Capítulo 55: El rey de los demonios (Parte II)
Estaba agotado, tal vez yo no estoy en el campo de batalla, pero aun así yo, Ubuyashiki Kiriya, estoy cansado. Desde que esta batalla comenzó, no he dejado de dar indicaciones y de pensar en distintos planes, siempre considerando la seguridad de mis valientes niños.
Muchos de ellos han muerto, el más reciente ha sido Masachika Kumeno, esto debe ser un gran golpe para Sanemi, pero por el momento lo está sobrellevando.
- Kanata ¿Cuánto falta para que amanezca?
- Una hora y media, Oyakata sama.
Esto no está bien, aún falta mucho para que el sol aparezca por el horizonte, y el estado de Gyomei, Sanemi, Kyojuro y Sabito no son las mejores, además de que Tanjiro y Nezuko parecen estar fuera de combate por el momento.
El que en peor situación se encuentra es Giyuu, lo último que pude ver de él fue las precarias condiciones en las que se encontraba, sus heridas eran tan graves que en cualquier momento podría morir.
Aunque su hermana haya intentado detenerle la hemorragia, lo primordial es evacuarla de ese lugar, al escuchar las palabras de Muzan me dieron a entender que ella es clave para alcanzar la inmortalidad que tanto desea.
- ...sama.
Pero el cuervo que estaba más cerca de ella ha sido asesinado, los otros cuervos que tenemos como apoyo no se han podido acercar debido al largo alcance de Muzan.
- ...yaka ... ma.
¿Qué debería hacer? Mandar a mis niños de bajo rango a que la escolten fuera de ahí, ¡No! No puedo hacer eso, si les doy esa terrible orden ellos literalmente se convertirán en carne de cañón y Muzan podría hacerse de sus fuerzas.
- ¡Oya... sama!
Si tan solo fuera más inteligente, si tan solo fuera capaz de prevenir las cosas como lo hacía mi padre, si tan solo fuera...
- ¡OYAKATA SAMA!
Después de escuchar el grito de Kuina llamándome, sentí como ella me daba una fuerte cachetada en mi mejilla izquierda. El golpe fue tal que me tiró levemente al suelo.
Ahora que estaba semi recostado en el piso, coloqué mi mano sobre mi mejilla mientras miraba como Kuina se acercaba hacia mí y me tomaba por mi ropa.
- ¡Despabile Oyakata sama! ¡¿Cuáles son sus siguientes ordenes?! ¡¿Qué es lo que debemos transmitir a aquellos que están arriesgando sus vidas?!
- ¿Kuina?
- ¡No puede quedarse callado en estos momentos! ¡Debe guiarnos y pensar en el siguiente movimiento!
- ¿Nee san?
- ¡Recuerde lo que nos dijo nuestra madre!
Madre...
"Guía a nuestros niños con valentía y sabiduría, explícales que hacer en esta batalla. La voluntad de tu padre y de nuestros ancestros ahora están contigo."
Es verdad madre, no puedo dejar de guiarlos en esta crucial batalla, tengo que seguir pensando en los siguientes movimientos que haremos.
- Muchas gracias, Kuina.
- Si.
- Ustedes también, Hinaki, Nichika y Kanata. Estoy feliz de tenerlas a mi lado en estos momentos.
Mis hermanas solo asintieron.
- Bien, nuestra prioridad es alejar a Tsutako san lo más lejos de Muzan. ¡Háganselo saber a los demás pilares!
- ¡Si!
- ¡A la orden!
Todas mis hermanas respondieron afirmativamente y volvieron a concentrarse para enviar mis indicaciones a los cuervos por medio de los talismanes.
Gracias a la bofetada que me dio mi hermana, ahora puedo pensar más fríamente. La situación no ha cambiado, primero debemos alejar a Tsutako de Muzan, después debemos retenerlo lo más que podamos para que el sol aparezca por el horizonte.
- ¿Debemos decirles a los pilares el tiempo estimado del amanecer? – Me pregunta Kanata.
- Por el momento no, Muzan está distraído en estos momentos, cuando la pelea se reanude será el momento de decirles.
- ¡Entendido!
Ahora solo me queda esperar a los demás pilares para que entre todos podamos derrotar de una vez por todas a Muzan.
. . .
- ¿Qué...? ¿Qué fue lo que dijiste?
No puedo creer que este demonio se haya atrevido a decir semejante afirmación, yo Sabito, estoy que me hierve la sangre de solo escucharlo.
- Ya se los dije – Muzan incluso se atrevió a suspirar – El ser humano es malo por naturaleza.
- ¡Bastardo! ¡¿Cómo te atreves a decir eso?! – Shinazugawa estaba igual de molesto que yo.
- Veo que se niegan a creerlo, pero solo hace falta repasar la historia para saber que estoy en lo correcto.
- ¡Si serás...!
Shinazugawa estaba a punto de abalanzarse hacia Muzan, pero Himejima lo detuvo.
- Espera Shinazugawa, quiero escucharlo.
- ¡¿Es enserio?!
Shinazugawa parecía incrédulo ante las palabras de Himejima, y en realidad no era el único, tanto Rengoku como yo estábamos igual de sorprendidos.
- Dices que solo basta repasar la historia para demostrar que los humanos son malos ¿En qué hechos te basas?
- Jum, es simple. Yo que he vivido casi un milenio, te puedo decir lo que he visto con mis propios ojos.
Se hizo un pequeño silencio antes de que Muzan continuara.
- Ustedes deberían saber que Japón ha estado envuelto en guerras, antes de convertirse en un país, las batallas entre provincias eran muy comunes.
¿En serio se está yendo tan atrás en la historia?
- La guerra civil Wa, la guerra Jishin e incluso la guerra Boshin, todas sangrientas y siempre con un solo detonante.
- ¿Cuál es ese detonante? – Le pregunta Himejima.
- La ambición y la codicia. Los humanos nunca se encuentran satisfechos con lo que tienen, siempre buscan más.
En parte... tiene razón, se podría decir que esas guerras empezaron por eso.
- La ambición humana es tan grande que siempre buscan pretextos para conseguir más. Crean guerras y conflictos por diferencias de clases, diferencias religiosas e ideológicas, diferencias étnicas e incluso me atrevería decir que crearan una guerra con la estúpida excusa de la diferencia del color de su piel.
Todos nos quedamos callados, yo no podía rebatirle nada en estos momentos.
- ¡Te equivocas! – Rengoku fue el único que le respondió – ¡Los humanos no nacen siendo así! ¡Son los acontecimientos o la influencia de los demás lo que los llevan por el mal camino!
- ¿En serio?
- ¡Si!
- Entonces tú naciste siendo bueno, eso quiere decir que jamás has hecho algo malo.
- ¡Así es, yo defiendo los principios que mis padres me inculcaron, protejo a los débiles de los demonios y ...!
- ¿Y también de los humanos?
- ¿Eh?
- Dime cazador ¿En el supuesto caso de que los demonios desaparezcamos de la faz de la tierra, seguirás protegiendo a los débiles?
- ¡Por supuesto!
- ¿Aunque sea otro humano el que este abusando del débil? ¿Qué harás con ese humano? ¿Lo mataras como cazabas a los demonios?
- ¡No lo mataré! ¡Lo detendré y haré que se arrepienta!
- Je...
De repente, Muzan se empieza a reír.
- ¿Qué es tan gracioso? – Himejima le pregunta.
- Ya se los dije, yo he vivido tanto tiempo que conozco mejor a los humanos de lo que ustedes se conocen a sí mismos.
Los ojos de Muzan se posaron en Rengoku nuevamente.
- Sabes cazador, recuerdo a un humano como tú que ingenuamente dejó ir con vida a un abusador, ¿Sabes lo que les pasó a las personas que protegió?
- ¡No! ¿Qué fue lo que pasó?
- El abusador regresó al día siguiente y los asesinó en compañía de sus compañeros.
- ...
Rengoku se quedó callado.
- Yo sabía que eso pasaría, al final es el comportamiento natural de los humanos el querer obtener lo que desea. Esa es su naturaleza, ese es su instinto.
- ¿Instinto? – Pregunté.
- Así es, me refiero al instinto asesino.
- ¡¿Qué?! – Shinazugawa preguntaba asombrado.
- ¿Nunca se han preguntado por qué los demonios atacan al instante de ser convertidos?
- Eso es por la hambruna de la conversión – Respondí.
- Te equivocas. Es solo por su instinto. Por más que quieran negarlo, muy dentro de ustedes, en lo más profundo de su ser se encuentra ese instinto asesino. Un instinto de descuartizar y asesinar a sus enemigos.
- ¿De qué estás hablando? – Le pregunté.
- En orden para identificar a los seres más fuertes y obtener poder, ellos recurren a ese instinto.
- ¡Eso no es verdad! – Le volví a responder.
- Entonces ¿Por qué los niños aplastan a los insectos? ¿Por qué maltratan a los animales?
- ¿Qué?
- Si las personas no tienen ese instinto asesino, ¿Por qué le hacen daño a seres más pequeños y débiles que ellos?
- Yo...
- Algunos dirán que es por precaución, otros por miedo, pero a esa edad ellos no saben que insectos son peligrosos y cuales no. Los niños son los que más se guían por sus instintos porque aún no han aprendido la diferencia de lo correcto e incorrecto.
Nuevamente me quedé callado.
- Lo mismo pasa con los demonios recién creados, se guían de sus instintos y atacan a quien tienen enfrente, incluso demonios como Tamayo y Nezuko lo hicieron.
Eso... eso es verdad. Giyuu nos dijo a Makomo y a mí que al principio Nezuko lo había atacado.
- Sin embargo, se niegan a ver la realidad y empiezan a buscar a un culpable, en este caso soy yo. Y aunque milagrosamente logren salir victoriosos esta noche, después comenzaran a buscar a otro para crear un conflicto, es por eso por lo que ya estoy cansado de esto.
- ¿Y qué planeas hacer? – Le pregunta Himejima.
- Sinceramente, los humanos no me interesaban, podía dejarlos asesinarse los unos a los otros si quisieran. Sin embargo, ahora que lo pienso mejor y una vez que consiga lo que anhelo, traeré verdadera paz a este mundo.
- ¡¿Qué?!
No fui el único que preguntó, tanto Rengoku como Shinazugawa lo hicieron al mismo tiempo que yo.
- Doblegaré a los humanos a mi voluntad, les enseñaré a vivir con miedo que ya no se atreverán a crear más guerras sin sentido.
- ¡Eso no es paz, eso es una mentira! – Le grita furioso Shinazugawa.
- No pretendo convencerte, y ellos nunca los sabrán ya que ustedes no vivirán para contarlo.
De repente, la presión en la atmosfera cambio, todo parece indicar que Muzan volverá con su ofensiva.
- Me doy cuenta de que eres un estúpido.
Y sin previo aviso, Himejima le insultó.
- A pesar de haber vivido por tanto tiempo, ¿En verdad crees que los humanos se doblegaran a tu voluntad?
- No tendrán otra opción – Le responde Muzan.
- Te equivocas, los humanos se levantarán y te enfrentarán.
- Si lo hacen, solo les esperará la muerte.
- Aun así, lo seguirán intentando, me doy cuenta de que no conoces tan bien a los humanos. La voluntad de seguir adelante, la determinación para conseguir el milagro. Así son los seres humanos, son los únicos seres capaces de la iluminación y el nirvana.
- ¿Nirvana? – Pregunta Muzan.
- El hombre es un conglomerado de series de dharmas – Le responde Himejima – El fin del deseo es la supresión de la existencia por las reencarnaciones. Este estado se llama Nirvana. El Nirvana es un Absoluto.
- Con que absoluto, ¿Eh? El único ser absoluto seré yo, porque yo...
De repente Muzan se quedó callado y su mirada estaba en el horizonte, después de unos segundos su mirada regresó a nosotros y nos veía con unos ojos llenos de enojo.
- Así que este era tu plan.
- Al fin te diste cuenta – Himejima sonríe mientras empezaba a girar su arma – Tenía pensado hablarte de los seis reinos de ser necesario para hacerte perder más tiempo, pero creo que eso ya no se va a poder.
¿De qué está hablando Himejima?
- *Caw* ¡Queda una hora con quince minutos para que amanezca, retengan a Muzan! *Caw*
¡Ahora entiendo! Himejima dejó que Muzan nos diera un sermón solo para hacer que pierda su tiempo en lo que el sol salía. Pero ahora ese plan se ha estropeado, no nos queda más remedio que seguir con esta pelea.
- Si que son unos...
- ¡Respiración del viento! Cuarta postura: Tormenta de polvo ascendente.
Sin previo aviso, Shinazugawa se lanzó al ataque y realizó varios cortes en distintas direcciones, algunos de sus golpes lograron alcanzar a Muzan, otros fueron desviados por este.
- ¡Andando Sabito! – Me dice Rengoku.
- ¡Si!
Ambos comenzamos a correr para ayudar a Shinazugawa y retener a Muzan en este lugar. En cuanto Muzan nos divisa, tres de sus látigos fueron lanzados en nuestra contra.
Rengoku y yo logramos esquivarlos, pero yo no me había dado cuenta de que un cuarto látigo se había escondido entre la sombra de los otros tres, este látigo venia de abajo apuntando a mi cabeza.
Antes de siquiera poder moverme, vi como una gran bola con picos pasaba por enfrente de mi cabeza aplastando ese látigo de Muzan, sin siquiera girarme sabía que Himejima me había salvado.
- ¡No se detengan y sigan avanzando!
Esa fue la orden que nos había dado el que quizás sea el cazador más fuerte de la organización. Yo solo asentí ante sus palabras y reanudé mi embestida en contra de Muzan.
- Respiración de la llama. Primera postura: Mar de fuego.
Rengoku se había lanzado en línea recta y estuvo a punto de cortar por la mitad a Muzan si no es porque este se había protegido con su brazo derecho. Sin embargo, al atacarlo de esa forma, Rengoku dejo su espalda desprotegida.
- Tú serás el primero.
Muzan se preparaba para perforarle la espada con su brazo izquierdo, por lo que aceleré el paso para detenerlo.
- Respiración del agua. Primera postura: Corte de Superficie.
Mi espada apenas había detenido el ataque de Muzan y ahora su mirada estaba fija en mí.
- Respiración de la roca. Segunda postura: Rotura de la superficie celestial.
Tanto Muzan como yo sentimos un pequeño temblor muy cerca de nosotros, lo que hizo que perdiéramos por un segundo el equilibrio, es como si alguien hubiese dado un fuerte pisotón al suelo logrando moverlo y solo conozco a una sola persona capaz de lograrlo.
Apenas Muzan había recuperado el equilibrio una gran bola con picos ya estaba a centímetros de su cara, esta logró destruirle la cabeza, pero el cuerpo del demonio siguió moviéndose.
- ¡No se detengan!
Rengoku había gritado y se abalanzó en contra del cuerpo sin cabeza de Muzan, y como si el demonio hubiese sentido la presencia de Rengoku, su cuerpo se giró para estar de frente a él y atacarlo con ambos brazos.
- Respiración de la llama. Quinta postura: Tigre de fuego.
Rengoku logró repeler el ataque de Muzan, pero tuvo que detenerse, sin embargo, por arriba de Rengoku pasó volando Shinazugawa.
- Respiración del viento. Quinta postura: Vendaval de invierno.
Al estar por los aires, Shinazugawa logró realizar varios cortes de forma circular en el cuerpo de Muzan, más, sin embargo, como ha venido pasando desde el principio, el cuerpo de Muzan se regenera al instante.
La cabeza del demonio ya estaba por terminar de regenerarse, me di cuenta de que nuevamente tenia su mirada en mi y de repente, este sonrió. Alcance a escuchar un pequeño ruido por debajo de mi y agaché la mirada.
Con una gran sorpresa vi como una pequeña porción del suelo se estaba rasgando y de este salió uno de los látigos de Muzan. El ataque sorpresa del demonio me tomó totalmente desprevenido y parte de mi pecho y hombro derecho terminó con un gran corte.
- ¡Gah!
- ¡Sabito!
Rengoku había gritado mi nombre, y al voltearlo a ver, vi como de la espalda de Rengoku salía sangre disparada, como si una katana lo hubiese cortado con un ataque descendente.
- ¡Ka!
Rengoku se había quejado por el ataque y colocó una rodilla en el suelo, los ataques de Muzan nos están empezando a alcanzar y aún queda demasiado tiempo para el amanecer.
- Respiración del viento...
Shinazugawa intentó atacar la nuca de Muzan, pero este se vio sorprendido por dos látigos que se movían por el suelo como serpientes obligándolo a saltar, y ya en el aire, Shinazugawa recibió una perforación en su muslo derecho por otro látigo que lo estaba esperando.
Shinazugawa quedó suspendido en el aire y en cuanto me disponía a ir a rescatarlo, Muzan lo arrojo hacia mí con mucha fuerza por lo que ambos terminamos en el suelo.
- Respiración de la roca. Cuarta postura: Riolita - Conquista rápida.
Himejima atacó a Muzan con sus dos armas agarrándolas desde la cadena aumentando el alcance del ataque. Muzan detuvo ese ataque con sus dos brazos e hizo que sus articulaciones se dislocaran para enrollar cada extremo del arma de Himejima.
Ambos comenzaron una especie de juego de estira y afloja para hacer que su oponente soltara el arma, eso continuó por unos segundos hasta que Muzan se cansó y arrojo dos de esos látigos al cuerpo de Himejima.
Uno de los látigos logró hacerle un corte en la frente de Himejima, si él no hubiera agachado la cabeza, de seguro en estos momentos su cabeza estaría por los suelos.
El segundo látigo logró perforar el hombro izquierdo de Himejima, pero este se negaba a aflojar su agarré y seguía jalando.
- Jum, creo entender porque Kokushibo perdió contra ti, debo reconocer que eres fuerte.
- No fui solo yo, no menosprecies a mis compañeros que arriesgaron y dieron sus vidas para derrotarlo, entre todos lo hicimos, ¡Así como haremos contigo!
En cuanto escuché el grito de furia de Himejima, me preparaba para volver a la batalla, pero...
- ¡Espera Sabito!
Shinazugawa me había llamado y lo vi como queriendo atacarme.
- ¡¿Pero qué...?!
- ¡Choca tu espada con la mía!
Cuando Shinazugawa dijo eso, por inercia me cubrí con mi espada y en cuanto ambas katanas chocaron, las dos se comenzaron a colorear de un rojo carmesí.
- ¡Je! ¡Ahora si maldito!
En cuanto Shinazugawa vio su espada roja, él se abalanzó en contra de Muzan sin siquiera esperarme.
- ¿Esa espada...?
Pude notar cierta preocupación en las palabras de Muzan, en cuanto vio a mi compañero acercársele, soltó el arma de Himejima para defenderse de la embestida de Shinazugawa.
- Respiración del viento. Tercera postura: Árbol balanceándose en el aire de Tormenta
Shinazugawa realizó una serie de ataques consecutivos logrando cortar la mayoría de esos látigos y parte del cuerpo de Muzan.
- ¡Gah!
Por primera vez desde que llegamos, pude ver como las heridas de Muzan tardaban en regenerarse, era como si la espada carmesí le proporcionara un daño extra.
- ¿Viste eso Sabito?
Rengoku se había colocado a mi lado mientras me preguntaba.
- Si, tal parece que las espadas carmesíes le ocasionan más daño.
- Es como Tomioka, mi amigo, nos había informado.
- Si.
Giyuu... me encantaría que estuvieras con nosotros ahora mismo, pero ya no estas en condiciones de luchar, por lo que no tienes que preocuparte más, puedes dejarnos a este demonio en nuestras manos, solo te pido que no te mueras.
- ¡Sabito, estrella tu espada con la mía!
- ¡Bien!
Hice lo que me había pedido Rengoku y ahora su espada también era de un rojo carmesí.
- ¡Andando!
- ¡Si!
Ambos comenzamos a correr en dirección del rey de los demonios y cuando estuvimos cerca de él, lo atacamos.
- Respiración del agua...
- Respiración de la llama...
Nuestros ataques estaban sincronizados y cada uno lo atacaba por uno de sus flancos.
- Octava postura: Lago de la cascada.
- Tercera Postura: Espíritus ardientes.
Nuestros ataques descendentes lograron cortar los brazos de Muzan, por fin nuestras katanas fueron capaces de córtalo y herirlo.
- ¡Gah!
Muzan estaba herido, en verdad se estaba quejando por el dolor. Podemos hacerlo, realmente podemos derrotar a Muzan esta noche.
- ¡No dejen de atacar!
- ¡No lo haré, lo descuartizare!
- ¡Pondremos fin a esta era de terror!
Shinazugawa, Rengoku y yo nos hablábamos para darnos motivación y seguir atacando. Nuestras espadas estaban tan cerca del cuerpo de Muzan, pero este pronuncio algo.
- Sangre oscura: Raíces espinosas.
Unas púas, toda una serie de alambre con púas negras salieron del torso de Muzan solo para perforarnos y ocasionarnos varias heridas por todo el cuerpo. Los tres comenzamos a levitar en el aire por culpa de que estas púas nos habían aprisionado.
- ¡Yo seré quien los descuartice!
Los alambres comenzaron a apretar su agarre, lo que ocasionaba que comenzáramos a sangrar.
- ¡Ahhh!
Cuando sentía que me iba a romper, por el rabillo del ojo creí ver un pequeño sol acercándose hacia donde estábamos.
- Respiración de la roca. Quinta postura: Rueda de piedra firme.
Lo que creía que era un sol, resultó ser la bola con picos de Himejima. La razón por la que la confundí con el sol es porque esa bola ahora era de un color rojo.
- ¿Tú también?
Muzan le preguntaba en lo que Himejima hacia retroceder su arma para tenerla en su mano.
- Te lo dije – Himejima golpea sus dos armas entre si – Entre todos te vamos a derrotar.
Toda el arma de Himejima ahora era de un color rojo, eso era buena señal, si entre los cuatro lo atacamos seguramente podremos... ¿Eh?
Al intentar levantarme, mis piernas flaquearon y me caí de rodillas.
- ¿Qué... qué me pasa?
- ¡Oi!
Escuché a Shinazugawa y giré mi rostro para verlo de frente.
- Ya te cansaste, tu marca ha desaparecido.
¿Qué? ¿Cómo que mi marca ha desaparecido? Entonces, esta fatiga que siento ahora mismo es por la marca de cazador, Giyuu nos había dicho que cuando la marca desaparece hay una gran repercusión en el cuerpo y ahora que lo pienso, ni a Rengoku ni a mí se nos había desactivado la marca desde nuestra pelea contra Hakuji.
Al girar el rostro para ver la condición de Rengoku, me di cuenta de que su marca también había desaparecido, él se encontraba de rodillas jalando la mayor cantidad de aire hacia sus pulmones, es como si no pudiera respirar correctamente.
Esto no nos puede estar pasando, justo cuando teníamos cierta ventaja en la batalla, nuestra marca desaparece y nos quedamos totalmente vulnerables ante cualquier ataque.
- Esa es la realidad a la que se niegan aceptar.
Las palabras de Muzan me hicieron levantar el rostro solo para ver como alejaba a Himejima de él con su brazo derecho. Después de eso dio un par de pasos para acercársenos, pero Shinazugawa se paró por enfrente de nosotros.
- ¡Vamos, ven aquí maldito!
Shinazugawa comenzó a correr hacia él y al estar cerca empezó con su ataque.
- Respiración del viento. Octava postura: Primer corte vendaval.
Shinazugawa realizó un corte circular logrando cortar los muslos de Muzan obligándolo a arrodillarse.
- ¡Je! ¡Mira quien se vino a arrodillar enfrente de mí!
Shinazugawa sonreía victorioso y Muzan solo lo veía con una cara seria, pero una ligera sonrisa apareció en la boca de Muzan.
- ¡Shinazugawa, cuidado!
- ¿Eh?
Advertí a Shinazugawa del ataque que venía de suelo, Muzan está haciendo la misma estrategia que utilizó conmigo anteriormente, la única diferencia es que había mas de uno de esos látigos de hueso atacando a Shinazugawa.
- ¡Gah!
Mi compañero no pudo reaccionar a tiempo y recibió varios cortes por todo su cuerpo, incluso alcancé a ver como dos dedos de su mano izquierda salieron volando por los aires.
En cuanto Shinazugawa cayó al suelo, Muzan se levantó y lo observó por unos segundos, después de eso se giro sobre su eje para detener el ataque de Himejima.
- El resultado es inevitable, ¿Por qué te sigues esforzando? – Pregunta Muzan.
- Ya te lo dije, los humanos seguiremos intentándolo hasta alcanzar nuestra meta.
- Eso solo los llevara a su perdición.
- Que así sea.
Himejima dio un pequeño paso hacia atrás y después con un movimiento circular de su brazo derecho, arrojó el hacha de su arma en picada hacia la cabeza de Muzan.
El demonio solo dio un paso hacia su costado dejando pasar el hacha para que se estrellara en el suelo sin siquiera quitar su mirada en Himejima. Cuando mi compañero jaló hacia atrás la cadena para hacer regresar el hacha, Muzan colocó su pie izquierdo sobre la parte posterior del hacha clavándola más en el suelo.
- Tu eres el único que sigue en pie, si te elimino ahora los demás serán presas fáciles.
- Aunque logres matarme, estoy seguro de que ellos se levantaran y continuaran con esta batalla, además...
- ¿Además?
- Además... aun hay mas cazadores por la zona.
- ¿Qué?
Himejima comenzó a sonreír y como si una especie de niebla nos comenzara a cubrir, sentí como algo o alguien pasaba velozmente por mi costado derecho.
- Respiración de la niebla...
En cuanto escuchamos esa voz, Muzan giró su rostro hacia su derecha solo para ver a un joven saltando para estar a la altura de su cabeza.
- Sexta postura: Niebla luz de luna.
Tokito finalmente había llegado al campo de batalla y lo primero que hizo fue ejecutar varios cortes de largo alcance mientras estaba en el aire. Muzan recibió todos los golpes de lleno, pero como la espada de Tokito no estaba roja, este se regeneró enseguida.
- Oh, mi ataque no le hizo nada
Tokito se decía para si mismo y justo en ese momento dio un salto hacia atrás para evitar ser cortado, por otro lado, Himejima había aprovechado la distracción de Muzan para atacarlo con la otra extremidad de su arma.
La bola logró destruir la pierna izquierda de Muzan obligándolo a colocar una mano en el suelo para evitar caerse de cara, en cuanto Muzan levantó el rostro, el hacha de Himejima ya estaba muy cerca de su cuello.
Muzan utilizó su pierna derecha y la mano que tenia en el suelo para impulsarse y alejarse del hacha. El demonio aterrizo en el tejado de una de las casas del pueblo y nos veía hacia abajo mientras se le regeneraba la pierna izquierda.
- Tú eres quien acabo con Gyokko, ¿Verdad? – Muzan le pregunta a Tokito.
- ¿Quién? Lo siento, no lo recuerdo.
No sé si Tokito está siendo sarcástico o este diciendo la verdad, pero pareció molestar un poco a Muzan.
- No puedo creer que un niño como tú haya podido derrotar a una luna creciente. Será que tu seas un ejemplo de lo que el monje decía, sobre alcanzar el milagro y esas cosas.
Himejima se había colocado al lado de Tokito y comenzó a hablar.
- Te lo dije, ¿No? Los humanos jamás dejaran de intentar cuando se han comprometido a algo importante para ellos, esa perseverancia, esa fe y esa determinación es lo que los hace crear un milagro.
- Te equivocas, eso solo los lleva a crear guerras, solo es egoísmo.
- Me parece que el egoísta eres tú – Le responde Himejima.
Muzan no respondió, solo miraba con fuerza a Himejima y Tokito, pero después suavizo su expresión y comenzó a reír.
- Creo que tienes razón en algo.
- ¿En qué? – Le pregunta Himejima.
- Que debería ser egoísta en estos momentos.
- ¿Eh?
Muzan se preparaba para un movimiento, ya que había encorvado un poco su postura y se preparaba para atacarnos, sin embargo, alguien apareció por arriba del demonio.
- Respiración del sonido...
- ¿Qué?
Muzan había girado justo a tiempo solo para ver como dos espadas se acercaban a él.
- Primera postura: Rugido.
Las espadas de Uzui habían golpeado en los hombros de Muzan y literalmente lo enterraron vivo. Mientras atravesaba el techo y el piso de madera hacia la tierra, los escombros de la casa donde estaba parado caían sobre él.
Uzui alcanzó a dar un salto para alejarse del derrumbe que había provocado y cayó justo al lado de Tokito y Himejima.
- ¡Esa fue una extravagante entrada!
Uzui se había dicho a si mismo mientras unas especies de estrellas y haz de luces aparecían alrededor de su cara.
- Si.
No puedo creer que Tokito le esté siguiendo el juego, incluso se atrevió a sonreír mientras le respondía.
- Llegas tarde – Le dice Himejima.
- ¡Eso no es cierto! – Uzui le responde – Solo llegué en el momento justo, como cualquier héroe lo haría.
- Si.
En serio Tokito, no le des más cuerda a Uzui.
- Me doy cuenta de que estas influenciando negativamente a Tokito. Namu Amida Butsu.
Yo también opino lo mismo.
- Yo solo...
Uzui no pudo terminar con lo que iba a decir, porque un pequeño temblor empezó a sacudir la zona, no era tan fuerte, pero si nos estaba moviendo. De repente, los escombros de la casa derribada comenzaron a volar por los aires.
- ¡Ahhh!
Muzan se levantaba de entre los escombros y con sus brazos y látigos agarraban los objetos que volaban y en un giro de su cuerpo nos comenzó a arrojar todos esos escombros.
Himejima, Uzui y Tokito se preparaban para repeler ese ataque.
- Respiración de la niebla. Tercera postura: Ráfaga de desempañamiento.
- Respiración de la roca. Tercera postura: Reflejo ígneo.
- Respiración del sonido. Cuarta postura: Sentencia de muerte de Avici.
Las posturas defensivas de los tres lograron hacer que todos los escombros se desviaran de su dirección y así lograron protegernos a todos. En cuanto todas las rocas y madera cayeron al suelo, estas levantaron una gran cortina de polvo.
Los tres se pusieron a la defensiva, pero Himejima se había percatado de algo porque giro su cabeza hacia la derecha.
- Acaso piensa...
No sé de lo que estaba hablando Himejima, pero en cuanto el polvo se alejó gracias al viento, ya no podía ver más a Muzan.
- Muzan ¿Dónde...?
Tokito se estaba preguntando, pero fue en ese momento en el que Himejima comenzó a correr.
- ¡Andando, Muzan está yendo hacia la hermana de Tomioka!
¡¿Qué?! ¡Tsutako nee sama!
Intenté levantarme, pero mis piernas seguían sin responder. Esto no puede estar pasando, por favor piernas ¡REACCIONEN!
. . .
Je, ese monje tenía razón en algo, debo ser más egoísta, y que mejor que convirtiendo a la hermana de Giyuu en demonio y obligarla a decirme la ubicación de lirio de la araña azul.
Los cazadores en un esfuerzo en vano trataron de alejarme de ella, pero lamentablemente para ellos no lograron hacerlo, ya que puedo verla, ella no se ha movido de su lugar por tratar de salvar la vida de su hermano.
¡Que estúpida!
Si tan solo lo hubiese abandonado y dejarlo morir, ella podría haber escapado de mí, pero esa humanidad que tiene le impidió hacerlo. Es por eso por lo que los humanos no pueden mejorar.
Sin embargo, esa humanidad, esa estupidez me ha servido de algo. Conseguiré lo que más anhelo, conseguiré convertirme en el ser perfecto.
Al parecer esa mujer se dio cuenta de que iba por ella, porque dejo de atender a su hermano solo para voltearme a ver.
- ¡Eres mía!
Estiré mi brazo para inyectarle una gran cantidad de mi sangre, no quiero ninguna sorpresa ni nada por el estilo, definitivamente la convertiré en demonio y así podré ver todos sus recuerdos.
Mi brazo estuvo a punto de alcanzarla, pero una sombra apareció de la nada.
- Respiración de la flor. Segunda postura: Sombra honorable de la ciruela.
Una mujer... una cazadora con haori con patrones de alas de insecto se atrevió a desviar mi golpe y se colocó por enfrente de mi objetivo.
- No permitiré que le hagas daño a Tsutako san.
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