió y Kanao le devolvió la sonrisa.

Kanao, ¿Exactamente qué fue lo que te paso en ese sueño que tuviste?

- Me alegro mucho conocerla al fin, Tsutako nee san. Giyuu nii san me habló mucho de ti.

- I-igual men-te.

Al ver como el ambiente se relajó drásticamente, decidí dejar mi enfado por un lado y suspiré.

- Bueno, lo importante es que estas a salvo – Le dije a Tsutako – Ahora dime ¿Por qué saliste a buscar la nichirin de Giyuu?

- N-no lo sé.

- ¿Eh?

No pude evitar mostrar sorpresa ante su respuesta.

- Y-yo... al-alguien me d-dijo que la bus-buscara...

¿Qué alguien que? No entiendo que es lo que nos está tratando de decir Tsutako.

- Yo... y-yo siento l-las moles...

- Tsutako nee san, no siga hablando por favor.

De repente Kanao se había levantado para acercarse a Tsutako y tomarle el rostro con ambas manos.

- Veo que no le duele la mandíbula, me imagino que mi maestra le dio un analgésico.

Tsutako asintió.

- Entiendo, pero puedo sentir una pequeña luxación en la articulación temporomandibular derecha.

¿Eh?

- Una fractura o luxación mandibular generalmente sana bien después del tratamiento, sin embargo, se puede presentar una nueva luxación si no se trata con cuidado.

- ¿Kanao? – Le llamé, pero ella seguía con su explicación.

- Y las complicaciones pueden ser desde obstrucciones a las vías respiratorias, problemas con la alineación de los dientes, sangrado y hasta broncoaspiración de sangre o alimentos.

Después de explicarle a Tsutako de las consecuencias de una fractura en el hueso de la mandíbula, ella retiró gentilmente sus manos del rostro de Tsutako y le sonrió.

- Kanao – Le volví a llamar mientras me acercaba a ella.

- ¿Sí?

- ¿Desde cuándo eres una médica en toda la regla?

Y no es que desconfié o haga de menos a Kanao, ya que todo lo que le dijo a Tsutako es correcto, sin embargo, hasta hace poco, de todas las que hacemos diagnósticos médicos en la finca mariposa, Kanao era la que menos apta y capacitada estaba.

Ella era más del tipo físico, si la comparo conmigo en la esgrima y actividades físicas, ella me supera por mucho, pero en el ámbito médico, Kanao era una principiante si la comparo con nee san o conmigo.

Así que, ¿Desde cuándo Kanao...?

- Bueno – Kanao me responde – Digamos que tuve a una gran maestra y mucho tiempo para estudiar.

- ¿Eh? ¿Qué quieres decir con eso? – Le pregunté.

- Quizás... algún día...

Kanao susurraba y se decía a ella misma, aunque yo seguía con la duda, pero antes de poder continuar algo llamó nuestra atención, ya que las tres mirábamos incrédulas en una misma dirección.

Y eso que tenía toda nuestra atención y sorpresa no era más que...

. . .

- Respiración de la bestia. Décimo colmillo: Colmillos rotatorios.

Estaba viendo como Inosuke atacaba a Muzan con sus dos espadas en forma circular, yo, Kamado Tanjiro, no puedo dejar de comparar esos movimientos con esas máquinas llamadas ventiladores.

Mientras Inosuke atacaba por el frente, Zenitsu se acercaba por atrás de Muzan esquivando esos látigos y atacó la espalda de Muzan.

- ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué tienes que provocar tanto sufrimiento?!

Zenitsu estaba demasiado enojado, creo que es la primera vez que lo veo de esta manera. Cuando Muzan se giró para intentar atacar a mi amigo, Inosuke ya se le había acercado.

- Cuarto colmillo: Picada en trozos.

Inosuke estaba atacando por el aire de una manera muy caótica, no podía encontrar un patrón en ese ataque suyo. En cuanto aterrizó, este apunto a Muzan con una de sus espadas.

- ¡Voy a cortarte, a golpearte y no te perdonaré!

- *Ha* *ha*

Muzan se veía algo cansado.

- Ellos nos protegieron. La pierna del hombre del rosario, la sangre derramada, los cuerpos esparcidos por todos lados de los compañeros con quienes comía.

Inosuke...

- ¡Devuélvemelos! Las manos, los pies, sus vidas... ¡Regrésamelos!

Podía ver como Inosuke apretaba con más fuerzas sus espadas.

- Y si eso es imposible...

Muzan apretó los dientes antes de atacar a Inosuke.

- ¡Entonces morirás un millón de veces como disculpa!

Insouske volvió a arremeter contra Muzan y Zenitsu, que estaba cerca de ellos, hizo lo mismo. Ambos estaban atacando lo más rápido que podían a Muzan, ya que, aunque Muzan sea más lento, si lo comparo cuando nos enfrentamos a él junto a Giyuu, sus ataques siguen siendo letales.

- Respiración del rayo. Primera postura: Destello del Relámpago - Velocidad Divina

Zenitsu logró cortar el brazo derecho de Muzan en menos de un segundo, su ataque fue tan veloz que no lo pude ver bien.

- N-nosotros también.

Mi hermana se había colocado a mi derecha y me dijo que nosotros también ataquemos al rey de los demonios.

- Si, andando Nezuko.

Nezuko solo asintió antes de lanzarnos al ataque. Los dos comenzamos a correr y al ver una pequeña apertura en la defensa de Muzan, decidí atacarlo.

- Danza del dios del fuego. Quinta Postura: Rueda de Fuego.

Al estar cerca de Muzan, di un salto para pasar por arriba de su cabeza y dar un giro en el aire para poder cortar su espalda. Al hacer eso, obligué a Muzan a dar un paso hacia adelante, cosa que aprovechó Nezuko para darle una patada descendente.

- ¡Gah!

El demonio recibió todo el golpe en la cabeza obligándolo a agacharse por un momento, en cuanto aterricé, de inmediato me giré sobre mi eje para volver a atacar.

- Danza del dios del fuego...

- Respiración de la bestia...

Inosuke se había aparecido por el flanco derecho de Muzan y también se preparaba para atacarlo.

- Séptima postura: Lanza de girasol.

- Segundo colmillo: Desgarrar y romper.

Ambos ataques dieron en el blanco, mientras yo lo atacaba con una poderosa estocada por la espada, Inosuke lo atacó con sus dos espadas formando una cruz por el cuerpo del demonio.

A pesar de que Muzan este debilitado, a pesar de que ya no se mueve tan rápido como antes, Muzan sigue siendo peligroso y no se ve que vaya a caer. ¿Acaso las posturas no son suficientes? ¿Acaso las respiraciones de los cazadores no lograrán derrotarlo?

Recuerdo un día, mientras entrenada en la finca de Rengoku, que su padre me llamó para explicarme el origen de las respiraciones, ese día me platicó de la respiración del sol, la única que pudo dañar a Muzan.

"Yo creo que esa danza que realizas es en realidad la respiración original"

Cuando el señor Rengoku me comentó eso, yo de inmediato lo negué diciéndole que solo era una tradición familiar, pero el señor Rengoku seguía creyendo en su deducción.

Después de eso me dijo los nombres de las doce posturas de la respiración del sol y me contó como con la décima tercera postura se logró hacerle un gran daño a Muzan.

Lamentablemente en los escritos de la familia Rengoku no había información de esa décimo tercera postura, ni siquiera su nombre. Recuerdo que, a partir de ese día, tanto Rengoku como su padre me entrenaban con las posturas de la danza del dios del fuego.

- Doceava postura: Vals flameante.

Nuevamente herí a Muzan en su pecho, al mirar hacia arriba, dos látigos del demonio ya se estaba acercando hacia mí, pero en ese momento Nezuko se había puesto por delante de mí y atrapó esos dos látigos en sus brazos.

- No lastimar... a mi hermano.

Nezuko se dio media vuelta aun con esos látigos en su poder y dio un paso al frente para encorvarse hacia adelante haciendo una especie de palanca. Al hacer eso, pude ver como Muzan pasaba por arriba de nosotros para estrellarse en el suelo a unos cuantos metros detrás de mí.

- ¡Bien hecho secuaz!

- ¡Nezuko chan!

Inosuke y Zenitsu se estaban acercando al cráter donde estaba Muzan para seguir con esta ofensiva. Nezuko también quiso seguir con el ataque porque me pasó por un lado. Al hacer eso reaccioné y también me giré para acompañar a mi hermana y a mis amigos.

- ¡NIÑATOS!

*Zuuu*

- ¡GAHH!

- ¡AHH!

¿Qué...? ¿Qué fue lo que nos golpeó?

Recuerdo que los cuatro estábamos corriendo hacia Muzan y de repente una especie de luz se apareció, ¿Acaso fue un choque eléctrico?

- Nnm...

Nezuko se estaba arrastrando hacia mí, dado que ella estaba por enfrente de mí, ella recibió más ese ataque que yo.

- Nii-san...

Creo entender lo que intenta decirme, lo más seguro es que me pida seguir peleando, pero...

- Pero ¿Cómo? ¿Cómo podremos derrotarlo sin la décima tercera postura? Yo...

- Nii san...

Cuando mi hermana estaba cerca de mí, ella me tomo de la mejilla con su mano derecha.

- Baila...

- ¿Eh? ¿Bailar?

- S-si... como padre.

¿Qué baile como papá? ¿Por qué Nezuko me pediría algo como eso en estos momentos? ¿De qué servirá que yo...?

"Hay algo que me llama la atención.

¿Uhm? ¿Qué sucede Rengoku san?

Es acerca del aliento solar y la décima tercera postura. Los nombres de las posturas me tienen intrigado"

Recuerdo... recuerdo que a partir de ese comentario he estado pensando mucho en los nombres de la postura de la danza. "Vals" y "Vals flameante" son estilos con nombres muy similares. Padre me dijo una vez que...

"Tanjiro, si aprendes a respirar adecuadamente, tú también podrás bailar para siempre"

Padre siempre bailaba hasta el amanecer, a pesar de estar enfermo, a pesar de estar cansado, él podía permanecer bailando por todo el tiempo.

Padre...

Si realizo las doce posturas consecutivamente y en sucesión, lo más probable es que pueda lograr hacer la décima tercera postura y de esa forma esquivaría los ataques de Muzan.

Ahora entiendo porque Nezuko me pedía que bailara como padre lo hacía, pero eso significa que Nezuko sabia de la décima tercera postura y del origen de la danza del dios del fuego.

- Nezuko ¿Acaso tú...?

- Baila... Nii san...

Al escuchar unos pasos a la distancia, dejé mis dudas a un lado y nuevamente me puse de pie.

- Kamado Tanjiro... se ve que tu no entiendes.

Yo ignoré las palabras de Muzan y comencé a llenar mis pulmones de aire. Yo no soy tan hábil como lo era padre, pero si puedo acercarme un poco a como era él, estoy seguro de que esto funcionará.

- Danza del dios del fuego...

- Insolente.

Me agaché justo a tiempo para evitar que uno de esos látigos me cortara la cabeza, mi mirada seguía enfocando al demonio y solo veía unos cuantos mechones de cabello caer por enfrente de mí.

- Primera postura: Vals.

Arremetí contra Muzan para darle un simple corte horizontal por todo su pecho. Muzan intentó contra atacar por lo que di un salto para quedar por arriba de su cabeza.

- Segunda postura: Cielo azul.

Ahora fue un ataque aéreo con un giro de casi 360 grados. Al aterrizar, me di cuenta de que Muzan me había atacado con su brazo derecho.

- Tercera postura: Espejo carmesí sofocante.

. . .

¿Qué significa esto? Este niñato se mueve igual a aquel hombre.

- Cuarta postura: Parhelio arcoíris.

¿Desapareció? Justo cuando le iba a reventar la cabeza, este niño se disipó en el aire como si fuera un espejismo.

- Quinta postura: Rueda de fuego.

Ahora sentí como mi espalda era cortada. Definitivamente este niño se mueve como él. ¿Por qué? ¿Acaso será descendiente suyo? Puede ser, ya que tiene los mismos aretes hanafuda de ese monstruo.

- Sexta postura: Sol abrasante.

Esto no puede ser posible, no puedo creer que exista alguien parecido a él.

- Séptima postura: Lanza de girasol.

No, no es igual. Puedo sentirlo en sus golpes, estos ataques no se comparan con lo de ese sujeto, es normal, no puede haber alguien igual a él...

No... si lo hay.

- Octava postura: Inmensa bruma llameante.

Por más que intento contrarrestar sus ataques, este niño se sigue moviendo más y más rápido.

- Novena postura: Puesta de sol.

¡Esto es ridículo! Incluso logró cortarme el cuello con ese último ataque.

- Décima postura: Luz brillante de gratitud.

Esto debe ser gracias a esa medicina, ¡Maldita seas Tamayo! ¡Te maldigo! ¡Maldigo el día en el que me traicionaste! ¡Maldigo a aquel que te libero de mi control!

. . .

- Onceaba postura: Halo solar del dragón.

Me movía lo más rápido que podía para esquivar todos los ataques de Muzan, sus tentáculos y sus brazos se movían en todas direcciones que hacían imposible esquivar si no fuera por mi olfato, el olor de Muzan acercándose me ayudaba a predecir de donde venían sus golpes.

- Doceava postura: Vals flameante.

Había terminado, la danza del dios del fuego había sido completada. Mis conjeturas eran las correctas, pude esquivar y atacar a Muzan casi al mismo tiempo, es como si esta danza se hubiese creado exclusivamente para derrotar a este demonio.

Ahora solo debo repetirlo, seguir bailando hasta que salga el sol.

- ¡Pequeño...! ¡Ugh!

De repente, Muzan comenzó a escupir sangre y unas marcas comenzaron a aparecer por todo su cuerpo. Estas marcas se asemejan mucho a marcas de corte de espada, creo... creo que son cicatrices.

- Pero qué...

Muzan se veía sorprendido de sí mismo, tal vez nunca pensó que esto le llegaría a pasar. Esto debe tratarse de un milagro, Muzan ya no puede ocultar sus heridas, claramente está más débil que antes.

Todos hicimos esto, todos logramos acorralar a Muzan hasta este punto que no puedo desperdiciar esta grandiosa oportunidad.

- Danza del dios del fuego...

- ¡Terminaré con esto ahora mismo!

Algo le estaba ocurriendo al cuerpo de Muzan, su brazo izquierdo comenzó como a inflarse y está hinchazón comenzaba a esparcirse por su cuerpo, no entiendo que es lo que está tramando.

- ¿Eh?

De repente, toda esa inflamación se redujo y volvió a la normalidad, él se miraba el cuerpo con los ojos bien abiertos, es como si no entendiera que había ocurrido.

- ¡No puedo dividirme!

Mientras Muzan seguía divagando, yo aproveché para acercarme y comenzar con la danza nuevamente, corría a toda velocidad con la fuerza que mis piernas me proporcionaban.

- ¡TAMAYO!

Muzan gritó al aire y una especie de barrera invisible me golpeó y me arrojó varios metros de distancia, sentí como si me hubiese estrellado contra una pared y luego esta pared me empujara.

Intenté levantarme nuevamente, pero mis brazos y mis piernas comenzaron a temblar.

- No... Yo no...

- ¡Desaparece maldito insecto!

Uno de los brazos de Muzan se curveó e iba dirigido hacia mí. Por más que intentaba moverme mi cuerpo no me respondía. Al ver que estaba a punto de ser asesinado, sentí impotencia más que miedo, no puedo creer que desperdicie la oportunidad que todos me dieron arriesgando sus vidas. Yo...

- Arte de sangre demoniaca. Olor de la ilusión sangrienta, sueño visual.

Un campo de flores nos rodeó de repente y pude sentir como alguien me tomaba por el brazo izquierdo y me jalaba hacia atrás. Después escuche como si algo se hubiese estrellado en el suelo y ese impacto comenzó a disipar el campo de flores.

Al levantar la mirada, me di cuenta de que la persona que me había salvado era Tamayo.

- Vaya Muzan, no sabes cuanto tiempo estuve esperando por este momento.

Tamayo sonreía de una manera un poco tenebrosa, es como si realmente disfrutara de ver el estado en el que se encuentra Muzan.

- ¡Maldita mujer! Eran tres efectos en tu maldita medicina, ¿Verdad? Convertirme en humano, envejecer y evitar la división celular.

- Lo siento, pero te equivocas.

- ¿Qué?

Tamayo levantó su mano y extendió cuatro de sus dedos.

- Eran cuatro sustancias en esa medicina. Después de que las tres te debilitaran, la cuarta comenzará a destruirte.

- ¿Eh?

- ¿Puedes sentirlo? La cosa que más odias está clamando por ti.

El rostro de Muzan se desfiguró por un momento.

- Así es, la muerte cada vez está más cerca.

- Tú... una inútil y débil...

Ahora Muzan se veía muy agitado, como si le faltara el aire.

- No necesito ser más fuerte que tú, solo debo hacerte más débil.

- *Rrrr*

Los dientes de Muzan estaban rechinando.

- Así como no sientes remordimiento por los demás, yo... no. Nosotros no lo sentiremos para matarte.

- ¡RAHHH!

Muzan lanzó un fuerte rugido que hizo que tanto Tamayo como yo nos tapáramos los oídos, después una especie de boca gigantesca apareció por todo su pecho y esta comenzó a succionar el aire a su alrededor.

*Zuuu*

La boca se volvió a abrir y todo lo que estaba por enfrente de Muzan comenzó a volar por los aires, trozos de madera, rocas y polvo se elevaban por los cielos. Cuando sentí que el viento se acercaba a nosotros no pude hacer otra cosa que cerrar los ojos.

- Respiración del agua. Onceaba postura: Calma.

Esa... esa voz...

La ráfaga que se dirigía a nosotros jamás nos alcanzó y al abrir los ojos pude ver la razón.

- ¿To...Tomioka san?

Tamayo estaba bastante sorprendida, tenía los ojos bien abiertos como no dando crédito a lo que estaba viendo. Por mi parte, no podía sentirme más feliz.

- ¡Giyuu san!

Le grite eufórico, podía sentir mis lagrimas salir de mis ojos y desplazarse por mis mejillas.

Giyuu se giró lentamente para verme de frente y ahí me di cuenta de la terrible condición en la que se encontraba mi hermano mayor. Su brazo izquierdo no estaba, su ojo izquierdo estaba cerrado y toda su ropa estaba manchada de sangre.

Al verlo de esa forma, intenté decirle que se fuera, que no podía estar aquí en ese estado, pero Giyuu me ganó la palabra.

- Hiciste bien aguantando hasta que llegué.

¿Gi...Giyuu?

- Yo me encargo del resto.

Yo... yo no podía responderle, había algo en Giyuu que me impedía articular palabra alguna, su aura, su presencia, pero, sobre todo, esa rara marca que tiene en el rostro.

. . .

- Y se fue.

Yoriichi y yo, Uta, guiamos a Giyuu hacia el gran lago que hay en este lugar, mientras nos dirigíamos hacia el lago, yo le platicaba de varias cosas. Le conté la historia de como Yoriichi y yo nos conocimos y como comenzamos a vivir juntos.

Le platiqué de nuestra pequeña boda y de cómo me hubiese encantado de que nuestro hijo no nacido fuera como él.

Giyuu casi no hablaba, solo me respondía con monosílabos o con algún gesto de sus manos o cabeza, pero lo que le dije sobre nuestro hijo era verdad, me hubiese encantado que...

- Uta.

De la nada, Yoriichi me llamó sacándome de mis pensamientos.

- ¿Sí?

- ¿Por qué no le contaste toda la verdad?

- Pero si lo hice. Si nuestro hijo hubiese nacido yo...

- No me refería a eso.

- ¿Eh? ¿Entonces?

Yoriichi dio un par de pasos para estar a la orilla del pequeño muelle que hay en el lago y miró hacia abajo.

- Por qué no le dijiste tu verdadero nombre.

- Yoriichi san...

Me acerqué a él para estar a su lado y mirar el agua del agua. Ahí en la calma agua de la superficie, se podía ver una imagen de Giyuu parado frente al rey de los demonios encarándolo.

- Creo que no pusiste atención en las presentaciones, Yoriichi san – Le dije – Me presenté como Tsugikuni Uta, ¿No?

- Creo que hubiese sido mejor que te hubieras presentado con tu nombre de familia.

Suspiré un poco.

- Le hubieras dicho que te llamabas Tomioka Uta.

Sonreí un poco al recordar cuando me llamaban de esa manera.

- Y también, de que fue gracias a ti que él tuvo esta segunda oportunidad.

- Sobre eso, ¿Qué le iba a decir? "Giyuu san, Giyuu san, sabes... recé y recé para que tuvieras una vida feliz y esa persona escuchó mis plegarias"

Se hizo un pequeño silencio.

- Creo que me hubiese tachado de loca.

- ... No lo creo.

Yoriichi seguía con la mirada hacia el lago.

- Bueno, de todas maneras, él ya se ha ido – Le hablé a mi esposo – ¿Lo vas a ayudar cómo la vez pasada?

Mi esposo giró levemente el rostro para asentirme y yo solo le sonreí.

- Quizás no pueda ayudarle tanto tiempo como aquella noche en la montaña, además, por su estado, no creo que pueda soportarlo.

- Solo necesita un poco de tiempo, creo que con eso será suficiente.

Yoriichi volvió a asentir antes de girarse y darme la espalda, después mi esposo se puso de cuclillas y con su mano derecha tocó la superficie del agua donde estaba la imagen de Giyuu.

- Estoy segura de que el descendiente de mi hermano podrá terminar con todo este sufrimiento... Giyuu, mi familiar.

Yo me acerqué a Yoriichi y coloqué mi mano en su espalda.

- Buena suerte.

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