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Capítulo 46: El demonio del encandilamiento (Parte II)

Habíamos llegado a lo que parecía una florería, yo Tamayo, estoy entrando junto con la hermana de Tomioka en busca del lirio de la araña azul, si es verdad de que esa planta se encuentra en este lugar, lo mejor que podemos hacer es destruirla de inmediato.

No sé qué es lo que está pasando por toda la zona, desde que regresamos al pueblo se ha escuchado de todo, desde grandes explosiones, arboles caerse y gritos desgarradores.

Lo único que puedo suponer es que los cazadores se están enfrentando al ejército demoniaco de Muzan. La verdad, todo era un caos, incendios por todos lados, cenizas cayendo como si hubiera pasado una erupción y las constantes peleas en los alrededores hace que este intranquila.

- ¡Aquí esta!

La voz de Tsutako hizo que me saliera de mis pensamientos y la observé detenidamente, ella al voltearse, porque me estaba dando la espalda, pude percatarme de que en sus manos había una planta sin florecer en una maceta.

- Tsutako san ¿Esa es...?

- Si. Es el lirio de la araña azul.

Ahora miraba detenidamente el lirio, ya que en realidad no parece una flor, diría que solo es un tallo muerto, pero si Tsutako está tan segura, entonces debe de serlo.

- Si ese es el lirio, entonces debemos destruirla.

- Si. ¿La aplastamos?

- No – Le respondí – Si hacemos eso quizás lo que necesite Muzan quede intacta, lo mejor es quemarla.

- Bien.

Salimos de la florería para acercarnos hacia una de las casas que se están quemando al norte, pero apenas ambas logramos salir, pude sentir como el viento se acercaba a nosotras acompañadas de un instinto asesino.

- ¡Cuidado!

Logré empujar a Tsutako unos pasos hacia adelante, pero ese viento logró cortar mi brazo derecho, lo que me ocasionó un gran dolor. Al voltear hacia la derecha, pude ver que Kokushibo estaba caminando, acercándose a nosotras.

- Creo que ya se han divertido bastante.

- ¡Tamayo san! – Tsutako me gritaba preocupada.

- ¡No es nada, tienes que irte!

- Pero...

Kokushibo volvió a atacarnos desde lejos.

- Séptima postura: Espejo siniestro - Gloria lunar.

- ¡Ah!

Pude ver como mi cuerpo era cortado en varios lados, caí de rodillas y con la mano que aún me quedaba, me apoyaba para evitar estar completamente tirada en el suelo.

- ¿De verdad creíste que podías escapar de mí, Tamayo?

- *Ha, ha*

Jadeaba por el dolor

- Siempre pude verlos, tu técnica no puede ocultarte de mi visión. Sé que los otros se escondieron en esa cueva, pude haberlos matados a todos ahí mismo.

- Entonces ¿Por qué? – Pregunté.

- Porque me dio curiosidad ver como regresaban al pueblo, quería saber por qué lo hacían.

Kokushibo dio un paso al frente, dispuesto a atacarme nuevamente, pero se detuvo repentinamente mientras miraba incrédulo a Tsutako.

- Eso que llevas en tus manos es...

¡O no!

- Arte de sangre demoniaca. Sangre ilusoria: Aroma de fantasía visual.

Utilicé la sangre que salía de mi brazo cortado para poder cubrir a Tsutako aunque sea por un segundo.

- ¡Rápido, tienes que destruir esa planta!

- Tamayo san...

- ¡Vete!

- ... Si.

Tsutako comenzó a correr mientras se camuflajeada con mi técnica, pero...

- Primera postura: Luna oscura - Santuario nocturno.

Un movimiento, de un simple corte vertical Kokushibo logró cortar y deshacerse de mi técnica de ilusión.

- No hay duda, esa planta es el lirio de la araña azul.

Kokushibo iba a empezar a correr, pero yo me puse por enfrente de él como pude.

- No te dejare perseguirla.

- No te pedí permiso.

Nuevamente, la primera luna creciente se posicionaba para atacarme, pero de repente...

- Primera postura: Hidra de serpentinita.

Kokushibo se hizo a un lado y una espada que estaba girando por los aires lo pasó de largo para incrustarse en el suelo. Ahora se escuchó el sonido de un disparo y Kokushibo desvió el proyectil con su espada.

Por enfrente de mi aterrizaron dos cazadores, un joven y una mujer. La mujer recogió la espada incrustada y la apuntó hacia el demonio.

- No dejaremos que sigas avanzando, demonio.

- ¿Quiénes son ustedes?

- Soy la tsuguko del pilar de la roca Yae y él es mi compañero Genya.

Estos cazadores portan un rifle pequeño junto a una espada corta, tal parece que tienen un estilo único de pelea.

- ¿Se encuentra bien?

El joven Genya me pregunta sin quitar la mirada de enfrente.

- Si, muchas gracias.

- Bien, ahora huya, nosotros nos encargamos del resto

Yae fue quien me había dicho eso, y por un instante consideré hacerle caso, pero su oponente era Kokushibo, la primera luna creciente, aunque sean hábiles y diestros, no podrán ganarle a este oponente.

No los puedo abandonar, me preocupa Tsutako y la posibilidad de que se reencuentre con Muzan, pero si los dejo solos seguramente morirán, por lo que debo quedarme y apoyarles. No me queda de otra que confiar en Tsutako.

- Los ayudaré.

- ¿Eh? – Ambos parecían confundidos.

- No quiero ser grosera, pero no podrán ganarle ustedes solos.

- Lo sabemos.

Lo que me dijo Yae me sorprendió un poco.

- Y nuestra meta no es ganarle, solo es ganar tiempo.

- ¿Ganar tiempo?

- Los pilares vienen en camino – Fue Genya quien me respondió.

Ahora entiendo, estos jóvenes ya saben en lo que se metieron y que no podrán ganarle a Kokushibo, ahora con mayor razón debo quedarme a apoyarlos.

- Está bien, los ayudare hasta que lleguen los pilares.

Después iré a alcanzar a Tsutako. Ninguno de los dos volteó a verme, aún mantenían su mirada hacia la luna demoniaca.

- Bien, le encargamos nuestra espalda, Tamayo san – Yae me dice.

- Si.

Los dos cazadores se preparaban para atacar mientras que yo preparaba mi técnica demoniaca.

- No importa cuantos de ustedes sean, al final saldré victorioso de esta batalla.

Kokushibo también se preparaba para atacarnos, tendremos que utilizar todas nuestras habilidades para poder retenerlo el tiempo suficiente para que lleguen los pilares y para que Tsutako pueda destruir el lirio.

También le rezo a los dioses para que Tomioka pueda retener a Muzan, estoy segura de que ese miserable pudo ver a través de los ojos de Kokushibo y ahora sabe de la ubicación del lirio de la araña azul.

Tsutako, tenga mucho cuidado por favor.

. . .

- ¡¡KANAO!!

No, no, no por favor, Kanao no puede estar muerta.

Estaba sacudiendo el cuerpo de Kanao mientras lloraba sin poder detenerme, pero al no haber respuesta de mi pequeña hermana, la abrace y la acerque a mí.

- ¡Nee san! Kanao... ¡¿Cómo está Kanao?!

Escuchaba a Shinobu gritarme, pero yo no me despegaba de Kanao, la abrazaba con fuerza y lloraba en su hombro.

- ¿Eh?

Esto... esto es...

Acerque mi oído a su rostro y pude escucharla respirar, volví a recostarla en el pasto y coloque mis dedos índice y medio en la parte blanda de su cuello, justo en su arteria carótida.

- ¡Tiene pulso!

Al sentir su pulso pude relajarme por unos instantes, después coloqué mi mano en su tórax y pude sentir el leve movimiento de su caja torácica.

- ¡Sigue con vida!

Grité para informarle a Shinobu. Después observe la rosa blanca incrustada en su pecho y la tome por su tallo sin importarme las espinas, pero antes de jalar hacia arriba, Midori me llamó.

- Yo no haría eso si fuera tu.

- ¿Qué?

Midori se cruzó de brazos y me miro con superioridad.

- La rosa se ha incrustado profundamente en su corazón, ya debieron nacer sus raíces.

- ¡¿Qué?!

- Si intentas extraerlo no podrás sacarlo, y en el supuesto caso de que lo logres, literalmente sacaras el corazón de Kanao de su pecho.

Si lo que dice Midori es verdad, entonces solo tengo una opción. Me puse de pie y coloqué mi mano en mi espada, pero...

- Tampoco funcionara si la cortas.

Giré levemente el cuello para mirar a Midori.

- Si la cortas, de su tallo saldrá la sangre de Kanao a chorros, se desangrará en segundos.

- No lo entiendo, ¿Cómo planeabas matarme con esta rosa? Al parecer, el golpe de la rosa no era tan fuerte como para asesinar a una persona.

- Eso es porque esa rosa no mata al instante.

- ¿Qué quieres decir con eso?

- Observa detenidamente la rosa, estoy segura de que te darás cuenta.

Hice lo que me dijo Midori y comencé a inspeccionar esa rosa, desde este ángulo no se veía nada fuera de lo normal, por lo que me arrodillé para verla más de cerca y fue cuando descubrí algo que me helo la sangre.

- Esto es...

- ¡¿Qué sucede, nee san?!

- La rosa blanca se está volviendo roja – Le respondí a Shinobu.

- ¡Exacto!

Midori se escuchaba un poco emocionada, incluso dio un aplauso mientras daba un brinco pequeño.

- ¿Sabes por qué se llama rosa sangrienta? Es porque esa rosa no mata de inmediato, se incrusta en el corazón de su víctima y comienza a succionar su sangre.

- Eso quiere decir...

- ¡Si! ¡Cuando la rosa se vuelva completamente roja, habrá absorbido toda la sangre de Kanao y ella morirá! Después simplemente me comeré los pétalos de la rosa.

- ¡Tienes que detenerlo!

- Ni yo puedo hacerlo, sensei.

Eso debe ser mentira, esta es la técnica de Midori, ella debería ser capaz de sacar esta rosa.

- No me veas así sensei, aún hay una forma de salvarle la vida.

- ¡¿Qué debo hacer?!

- Vamos sensei, es muy sencillo, sé que puedes deducirlo.

Midori...

- Si deseo salvar a Kanao, tendré que derrotarte ¿Es eso?

- Si.

Agaché la mirada al confirmar mi teoría.

- Así quedara claro tu favoritismo, tus mentiras quedaran expuestas y tu hermana será capaz de ver tu hipocresía. ¡Ya deberías saberlo, ya deberías ver la realidad! Todo esto es por tu culpa "Maestra".

Midori se estaba riendo mientras que yo pensaba en algo que me dijo.

¿Maestra? ¿Qué clase de maestra soy si permito todo esto? Pero creo que Midori tiene razón en algo, no debí haberme convertido en su maestra, no sirvo para...

"Así que vas a ser maestra, eso es bueno."

¿Giyuu?

"Pero no me siento con la capacidad de ser una, ¿Y si fallo?

Es verdad que no es fácil ser un maestro, ya que prácticamente formaras el camino de tu alumno

Entonces, ¿Qué debería hacer?

Lo primero es tener confianza en ti misma."

¿Confianza?

"Confianza en mí misma, no lo entiendo Giyuu san.

¿Quieres saber la diferencia entre un maestro y un aprendiz?

Si por favor.

El maestro ha fallado más veces de las que el aprendiz lo ha intentado.

¿Giyuu san?

Kanae, tanto tú como yo hemos fallado muchas veces, eso es lo que nos ha traído hasta aquí.

Creo entenderlo, pero y si no puedo.

Si crees que no puedes hacerlo, entonces ya has fallado sin siquiera empezar. Por eso lo primero que debes tener es confianza"

Es verdad, Giyuu ya me había advertido de eso, si un maestro no confía en sus habilidades, su discípulo no podrá aprender correctamente.

"Tienes razón Giyuu san, lo intentaré.

¡No! Hazlo o no lo hagas. Pero no lo intentes.

Creo... No, tienes toda la razón Giyuu san, ¿Qué debería enseñarle?

Transmite todo lo que has aprendido: Fuerza, maestría y éxitos; pero insensatez, debilidad y fracaso también. ¡Sí, fracaso sobre todo!

¡¿Qué?! ¡¿Quieres que le enseñe todos mis fracasos?!

Así es.

Pero...

Kanae, el fracaso es el mejor maestro que existe.

¿Por qué?

Del fracaso aprendemos los errores que cometimos y eso hace que no lo volvamos a cometer.

No, ¿Por qué debería enseñarles mis fracasos? Si lo hago, tal vez termine por decepcionarla.

Kanae, no es bueno que un aprendiz idolatre a su maestro, el aprendiz debe saber que incluso su maestro no es perfecto, ya que cuando la decepción aparece frente a uno, esta puede lograr cambiarlo por dentro."

Ahora que recuerdo, Midori me dijo lo mismo, ella me dijo que la decepción se había mostrado ante ella. Incluso las flores me lo decían cuando corríamos hacia aquí, ella me admiraba, ella me idolatraba.

Ahora creo comprender mi error, cuando comencé a entrenarla jamás le dije de mis fracasos como cazadora, como médica y como persona. No seguí el consejo de Giyuu y eso nos ha traído a este escenario.

"Tu hermana fue quien me traicionó primero, así que no me vengas con eso."

¿Será que, al descubrir mis fracasos contra las lunas demoniacas, sintió que la había traicionado?

"Sigues mintiendo, te sigues mintiendo, cuando fueron a esa salida de chicas, ¿Shinobu no te lo dijo?"

En esa salida, Shinobu me dijo que no me mintiera y aceptara mis sentimientos por...

Giyuu.

Ahora creo entenderlo, es posible que Midori también se sienta atraída por Giyuu, y se sintió traicionada y decepcionada cuando yo comencé a salir con él, aun cuando anteriormente les había dicho a todas que yo apoyaría a Shinobu.

Midori, ahora te comprendo, ahora entiendo la razón detrás de las palabras de Giyuu, ahora por fin podré actuar como tu verdadera maestra, ya que...

"No sabía que el ser un maestro conllevara a tanto.

Kanae, somos lo que ellos alcanzan a ser, esa es la verdadera carga de todos los maestros.

¿Y si un alumno va por mal camino?

Entonces, como su maestra, será tu responsabilidad traerlo de vuelta al buen camino, aunque eso signifique...

... Entiendo."

Midori, como tu maestra, como mi discípula, eres mi responsabilidad.

- ¿Por qué te quedaste callada, Kanae sensei? ¿Acaso sigues pensando en cómo salvarnos a todas?

- ¡Nee san!

- Sabes Shinobu san, ya me tienen harta tus gritos.

- Midori eres una...

- Adiós Shinobu.

- ¡MIDORI!

Le grité, por primera vez desde que la conozco le grité con todas mis fuerzas.

- Yo soy la persona con la que tienes rencores, así que deja a mis hermanas en paz.

- ¿No crees que es muy tarde para eso, sensei?

- Si, lo es – Me puse de pie – Es muy tarde.

- Je, veo que finalmente te...

. . .

- Je, veo que finalmente te...

Midori se quedó en silencio al igual que yo, porque algo no estaba bien. En cuanto mi hermana se puso de pie, una gran presión emanaba de ella. Aunque nos esté dando la espalda, puedo sentir como si mi hermana estuviera justo a mi lado.

¿Nee san, acaso tu...?

. . .

¿Qué...Qué es esto? ¿Por qué la presencia de Kanae sensei se siente hasta aquí si ella está parada varios metros por delante de mí?

Ella se volteó lentamente y pude ver en su mejilla izquierda una marca. Esta marca se asemeja a unas flores de Sakura ¿Qué es eso? ¿Por qué de repente le salió una marca? ¿Por qué mi cuerpo empezó a temblar?

Kanae sensei ¡¿Qué hiciste?!

. . .

Tanto Shinobu como Midori se veían asombradas hacia mi persona, es como si tuviera algo en la cara porque no quitaban su mirada sobre mí. Aunque debo admitir que me siento diferente, siento como si mi corazón fuera a explotar por los latinos tan frenéticos que está haciendo.

"Se necesita de una gran concentración en la respiración, después yo solo pienso en las personas más importantes para mí y mi deseo en protegerlas."

Ya veo, esto debe ser por la marca de cazador, Giyuu nos había explicado cómo se sentía y cómo le hacía para activarlo. Al pensar en mis hermanas y en mi deseo por protegerlas debió activarla.

Miré por unos segundos al cielo nocturno y le agradecí a Giyuu por todo lo que ha hecho por mí, por nosotras. Después bajé la mirada y observé a Midori con pena.

- Midori, te he fallado – Le dije.

- ¿Eh?

- Se suponía que debía guiarte por el buen camino, pero hice todo lo contrario, solo te falle.

Midori entrecerró los ojos.

- Y es mi responsabilidad darte una última lección.

- No me vengas con eso – Midori estiró su brazo – Arte de sangre demoniaca: Agujas cortantes.

Muchas estacas de madera iban a toda velocidad hacia mí, pero en esta ocasión todo se veía en cámara lenta.

- Respiración de la flor. Tercera postura: Rotación de cerezos.

Sin moverme de mi lugar solo empecé unos giros sobre mi eje para desviar todos los ataques que Midori me lanzó. Al terminar de girar, ella se veía bastante sorprendida.

- ¿De qué te sorprendes, no te enseñe todas las posturas de la respiración de las flores? – Le pregunté.

- Pero... ¡No, esto no puede ser verdad!

Ella se preparaba para volverme a atacar, pero esta vez no espere quieta en mi lugar y comencé a correr hacia ella. A los pocos segundos ya estaba junto a ella y cuando reaccionó para intentar apuñalarme con unas de sus estacas, yo salte para estar con Shinobu.

- Respiración de la flor. Segunda postura: Sombra honorable de la ciruela.

Logré cortar todas las lianas que tenían atrapada a mi hermana y la sujeté con mi mano libre para ambas caer suavemente al suelo.

- Nee san...

- ¿Qué sucede Shinobu?

- Tu rostro... tu marca en verdad es...

- Hablaremos después Shinobu, quiero pedirte un favor.

- ¿Eh? ...Si claro.

- Ve y cuida de Kanao, yo terminaré con esto.

- Pero...

- Por favor.

Shinobu se mordió un poco el labio inferior y después asintió. Comenzó a alejarse de mí, pero se detuvo y se volteó para decirme algo.

- Sé que podrás hacerlo nee san, sé qué harás que Midori abra los ojos.

- Si.

Ahora Shinobu se giró levemente hacia Midori.

- Midori... Adiós.

- ¿Eh?

- No tengo nada más que decirte, la indicada para eso es mi hermana.

- ¿En verdad crees que ella me puede ganar?

Shinobu no le respondió, solo le hizo una leve reverencia antes de comenzar a alejarse.

- ¡Espera, te hice una pregunta!

Midori estuvo a punto de atacar a mi hermana, pero corrí para sujetarla del brazo y detenerla.

- Arg.

- Ya te lo dije, tus asuntos son conmigo, deja a mis hermanas en paz.

Apliqué más fuerza en mi agarre y pude ver la cara de dolor en Midori, ella intentó zafarse de mi agarre colocando su mano libre por encima de la mía, antes de que pudiera hacerlo, hice un pequeño giro para arrojar a Midori lo más lejos de mis hermanas menores. Ella cayó de fea forma y comenzó a rodar en el suelo.

En cuanto termino de girar, se quedó arrodillada con una rodilla en el suelo mientras observaba su propio antebrazo. Después me dedicó una horrible mirada y comenzó a correr hacia mí.

- ¡Maldita!

Cuando estuvo cerca de mí, esquive su golpe y levanté mi mano izquierda.

*Paf*

Le había dado una cachetada a Midori y ella estaba asombrada por la acción, Midori se tomó la mejilla derecha y me miró de fea forma.

- Eres una...

*Paf*

Le di otro golpe ahora con la parte posterior de mi mano izquierda y después le di una patada en el cuerpo para alejarla de mí. Midori no tardó en reaccionar y se recuperó casi al instante, y sin perder tiempo, se volvió a lanzar en mi contra.

Ella me lanzó un derechazo hacia el rostro y yo solo di un ligero paso hacia mi costado izquierdo para dejar pasar a Midori y aprovechando de que en su ataque dejo su brazo izquierdo hacia atrás, la volví a agarrar y la lancé de nuevo lejos de nosotras.

- Arg.

- ¿Acaso olvidaste todo lo que te enseñe? Nunca ataques a tu oponente cegada por la ira, eso solo dejara tu espalda al descubierto.

- ¡Calla!

Midori extendió sus dos brazos.

- Arte de sangre demoniaca. Nacimiento del bosque profundo.

Volvió a utilizar esa técnica, con la única diferencia de que ahora esas ramas también salían de su espalda y hasta del suelo. Esta niña, se está dejando llevar por su enojo.

- Midori – Suspiré – Tercera postura: Rotación de cerezos.

Destruí las ramas que venían por el aire con unos cuantos giros y en cuanto a las que venían por tierra se acercaron, las brinqué y comencé a correr por encima de ellas. Cada cierto tiempo daba pequeños saltos para evitar las nuevas ramas que salían de las principales por donde venia corriendo.

- ¡Muere!

Midori gritó, nuevas raíces salían de todos lados, todas con la intención de atravesarme, yo seguía con estos pequeños saltos para poder esquivarlos con facilidad. Cuando estuve cerca de ella, di un gran salto en el aire para poder caer con fuerza.

- Respiración de la flor. Primera postura: Descenso de camelia.

Midori intentó cubrirse con una gran rama de árbol, pero mi ataque vertical logró cortar no solo la gran rama, también parte del cuerpo de Midori, desde su hombro derecho hasta la cintura.

- ¡Arg!

Aún no acabo.

- Cuarta postura: Hanagoromo Carmesí.

Ahora logré darle un espadazo simple en el espacio que hay entre su pecho y hombros, un corte limpio horizontal.

Y ahora, para terminar.

- Quinta postura...

- Arte de sangre demoniaca: Polen de la mariposa.

Ese gas salía de las manos de Midori, veo que es un ataque desesperado para evitar seguir recibiendo daño, pero...

- Sexta postura: Melocotón giratorio.

Tuve que hacer un movimiento rápido con las manos para poder cambiar de postura.

Comencé a girar y el viento generado por mi espada estaba arrastrando ese gas tras de mí. Midori me miraba asombrada y cuando decidí atacarla, no solo mi espada impactó en su cuerpo, el gas también la cubrió y se fue alejando para comenzar a elevarse en el aire.

Midori nuevamente estaba con las rodillas en el suelo mientras se apoyaba con sus manos y jadeaba por aire. Yo solo la miraba hacia abajo y la cara de frustración era notorio en ella.

- ¡¿Por qué?!

De sus palmas salieron dos estacas de madera y se abalanzó en mi contra. Yo volví a suspirar un poco decepcionada por verla atacar de esta forma.

- ¿Por qué tenías que mentirme?

Sus ataques eran fuertes, pero carentes de precisión.

- ¿Por qué tenías que fracasar?

Estos ataques directos eran fáciles de esquivar, pero yo no lo hacía.

- ¿Por qué tenías que traicionarme?

Quería recibir todo el odio de Midori y bloquearlo con mi espada.

- Lamento haberte engañado con lo de Giyuu san – Le dije.

- ¡Tú, quien nos decía que nos alejamos del pilar del agua por el bien de Shinobu! ¡Que nos decías que apoyarías a tu hermanita en su romance! ¡Vas y terminas enamorándote de él!

- Midori...

- ¡Al principio lo comprendía, era tu hermana después de todo, pero cuando escuché que tú también te habías enamorado de él, no lo podía creer! Intenté ser discreta y cuando vi al pilar me acerqué a él para... pero tú...

- Pero me viste lista para salir con él ¿No?

- ¡Así es!

Seguía bloqueando todos los ataques de Midori, ella parecía que no se iba a agotar pronto, posiblemente por la sangre de demonio que tiene ahora, o por la ira que la está impulsando.

Decidí terminar con su ataque comenzando a presionar un poco. Ahora cuando yo empecé con la ofensiva, Midori se vio obligada a retroceder un poco. Al tener cierto espacio, le di una patada en la boca del estómago sacándole el aire de golpe.

- *Cof cof*

Ella comenzó a toser mientras se sujetaba de su estómago, por lo que aproveché para hacerme de más distancia y me preparaba para atacarla con la nueva postura que creé gracias a Giyuu.

- Midori, esto se acabó.

- ¿Ha?

Coloqué mi espada por enfrente de mí y la sujeté con mis dos manos, separé mis piernas y me concentré en mi respiración.

- Midori, presta mucha atención, esta postura jamás te la pude enseñar porque hace poco no existía.

- ¿Qué?

- Pero gracias a la inspiración que me dio Giyuu san, pude crearla.

- Tch.

Midori se colocó de pie para poder atacarme, pero no le di la oportunidad porque comencé a acercarme a ella.

- Respiración de la flor.

Lo siento.

- Séptima postura.

En verdad lo lamento.

- Campo de flores bajo el rocío.

. . .

- Campo de flores bajo el rocío.

¿Qué es eso? ¿Por qué puedo ver varios pétalos de flores rodeando a la maestra? Además, dijo que se trataba de una nueva postura, por lo que solo debería ser solo un movimiento de espada ¿No?

Pero ¿Y estas flores? Los pétalos me comenzaron a rodear y no me podía mover, no es como si esos pétalos me aprisionaran o algo por el estilo, es que es un paisaje bastante hermoso para la vista.

Puedo sentir la calidez de los pétalos sobre mi piel, es como si estuviera a la intemperie y una agradable y serena lluvia me envolviera, también las flores hacen que me relaje, no sé cómo explicarlo.

Detrás de la maestra Kanae hay otra flor, es una flor de cerezo inusualmente grande, sus cinco pétalos comenzaron a abrirse y se colocaron detrás de la cabeza, brazos y piernas de la maestra.

Sé que ella se está acercando, puedo verlo, pero por alguna razón no puedo dejar de mirar esa flor de cerezo, realmente es hermosa. La maestra Kanae en verdad es...

- Asombrosa.

. . .

- Campo de flores bajo el rocío.

Mi hermana finalmente utilizó su nueva técnica, una técnica inspirada en la doceava postura de Giyuu. Aunque mi hermana nunca pudo alcanzar los nueve golpes, ella me dijo que con solo cinco serían suficientes.

Apenas pude verlo, creo que alcancé a ver solo dos golpes, pero Midori claramente recibió los cincos. Dos en sus piernas, dos en sus brazos y el final en su cuello.

La cabeza de Midori salió volando por los aires, la pelea entre alumna y maestra finalmente había terminado. Eso significa que Kanao estará a salvo, sin embargo, antes de voltearme hacia mi hermanita, vi como Kanae soltaba su espada al suelo y estiró sus brazos para atrapar la cabeza de Midori.

. . .

Yo tenía una vida tranquila, mi familia que era conformada por mis padres y yo, vivíamos tranquilamente en el campo, no éramos ricos, pero tampoco éramos pobres, manteníamos una vida de mediana clase.

Yo realmente era feliz en compañía de mis padres, al ser hija única siempre recibía atención por parte de ambos, ellos me amaban y yo los amaba. Amaba trabajar la tierra con mi padre para cuidar de las flores, amaba venderlas en la florería a lado de mi madre.

Esos días eran los más felices de mi vida, una vida que fue arruinada en una sola noche cuando un demonio apareció.

Era un demonio común y corriente, ni siquiera tenía una técnica de sangre. Pero, aun así, ese demonio me arrebató a mis padres de un solo ataque, mis padres utilizaron sus propios cuerpos para protegerme y yo solo lloraba mientras mi cara estaba cubierta de su sangre.

La risa asquerosa de ese demonio se escuchaba por toda la casa, pero de repente se calló de golpe, el sonido de algo caerse al suelo de madera hizo que levantara el rostro y fue ahí cuando te conocí.

"Lamento mucho no haber llegado a tiempo. ¿Te encuentras bien?"

Yo no te respondí en aquel momento, solo te miraba asombrada por lo que habías hecho.

"Me llamo Kocho Kanae ¿Cuál es tu nombre?

Midori"

Fue en ese momento, en el que supe tu nombre que decidí seguirte, al principio te habías negado, pero al saber que ya no tenía otro familiar decidiste llevarme a tu finca.

Ahí conocí a tus hermanas menores, a Aoi y a las niñas. A pesar de que había perdido a mis padres, todas me habían aceptado como un miembro más de su familia, había encontrado un nuevo hogar.

La relación que tenía con todas era muy especial, con las niñas, Kiyo, Sumi y Naho era agradable, con Aoi era como de camaradas, con Kanao no sabría exactamente porque en aquellos momentos ella no hablaba mucho, con Shinobu era de maestra y algo distante, ya que Shinobu era un poco malhumorada.

Pero la mejor relación que tenía era contigo maestra, siempre eras alegre, positiva y transmitidas felicidades absolutas. Siempre creí que eras un ángel caído del cielo para traernos paz y felicidad en este mundo cruel donde existen los demonios.

La tranquilidad en la finca mariposa se vio interrumpida cuando apareció él, el pilar del agua había llegado con la intención de probar tus habilidades y las de Shinobu, recuerdo que ese día fue todo un escándalo por la pelea de exhibición que hacían en el jardín.

Después de esa misión algo en Shinobu había cambiado, y al paso del tiempo, tú misma nos habías confirmado que Shinobu se había enamorado del pilar del agua.

Al principio me alegré por ella, de hecho, no era necesario que nos dijeras que mantuviéramos cierta distancia de ellos para que pudiera florecer un romance, ya que el pilar del agua no me llamaba la atención.

Maestra, para mí, la persona más importante eras tú, eras un ángel, un espíritu de las flores. Libre y hermosa.

Mi admiración hacia ti se hizo más grande al saber que habías ascendido al puesto de pilar, esa admiración se convirtió en encandilamiento, tu alumbrabas mi vida con tu luz, tu sola presencia me daba la seguridad de que nada malo podría pasarme.

Eras hermosa, eras fuerte, eras inteligente y eras amable, eras la personificación de la perfección. Cuando aceptaste ser mi maestra no podía ser más feliz, pero todo cambio después de esa noche.

La recuerdo perfectamente, tu y Shinobu habían ido a una misión cerca de Nagasaki, yo pensaba que todo estaría bien, que al ser tu no habría ningún problema, pero cuando te vi regresar en brazos del pilar del agua, toda herida y sangrando, algo dentro de mi cambio.

No podía creer que la persona que creía perfecta estuviera en esas condiciones, no podía aceptarlo. Cuando te recuperaste, creí que las cosas estarían como antes, pero sin darte cuenta maestra, comenzaste a cambiar.

Comenzabas a hablar más con el pilar del agua, lo invitabas más a la finca y lo tratabas de forma más cercana y cariñosa. Al principio pensé que era por lo de Shinobu, pero cuando me di cuenta de la forma en la que lo mirabas, me di cuenta de que no eras un ángel, solo eras una mujer más.

Hubo una ocasión en la que el pilar del agua estaba en recuperación, un día, por alguna razón él día estaba buscando a Shinobu, cuando me preguntó por ella, me di cuenta de que en verdad se preocupaba por tu hermana. No pude evitar sentirme triste por ti maestra.

No quería aceptarlo, no quería perderte, no quería estar con Kanae la mujer, quería estar con Kanae el ángel, pero poco a poco me di cuenta de tus errores, de tus fracasos.

El punto de inflexión fue cuando escuché que tendrías una cita con el pilar del agua, quería evitarlo, quería evitar que te lastimaras al saber que posiblemente el pilar no te correspondería, ya que él en verdad se veía preocupado por Shinobu en aquella ocasión, por eso, cuando lo vi en la finca mariposa, intenté preguntarle sobre sus gustos, incluso intenté seducirlo para que te dieras cuenta de que no era el hombre que creías que era para ti.

Sin embargo, cuando te apareciste, ninguno de los dos se dio cuenta de cómo sus ojos brillaron levemente al verse uno al otro, yo que estaba en medio si lo hice, te miraba detenidamente, después al pilar del agua y regresaba contigo.

Al ver eso, sabía que te había perdido, sabía que ya no serías la misma, todas las cosas que me mostraste, todas las cosas que me dijiste, todas esas cosas no eran más que mentiras.

Maestra, tu no eras un ángel, tu no eras la perfección encarnada, solo eres una mentirosa, un fraude, una decepción y una hipócrita. Por eso decidí irme de la finca, por eso decidí irme de tu lado y, por eso, decidí destruir todo lo que amabas con mis propias manos.

Creí que al verme como un demonio me odiarías, creí que al verme atacar a tus hermanas me maldecirías. Tenía la intención de matarte lentamente con esa rosa blanca para que vieras morir a tus hermanas antes de que tú lo hicieras.

En verdad quería que me odiaras.

Entonces...

¿Por qué? ¿Por qué me atrapaste antes de caer al suelo? ¿Por qué tienes esa cara de tristeza? ¿Por qué estas llorando mientras me tienes entre tus brazos?

. . .

No podía sentirme más triste por Midori de lo que ya estoy, solo puedo llorar por ella. Ella me mira de forma confusa mientras su cuerpo se empieza a desintegrar, pero antes de que lo haga por completo, tengo que decirle algo antes de despedirnos.

- Sabes Midori, yo fracasaba muy seguido en la farmacia de mis padres.

- ¿Qué?

- Por más que mi papá me decía las cantidades exactas para hacer la medicina, al principio siempre me excedía en las proporciones, no sabes cuantas veces mi papá me llamó la atención por eso.

Sonreí de lado al recordar esa etapa de mi vida.

- No era muy buena que digamos y hubo un tiempo en la que me sentía celosa de mi hermana.

- ¿Por qué?

- Porque a ella desde pequeña se le daba bien la farmacéutica, todas las medicinas que hacía le quedaban bien desde el principio. Recuerdo que una vez lloré en el regazo de mi madre al pensar que no servía para la farmacéutica, que papá se sentiría decepcionado de mí.

- ¿Tu, fallabas en la farmacéutica?

- Si, incluso llegué a decir que renunciaría, pero mi mamá me dijo que no lo hiciera hasta no dar mi mejor esfuerzo, que no importaba las veces que fracasara, lo que importaba era las veces que lo intentaba.

Comencé a masajear un poco la mejilla de Midori.

- Solo así fue como comencé a mejorar, mis medicinas cada vez quedaban mejor, fueron gracias a esas palabras que continué con mi vida. Aun cuando mis padres ya no estuvieran, siempre continué avanzando.

- Pero...

- Pero no siempre cumplía con mis objetivos ¿Verdad? Midori, no soy tan fuerte, no soy tan exitosa, no soy tan perfecta.

- Entonces, ¿Todas esas historias que nos contabas?

- Eran verdades a medias, detrás de todos esos éxitos y logros que te contaba, había una larga y triste lista de intentos fallidos y fracasos. Y mi mayor fracaso, la que encabeza esa lista, fue no haber sido sincera contigo.

- ¿Maestra?

- Nadie es perfecto, ni siquiera este mundo es perfecto, pero son esas imperfecciones lo que hacen que cada uno sea único. El mundo se me hace hermoso solo por tener esas imperfecciones.

- ¿No lo entiendo?

- Midori, tu no tenías que creer que yo era un ser perfecto, yo no soy un ángel y tampoco soy un dios, solo soy una mujer que se esfuerza día a día para ser feliz, para proteger a mis seres queridos, por que, para mí, la verdadera perfección es verlas felices.

- ¿Hablas de tus hermanas y...?

- Aoi chan, Naho chan, Kiyo chan, Sumi chan y, por supuesto tú, Midori chan.

- ¿Maestra?

- Eres mi querida discípula, eres mi estimada amiga, pero, sobre todo, eres mi pequeña hermana.

- ¡Maestra!

De los ojos de Midori, comenzaron a salir lágrimas. La mayor parte de su cabeza ya se había desintegrado.

- ¡Lo siento! ¡Lo siento!

- Está bien Midori chan, te perdono.

- ¡Ahhh, maestra!

- Pero hiciste algo por lo que tienes que compensar, Midori chan, todos comentemos errores y debemos pagar por las consecuencias. Espero volvernos a ver cuándo hayas pagado por todos esos errores y cuando nos volvamos a encontrar, te prometo que seré una mejor maestra para ti.

- ¡Buaa, maestra... diles a todas que lo sie...!

Midori ya no me pudo decir nada más porque su boca ya se había desintegrado, pero no eran necesarias las palabras, sus ojos me expresaban completamente sus sentimientos.

- No te preocupes, se los diré a todas.

Lo que quedaba del rostro de Midori se veía agradecido, jamás me despegue de ella hasta el último momento en el que se desintegró por completo, lo único que quedaba de ella era el prendedor de mariposa que le había regalado.

Antes de levantarme recogí el prendedor y me dirigí hacia mis hermanas, ahora que la batalla había terminado, mi cuerpo se empezó a sentir cansado, realmente utilizar esa marca deja con muchas consecuencias al cuerpo.

Trataba de caminar en línea recta hacia mis hermanas, pero con cada paso que daba se me hacía más difícil caminar, intenté seguir un poco más, pero sentí como mis piernas me fallaron y comencé a caer.

Al principio creí que me dolería el golpe de la caída, pero unos brazos me atraparon antes de hacerlo, al abrir los ojos pude ver que era Shinobu quien me había atrapado.

- Shinobu ¿Y Kanao?

- Mírala por ti misma nee san.

Shinobu se puso por debajo de mi brazo izquierdo y me empezó a ayudar a caminar, en eso pude ver como la rosa blanca había desaparecido del pecho de Kanao. También pude observar cómo Kanao respiraba tranquilamente.

La rosa no era lo único que había desaparecido, todo el entorno comenzaba a colapsar, y como estamos en el centro de un claro, estábamos a salvo por el momento.

- Recuéstate nee san.

Shinobu me recostó a un lado de Kanao y comenzó a revisar mis heridas, yo no me queje, simplemente quería descansar un poco, ya que esto aún no termina, aun debemos acabar con el origen de este mal.

- Shinobu.

- ¿Sí?

- Midori...

- ¿Al final regresó a ser como era antes?

- Si.

- Entonces sé lo que me quería decir, cuando todo esto termine, tenemos que hacerle un funeral digno de ella.

- Si.

Miré una última vez antes de cerrar mis ojos a Kanao que estaba recostada a mi lado y la vi en completa en calma, aunque lo más seguro es que ella ya no pueda seguir combatiendo porque recibió un ataque directo al corazón.

Por lo que Shinobu y yo tenemos que recuperarnos lo más rápido posible para poder dejar a Kanao en un lugar seguro e ir al pueblo y ayudar a Tsutako y a Giyuu.

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