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Capítulo 56: El rey de los demonios (Parte III)

Había logrado llegar a tiempo para proteger a Tsutako de ese monstruo llamado Kibutsuji Muzan, yo Kocho Kanae, jamás había odiado a alguien como lo odio a él.

- No permitiré que le hagas daño a Tsutako san.

Me había parado por enfrente de Tsutako y de reojo la pude ver, estaba cubierta de sangre, tierra, hollín y lodo, no puedo imaginarme por lo que tuvo que pasar para estar en esas condiciones. Además de que se ve que tiene lastimada la mandíbula.

Sin embargo, cuando vi el estado de Giyuu, sentía que mi alma se me escapaba del cuerpo. Giyuu se encuentra en un charco de su propia sangre, puedo darme cuenta de que ha perdido el brazo izquierdo y también su ojo.

Quería ir a su lado y atenderlo, quería ir a ayudarlo, pero sé que, si hago eso en estos momentos, solo haré que me maten. Por lo que, con todo el dolor de mi corazón, no puedo moverme de mi lugar.

Tiene algunas vendas cubriéndolo y un torniquete improvisado, al parecer Tsutako trato de darle los primeros auxilios, pero en estas circunstancias eso no servirá de mucho, Giyuu necesita un tratamiento completo urgentemente.

- ¿K-Kanae... s-san?

Tsutako me hablaba algo asombrada y entre cortado, creo que la tomé por sorpresa el haberme aparecido así de repente.

- Tsutako san, quisiera pedirte que...

De repente, sentí como si una ráfaga de viento viniera hacia mí, por lo que por puro instinto me agaché y pude ver como una masa de carne y hueso pasaba por encima de mi cabeza.

En cuanto estaba de cuclillas, utilicé mis piernas para darme fuerzas y golpear esa masa con mi espada mientras me ponía de pie. Al desviar esa masa de su trayectoria, vi como esta comenzó a retractarse hasta convertirse en el brazo derecho de Muzan.

- Sera mejor que te largues de aquí.

Al escuchar esa voz, al ver ese rostro sin sentimientos, me hizo recordar a mi discípula y la sangre comenzó a hervirme.

- Tú me quitaste algo muy importante para mí.

- ¿Te quite algo importante? Mujer, ni siquiera te conozco.

- Mi nombre es Kocho Kanae y haré que pagues por todo lo que has hecho.

Comencé a correr hacia ese demonio y vi como de su espalda, unas especies de tentáculos con garras de hueso se movían como serpiente, de repente dos de esas cosas se lanzaron en mi contra.

- Respiración de la flor. Segunda postura: Sombra honorable de la ciruela.

Comencé a girar mientras corría y así poder desviar ese ataque, sin embargo, por más fuerza que coloque en mis brazos, no logro cortar completamente esos tentáculos tan molestos.

A pesar de no ser capaz de cortarlos, yo seguía girando y moviéndome hacia adelante para estar cerca de Muzan, en cuanto logré acercarme lo suficiente, jalé una gran cantidad de aire desde mi boca.

- Sexta postura: Melocotón giratorio.

Utilicé los giros de antes y con un poco más de fuerza en mis piernas, utilicé todo mi cuerpo para este ataque, sin embargo, aunque mi espada logro tocar el torso del demonio, jamás logre cortarlo del todo, mi espada se quedó a la mitad.

- A pesar de que tú también tienes una marca de cazador, no eres capaz de hacerme nada. Eres solo una niña.

Después de que Muzan se burlara de mí, por mi flanco izquierdo alcancé a ver como unas garras iban directamente hacia mi cabeza, por muy poco logré agacharme, pero vi como unos mechones de mi cabello comenzaron a caer al suelo.

Sin embargo, a penas esos mechones tocaron el suelo, en mi campo de visión apareció la pierna derecha de Muzan y logró darme una patada en casi todo el cuerpo por el hecho de estar agachada.

- ¡Ah!

Esa patada me dolió, pero no debo darle más oportunidades a Muzan para que me remate con otro golpe, por lo que giré en el aire y coloqué mis manos en el suelo para impulsarme y dar otro giro para caer de pie.

En cuanto aterricé, para mi sorpresa tenia a Muzan a centímetros de mí, se movió tan rápido que no me dio tiempo de reaccionar.

- ¡Estorbas!

Muzan estaba a punto de atacarme con su brazo derecho, pero su avance se detuvo de golpe.

- ¡Eh?

Muzan observó hacia abajo de él y yo también lo hice, fue cuando vi una espada especial semi clavada en su pecho y una sonrisa de orgullo se mostró en mi rostro.

- ¡Lárgate de nuestras vidas, demonio!

Shinobu estaba por en medio de nosotros y ella fue la que detuvo el ataque que venía hacia mí.

- Respiración del insecto. Danza de la libélula - Ojo hexagonal compuesto

Varias estocadas de mi hermana golpearon en el pecho y tórax de Muzan, pero sin llegar a perforarlo, después mi hermana me hizo una seña con su mano izquierda y dio un salto hacia atrás.

Entendí perfectamente que quiere que yo continue con esta ofensiva por lo que me preparé de inmediato para atacarlo.

- Respiración de la flor. Quinta postura: Peonias de la Futilidad.

Giyuu me había confesado que esta postura le había servido de inspiración para crear la suya, ya que este es un ataque "elegante", como lo llamo él, que consta con nueve golpes consecutivos.

Al terminar con mi ofensiva, hice lo mismo que mi hermana y me hice hacia atrás para evitar cualquier contraataque de parte de Muzan, sin embargo, este solo se nos quedó mirando.

- Sus ataques ni siquiera me hicieron daño, ¿Y así pretenden detenerme?

Tiene razón, ni un solo rasguño se logra ver en el cuerpo de este demonio, su regeneración es absurda, además de que su piel debe ser la más dura de todos los demonios a los que me he enfrentado.

- Esos adornos...

Muzan nos miró más detalladamente y luego comenzó a reír.

- Ya lo entiendo, ustedes derrotaron a esa niña.

¿Esa niña? Así se dirige a mi discípula.

- Era muy tonta e ingenua, lo único que quería era ver de nuevo a su ejemplo a seguir, que estu...

- ¡Cierra la boca! – Le grité – No permitiré que te burles de ella.

- Ah, es verdad, se suponía que tú eras su maestra, dime ¿Sentiste satisfacción al cortarle el cuello?

La ira comenzó a subirse por mi cabeza y estuve a punto de lanzarme al ataque, pero sentí que alguien me sujetaba del hombro y me detuvo.

"Maestra"

Al voltear hacia atrás me di cuenta de que no había nadie, al principio creí que había sido Shinobu la que me detuvo, pero ella estaba en mi otro costado mirando con odio a Muzan.

Midori, fuiste tú ¿Verdad? Tú me detuviste para evitar caer en la provocación de Muzan. Si, estoy segura de que lo hiciste.

Gracias.

Comencé a respirar, tengo que calmarme y pensar mejor en la situación, así como nos enseñó Giyuu...

- ¿Qué sucede cazadora? ¿No que me ibas a mostrar quien eras por quitarte algo especial?

- Si serás...

Shinobu también estaba cayendo en la provocación de Muzan, por lo que me puse por delante de ella para detenerla.

- ¿Nee san?

- Shinobu, quiero pedirte un favor.

- ¿Eh? Si ¿Cuál?

- Quiero que vayas donde esta Giyuu y con ayuda de Tsutako san lo lleven hacia donde dejamos a Kanao.

- Pero...

- Ahí atiéndelo lo mejor que puedas, estoy segura de que viste el estado en el que esta.

- ... Si.

Sujeté mi espada con ambas manos y la coloqué por enfrente apuntando a Muzan.

- Te lo encargo.

Di un ligero paso hacia adelante para indicarle a Muzan de que iba a atacarlo, pero antes de hacerlo, alcancé a escuchar a mi hermanan respondiéndome.

- Bien, ten cuidado. Recuerda que aun debemos escuchar su respuesta.

- Si.

Con esas palabras sellamos nuestra promesa y ambas nos empezamos a distanciar, mi hermana iba hacia Giyuu y Tsutako mientras que yo me iba para atacar al rey de los demonios.

. . .

Me dirigía a toda velocidad hacia donde estaba Giyuu y Tsutako, yo Kocho Shinobu, tenía sentimientos encontrados.

Por un lado, quería regresar y apoyar a mi hermana en todo lo que pudiera, pero al ser incapaz de apuñalar e inyectarle el veneno a Muzan no sería de gran ayuda, y por el otro, estoy de acuerdo con ella al permitirme ir a ayudar a Giyuu, el estado en la que se encuentra es demasiado grave para dejarlo así.

Dioses, por favor, yo que nunca les he pedido nada quisiera pedirles dos deseos. Uno es que protejan a mi hermana y la otra es que no se lleven a Giyuu con ustedes. No soportaría verlo morir ni me puedo imaginar una vida sin él.

¡Por favor!

Detuve mi marcha al estar al lado de Tsutako, ella me miraba con los ojos rojos, producto de las lágrimas y del dolor, mientras yo analizaba su situación.

La parte de su quijada estaba un poco hinchada y roja. Su rostro, cabello y ropa estaban llenas de sangre, lodo y tierra. Claramente se ve que pasó por un momento terrible para terminar así.

- Tsutako san – Le hablé – Tenemos que sacarte de aquí, así que...

- N-no...

- ¿Tsutako?

Estaba un poco sorprendida de verla negarse a irse.

- N-no... me i-iré sin... Giyu-u...

Así que era eso, la verdad, no debería sorprenderme por qué se estaba negando, ya que si yo estuviera en su posición haría lo mismo.

- Entiendo, nos iremos juntas. Necesito que me ayudes a cargarlo.

- S...

Tsutako me iba a responder, pero con cuidado le tapé la boca.

- Y trata de no hablar más por favor, tienes tan lastimada esta parte que el solo hecho de hablar lo empeorara, ¿Sí?

Al retirar mi mano, Tsutako solo asintió y se acomodó para empezar a cargar a su hermano. Yo solo sonreí un poco antes de ir al otro lado de Giyuu y entre las dos lo comenzamos a cargar.

Elegí cargarlo de este lado para poder observar el estado de la amputación que sufrió Giyuu, a primera vista parece un corte fino y sin bordes ni astillas, es como si lo hubiesen cortado con un bisturí.

También me fije en el vendaje que seguramente Tsutako le aplicó. Debo admitir que es un buen vendaje, con eso y el torniquete improvisado que tiene, han logrado disminuir el sangrado.

El desmayo en Giyuu debió ocasionarse por el shock y la hemorragia, sin embargo, eso nos está beneficiando un poco, al ya no estar en estado de shock el corazón no bombea la sangre tan rápido.

Entre ambas caminábamos lo más deprisa que podíamos, por más que quiera ir más rápido, por mi condición física y el estado en el que se encuentra Tsutako, cargar con un hombre de 1.76 cm inconsciente es muy complicado.

. . .

- Tch ¡Hazte a un lado mujer!

- No dejare que des un paso más

- ¿Tú, te atreves a decirme que hacer? Tu espada ni siquiera puede dañarme.

Aunque Muzan tenga razón en eso, aun así, no pienso moverme.

- Respiración de la flor...

- ¡Tonta!

Muzan estiró su brazo derecho para arrancarme la cabeza, por puro instinto y también, por los reflejos que la marca de cazador me da, me pude agachar a tiempo.

- Tal vez esa marca te de cierta potencia, pero de todos los cazadores a los que me he enfrentado hasta ahora, definitivamente tu eres la más débil.

- Aun así, no pienso dejarte avanzar.

Muzan hizo retroceder su brazo, pero mientras lo hacía, yo hice algo arriesgado y me aferré a su brazo para que el mismo Muzan me llevará hacia él.

- Primera postura: Descenso de camelia.

Por un instante creí que Muzan se protegería o esquivaría mi ataque, pero este solo ladeo un poco su cabeza para que mi espada lo golpeara en el cuello.

- Lo vez, incluso cuando te puse el cuello fuiste incapaz de hacerme daño.

En cuanto mis pies tocaron el suelo, yo me hice hacia atrás para evitar algún contraataque de Muzan, pero a pesar de que había retrocedido, el demonio ya estaba por enfrente de mi nuevamente.

- Ahora se de utilidad y detén tu misma a tus compañeros convertida de demonio.

Muzan estaba a punto de perforarme el estómago para posiblemente inyectarme de su sangre.

- No me... ¡Subestimes!

Rápidamente saque un pequeño frasco de entre mi ropa y lo estrelle en el suelo. Al romperse el frasco, un humo morado comenzó a cubrirnos a ambos.

- ¡Qué es esto? – Muzan se preguntaba.

El humo apenas nos permitía vernos el uno al otro.

- Crees que una cortina de humo me va a detener.

Algo un poco grotesco ocurrió, los bocas que tenía Muzan por todo su cuerpo empezaron a aspirar todo el humo. Cuando finalizo de hacerlo, Muzan tenía un rostro serio, pero eso cambio cuando me vio cubriéndome el rostro con un pañuelo húmedo.

- Eso no era solo humo, era veneno de glicinas.

Muzan abrió los ojos de más y su piel se comenzó a tornar de morado.

- Tamayo, mi hermana y yo habíamos pensado en crear esto por si acaso.

- *Cof*

De la boca de Muzan salió un poco del gas morado. El demonio se veía un poco desorientado, por lo que no perdí más tiempo y me lancé al ataque.

- Respiración de la flor. Séptima postura: Campo de flores bajo el rocío.

Ataqué a Muzan en cinco partes de su cuerpo simultáneamente, en esta ocasión mi espada si logró cortarlo un poco más, pero de inmediato, este se regeneró. Lo mismo pasaba con el tono de su piel, las manchas moradas poco a poco comenzaron a desaparecer.

- Aun con este veneno, no serás capaz de derrotarme.

- Lo sé – Le respondí – Pero si fui capaz de retenerte, y eso para mí es una gran victoria.

Le sonreí orgullosa mientras veía como por detrás de Muzan, mis compañeros se estaban acercando. Muzan siguió la dirección de mi mirada y se volteó solo para ver como Himejima lo estaba atacando.

- Respiración de la roca. Primera postura: Hidra de serpentinita.

Himejima había lanzado sus dos armas de forma rotatoria y a diferencia de mi ataque, este si logró dañarlo. Algo que me dio curiosidad fue ver sus armas de un rojo intenso.

- Lo hiciste muy bien – Me elogia Himejima – Lamento la demora.

- Está bien, no te preocupes Himejima san.

Muzan se había reincorporado y de un salto trató de alejarse de nosotros, pero creo que no se dio cuenta de que atrás de él ya lo estaban esperando Tokito y Uzui.

- Respiración del sonido. Primera postura: Rugido.

- Respiración de la niebla. Primera postura: Cielo colgante, neblina distante.

Ambos ataques dieron en la espalda de Muzan obligándolo a aterrizar fuertemente. Muzan estaba con una rodilla en el suelo y su brazo derecho lo estaba utilizando para levantarse.

En cuanto se incorporó, nosotros cuatro lo rodeamos desde sus cuatros puntos cardinales.

- Realmente son como una plaga, extermino a uno y dos más aparecen.

El rostro de Muzan estaba realmente molesto, este se encorvó un poco y empezó a atacar en todas direcciones con sus látigos y brazos. Gracias a su largo rango de ataque podía alcanzarnos sin siquiera moverse de su lugar.

Todos comenzamos a esquivar los golpes de Muzan, Tokito y yo lo hacíamos dando saltos laterales mientras que Uzui y Himejima utilizaban sus armas para defenderse.

Me di cuenta de inmediato que el arma roja de Himejima tenía un mejor desempeño en contra de Muzan, estaba a punto de preguntarle como es que le hizo para tener su arma de ese color cuando Tokito me llamó.

- ¡Kocho, sujeta fuertemente tu espada!

- ¿Eh?

No entendí a que se refería Tokito al decirme que sujetara con fuerza mi espada, pero en cuanto lo vi que me iba a atacar, por pura inercia coloque mi espada por delante de mí como medio de defensa.

En cuanto nuestras espadas se estrellaron, estas comenzaron a cambiar de color.

- ¿Esto es...?

Me estaba preguntando a mí misma cuando Tokito me habló.

- Es la espada carmesí, Himejima nos contó el truco para obtenerla mientras corríamos hacia aquí.

- ¿Solo así? ¿Sabes cuantas veces cruzamos espadas en los entrenamientos? – Le pregunté porque no me creía que fuera tan fácil.

- ¿Con la marca activada?

Ahora lo comprendo, Tokito tiene razón en esa parte, cuando entrenábamos con Giyuu y Uzui, siempre usábamos espadas de madera y sin marca de por medio.

Giyuu...

- Andando Kocho.

Dejé de preocuparme y me concentré en la batalla.

- Si.

Tokito y yo empezamos a acercamos a Muzan, debo admitir que el tener esta espada carmesí facilita el trabajo, pero Muzan no es tonto, sus látigos comenzaron a tener más recubrimiento de hueso para evitar que lo cortemos.

- Respiración del sonido. Tercera postura: Onda longitudinal.

Uzui intentó atacar a Muzan en ambas partes de su cuerpo al mismo tiempo, sus espadas estaban apuntando el cuello y abdomen del demonio, pero este logró protegerse con su brazo derecho deteniendo ambas espadas.

- Respiración de la roca. Quinta postura: Rueda de piedra firme.

Himejima intentó destruirle la cabeza a Muzan con la bola de su arma, pero ahora Muzan utilizó su mano izquierda para detenerlo, aunque al hacer eso uno de los picos le atravesó la mano.

- ¡Insignificantes!

Muzan al decir eso nos vio de reojo y de un movimiento arrojó a Uzui hacia nosotros, tanto Tokito como yo tuvimos que saltar para evitar chocar con nuestro compañero.

Sin embargo, al estar ambos en el aire, no pudimos desviar el ataque de Muzan, y es que volvió a convertir su brazo derecho y nos atacó a ambos con un latigazo horizontal.

Tanto Tokito como yo nos protegimos con nuestras espadas, pero al no tener un punto de apoyo, fuimos lanzados hacia atrás. Otra cosa que no me esperaba fue que Muzan utilizara demasiado fuerza, ya que realmente nos hizo retroceder mucho.

- Los tengo.

Sentí como alguien me sujetaba y eso evitó que siguiera yendo hacia atrás.

- Uzui san, gracias.

- No tienes que dármelas.

Al aterrizar en el suelo y voltear ligeramente hacia atrás, me di cuenta de que Uzui no solo me había atrapado a mí, también había sujetado a Tokito.

- Tenemos que acercarnos – Nos dice Tokito.

- Ustedes dos vayan detrás de mi

Uzui se colocó por delante de nosotros mientras nos decía eso.

- Bien.

- Entendido.

Cuando nos estábamos prepararnos para ir detrás de Uzui, este se giró levemente para mirarme a los ojos.

- Lo hiciste bien.

- ¿Eh?

No entendía el comentario de Uzui.

- Salvar a tu futura cuñada y ganar puntos con ella, fue un buen movimiento.

Uzui...

- Esa no era mi intención, y antes de comenzar un debate sobre eso, este no es el momento ni el lugar para hablar de eso – Le dije.

- Ja ja ja ¡Tienes razón!

Uzui vuele a colocar su mirada hacia al frente y nos grita.

- ¡Andando Kocho, Tokito!

Y sin esperar respuesta alguna, Uzui comenzó a correr, Tokito lo siguió en seguida mientras que yo solo suspiraba un poco antes de comenzar a correr. En serio Uzui ¿Cómo se te ocurre pensar en esas cosas ahora mismo?

En poco tiempo alcancé a Tokito y me puse a su lado, ambos manteníamos un ritmo estable y al mirar al frente, literalmente el cuerpo de Uzui nos estaba cubriendo totalmente.

- ¡Aquí viene!

En cuanto Uzui nos dijo eso, pude ver como nuestro compañero se ponía en posición mientras corría.

- Respiración del sonido. Cuarta postura: Sentencia de muerte de Avici.

Se escuchaban por delante de nosotros, golpes, explosiones y choques de metales. Uzui debe estar cubriéndonos de todos los ataques de Muzan y fue en ese momento en el que entendí su estrategia.

Uzui seguía corriendo mientras nos protegía a Tokito y a mí a toda costa, el increíble movimiento de las espadas por parte de Uzui creaba un perfecto escudo para nosotros.

Sin embargo, no todo era perfección, podía ver como el cuerpo de Uzui comenzaba a llenarse de heridas y rasguños, por lo que me di cuenta de que ya estábamos cerca de Muzan, ya que, mientras más cerca estemos del objetivo, menor es el tiempo de respuesta.

- ¡Arg!

De repente Uzui se cayó al suelo y yo comencé a bajar la velocidad.

- ¡No se detengan!

Uzui se volteó solo para decirnos eso y sin decirnos nada, Tokito y yo continuamos corriendo pasando a Uzui por un lado. Antes de alejarme de mi compañero, pude darme cuenta la razón por la que se había caído, le habían perforado el muslo izquierdo.

- Respiración de la niebla...

La voz de Tokito me había regresado la mirada al frente, y observé que estábamos a pocos metros de distancia de Muzan, Uzui hizo un excelente trabajo.

- ¡Ahora ustedes!

En cuanto Muzan nos vio, este de inmediato no atacó, Tokito dio un salto al aire mientras que yo seguía corriendo.

- Sexta postura: Niebla luz de luna.

El ataque de Tokito fue muy efectivo por que logró alcanzar a Muzan, fue de las pocas veces que pude ver una mueca de dolor en el rostro del demonio.

- Respiración de la flor...

Ahora yo estaba en dentro de la zona de Muzan, por lo que el alcance de mi espada podía golpearlo.

- Quinta postura: Peonias de la Futilidad.

Atacaba a Muzan mientras hacía giros a su alrededor, mientras más giros hacía, más fuerza obtenía mi espada.

- ¡Maldita mu...!

- Primera postura: Cielo colgante, neblina distante.

Antes de que Muzan consiguiera insúltame, la espada roja de Tokito perforó su pecho y lo obligó a escupir sangre.

Mientras Tokito estaba por detrás de Muzan, yo había terminado de dar mis nueve golpes, antes de prepararme para atacarlo nuevamente, mientras estaba dando mis giros, en ningún momento pude ver a Himejima, quizás se haya alejado un poco o está recuperando energías.

Espero que este bien.

Retorne toda mi concentración en Muzan y ahora tenía pensado atacarlo con mi técnica más poderosa.

- Séptima postura. Campo de flores bajo el roció.

Tokito en cuanto me vio que me acercaba, utilizó la espada de Muzan para impulsarse y alejarse de él. En cuanto el más joven de nosotros hizo eso, el demonio alzó la mirada y me miró muy duramente.

Por un momento me sentí un poco intimidada, pero al recordar el rostro de Giyuu esa intimidación cambio por valor y coraje.

- ¡Hya!

En solo un segundo mis cinco golpes dieron en el blanco, sin embargo, la cabeza de Muzan no se desprendió de su cuello. Al observarlo más detalladamente, me di cuenta de que este sujeto había utilizado uno de sus látigos como escudo.

- ¡Pequeña e insignificante mujer!

Intenté alejarme de Muzan, pero él me había sujetado de los brazos y me comenzó a elevar. Mis pies ya no tocaban el suelo y pude ver como poco a poco, el demonio me acercaba hacia él.

- ¡Ahh!

Muzan comenzó a apretar su agarre y sentía como si me fuera a romper los brazos.

- ¡Kocho!

Tokito intentó venir en mi auxilio, pero al hacer eso se descuidó un poco y terminó con un corte en diagonal por todo su cuerpo, si no hubiera sido por que tenía su espada por delante de él, ese látigo de Muzan lo hubiese partido en dos.

- Ahora solo faltas tú.

Uno de los látigos se colocó por encima del hombro de Muzan y la parte del hueso que parece lanza estaba apuntando hacia mi cabeza.

- ¡Muere!

El látigo de Muzan se abalanzó en mi contra, pero de repente este se desvió y un poco de sangre salía de él, es como si alguien lo hubiese cortado.

Yo estaba confundida, y no era la única, tanto Muzan como yo estábamos mirando hacia todos lados para descubrir quien había realizado ese ataque, pero no encontramos a nadie.

De repente, el brazo derecho de Muzan también fue cortado justo en sus tendones y eso hizo que ahora estuviera colgada solo de uno de mis brazos, pero ahora fui capaz de sentir mis pies en el suelo y con ese apoyo puede realizar una de mis técnicas.

- Cuarta postura: Hanagoromo Carmesí.

Con ese ataque curvo logré cortar gran parte del otro brazo de Muzan y antes de dar un segundo golpe, el brazo de Muzan terminó por ser cortado. Ahora que por fin me pude liberar del agarre que me aprisionaba, ahora que por fin estaba libre, me hice de cierta distancia para observar mejor lo que estaba ocurriendo aquí.

- ¿Qué significa esto?

Muzan se hacia esa pregunta, algo que también yo me hacía, alguien me había salvado minutos antes, pero no soy capaz de verlo.

- ¡Arg!

Muzan dio un pequeño quejido de dolor y ahora la parte trasera de su rodilla de su pierna derecha había sido cortada, lo que lo obligó a semi arrodillarse mientras miraba para todos lados.

- Definitivamente no es esa mujer – Muzan se decía para sí mismo – Entonces eso significa...

De repente Muzan cerró sus ojos como si se estuviera concentrando, al ver eso creí que sería una gran oportunidad atacarlo, pero alguien más lo hizo porque en su brazo derecho apareció un corte.

No sabía bien que estaba pasando, intentaba observar cada ángulo lo más detalladamente posible, pero no encontraba alguna pista, ni siquiera esa pequeña nube de polvo que se partía en dos me decía al...

Esperen, ¿esa nube de polvo se partió en dos?

*Crash*

Ahora el sonido de un pedazo de madera romperse me hizo voltear hacia mi derecha y pude ver como alguien dejaba unas pisadas en el suelo.

- Uno... Dos...

Muzan seguía con los ojos cerrados murmurando algo.

- ¡Son tres personas!

El rey de los demonios hizo un movimiento circular con todas sus extremidades.

- ¡Kya!

Esa voz... Esa es la voz de...

- ¡Ya se dio cuenta! ¡Makomo, Mitsuri tengan cuidado!

- ¡Si, Obanai kun!

- ¡Uhm!

Iguro, Makomo, Mitsuri, me da mucha alegría verlos aquí. Los tres aparecieron de repente y me di cuenta de que ellos tenían los talismanes de Yushiro en sus frentes.

Así que era eso.

- ¡Toma esto demonio! Respiración del amor. Sexta Postura: Brisa amorosa de patas de gatito.

Mitsuri fue quien tomó la iniciativa, pero al ver como su ataque no había hecho un gran daño, su rostro se mostró sorprendida.

- ¡¿Qué?! ¡No le hice nada, nunca me había sorprendido tanto como ahora!

- Mitsuri chan...

Mi amiga siempre se deja llevar por las circunstancias, además de que es la clase de persona que no se guarda nada al decir las cosas.

- ¡Uhm!

Ahora fue Makomo la que intentó atacar a Muzan por su costado izquierdo, creo que está utilizando la octava postura de la respiración del agua porque el ataque que está ejecutando es un ataque descendente.

Sin embargo, me llama mucha la atención la venda que está utilizando en su boca, me pregunto ¿Qué le habrá pasado?

El ataque de Makomo no tuvo mucho efecto y ella se vio obligada a retirarse, pero Muzan no se la estaba dejando fácil porque le lanzó varios de sus látigos. Makomo se de repente se quedó quieta y lo que parecía una cúpula de aire la cubrió completamente.

Esa es la onceaba postura, no puedo equivocarme.

Makomo como pudo logró protegerse, pero Muzan ahora preparaba su brazo derecho para atacarla, fue en ese momento que comencé a correr para apoyar a mi amiga.

- Respiración de la serpiente...

De repente, Iguro apareció por detrás de Muzan.

- Segunda postura: Colmillo venenoso de serpiente pequeña.

Iguro había extendido su espada y logró cortar un poco la espalda de Muzan, esto lo sé porque algo de sangre salió volando por los aires.

- Si que eres duro escoria.

Iguro le dijo eso a Muzan e intentó atacarlo nuevamente, pero los tentáculos del demonio se movieron aleatoriamente que obligaron a Iguro a retirarse, sin embargo, ahora que esos molestos látigos se movieron hacia atrás, pude ver una clara abertura en la defensa del demonio.

- Respiración de la flor. Cuarta postura: Hanagoromo Carmesí.

Un ataque en diagonal ascendente fue suficiente para herir el pecho de Muzan, debo admitir que esta espada carmesí facilita el poder cortar el cuerpo del rey de los demonios.

- ¡Wow! ¡Sorprendente Kanae chan!

Escuche el alago de Mitsuri por detrás de mí.

- ¡Yo tampoco me puedo quedar atrás!

Sin voltearme, sentí una ráfaga de viento pasar por la derecha de mi cabeza.

- Respiración del amor. Segunda postura: Amor angustiante.

La espada flexible de mi amiga logró rodear el cuerpo de Muzan, y esto me dio una gran idea.

- ¡Ay no, no puedo cortarlo! – Mitsuri gritaba un poco desesperada.

- ¡Mitsuri, sujeta fuertemente tu espada! – Le dije.

- ¿Eh?

Mitsuri al principio se veía sorprendida, pero al final me hizo caso y sujetó con más fuerza su espada.

En cuanto a mí, lleve el aire a mis pulmones y también sujetaba mi espada con fuerzas.

- Primera postura: Descenso de camelia.

Mi ataque descendente parecía que iba directo hacia el demonio, pero esa no era mi intención, ya que esta vez estoy apuntando hacia otra cosa, estoy apuntando hacia la espada de Mitsuri.

En cuanto mi espada se estrelló con la de Mitsuri, esta comenzó a cambiar de color a un rojo intenso.

- ¡Ahora Mitsuri, jala!

- ¡S-Si!

Mi amiga me hizo caso y al momento de jalar hacia atrás, su espada por fin podía cortar a Muzan.

- ¡Gah!

Varias heridas fueron producidas alrededor de Muzan gracias a la espada flexible de Mitsuri, mientras el demonio se recomponía, este miraba intensamente a Mitsuri. Creo que debe estar deduciendo que por el momento la espada de Mitsuri es la que más problemas le puede ocasionar.

- ¡Eres increíble, Kanae chan!

Mitsuri se había colocado a mi lado y no fue la única, tanto Makomo e Iguro hicieron lo mismo.

- ¿Cómo hiciste eso? – Me pregunta Iguro.

- Al parecer, si un cazador con marca sujeta fuertemente su espada y esta choca con un igual, las espadas se vuelven carmesí.

Les había compartido lo que había deducido de esta manifestación de las espadas, quizás exista otra circunstancia para hacer que la espada se vuelva carmesí, pero por el momento es todo lo que tengo.

- Creo entender, entonces yo...

- Uhm.

De repente Makomo interrumpió a Iguro y parecía estar buscando algo con la mirada. Yo solo podía imaginarme que está buscando a Sabito o a Giyuu.

¿Debería decirle?

- Concéntrate Makomo

Iguro dio un paso al frente mientras le decía eso a Makomo.

- Aun no es momento para relajarse.

Makomo frunció un poco el ceño, pero después solo asintió antes de voltear al frente. Enseguida Mitsuri y yo hicimos lo mismo y los cuatro estábamos observando al rey de los demonios.

Definitivamente te vamos a derrotar, Kibutsuji Muzan.

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