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Capítulo 57: El rey de los demonios (Parte V)

Esta batalla cada vez se está intensificando más, yo Makomo, trataba de seguir el ritmo de mis compañeros, pero al ser la única que no tiene una marca de cazador, lo único que puedo hacer es servir como apoyo.

Todos estábamos atacando sin parar y sin darle un respiro a Muzan, no podemos dejar de hacerlo ya que este demonio es ridículamente poderoso, aunque hay algo que nos da cierta ventaja.

Tengo que admitir que, aunque sus ataques sean rápidos y peligrosos, me doy cuenta de que sus ataques son los de un novato, es como si solo atacara por puro instinto.

Es posible que Muzan nunca haya estado en la necesidad de aprender a pelear en toda su vida, creo que Muzan dejaba que sus demonios hicieran todo el trabajo sucio y él solo se dedicó a pasar desapercibido.

Si lo comparo con la cuarta luna superior, los ataques de Hantengu o, mejor dicho, Zohakuten, eran más pulidos. Incluso las estocadas de Aizetsu eran más precisas y se notaba la técnica que tenía con la lanza.

Pero Muzan... sus ataques son muy directos, incluso me atrevería a decir que son algo improvisados, aunque eso no le quita la letalidad de los mismo, un solo corte podría a llegar a ser fatal.

Sin embargo, lo más notorio que he detectado y parecer ser que Muzan no se ha dado cuenta, es que...

- ¡Cuidado Makomo!

La advertencia de Kanae hizo que volteara hacia mi derecha y me di cuenta de que uno de los látigos de Muzan se dirigían hacia mí. Bloqueé ese ataque con mi espada, pero por la fuerza con la que venía, me terminó por aventar hacia atrás.

Mientras volaba, me di cuenta de un pequeño rasguño en mi hombro izquierdo, quizás no pude bloquearlo del todo y la punta filosa del hueso logró cortarme.

Antes de siquiera poder reponerme en el aire, sentí como alguien me sujetaba y al voltear hacia atrás, me relajé un poco al saber quién me había atrapado.

- ¿Te encuentras bien?

Yo solo asentí ante la pregunta de Sabito y los dos aterrizamos suavemente. Antes de que Sabito me dijera algo más, los gritos de Shinazugawa nos hicieron mirar hacia el frente.

- ¡¿Qué ocurre malnacido, no qué muy poderoso?!

- Si que eres escandaloso – Le responde Muzan.

- ¡¿Y eso qué?! ¡Seguiré cortando, seguiré atacando hasta haberte derrotado!

Shinazugawa claramente atacaba con todas sus fuerzas, y no era el único.

- Respiración de la serpiente. Primera postura: Corte de serpiente retorcida.

Iguro estaba atacando a Muzan por su flanco derecho, el demonio logró contenerlo, pero dejo su otro flanco desprotegido, o eso parecía.

- Respiración del viento... ¡Arg!

Uno de los látigos de Muzan logró alcanzar a Shinazugawa y ahora mi compañero tiene un corte horizontal por todo su pecho. Shinazugawa se semi arrodilló y no se percató del segundo ataque por parte de Muzan.

- Respiración del sonido. Primera postura: Rugido.

El pilar del sonido, Uzui, había aparecido de la nada y terminó por cortar ese látigo que se dirigía hacia la cabeza de Shinazugawa.

- Deberías ser más extravagante y no permanecer en el suelo.

- ¡Calla!

Después de ese pequeño intercambio de palabras, Uzui se dirigió hacia Muzan para atacarlo, pero Shinazugawa seguía arrodillado, es como si no pudiera moverse más, además de que se ve que está teniendo dificultades para respirar.

Quizás él ya haya llegado a su límite, pero antes de poder hacer algo, me pareció ver un destello amarillo cruzar rápidamente por mi derecha.

- Respiración de la llama. Quinta postura: Tigre de fuego.

El pilar de la flama me había cruzado por un lado y rápidamente llegó hasta Muzan como si de verdad se tratara de un tigre de fuego.

El ataque de Rengoku logró alcanzar a Muzan, pero este pudo atrapar la espada de mi compañero a la altura de su pecho. Rengoku trataba de zafarse del agarre, y fue en ese momento en el que una bola de hierro golpeó la espalda de Muzan.

- ¡No dejen de atacar!

Himejima no solo había perforado gran parte del tronco torácico de Muzan, también liberó a Rengoku y este no desaprovecho la oportunidad que le dio el pilar de la roca.

- Segunda postura: Cielo en flamas ascendente.

Rengoku solo hizo un movimiento de muñeca para que su espada cambiara de dirección y ahora fuera de forma ascendente.

- ¡Maestro, por favor agáchese!

Mitsuri había aparecido por detrás de Rengoku y después de su advertencia, mi amiga atacó.

- Respiración del amor. Tercera postura: Lluvia de gatitos adorables.

La espada de Mitsuri tomo una forma de arco y paso justo por arriba de la cabeza de Rengoku, su espada flexible logró asestarle algunos cortes a Muzan, otros fueron repelidos por el demonio.

- ¡Bien ahora...!

Rengoku no pudo terminar de decir lo que sea que iba a decir, porque Muzan lo había pateado alejándolo de él.

- ¡Todos ustedes sí que son unos...!

- Respiración de la serpiente...

- ¿Qué?

- Quinta postura: Serpiente deslizante.

Iguro se había deslizado por debajo de Rengoku mientras este estaba por los aires y arremetió contra Muzan. Su espada logró cortarle por debajo de las rodillas de Muzan, obligándolo a caer.

- ¡Ahora!

Iguro le había dado una orden a alguien y ese alguien resultó ser Tokito que estaba por detrás del demonio.

- Respiración de la niebla. Segunda postura: Capas de neblina.

Tokito realizó diferentes golpes alrededor de Muzan y alcanzó a cortar algunos de los látigos del demonio.

- Andando Makomo – Sabito, que estaba a mi lado, me dijo.

- Uhm.

Hice un pequeño gesto afirmativo y los dos comenzamos a correr, al estar a una distancia cercana, ambos ejecutamos la misma postura.

- Respiración del agua. Decima postura: El dragón del Cambio.

Cada una de nuestras espadas logro cortar los hombros de Muzan, este se veía sorprendido y bastante enojado, lamentablemente mi espada solo le ocasionó un corte algo superficial, mientras que la de Sabito si le ocasionó un gran daño.

Cuando el demonio levantó la mirada para vernos directamente, este intentó atacarnos, pero Kanae había llegado para continuar con el ataque.

- Respiración de la flor. Cuarta postura: Hanagoromo Carmesí.

Un ataque curvo y horizontal logro cortar la cabeza de Muzan, como pudo, el demonio sujetó su cabeza para voltearse y mirar de fea forma a Kanae.

- Creí que mis ataques no te harían nada – Kanae se mofa de Muzan - ¿Puedes repetirme esas palabras otra vez?

- Mujer...

Antes de que Muzan pudiera decirle algo, este se calló de golpe al ver que todos lo estábamos rodeando y estábamos bastante cerca de él.

- ¡SUFICIENTE!

Muzan se cruzó de brazos y en un segundo los expandió hacia su costado y fue cuando de todo su cuerpo salieron huesos de todo tipo y con un gran filo logrando herirnos a todos al mismo tiempo.

Muchos de nosotros fuimos obligados a retroceder, todos caímos al suelo y nos costaba trabajo levantarnos.

- *Ha* *Ha*

Muzan estaba jadeando, por primera vez durante toda la noche lo veo algo agotado. Tenemos que seguir presionando, no podemos dejar que esta grandiosa oportunidad se nos escape de nuestras manos.

- *Caw* ¡Faltan treinta minutos para el amanecer! No se... ¡Gah!

Muzan acababa de asesinar a un cuervo Kasugai y tomó el talismán de Yushiro con su mano derecha.

- Así que esto era.

Muzan miro con odio hacia el talismán y al cerrar su puño el papel terminó por destruirse, es como si le hubiese pasado una corriente eléctrica.

. . .

Tenía que seguir dando indicaciones y estar al pendiente del tiempo, en cualquier momento el sol saldrá y si logramos retener a Muzan en ese lugar, eso significaría nuestra victoria.

Así que yo, Ubuyashiki Kiriya, les estaba diciendo a nuestros valientes niños el tiempo estimado para que el amanecer aparezca, pero justo en ese momento Muzan había asesinado a nuestro cuervo y ya no pude transmitirles el mensaje completamente.

- ¡Rayos! Kuina, Kanata, envíen a otro cuervo, pero que no se acerque demasiado a Muzan.

- ¡Si!

- Ahora solo falta decirles que...

<Así que esto era.>

Una voz siniestra se escuchó por detrás de mí, lo sentí tan cerca que juraría que el dueño de esa voz estaba justo a mi lado. Al mirar el rostro de mis hermanas, sus caras aterradas solo me confirman que ellas también escucharon esa voz.

- Ese era...

De repente, sentí como si alguien me estuviera observando, podía sentir la mirada de Muzan en mi nuca.

- ¡AHH!

Los cinco empezamos a gritar de dolor por que sentimos que como si un enorme choque eléctrico nos pasara por todo el cuerpo. Mis músculos se tensaban y contorsionaban, sentía que en cualquier momento me caería al suelo.

Hinaki sangraba por la nariz, Nichika se había caído, Kuina se sujetaba de la mesa como podía y Kanata estaba recostada sobre su mesa.

- ¡Oyakata sama!

La puerta se abrió de golpe y Shinjuro había entrado al escuchar nuestros gritos.

- ¡¿Se encuentran bien?!

Shinjuro nos estaba ayudando junto a otros Kakushis a levantarnos.

- Si, estamos bien.

Le dije eso antes de volver a sentarme en mi escritorio.

- Oyakata sama, debería descansar un poco.

- No puedo hacerlo Shinjuro, mientras los demás están luchando, yo también debo hacerlo.

Pude ver como mis hermanas me imitaron y volvieron a colocarse en sus lugares. Es lo menos que podemos hacer, si nuestros niños están arriesgando sus vidas, nosotros no podemos hacer menos que ellos.

. . .

- Makomo... ¿Te encuentras bien?

Sabito, que estaba a mi lado, me preguntaba por mi condición. Yo solo negué con la cabeza mientras intentaba levantarme sin mucho éxito que digamos.

Al levantar la mirada, pude observar cómo Muzan caminaba a paso lento hacia Shinazugawa, tal vez decidió terminarlo a él primero porque era el que más le insultaba.

- Con que solo quedan treinta minutos para el amanecer. Debo admitir que todos ustedes fueron una piedra en el zapato.

Del antebrazo de Muzan salió un hueso filoso y se preparaba para atacar a Shinazugawa. Yo seguía intentado levantarme y me di cuenta de que no era la única, todos mis amigos y compañeros también lo estaba intentando.

- Primero terminaré contigo.

Muzan ya se encontraba cerca de Shinazugawa y cuando el demonio iba a levantar su brazo, se escuchó un maullido por la zona.

*Miau*

De repente, el gato tricolor de Tamayo apareció y en su lomo tenía una caja, de esta salieron varias jeringas disparadas por varios lados. Una de las jeringas me dio en el muslo y de repente sentí como si las fuerzas volvieran a mí.

- Esto es...

Pude escuchar el susurro de Kanae que tenía una jeringa enterrada en su hombro derecho y la vi sonreír.

- ... Gracias, Tamayo sensei.

Los pilares, Sabito y yo nos comenzamos a levantar, tal parece que esas jeringas tenían una droga especial para darnos energías, o tal vez sea solo adrenalina, no lo sé con certeza, pero lo que sí sé es que ahora podemos continuar con la batalla.

- ¡Maldito felino!

- ¡Miau!

El desalmado de Muzan partió por la mitad al pobre gato y eso no pareció agradarle mucho a Mitsuri.

- ¡Oye! ¿Por qué atacaste a ese pobre gatito? ¡El infierno se quedará pequeño para ti!

Por increíble que pareciera, Mitsuri fue la primera en ir al ataque, de inmediato Iguro la siguió para, me imagino, protegerla.

- Respiración del amor. Quinta postura: Lazo ondulante - Uñas arruinadas.

Mitsuri tuvo que dar un salto para esquivar un ataque de Muzan y ya en el aire aprovecho para lanzar su quinta postura. Este ataque logró rodear a Muzan lastimándolo en varias partes al mismo tiempo.

- Respiración de la serpiente. Cuarta postura: Cabezas de serpientes gemelas.

Iguro había aprovechado la oportunidad creada por Mitsuri para realizar dos golpes casi simultáneos. Cuando Muzan intentó contra atacar, se vio detenido por un golpe ascendente por parte de Rengoku.

- Respiración de la llama. Segunda Postura: Cielo en Flamas Ascendente.

Y Rengoku no era el único en atacar, pude ver a Tokito y Shinazugawa que se acercaban por el flanco derecho de Muzan, por detrás del demonio podía ver a Himejima y Uzui.

- Nosotros también debemos ir.

Kanae, que estaba ahora a mi izquierda, me dijo eso. Tanto Sabito como yo solo asentimos y los tres comenzamos a ir hacia donde nuestros compañeros están luchando.

Ya una vez cerca del demonio, Sabito y Kanae se separaron un poco de mi para tener cierto espacio y realizar su ofensiva.

- Respiración del agua...

- Respiración de la flor...

En cuanto ambos estaban cerca de Muzan lanzaron sus ataques al mismo tiempo.

- Segunda postura: Rueda de Agua.

- Cuarta postura: Hanagoromo Carmesí.

Los dos ataques dieron en el blanco e hicieron retroceder un poco al demonio, pero lo colocaron lo suficiente para que Uzui terminara con esta ofensiva.

- Primera postura: Rugido.

De la espalda de Muzan salieron volando dos látigos al aire después de que Uzui hiciera su ataque doble descendente.

- ¡Gah!

Realmente se ve a Muzan sufrir, tenemos que seguir con este ritmo y pronto lograremos nuestro objetivo, retenerlo aquí hasta que el sol aparezca.

- ¡Malditas escorias!

Muzan intentó atacar a Kanae que estaba cerca de él, por lo que me moví lo más deprisa que pude y me paré por enfrente de Kanae.

"Calma"

- Segunda postura: Sombra honorable de la ciruela.

Entre las dos pudimos desviar la ofensiva de Muzan y al hacerlo él nos miraba de forma irritante.

- ¡Ustedes...!

- Segunda postura: Rotura de la superficie celestial.

Muzan no pudo reaccionar a tiempo y su cuerpo, además de desestabilizarse, sufrió un gran daño. Este dio un giro de 360 grados, solo para ver como Shinzaugawa y Tokito ya estaban cerca de él.

- ¡Muéranse!

Un ataque horizontal del brazo derecho de Muzan salió hacia mis compañeros, ambos lograron esquivarlo a tiempo de distintas formas. Tokito solo saltó por arriba del brazo mientras que Shinazugawa se deslizó por abajo como si se hubiese barrido.

- Respiración de la niebla. Sexta postura: Niebla luz de luna.

- Respiración del viento. Sexta postura: Tormenta de humo negro.

Ambos ataques dieron en el blanco, Muzan no pudo reaccionar a tiempo y eso lo sorprendió, ya que su rostro lo delataba.

- Esto no tiene sentido, por más que caen se siguen levantando, y lo peor es que cuando se levantan se hacen más rápidos.

Muzan estaba hablando para sí mismo, pero hay algo erróneo en su conversación.

- Y desde que ese gato... No, es desde antes...

Mientras todos seguíamos atacando, Muzan al fin se estaba dando cuenta de algo, y creo saber a la conclusión a la que llegará.

- Desde antes de esa medicina, ustedes ya se volvían más rápido, pero es no puede ser... A menos que...

En eso nuestras miradas se cruzaron y yo solo le sonreí altaneramente.

- A menos que sea yo el que se hizo más lento.

- Al fin te diste cuenta – Himejima le habló – Desde hace tiempo tus ataques se hacían cada vez más lento.

- ¡Oi desgraciado! – Shinazugawa le llamaba la atención – ¿No me digas que ya te cansaste?

- Unos simples humanos no pueden...

De repente Muzan se quedó callado cuando él se le quedó mirando a Kanae. Fue entonces que su expresión cambio por uno de odio absoluto.

- ¡TAMAYO!

- Ara ara, finalmente lo dedujiste – Kanae le responde – Tamayo sensei me había dicho que tenías cinco cerebros, pero veo que te tomó tu tiempo, ¿Acaso no eres tan inteligente como creías?

Muzan agachó su mirada para observarse el cuerpo, después desvió el rostro hacia una casa donde se estaba observando en un espejo roto.

- La medicina...

- ¡Exacto! – Kanae le afirma sus sospechas.

- Esa droga, no solo tenía el poder de convertir a los demonios en humanos, ¿Verdad?

- Así es – Kanae le mira desafiante – También tiene el efecto de acelerar el envejecimiento.

Yo me sorprendí al escuchar eso, y no fui la única.

- Por cada minuto que pasa se envejece 50 años.

Ahora el rostro de Muzan demostraba lo sorprendido que estaba.

- Haz cuentas Muzan – Le dice Kanae – Han pasado 5 horas desde que atacaste esta aldea y recibiste la droga de Tamayo sensei, ¿Cuántos años habrá pasado?

Mmm, no soy muy buena en matemáticas, pero creo que alrededor de 15,000 años.

- ¿Puedes sentirlo? Como la muerte te está reclamando.

Kanae nuevamente se burló de Muzan y este finalmente se desesperó.

- ¡MALDITOS HUMANOS!

Muzan levantó una gran nube de polvo al levantar la tierra que estaba cerca de él, al levantar la mirada me di cuenta de que también grandes pedazos de rocas se elevaron por los cielos y estos estaban cayendo hacia nosotros.

- ¡No huyas cobarde!

El grito de Shinazugawa me hizo bajar la mirada solo para ver como Muzan estaba tratando de huir.

- ¡No dejen que escape!

Himejima nos dio esa orden y todos comenzamos a perseguirlo, pero debíamos tener cuidado de no ser aplastados por las rocas que caían con fuerza. Mientras todos corríamos hacia el demonio, Mitsuri se acercó a Uzui.

- ¡Uzui san, aviéntame!

- ¿Eh?... ¡Bien! ¡Será un lanzamiento extravagante!

Uzui se detuvo de golpe y juntó sus manos para colocarlas por debajo de su cintura, después de eso, Mitsuri de un pequeño salto colocando su pie derecho sobre las manos de Uzui y este la aventó fuertemente hacia adelante.

- ¡Cuando una mujer está hablando! – Gritó desde el aire Mitsuri – ¡Un hombre debe escucharla con atención!

Al estar por encima de Muzan, Mitsuri lo atacó cortándole las piernas.

- Respiración del amor. Sexta postura: Brisa amorosa de patas de gatito.

Muzan al caer al suelo, levantó el rostro para mirar con odio como mi amiga aterrizaba por delante de él.

- ¡Tch!

Ahora Muzan estaba rechinando los dientes al ver como todos lo comenzamos a rodear para evitar que escape.

- Ni creas que podrás escapar de tu castigo.

Himejima había dado un paso hacia el frente mientras que Kanae se colocaba a mi derecha.

- ¡Acabaremos contigo, perra!

Al escuchar ese insulto de parte de Shinazugawa, varios pilares se fueron al ataque, mientras que Muzan seguía rechinando los dientes hasta el punto de romper uno por la presión que ejercía.

- ¡USTEDES SON LOS QUE MORIRAN!

*Fuuu*

¿Qué...? ¿Qué es ese sonido? ¿Viento? ¿Ese es el sonido del viento?

De repente, el suelo se partió, el polvo que se había levantado por la caída de Muzan se esfumo y, por increíble que pareciera, el cuerpo de Himejima venia volando hacia nosotras a una gran velocidad.

Lo último que vi fue como la espalda de Himejima se hacía más y más grande hasta que finalmente chocó con nosotras y los tres salimos expulsados hacia atrás.

Durante unos instantes todo se volvió negro y en silencio, no se escuchaba nada. Poco a poco mi visión retornaba, primero veía borroso, pero al poco tiempo se aclaró todo, y lo que pude ver me dejo impactada.

Por enfrente de mi estaba Himejima tirado sin su pierna izquierda, a mi derecha estaba Kanae desmayada con un golpe en la cabeza, ya que la sangre escurría por su frente.

También pude ver lo que parecía ser los pies de Shiunazugawa sobresaliendo de un gran agujero que hizo al atravesar una pared de una casa. Iguro y Mitusri estaban también en el suelo y había mucha sangre a su alrededor.

Uzui estaba recargado en una barda mientras la sangre salía por varios cortes que tenía, Tokito no estaba tan lejos de él, pero su brazo izquierdo ya no estaba por ningún lado.

A los últimos que pude encontrar fueron a Rengoku y a Sabito, el pilar de la llama parecía incrustado en las paredes de una casa mientras que la sangre salía de su cuerpo. Por último, Sabito estaba tirado en el suelo dándome la espalda y yo me espante al ver como estaba rodeado de su propia sangre.

Esto... esto es demasiado...

Al mirar hacia el frente, vi como Muzan respiraba agitadamente, pero se estaba incorporando y comenzó a caminar para alejarse del lugar.

No puedo dejar que huya... No puedo dejar que escape... Debo levantarme, tengo que seguirlo... Debo moverme, debo matarlo. Pero no puedo hacerlo, mis piernas, mi cuerpo no me responden.

Al darme cuenta de a donde se dirigía Muzan, me horroricé. Este demonio estaba caminando hacia donde se encontraba Tsutako nee sama y yo no puedo hacer nada por detenerlo.

Por favor... por favor que alguien lo detenga...

Sentía como mis lagrimas salían de mis ojos por la impotencia, por más que quería levantarme, por más que quería moverme, no puedo hacerlo, y lo peor, es que ese demonio va en camino a atacar a mi hermana mayor.

- P-por... fa-vor...

Alguien... quien sea...

¡Por favor!

- Danza del dios de fuego. Séptima Postura: Lanza de Girasol

Y si como si los dioses hubiesen escuchado mis plegarias, Tanjiro apareció de repente dándole una estocada en el pecho Muzan haciéndolo retroceder. Yo estaba estática con los ojos bien abiertos y sin dejar de llorar, no sé porque, pero me pareció ver a Giyuu detrás de Tanjiro.

- ¡Tú!

Muzan estaba furioso, pero antes de siquiera prepararse para atacar, dos personas más aparecieron por sus flancos.

- Respiración del rayo. Primera postura: Destello del relámpago.

- Respiración de la bestia. Segundo colmillo: Desgarrar y romper.

Zenitsu e Inosuke habían aparecido y los dos lograron detener a Muzan, por alguna razón sus espadas tenían un color carmesí, lo que me hacia preguntarme si ellos lograron despertar la marca de cazadoer, sin embargo, por el momento eso no importa, lo que importa es que con esas espadas y por lo debilitado que está Muzan, ellos lograron dañarlo.

- No... escaparas.

Esa era Nezuko y al terminar de hablar se colocó al lado de su hermano. En ese instante me di cuenta de que de sus manos salía sangre, ¿Acaso se habrá cortado en algún lado antes de llegar aquí?

- ¿Ustedes, siguen vivos?

. . .

Esta mujer de nombre Uta me había traído a una pequeña cabaña en medio del bosque, yo Tomioka Giyuu, estaba sentado frente del que debe ser el esposo de Uta. Ella nos dijo que habláramos todo lo que quisiéramos en lo que ella preparaba el té, pero ninguno de los dos decíamos palabra alguna.

Esta persona es demasiada callada, además de que es delgado. Lleva un haori rojo con interior blanco junto con un kimono masculino color caqui, con dos prendas interiores de color blanco y negro y un hakama del mismo color.

Él solo me ha estado observando, sus ojos solo miran directamente a los míos. Su semblante es relajada y tranquila, pero por alguna razón siento una tremenda presión emanar de su cuerpo.

Siento que estoy ante un ser enorme, es como si estuviera frente a una montaña... No, es más que eso... es como si estuviese frente al mismo sol.

- Pff...

La risa ahogada de alguien nos hizo voltear a ambos al mismo tiempo en dirección a la puerta de la cocina, ahí estaba Uta con una charola en manos y aguantándose la risa.

- Lamento la demora.

Uta se sentó al lado de su esposo y a ambos nos dio nuestros respectivos vasos con té. Puedo darme cuenta de que es té verde y estaba en su punto por el vapor que salía de esta.

- Muchas gracias.

- No hay de que, Tomioka san.

Uta tomó un sorbo de su té mientras que su esposo la miraba curioso.

- ¿Uhm? ¿Qué sucede, Yoriichi san? – Uta le pregunta a su esposo.

- ¿Qué era lo gracioso?

- ¿Eh? ¡Ah, eso! Bueno, es que pff...

Uta comenzó a reírse mientras ambos la observábamos confundidos.

- Es que se parecen tanto que me dio risa – Nos responde.

- ¿Eh?

- Si bueno... Les dije a ambos que se pusieran cómodos y platicaran para ponerse al corriente, pero por más que los minutos pasaban, ustedes solo se veían a la cara en total silencio.

Este... bueno, es que no sabía cómo iniciar una conversación con él, ya que no lo conozco.

El ahora conocido como Yoriichi solo asintió antes de tomar su tasa de té y comenzar a beberlo. Mientras Yoriichi tomaba de su bebida, este cerró los ojos para poder disfrutar mejor el té.

Cuando iba a imitar la acción de Yoriichi, mis ojos se cruzaron con los de Uta y ella me sonrió.

- Y bien Tomioka san, dinos, ¿Cómo te ha tratado la vida?

- Este... bueno... yo...

- Es increíble por lo que has pasado ¿No? – Me dice Uta – Y también por todo lo que has hecho, mira que regresar en el tiempo, por así decirlo, y usar todo tu conocimiento previo para tratar de mejorar la vida de los demás.

- ¿Eh?... Si...

¡Esperen un momento!

- Tsugikuni san ¿Cómo supo que yo...?

- ¿Tsugikuni? Ah, te está hablando a ti cariño.

- No, creo que es a ti, Uta.

- ¿Eh? ¿A mí? ¡Ah!

Uta se cubrió el parte de su boca con su mano izquierda, pero solo siento que se está burlando de mí, porque alcanzo a ver una sonrisa detrás de su mano.

- ...Tsugikuni Uta san...

- Uta – Me interrumpe – Solo dime Uta.

- Está bien, Uta san, ¿Cómo supo que yo regresé a la época de mi niñez?

- Eso es sencillo, te hemos estado observando desde el principio.

- ¿Desde el principio? – Pregunté al no entender a que se refería.

- Si – Uta cerró sus ojos antes de proseguir – Desde que perdiste a tus padres, a tu hermana y a tu mejor amigo. Desde que te convertiste en pilar y le perdonaste la vida a la niña Kamado. Desde que te hiciste cargo de los menores y los cuidaste hasta tu último aliento.

En eso, Uta volvió a abrir los ojos y coloco sus codos por sobre la mesa para apoyar su barbilla en sus manos.

- Y por supuesto, desde que tuviste esta segunda vida.

Mientras estaba recargada sobre sus brazos, Uta me dedicó una tranquila sonrisa.

- Te he estado observando todo este tiempo, bueno... No todo el tiempo, jeje...

- ¿Qué quieres decir? – Le pregunté.

- ¿No es obvio? He respetado tu privacidad, cuando te bañabas he cerrado los ojos y volteado a otro lado.

Yo... yo no sé qué decirle.

- Soy una mujer casada y mi fidelidad esta con Yoriichi san, aunque debo confesar que la tentación me estaba venciendo, pero me repetía a mí misma "Soy mujer casada, soy mujer casada" Je je.

En serio, no sé qué decir.

- Pero de lo demás, lo sé todo, eh pillín...

Uta estiró su brazo derecho para pincharme el hombro izquierdo.

- Enamorar a dos jovencitas, ehh... Me saliste un rompecorazones y sin siquiera intentarlo, pero...

El último pinchazo fue un poco más duro.

- No responder al instante y hacerlas esperar no es nada agradable, no es de caballeros.

- Pero...

- Pero nada, a una mujer nunca se le hace esperar. Ellas han estado esperando para escuchar tu respuesta y tú te quedas callado con una cara seria y las dejas esperando.

- Pero yo...

Uta se enderezó para cruzarse de brazos y cerrar nuevamente los ojos.

- No, no, no... Estos jóvenes de ahora son muy indecisos.

Nuevamente me quede sin habla, yo quería responderle que ellas me dijeron que me darían tiempo para pensarlo y que ya tenía mi respuesta, pero ella no me dejaba hablar.

- Por favor, disculpe a mi esposa – Yoriichi me habla – A ella le gusta mucho hablar, y cuando hay algo de su interés, ella puede hablar desde la mañana hasta el anochecer.

- Entiendo.

Nuevamente se generó un silencio en la sala hasta que Uta comenzó a reírse.

- Pff... De verdad que se parecen, hasta podría decir que son padre e hijo.

- ¿Eh?

Ambos contestamos y la volteamos a ver al mismo tiempo, lo que ocasionó que Uta se riera más fuerte. Cuando Uta finalmente se calmó, aproveché la oportunidad para preguntarles algo.

- Entonces, si me han estado observando y me han traído hasta aquí, ¿Significa que quieren algo de mí?

- Bueno...

Uta inclinó un poco su cabeza mientras ponía su dedo índice cerca de su barbilla.

- ¿Quería preguntarte si fuiste feliz? ¿Qué si estabas satisfecho con lo que lograste en esta segunda vida?

- Si le soy sincero, si – Le respondí – Pude salvar a varias personas que anteriormente habían fallecido, ahora ellas podrán vivir felices.

- Mmm, es obvio que no lo sepas, ya que estuviste peleando desde el principio contra Muzan, pero varios cazadores han fallecido.

Yo me quedé helado al escuchar eso.

- Y el más reciente ha sido el amigo del hombre con cara de lunático y con cicatrices, ¿Cómo se llamaba?

Uta cerró los ojos para tratar de recordar el nombre, pero me puedo dar una idea de quien está hablando.

- ¿Te refieres a Shinazugawa?

- ¡Si! Y bueno lamentablemente su amigo murió hace poco.

Masachika...

- Y como van las cosas es posible que más de tus amigos perezcan, incluso tu hermana.

- ¡¿Qué?! ¡Eso no es posible! Yo...

Al escuchar eso apreté mis manos sobre la tela de mi traje de cazador.

- Giyuu – Uta me llamó por mi nombre – La razón por la que te trajimos aquí es porque queríamos saber tu respuesta.

- ¿Mi respuesta? – Pregunté.

- Si, veraz... Tu ya has hecho más que suficiente, te has ganado el derecho a descansar si así lo decides, pero eso significaría que tus amigos terminarán perdiendo la vida.

Yo miraba atentamente a Uta.

- Pero podrías regresar y terminar con lo que empezaste. Así que ¿Cuál es tu respuesta?

No había mucho en lo que pensar.

- Yo quiero que todos ellos sean felices. Quiero que tengan la vida pacifica que muchos no pudieron tener. Yo... yo quiero regresar.

Al decir eso Uta me sonrió y Yoriichi solo asintió.

- ¡Bien! Si esa es tu respuesta.

Uta y Yoriichi se levantaron de sus asientos y me mostraron una mirada suave, pero decidida.

- Entonces nosotros te ayudaremos.

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