Capítulo 49: El demonio del arrepentimiento (Parte III)
- ¡Sabito!
Vi como el demonio había hecho que Sabito se estrellará en contra de una gran roca y mi compañero parecía que iba perdiendo el conocimiento. Yo, Rengoku Kyojuro, traté de ir en su auxilio, pero el demonio me había cortado el paso.
- No te distraigas Kyojuro y concéntrate en mí.
El demonio se había parado por enfrente de mí y se acercó con un volado de derecha, yo instintivamente me hice hacia atrás solo para ver como su puño pasaba de largo por enfrente de mi cara.
Sin embargo, el demonio no detuvo su ataque ahí y comenzó a dar pasos largos hacia adelante, y con cada paso que daba este iba acompañado de un golpe de alguno de sus puños, sus golpes se iban intercalando entre sus brazos.
Por lo que, me vi obligado a retroceder cada vez que Akaza avanzaba, intentaba contraatacar, pero me era muy difícil hacerlo solo. Mi amigo Sabito tenía razón, este demonio está muy bien equilibrado y es difícil atraparlo con la guardia baja.
- ¿Qué ocurre Kyojuro? ¿No me digas que un tsuguko es más fuerte que un pilar?
Este demonio me está provocando, pero yo no caeré ante tales palabras, además, yo sé que Sabito es alguien fuerte, lo vi con mis propios ojos en los entrenamientos de los pilares.
Al dar un paso hacia atrás, levanté mi espada por arriba de mi cabeza para atacarlo con un golpe vertical, sin embargo, el demonio capturó mi espada con ambas manos y comenzó a empujarme.
- Vamos Kyojuro, tienes que hacer más que esto.
- Akaza, ¿Por qué tanta prisa? Ya ibas a aceptar mi propuesta.
- Ya no hay vuelta atrás.
Akaza bajó un poco sus manos con mi espada aún entre ellas, lo que me obligó a agacharme, pero cuando iba hacia abajo, el demonio me dio un cabezazo, lo que hizo que soltara mi espada y me fuera hacia atrás.
En cuanto abrí mis ojos, solo pude ver como el puño de Akaza estaba muy cerca de mi rostro, instintivamente intenté esquivarlo agachándome, pero el puño del demonio logró golpearme la cabeza, más hacia el costado derecho de mi frente.
El golpe de Akaza me mando hacia atrás hasta estrellarme en contra de un árbol. Al levantar la mirada, vi con algo de miedo como Akaza había arrojado mi espada hacia mi cabeza, afortunadamente la hice hacia la derecha y mi espada se quedó clavada a mi izquierda muy cerca de mi rostro.
Por un momento creí que había esquivado la espada, sin embargo, comencé a sentir como un líquido cálido corría por mi frente. Al mirar hacia abajo, comprobé que lo que sentía era sangre, porque esta caía al suelo.
- Vamos Kyojuro, agarra tu espada y vuelve a atacar.
Al levantar la mirada, puedo percatarme como Akaza cada vez estaba más y más frustrado, desconozco el por qué está de esa forma.
Agarré la tsuka de mi katana y con un poco de fuerza la saqué del árbol, aproveché el acero de la hoja para mirarme la cara como si fuera un espejo y pude comprobar como parte de mi frente sangraba debido al filo de mi espada.
Pasé mi antebrazo izquierdo para limpiarme un poco la sangre, pero esta volvía a salir de forma continua, es normal que pase esto y la sangre no se detenga tan fácil, ya que el rostro es una de las partes del cuerpo humano que más sangra en caso de algún corte.
Levante la mirada nuevamente y regulé mi respiración para tratar de hacer que la herida de mi frente sangrara más lentamente, sin embargo, el demonio no me dio más tiempo, porque una vez que me vio con mi espada en mano, se abalanzó en mi contra.
- Destrucción total: Estilo vacío.
Me agaché justo a tiempo y el golpe de Akaza terminó por partir en dos al árbol donde estaba recargado, después de esquivarlo, comencé a correr en contra del demonio.
- Respiración de la llama. Segunda postura: Cielo en flamas ascendente.
Mi espada iba en dirección de Akaza, pero este solo dio un paso al costado haciendo que mi espada pasara en paralelo con su cuerpo, en cuanto mi espada estuvo en su punto más alto, giré las muñecas de mi mano para ahora atacarlo de forma descendente.
El demonio dio un paso hacia adelante para entrar en mi zona y con su antebrazo izquierdo bloqueó mi ataque chocándolo con mis brazos. Es en este momento en el que me di cuenta de que me quedé completamente expuesto ante el demonio.
- Creo que esto es el fin.
Akaza parecía algo decepcionado mientras echaba para atrás su brazo derecho para golpearme el cuerpo, en cuanto lanzó su golpe, lo único que se me ocurrió hacer fue levantar mi pie izquierdo para que su puño chocara con mi rodilla.
- Nn.
- ¡Oh! Buena defensa.
Debo admitir que la rodilla me dolía un poco, pero al menos logré evitar que Akaza me golpeara el cuerpo, al bajar el pie di un paso hacia atrás para liberar mi espada y volver al ataque.
- ¡Haa!
Mi ataque venia acompañado de un pequeño grito que di. Mi espada iba a cortar a Akaza por la altura de su pecho ya que lancé un golpe horizontal, pero Akaza, utilizando su codo izquierdo, logró hacer que mi espada cambiara de rumbo.
- Tercera postura: Espíritus ardientes.
Ahora moví mi espada en forma de arco para tratar de asestarle un golpe desde arriba, pero el demonio volvió a hacerse a un lado y ahora me contratacaba con una patada.
Su patada logró golpearme por mi hombro derecho y esto hizo que nuevamente saliera despedido unos cuantos metros. Al frenarme y recomponer mi postura, solo pude sentir como Akaza ya estaba a mi lado y comenzó a atacarme de forma más frenética.
- ¡Vamos Kyojuro! ¿Esto es todo lo que tienes?
Sus ataques no me daban descanso, tampoco me daba la oportunidad de poder contratacarlo, ya que apenas bloqueo uno de sus golpes con mi espada y ya me estaba lanzando otro golpe con la otra mano.
Esto es malo para mí, ya que por lo general yo voy al ataque, la defensa no es de mis fuertes y eso es algo que siempre le envidié a Tomioka. Mi amigo en verdad era como una fuerte cascada de agua que impedía que cualquiera pudiera atravesarla.
Mi amigo Tomioka siempre me daba consejos para la defensa, pero nunca pude ejercerlos bien ya que el estilo de mi respiración se concentra más en el ataque.
- ¡Vamos, sé más fuerte!
Akaza se veía mucho más frustrado que antes, es como si estuviera enojado, pero ese enojo no iba hacia mí, podía sentirlo, es como si estuviera enojado consigo mismo.
- Tch, si esto es todo, terminemos con eso.
Pude ver como Akaza volvía a echar para atrás su brazo y lo lanzó hacia adelante con la intención de perforarme el abdomen, esta es la primera vez que siento el instinto asesino emanando del cuerpo de Akaza.
Sin embargo, algo raro paso por enfrente de mí, solo vi como una luz azul bajaba desde el cielo y cortó de forma limpia el brazo del demonio. Al tener Akaza por enfrente de mí, pude ver claramente su rostro sorprendido.
Creo que ambos giramos al mismo tiempo nuestras cabezas para saber que había pasado, ya que escuchamos como alguien se paraba hacia nuestros costados, en mi caso fue hacia mi costado izquierdo.
- ¿Sabito?
Lo que vi fue a mi amigo y compañero Sabito con la espada en ambas manos y esta estaba casi tocando el suelo con la punta, al parecer fue él quien cortó el brazo de Akaza, eso quiere decir que me ha salvado la vida.
Antes de poder agradecerle, me sorprendí al ver su rostro cuando Sabito lo levantaba, en su mejilla derecha había una marca muy parecida a la de Tomioka, parecía unas corrientes de agua que iban descendiendo hasta su barbilla.
Al ver esa marca, no pude decirle nada, ya que no solo la marca lo hace ver diferente, su presencia también ha cambiado, si antes era como un arroyo en movimiento, ahora parece una cascada de gran altura.
Quería decirle algo a mi amigo, pero el demonio que tengo a mi lado me ganó la palabra y en su voz se escuchaba la alegría.
- ¡Excelente, lo has logrado Sabito!
Sabito no le respondió al demonio, solo levantó su espada y la colocó a la altura de sus hombros, después de eso, se lanzó en contra de Akaza.
- Respiración del agua. Cuarta postura: Golpe de marea.
- Despliegue de técnica. Destrucción total: Estilo del Caos.
El demonio no se quedó de brazos cruzados, mientras Sabito se movía y giraba cerca de Akaza, este respondía con golpes de vacío aleatorios.
El verlos luchar era un gran contraste, mientras Sabito se mantenía sereno y calmo, Akaza parecía caótico y frenético.
- ¡Bien, BIEN! Sigue así Sabito.
Ahora Akaza parecía mucho disfrutar del combate, toda la frustración que emitía segundos atrás cambió por satisfacción. Akaza estaba sonriendo mientras luchaba.
- Segunda postura: Rueda de Agua.
La espada de Sabito estuvo muy cerca de golpear el cuello del demonio, si no fuera porque este se agachó a tiempo, su cabeza estaría rodando a mis pies.
- ¡Más, MÁS!
Akaza le lanzó un golpe directo a la cabeza de Sabito, mi amigo solo inclinó un poco el cuello para esquivarlo y ahora lo está contratacando con un golpe de espada ascendente, pero el demonio lo detuvo con su mano libre.
- Vas bien, solo un poco más Sabito.
Debo admitir que verlos pelear de esta manera, y sobre todo a Sabito, me da cierta impotencia, ya que mi amigo ahora parece seguirle el ritmo a Akaza y yo no he podido hacerlo desde que llegué.
Vi como Sabito colocaba su pie en el abdomen del demonio y lo empujó fuertemente para mandarlo a estrellarse en contra de un árbol, nuevamente ver a Sabito hacer algo como eso me llena de frustración.
- Ja ja ja.
Akaza se estaba riendo, no se burlaba ni nada por el estilo, se estaba riendo como si finalmente haya cumplido con su cometido, es como una risa de júbilo.
Realmente Sabito es asombroso, ahora puede pelear de igual a igual en contra del demonio, por mi parte, creo que a estas alturas ya estaría muerto si no fuera porque Akaza parecía que se estaba conteniendo desde el principio.
Si tan solo fuera fuerte, si tan solo fuera como Tomioka o Sabito, si tan solo fuera como...
"Eres fuerte"
¿Eh? Esa voz... Esa era la voz de...
"Kyojuro"
Por un momento creí escuchar la voz de mi madre, pero la risa del demonio me volvió a la realidad, sin embargo, aunque haya sido producto de mi imaginación, el poder escuchar nuevamente la voz de mi madre hizo que toda esta frustración se alejara de mí.
Ahora no debo de sentirme así, ellos son mi amigos y camaradas, ¿Cómo podría sentir envidia de ellos? Ellos son fuertes y protegen a los débiles, eso es lo que debemos hacer todos, esa es nuestra misión.
"Nosotros, que somos considerados los más fuertes de la organización, debemos usar nuestras espadas para proteger a los más débiles."
Tomioka, mi amigo.
Así como dijiste, así como me recordaste a mi madre en aquella ocasión, cuando te conocí por primera vez, debemos cumplir con nuestros deberes. Si somos los espadachines más fuertes, debemos colaborar para proteger a los más débiles.
Con eso en mente, me acerqué a Sabito.
- ¡Eso fue fantástico Sabito, mi amigo!
- No fue nada del otro...
- ¡Eso no es verdad, desde que te apareció esa marca en la mejilla derecha, tu fuerza ha logrado hacerlo retroceder!
- ¿Eh? ¿Rengoku san, qué quieres decir con marca en mi mejilla?
- ¡Umu! Es una marca parecida a la de mi amigo Tomioka, solo que tú la tienes en la mejilla derecha.
Podía ver la cara de confusión en mi amigo, pero de repente agachó la cabeza y se rio por lo bajo.
- Je.
- ¿Qué sucede? – Le pregunté.
- No, nada. Solo recordé algo.
Realmente me preguntaba que había recordado, pero Sabito volvió a poner un rostro serio y me dijo.
- Aun no es tiempo para relajarnos Rengoku san, primero debemos terminar esta pelea aquí.
Él tiene razón, debemos terminar con esto antes de ir a apoyar a nuestro amigo Tomioka.
- ¡Umu!
Le respondí afirmativamente y los dos nos pusimos en guardia.
- Bien, bien. Ahora solo faltas tu Kyojuro y está pelea será interesante.
¿Ahora falto yo? ¿Se refiere a despertar la marca de cazador? Aunque me encantaría para poder ser como mi madre me dijo, y para poder apoyar a mis amigos y compañeros, si no logro despertarla no debe afectarme, ya encontraré otra manera de serles de ayuda.
De repente, los ojos de Akaza miraron hacia el horizonte y solo un segundo después los volvió a enfocar en nosotros.
- ¡Bien, vengan los dos!
Akaza comenzó a correr hacia nosotros y en un auto reflejo, tanto Sabito como yo hicimos lo mismo, pero en su contra.
. . .
Con Rengoku a mi lado, yo Sabito, ataqué al demonio con todas mis fuerzas. Mi ataque fue esquivado por Akaza que solo dio un brinco para pasarme por arriba.
- Estilo destructivo...
El demonio se preparaba para atacarme por la nuca, pero no me preocupe mucho porque sentía a mi camarada cerca.
- Segunda postura: Cielo en flamas ascendente.
Al voltearme, pude ver como Akaza contorsionaba un poco su cuerpo para girar en el aire y esquivar el ataque ascendente de Rengoku. En cuanto el demonio toco el suelo, este intentó atacar las piernas de Rengoku con una patada, pero yo ya me había acercado a ellos y evité que Akaza lograra golpearlo.
- Bien hecho Sabito.
Ahora Akaza estaba retrocediendo y por mi lado me estaba acercando.
- Estilo de vacío.
Cada vez que Akaza daba un paso hacia atrás, este lanzaba un golpe de vacío para intentar alejarme, sin embargo, gracias a esta marca, ahora soy capaz de ver el vacío de aire que se mueve a mi dirección, lo que me permite bloquearlo con mi espada.
- Tercera postura: Danza de las corrientes.
Decidí de dejar de bloquear los golpes de vacío y con la tercera postura de la respiración del agua me acercaba al demonio, ya que como al imitar a las corrientes de agua de un rio, puedo moverme con cierta fluides hacia él.
Cuando ambos estuvimos cerca el uno del otro, empezamos con un intercambio de golpes que en esta ocasión podía seguirle el ritmo, antes de esta marca me era difícil contrarrestar sus golpes, y mucho menos pensar en atacar, pero ahora es diferente, ahora puedo pelear de igual a igual.
- Ja ja ja, eres sorprendente Sabito, Giyuu tenía razón.
- ¿En qué?
- En que eras más fuerte de lo que creía.
Debo admitir que desde que desperté esta marca, los ataques de Akaza son más fáciles de ver, tal vez aun no tengo la experiencia que tiene Giyuu con el uso de esta marca, pero al menos ahora puedo contraatacar y lo mejor de todo, es que no estoy solo.
- Tercera postura: Espíritus ardientes.
A nuestro costado, Rengoku se había acercado e intentó cortar el cuello del demonio, este se vio obligado a saltar hacia atrás nuevamente y contraataco desde el aire.
- Destrucción total: Estilo del caos.
Varios golpes iban en dirección de Rengoku, yo ya podía verlos claramente, pero no sabía si él podía hacerlo. Sin embargo, antes de avisarle a mi compañero, este se paró firme y pronunció una de sus técnicas.
- Respiración de las llamas. Cuarta postura: Ola de llamas ardientes.
Rengoku giró su espada de manera circular para desviar el ataque de Akaza. Recuerdo que cuando Giyuu nos entrenaba a todos, le dio vario consejos a Rengoku sobre la defensa y, sobre todo, sobre la cuarta postura.
"Esta postura podría ser tu defensa definitiva.
¡¿En serio?!
Si, quizás pueda ser más efectiva si giras tu espada de esta manera"
Recuerdo muy bien ese día, ya que prácticamente nos la pasamos practicando esa defensa para Rengoku.
Me alegra ver que toda esa práctica haya dado sus frutos en este momento.
- Andando Rengoku san.
- ¡Si!
En cuanto el demonio volvió a tocar el suelo, este hizo para atrás sus dos brazos mientras nos sonreía de forma energética.
- Despliegue de técnica: Estilo destructivo.
Ahora pude ver como dos grandes vacíos de aire se dirigían hacia nosotros después de que Akaza estirara sus brazos, por lo que apresuré el paso para colocarme por delante de Rengoku y poder desviar ambos golpes.
- Onceaba postura: Calma.
Con esta técnica defensiva pude desviar ambos golpes al mismo tiempo, estos se fueron hacia arriba y empezaron a desaparecer. Antes de reanudar mi marcha, pude ver como Rengoku me había pasado por un lado y se preparaba para atacar al demonio.
- Quinta postura: Tigre de fuego.
Rengoku atacaba a Akaza con una sucesión de golpes que por un instante me pareció que le dio forma a un tigre de fuego. Akaza estaba repeliendo todos los ataques de Rengoku y de repente salto por encima de su cabeza.
- Estilo de Aplastamiento: Sauce de mil destellos.
Akaza preparaba un fuerte golpe descendiente e iba dirigido hacia la cabeza de Rengoku, parecía como si quisiera enterrarlo vivo, por lo que me apresuré para sacar a Rengoku de ahí.
Al estar a su lado, con mi mano izquierda lo tomé por su hombro y lo alejé de Akaza, este golpeo al suelo y su golpe fue lo bastante potente generando destellos en el suelo y provocando grandes destrucciones a su alrededor.
- ¡Gracias, mi amigo!
- No hay de que.
También el ataque de Akaza había levantado mucho polvo que cubría todo alrededor donde fue el golpe, poco a poco el polvo se iba despejando y al final pudimos ver a un Akaza de cuclillas con el brazo derecho en el suelo y nos veía de una forma divertida.
- Ya falta poco, si siguen así en realidad llegaran al estado Anatta.
Akaza se ponía de pie y miraba hacia el cielo nocturno.
- Y pronto estaremos juntos...
¿Eh? Eso ultimo que dijo, a pesar de que lo dijo en susurro, lo pude escuchar, ¿A quién se estará refiriendo? ¿Con quién quiere estar?
En cuanto Akaza agachó la cabeza, se volvió a colocar en su postura clásica de pelea.
- Despliegue de técnica. Destrucción total: Aguja de brújula
En esta ocasión fue Akaza quien inicio con el ataque, en un abrir y cerrar de ojos él se encontraba por detrás de nosotros. Apenas pude empujar a Rengoku para evitar que un golpe de Akaza lo golpeara en la espalda.
Al haber esquivado el ataque del demonio, este dio un amplio paso para preparar una patada en mi contra.
- Estilo de Pierna: Destello de luz fluida.
Varias patadas fueron lanzadas hacia mí que me dificultó un poco el cubrirme de todas, intentaba cortarle, aunque sea su pie, pero este ataque era muy rápido.
- Respiración de la llama. Quinta postura: Tigre de fuego.
Rengoku atacó al demonio por su costado derecho, lo que lo obligó a dejar de lanzarme patadas para desviar la espada de mi compañero.
- Que buen ataque Kyojuro, ¡Vamos sigue así!
- ¡Ahhh!
Rengoku seguía atacando a Akaza y al final terminé por unírmele. Ambos atacábamos al demonio en sincronía, en cuanto terminábamos de ejecutar una técnica de espada, él o yo venía y nos cubríamos para no darle oportunidad a Akaza de un contra ataque.
- Solo un poco más.
Akaza le dio una patada en la boca del estómago a Rengoku y lo hizo retroceder varios metros. Al distraerme un poco para verificar que Rengoku estuviera bien, pude sentir la presencia de Akaza a solo un paso de mí.
- No te distraigas.
Akaza me dio un puñetazo en toda la cara, haciéndome retroceder también. Un leve recuerdo me llegó a la cabeza cuando Akaza hizo lo mismo y en aquella ocasión me había dejado inconsciente.
- ¡Vamos, terminemos con esto!
Akaza se coloca en una postura de arte marcial y puedo sentir su presencia e instinto asesino aumentando, tal parece que en verdad quiere terminar con esta batalla.
- ¡Vamos, atáquenme con su técnica más poderosa!
Parece como si Akaza tuviera prisa por terminar con esto, y no lo voy a decepcionar, ya que yo también quiero llegar lo más rápido posible al pueblo de Tsutako.
- Estoy de acuerdo contigo – Coloque mi espada a la altura de mis hombros y eche para abajo mis brazos – Jamás había tenido oportunidad de usar esta técnica antes, pero ahora, estoy seguro de que podré hacerlo.
- ¿Te refieres a la doceava postura? ¡Bien, hazlo! Pero te advierto que esa postura tiene un punto débil.
- Lo sé, Giyuu nos lo dijo.
La precisión de esta postura debe ser exacta, no puedo dejar que se desvíe ni por un centímetro, si se desvía, toda la técnica se colapsara.
- Ja ja ja, ¡Me gusta, ese espíritu de pelea es fantástica Sabito!
Ya me había preparado para arrojarme hacia el demonio y atacarlo con todas mis fuerzas.
- Respiración del agua...
- Despliegue de Técnica...
Ambos comenzamos a correr el uno contra el otro.
- Doceava postura...
- Estilo Final...
Al estar solo a un metro de distancia, ambos lanzamos nuestro ataque al mismo tiempo.
- Golpe del dragón de nueve cabezas.
- Resplandor del metal azul caótico.
Nuestros ataques fueron tan rápidos y poderosos que una onda expansiva de aire se formó a nuestro alrededor, las ramas de los árboles comenzaron a moverse, las hojas salieron volando, dejando a los árboles casi sin ellas.
En cuanto a nosotros, mi espada estaba incrustada en el puño izquierdo de Akaza, casi a la altura de su muñeca, ambos estábamos forcejeando y empujándonos para hacernos retroceder. En pocas palabras, era una batalla de fuerza.
- Lo vez, un solo desvío y la técnica falla.
Yo no le respondía.
- Aunque para lograr desviar esta técnica, se necesita de mucha destreza y habilidad, no cualquiera puede lograrlo. Realmente eres fantástico Sabito.
- No sé si tomarlo como un cumplido.
- Je, pero esto se acabó, tu espada está muerta y yo aún tengo otro puño.
Akaza hizo para atrás su puño derecho para darse espacio, pero fue en ese momento en el que sentí a mi compañero acercarse.
- ¡No te olvides de mí! – Grito Rengoku mientras corría hacia nosotros – Respiración de la llama. Novena postura: Purgatorio.
Rengoku venía a toda velocidad, lo que parecía un dragón de fuego se podía ver en la espalda de Rengoku. Akaza solo sonreía mientras se preparaba para recibir el ataque de mi compañero. En cuanto Rengoku lanzó su ataque, Akaza hizo lo mismo y utilizó su puño para detener su espada.
Los tres nos quedamos estancados y estábamos empujando para romper con este estatus quo.
- ¡Ahhh!
Rengoku gritaba, y al igual que yo, estaba empujando con todas sus fuerzas. Mientras tanto, Akaza se mantenía firme y solido deteniendo ambos ataques.
- ¡Vamos Sabito, mi amigo!
- ¡Si!
Ambos empujábamos con todo lo que teníamos, esta es nuestra gran oportunidad de terminar esta batalla.
- ¡Ahhhh!
Los tres estábamos utilizando todas nuestras fuerzas, no dejábamos de empujar, pero de repente sentí algo extraño y me di cuenta de que no fui el único, ya que tanto como Akaza como yo, miramos de reojo a Rengoku y lo que vi fue una marca con forma de llama en su frente y en su mejilla, esa marca estaba en su costado derecho de su rostro.
- Bien hecho, los dos finalmente lo hicieron.
Pude sentir como Akaza dejo de empujar y nuestras espadas comenzaron a cortar sus manos para después dirigirse al mismo tiempo al cuello del demonio.
Todo pasó en cámara lenta y antes de que su cuello fuera cortado, Akaza nos estaba sonriendo de una forma un tanto satisfactoria.
Hasta podría jurar que nos estaba agradeciendo.
. . .
A pesar de que Akaza me había lanzado unos cuantos metros hacia atrás, logre recomponerme a tiempo para ver como Sabito y él se atacaban simultáneamente. Akaza algo le dijo a mi amigo y preparó su puño derecho para atacarlo.
- ¡No te olvides de mí!
Comencé a correr hacia ellos para poder auxiliar a mi amigo, no dejaré que nada malo le pase.
- Respiración de la llama. Novena postura: Purgatorio.
Ataque al demonio con la técnica más poderosa que me enseñó mi padre, esta técnica tiene el apellido de nuestra familia y es mi más grande orgullo.
Sin embargo, el demonio detuvo mi ataque con una sola mano e hizo un ligero movimiento de muñeca para dejar trabada mi espada.
Estaba sorprendido, ¿Cómo es posible que detuviera mi técnica final tan fácilmente? ¿Realmente no soy lo suficientemente fuerte para poder ayudar a mi amigo? Yo... Yo no soy...
"Kyojuro"
¿Madre?
"Kyojuro, quiero que me escuches atentamente y me respondas, ¿Sabes por qué naciste con un cuerpo más fuerte que los demás?"
Si madre, lo sé. Para proteger a los más débiles.
"En efecto. Las personas que nacieron y fueron bendecidas con mayores habilidades que otras, tienen que usar su poder para el mundo, para la gente. Herir a otros con tu poder que fue regalado desde los cielos y ensuciar tu ropa es imperdonable."
Madre.
"Kyojuro, realmente fue una bendición convertirme en la madre de un niño tan fuerte y gentil como tú"
No madre, yo fui el que tuvo la bendición de tenerte como madre, realmente fui afortunado.
"Kyojuro"
De repente, pude sentir una mano cálida sobre la mía. Pude ver una mano fina y pequeña ayudándome a sujetar mi espada. Al voltear hacia la derecha, pude ver que mi madre estaba a mi lado.
"Adelante Kyojuro, tienes que terminar con esta guerra, tienes que quemar al progenitor de los demonios hasta dejarlo nítido"
¡Si madre!
- ¡Ahhh!
De repente, pude sentir un aumento de fuerza, gracias al apoyo de mi madre, mi espada comenzó a cortar el puño de Akaza. También vi como mi amigo empujaba con todas sus fuerzas.
- ¡Vamos Sabito, mi amigo!
- ¡Si!
Los tres estábamos enfrascados en un combate de fuerza y aguante, el primero que deje de presionar será el perdedor.
- ¡Ahhhh!
Pude ver de reojo como mi madre seguía a mi lado, ella me seguía sonriendo mientras me ayudaba a empujar. Al tener el apoyo extra de mi madre, podía sentir como mi fuerza aumentaba constantemente.
De repente...
- Bien hecho, los dos finalmente lo hicieron.
Akaza dejó de empujar y fue entonces en el que nuestras espadas cortaron sus manos y cuando estuvieron a punto de llegar al cuello del demonio, este nos sonrió como si estuviera agradecido.
. . .
Bien, podía verlos, aunque todo estaba de cabeza, podía ver a ambos con su respectiva marca de cazador. Finalmente lo han logrado, finalmente puedo dejar este lugar.
Estoy seguro de que en cuanto esos dos alcancen a Giyuu podrán derrotar a Muzan, ya que Giyuu es la única persona que conozco en alcanzar el estado Anatta, aquel que siempre busqué, pero nunca lo alcancé.
Giyuu, es una lástima no haberte enfrentado una última vez, quería enfrentarme a ti en ese estado, sé que tú lo alcanzaste porque no hay otra explicación para haber hecho huir a Muzan.
Aunque también, me hubiese encantado nacer en la misma época, si tan solo hubiésemos sido amigos en mis días de humano, quizás entre los dos habríamos impedido aquella tragedia, aquella donde mi amada Koyuki murió.
De repente, todo se volvió negro, no sabia donde estaba porque todo estaba oscuro.
- Hakuji san.
¿Por qué? ¿Por qué no puedo verte, pero si escucharte? ¿Dónde estás? Esta tan oscuro que no puedo ver ni la palma de mi mano ¿Será que no tengo permitido verte?
- Hakuji san.
Te escucho tan cerca, pero al mismo tiempo tan lejos. Quiero verte, quiero verte antes de ir al infierno, al menos quiero despedirme como es debido. Sé que tú tienes que ir al paraíso, pero aun así deseo verte.
- Hakuji san, yo siempre he estado a tu lado.
Entonces ¿Por qué? ¿Por qué no puedo verte?
- Aun tienes una última cosa que hacer.
¿Qué? ¿Qué más tengo que hacer? Sabito y Kyojuro ya han despertado su marca, ya no tengo nada que hacer en el mundo terrenal. Ellos ya deben de estar en camino hacia el pueblo de Giyuu, ya no hay ningún demonio que...
- Así es esposo mío, los demonios están cerca y no podrán irse.
Tienes razón, aún hay una última cosa que debo hacer.
Lo siento, aun no podré verte ¿Me esperarías un poco más?
- Hakuji san, he estado esperando por años a tu lado, ¿Qué son unos minutos más? Ve y ayuda a tus amigos.
Gracias Koyuki, no tardaré.
. . .
¿Qué está sucediendo? La cabeza de Akaza se desintegró en el aire cuando se la cortamos, pero su cuerpo sigue en pie y firme.
- ¿Será que superó la decapitación? – Me pregunta Rengoku.
Si lo que dice es cierto, entonces la única forma de derrotarlo es esperar al amanecer, pero eso hará que la pelea contra Muzan sea aún más difícil. Por otro lado, sería terrible que Akaza vaya en ayuda de su amo, por lo que tenemos que detenerlo aquí a como dé lugar.
- Prepárate Rengoku san, esto llevará tiempo.
- ¡Umu!
Aun cuando ambos tengamos esta marca de cazador, con Akaza inmune a la decapitación, será difícil derrotarlo.
- ¿Listo?
En cuanto los dos nos colocamos en guardia al ver que la cabeza de Akaza se había terminado de regenerar, este levantó su mano derecha en señal de que nos detuviéramos.
- Ya no hay necesidad, ustedes ganaron – Nos dice Akaza.
- ¿Qué quieres decir? – Pregunta Rengoku.
- Yo he perdido. Perdí en el momento en el que me cortaron el cuello.
- ¿Entonces, qué vas a hacer? – Le pregunté.
Akaza de repente se dio media vuelta y nos dio la espalda.
- Vayan, Giyuu y su familia los necesitan.
- ¿Qué? – Pregunté.
- En aquel pueblo se encuentra lo que más desea Muzan, si consigue obtenerlo, será imposible derrotarlo.
¡Esperen! Akaza acaba de mencionar el nombre de Muzan y lo está comprometiendo al revelar cierta información, pero si hace eso, al igual que con Mukago, la maldición de Muzan se activará y el cuerpo de Akaza comenzará a colapsar.
Efectivamente, puedo ver como la piel pálida de Akaza está comenzando a cambiar de color, pequeñas manchas se están haciendo visibles como si fueran moretones.
- ¿Qué le sucede? – Me pregunta Rengoku.
- Acaba de mencionar el nombre de Muzan, por lo que la maldición se ha activado – Le respondí.
- ¡Oh! ¿Sabías de eso? – Me pregunta Akaza.
- Si, y sé que se activa cuando un demonio traiciona a Muzan, eso quiere decir que tu...
- Yo ya no le debo nada a Muzan, por eso les ayudaré.
- ¿Qué?
Akaza mira hacia el cielo.
- Hay alguien que me está esperando y no quiero retrasarme más de la cuenta.
- ¿Akaza?
Rengoku dio un paso hacia adelante, pero Akaza lo detuvo al girar levemente y estirar de nuevo su mano.
- Tienen que irse ya, varios demonios vienen y están a punto de llegar, yo los detendré, pero ustedes deben ir a ayudar a Giyuu.
¿Varios demonios vienen? Cerré los ojos para concentrarme y efectivamente pude sentir varias presencias demoniacas. Quizás no sean tan fuertes como la de Akaza, pero son varios y podrían interferir.
Odio admitirlo, pero Akaza tiene razón, debemos irnos ya y no perder el tiempo con todos esos demonios. Además, si lo que dijo acerca de que lo que más ansia Muzan está en el pueblo de Tsutako, entonces con mayor razón debemos irnos.
- Aunque esa marca los deje sin fuerzas, aunque sus huesos se rompan, tienen que ir a ayudarlo.
- Akaza...
- Rengoku.
Rengoku iba a decirle algo a Akaza, pero lo detuve al sujetar su hombro derecho.
- Tenemos que irnos.
Rengoku me miraba un poco impactado, pero después suspiró y le sonrió al demonio.
- ¡Entendido! ¡Akaza, jamás olvidaré tu nombre, siempre te recordaré!
- Hakuji.
- ¿Eh?
- Hakuji... ese es mi verdadero nombre.
- ¡Me alegra saberlo! ¡Hasta que nos volvamos a encontrar, Hakuji san!
Rengoku le hizo una reverencia a Hakuji y comenzó a correr hacia el pueblo de Tsutako, yo iba a seguirlo, pero Hakuji me habló.
- Sabito.
Me detuve y giré mi rostro para verlo.
- Dile a Giyuu que "Gracias"
Yo asentí.
- Se lo diré, y espero que logres el descanso eterno y cuando hayas pagado por tus crímenes, nos volvamos a encontrar en la próxima vida.
Hakuji me sonríe antes de dar media vuelta.
- También lo espero.
Con eso dicho, Hakuji me dio nuevamente la espalda y yo le hice una reverencia a modo de respeto, aunque haya sido un formidable oponente, Hakuji se ha ganado todo mi respeto.
Hasta que nos volvamos a encontrar, Hakuji.
. . .
Los dos ya se habían ido, ya no podía sentirlos cerca de aquí, ahora solo debo detener a estos demonios hasta que los demás cazadores les den alcancé, para eso, deberé atacarlos con la técnica más poderosa que me enseñó mi maestro.
"Akaza, me has decepcionado"
Je, eso ya no me importa más Muzan, solo hay una persona a la que no quiero decepcionar y ella me ha estado esperando todo este tiempo. Además, mi nombre es Hakuji.
- ¡Mira Yahaba, ahí está el traidor!
- ¡Lo veo Susamaru! ¡Acabemos rápido con él!
Los demonios al fin habían llegado. Llegaron justo a tiempo porque mi cuerpo ya no soportaba más por culpa de la maldición de Muzán, puedo sentir un gran dolor y puedo sentir como la sangre sale por todas partes.
- Lo lamento – Les dije a los demonios – Pero no puedo dejar que den un paso más hacia adelante.
Todos los demonios sin excepción se lanzaron contra mí. Yo me puse en posición de combate y me preparaba para atacarlos.
- Esto es por ti, Keizo sensei.
En cuanto los demonios estuvieron cerca de mí, me incliné un poco para doblar hacia atrás mis brazos y que mis puños quedaran a la altura de mi pecho.
- Estilo Soryu: Mil brazos de la verdad.
Lancé varios golpes hacia adelante y poco a poco comencé a destruir los cuerpos de los demonios hasta el punto de dejarlos irreconocibles.
Lo último que pude ver fue como todos los demonios sin excepción habían quedado en tan mal estado que tardaran un buen rato en regenerarse, tiempo suficiente para que los demás cazadores de demonios pudieran alcanzarlos.
Finalmente he cumplido con mi deber.
Nuevamente me encontraba en este lugar oscuro, el silencio y la soledad era lo único que se sentía en este lugar. Caminé sin rumbo fijo porque no sabía para donde dirigirme, intenté usar mi brújula, pero no sentía nada.
- Creo que en verdad no tengo el derecho de verte.
Me había resignado y me preparaba para caminar nuevamente, apenas di un paso cuando sentí como alguien me tomaba de la mano.
- Hakuji san, ¿A dónde te diriges?
Al voltear hacia atrás, pude ver como de entre las sombras una silueta se formaba, poco a poco esta silueta comenzó a iluminarse hasta que por fin pude verla nuevamente.
- ¡Koyuki!
Era ella, definitivamente era Koyuki. Mi prometida no ha cambiado en nada todos estos años, aún conserva esa apariencia frágil, esa de piel clara, ese cabello negro y esos ojos color violeta cuya principal característica es que poseen una pupila particular con la forma de una flor blanca.
- ¡Koyuki!
La abracé, la apegué a mi para poder sentir nuevamente su calidez.
- Bienvenido seas, esposo mío.
Ella correspondió mi abrazo y así pasamos un tiempo juntos. Después, al separarnos ligeramente, pude ver que aún tenía el cabello recogido de una manera muy aristócrata con el kushi que tenía el diseño de copos de nieve.
Ella vestía como la recordaba, con el kimono de degradado rosado y azul a la altura de los tobillos que tenía puntos blancos bordados que asemejan a bolas de nieve y con su obi de color negro.
- Koyuki, me alegra haber podido verte una vez más.
- Yo también deseaba verte, Hakuji san.
No pude evitar derramar lágrimas y la volví a abrazar.
- ¡Lo siento, lo siento mucho! No pude protegerte, no pude cumplir con mi promesa, ¡En verdad lo siento!
- No necesitas disculparte Hakuji san, yo sé que nada de lo que ocurrió fue tu culpa.
- Pero aun así...
Koyuki se separó ligeramente de mí y me puso su dedo índice sobre mis labios.
- Tranquilo, ya lo pasado, pasado.
*snif*
- Ahora es momento de irnos esposo mío.
- ¿Koyuki?
- Vayamos juntos.
- ¿Qué? – Di un paso atrás – ¿De qué estás hablando? Tú no debes ir conmigo, tu debes ir al...
- Hakuji san, cuando aceptaste ser mi esposo, yo me prometí seguirte a cualquier lado, me prometí que siempre estaría a tu lado.
- Pero...
- Yo te amo Hakuji san.
- Pero yo hice cosas terribles, si me acompañas al lugar donde tengo que ir no podrás ver a tu padre, y no sé si puedas renacer, yo...
- Yo voy a ir contigo.
- ¿Por qué?
Koyuki me muestra una tierna sonrisa.
- Ya te lo dije, porque te amo. Por este amor soy capaz de acompañarte hasta el mismo infierno y si nuestra existencia es un pecado, con gusto arderé en el infierno junto a ti.
Nuevamente sentía mis lagrimas salir.
- Estaré a tu lado esperando el perdón y la oportunidad de renacer junto a ti para seguir amándote.
- *Snif* Koyuki *snif* ¡Koyuki!
Nos volvimos a abrazar y las llamas del infierno nos empezaron a rodear. Ninguno de los dos nos soltábamos, al contrario, nos abrazábamos más fuerte.
Solo espero tener la oportunidad de renacer y volverte a encontrar una vez más, y esta vez, te juro que te protegeré, te juro que veremos juntos los fuegos artificiales y te juro que te haré la mujer más feliz del mundo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro