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Capítulo 43: El demonio del odio

Estaba arrodillado en el suelo, la espada del maestro Urokodaki se había partido por la mitad y se encontraba tirada, mientras que estoy sangrando demasiado por todas partes, yo Tomioka Giyuu, he aguanto lo más posible los ataques de Muzan hasta el momento.

- Ya deberías ser capaz de ver la realidad Giyuu.

Muzan estaba parado a unos cuantos metros de mí, su apariencia ha cambiado poco a poco, su cabello se alargó y está comenzando a cambiar de color, de negro a blanco, su rostro también ha estado cambiando.

Al parecer, la droga de Tamayo por fin está funcionando, Muzan está comenzando a debilitarse y estoy seguro de que en cuanto lleguen los demás, podrán derrotarlo.

< ¡Levántate! >

Ellos lo lograran, estoy seguro de eso.

< Tienes que levantarte >

- Acabemos con esto de una vez.

Vi como el brazo de Muzan se transformó en un látigo de carne y hueso y lo lanzó en mi contra, yo solo miraba sin remordimiento, mi trabajo ya estaba hecho.

< ¡Giyuu! >

- Danza del dios del fuego: Vals.

Estaba asombrado por lo que veía, Tanjiro había llegado justo a tiempo y cortó el brazo de Muzan que se acercaba peligrosamente. Al ver como se paraba por enfrente de mí, me relaje completamente.

- ¡Giyuu san!

Cerré los ojos un momento y sentí como alguien me sujetaba por la espalda.

- ¡Gi-Giyuu nii!

Esa era la voz de Nezuko, así que ella también vino, bien, así podrá ayudar a su hermano, ahora podré dejar todo en sus...

- Ni te atrevas a decir que lo dejaras todo en sus manos. Giyuu.

¿Eh? Esperen... esa voz... esa voz es la de...

- ¿Urokodaki... sensei?

Abrí los ojos de nuevo y vi que no me encontraba en la aldea, estaba en un lugar bastante oscuro, con agua en lugar de suelo y por enfrente de mí estaba parado el maestro Urokodaki, pero no era el único, había varios niños con él y todos traían puesto una máscara de zorro en sus rostros.

- ¿No te había dicho que eras muy fuerte?

- Tú, eres el chico de antes de ir a la selección final.

No hay duda, es él. Esa mascara de zorro con la espiral, aún la recuerdo.

- Giyuu – El maestro Urokodaki me habló – ¿De verdad quieres dejarles toda la responsabilidad en sus pequeñas manos?

- Pero yo ya no...

- ¡Todavía tienes cosas que hacer!

- ¿Sensei?

La máscara Tengu me impide ver el rostro del maestro, pero por el tono de voz que utilizó, solo me lo puedo imaginar enojado.

- Aún no has terminado, aún no has acabado con esta maldad, ¿No dijiste que serias el agua que limpiaría esta maldad?

Yo no le respondía al maestro, solo escuchaba.

- Makomo, Nezuko, Tanjiro y Sabito. Ellos te necesitan, tú eres su hermano mayor, ¿Sabes por qué nacen primero los hermanos mayores?

Yo solo afirme con la cabeza, ya que sé la respuesta a esa pregunta.

- Así es, para proteger y cuidar de los hermanos menores.

- Lo siento sensei – Lentamente me estaba poniendo de pie – Tiene razón, aún tengo cosas que hacer.

- ¡Bien, ahora ve, pilar del agua!

- Antes de irme... yo... quiero disculparme con...

- No es necesario Giyuu.

- Pero sensei, si hubiese llegado antes usted...

- Estoy donde pertenezco, no me arrepiento de haber hecho lo que hice, ya que no solo protegí a mi hija, también protegí a mis nietos.

- ¿Nietos?

¿Por qué lo dijo en plural?

- Sobrevive y gana para saberlo Giyuu.

- Si.

- Recuerda, eres un usuario de la respiración del agua, siempre debes mantener la calma.

- Si, muchas gracias sensei.

El maestro y los niños poco a poco empezaron a desaparecer para dejarme ver que estaba parado y enfrente de mi estaban Tanjiro y Nezuko, y más adelante se encontraba Muzan.

- ¿Giyuu san?

Tanjiro tenía su espada en sus manos mientras estaba a la defensiva, en cuanto a Muzan se veía algo molesto al verme levantado.

- Si que eres terco Giyuu.

Yo no le respondí, solo quería ponerme al lado de Tanjiro para ayudarlo en el combate, pero Nezuko me detuvo y dado que no tenía su bambú en la boca, me dijo.

- Giyuu nii t-ten.

Nezuko me muestra mi espada y le agradezco en silencio mientras la tomaba con mi mano izquierda para desenfundarla con mi mano derecha. Al estar listo me coloque a la izquierda de Tanjiro y Nezuko se colocó a mi izquierda dejándome en medio.

- Bien Nezuko, Tanjiro, esta será nuestra última misión como cazadores de demonios. ¡Derrotemos juntos a Muzan!

- ¡Si!

Ambos Kamado me respondieron y los tres nos lanzamos al ataque.

. . .

- Primera postura: Corte de la superficie.

Estaba enfrascada en un combate contra el demonio del tridente Aizetsu, yo Makomo, no dejaba de atacarlo mientras me cuidaba del otro demonio de nombre Karaku. Cuando este preparaba su abanico para atacarme, yo me movía para esquivarlo, pero si no podía como ahora, solo utilizaba...

- Onceaba postura: Calma.

Las ráfagas de viento eran redirigidas a otro lugar por la pequeña cúpula de aire que ocasiona la onceaba postura. Aunque hacer constantemente las posturas de la respiración del agua, hace que me duela más la herida del costado de mi abdomen.

- ¡Maravilloso! ¡Esa técnica es genial!

- Yo diría que es muy problemática.

Estos demonios intercambiaron sus opiniones sobre la onceaba postura, no voy a mentir, lo que dijo Karaku es verdad, esta técnica que creo Giyuu es genial y eso que no han visto la otra.

- Arte de sangre demoniaca: Estocada de lluvia de lágrimas.

El ataque repentino de Aizetsu me tomó por sorpresa, luego de que apuntara su lanza en mi contra, esta fue capaz de atacarme consecutivamente, no me dio más opción que volver a utilizar la onceaba postura.

- Onceaba postura: Calma.

- Definitivamente, esa técnica es muy problemática.

Aizetsu se decía para sí mismo y yo en verdad le doy gracias a Giyuu por haber creado esta fantástica técnica.

Sin embargo, no puedo seguir así, tarde o temprano me quedaré sin fuerzas y ya no podré utilizar la onceaba postura, debo acercar a estos demonios con los otros dos para que Mitsuri pueda acabarlos.

Y solo se me ocurre una forma de hacerlo.

"Si tu oponente es más fuerte que tú, intenta usar su propia fuerza en su contra"

Tengo que poner en práctica el consejo que me dio Giyuu hace tiempo.

- Tercera postura: Danza de las Corrientes.

Con movimientos fluidos y en forma circular, rodeaba a los demonios y los hacia retroceder. A los demonios se les complicaba atacarme porque me la pasaba girando y trataba siempre estar en línea recta con alguno de ellos por en medio para evitar acabar entre ellos dos.

También me fijaba de reojo donde estaban los otros dos demonios y mis compañeros, tengo que ver bien a donde llevar a mis oponentes y no puedo darme el lujo de fallar, solo tendré una oportunidad.

- ¡Que escurridiza eres!

Karaku no dejaba de sonreír y estaba preparando su ataque, levantó su brazo derecho para utilizar su abanico y crear esa ventisca de aire.

Y es exactamente lo que estaba esperando.

Corrí lo más rápido que pude para acercarme a Karaku y al estar a un par de metros de él, di un salto para poder estar por arriba de su cabeza.

- Segunda postura: Rueda de agua.

Corté la mano derecha de Karaku y la tomé junto con su abanico en el aire, al caer al suelo, me giré lo más deprisa que pude y ondeé el abanico para crear esa ventisca, solo espero que funcione.

- ¡Eres un...!

¡Funcionó! La ventisca de aire se creó y mando a ambos demonios a volar por los aires, me alegra mucho haber puesto atención a mis compañeros porque calculé bien la trayectoria y ambos demonios se dirigían hacia ellos.

El entrenamiento realmente funcionó, Sabito, Giyuu. Chicos, muchas gracias.

Ahora tengo que advertir a Mitsuri.

- ¡Mitsuri chan!

. . .

El tener que pelear uno a uno es más sencillo que enfrentarse a dos al mismo tiempo, yo Kanronji Mitsuri, no puedo dejar de pensar en mi amiga Makomo, ella se ofreció a enfrentarse sola a dos demonios al mismo tiempo, no puedo dejar de pensar que ella es muy valiente y eso le hace verse muy linda y genial.

- ¡Toma esto!

El demonio alado, Urogi, caía en picada hacia mí con sus garras por delante, para esquivarlo hice un giro frontal en el suelo y al momento en el que Urogi se estrelló, lo ataqué con mi espada.

- Segunda postura: Amor angustiante.

Mi espada rodeó el cuerpo del demonio y terminó por cortarle todas sus extremidades, incluso corte sus alas para evitar que escapara volando de aquí. Ahora que este demonio estaba parcialmente inhabilitado me giré para ver cómo le iba Iguro con el demonio del báculo.

- Respiración de la serpiente. Primera postura: Corte de serpiente retorcida.

- ¡Que irritante eres!

Iguro esquivaba como una verdadera serpiente los rayos que Sekido le mandaba, se deslizaba por sus costados y al estar cerca lo atacaba. Mientras eso pasaba, Urogi comenzaba a regenerarse, por lo que me preparaba para atacarlo nuevamente, hasta que escuché como Makomo me llamaba.

- ¡Mitsuri chan!

Al girar, vi como los dos demonios con los que se enfrentaba Makomo, venían hacia aquí a toda velocidad, también me percaté de que Makomo tenía el abanico de Karaku en su mano y fue ahí que entendí como le hizo Makomo para que esos dos demonios se juntaran con el resto.

- Makomo chan es genial – Ahora me giré hacia Iguro – ¡Iguro san!

Iguro entendió la situación porque solo asintió antes de acercarse a Sekido y atacarlo desde abajo.

- Quinta postura: Serpiente deslizante.

Iguro se deslizó de tal manera que lograba cortar al demonio desde una posición bastante baja, pero su último ataque fue uno ascendente que logró elevar a Sekido y con una patada lo acercó hacia donde estaba Urogi.

- ¡Ahora!

- ¡Si!

Ambos me habían dicho que los atacara y yo solo les afirme que lo haría. Di un salto para tener un mejor panorama y...

- Respiración del amor. Quinta postura: Lazo ondulante - Uñas arruinadas.

Mi espada se fue acercando al cuello de los cuatro demonios y estuvo a punto de cortarlos al mismo tiempo, pero Sekido, que estaba más cerca de Urogi, lo alzó con su mano izquierda y lo utilizó como si fuera un escudo.

- ¡Oh no!

Mi espada cortó los cuellos de tres demonios al mismo tiempo, pero Sekido fue el único que salió intacto.

- ¡No hay que detenernos!

Makomo pasó corriendo por mi lado y se fue directo en contra de Sekido, ella no fue la única, porque Iguro también estaba corriendo hacia el demonio, por lo que yo no me puedo quedar atrás y también corrí para apoyarlos.

- ¡Que irritantes son! ¡No, esto está más allá de la ira, ESTO ES ODIO!

Sekido golpeó fuertemente el suelo con su bastón y un gran rayo cayó sobre todos ellos, nosotros al no estar cerca no nos vimos afectados por la electricidad, pero tuvimos que retirarnos un poco para evitar el golpe.

El rayo fue tan fuerte que levantó una pequeña nube de polvo por lo que nubló mi visibilidad, pero cuando la nube comenzó a disiparse, pude ver algo realmente horrible.

- ¡No! Espera ¡Sekido!

- ¡Tranquilo, nosotros podemos matarlos!

- ¡Sekido detente!

Y es que Sekido estaba absorbiendo a sus compañeros demonios, no le importaban sus suplicas, él solo los absorbía con un gran odio en su mirada. Con solo tocarlos con las palmas de sus manos, eran como tragados enteros.

- ¿Pero que...?

No podía seguir viendo esto por lo que desvié la mirada y cerré los ojos.

- Kanronji ¿Estas bien?

Iguro se había puesto a mi lado y me preguntó por mi estado.

- Es solo que... no puedo ver eso.

- Tranquila.

Iguro en verdad es un ángel conmigo, me está dando pequeñas palmaditas en la espada para tratar de tranquilizarme, abrí mis ojos para mirarlo directamente a los ojos y agradecerle, pero se escuchó el sonido de un tambor y...

- ¡Mitsuri, Iguro! – Makomo nos gritó de repente – ¡Cuidado!

Ambos la miramos un poco confundidos y al escuchar como algo de madera se acercaba a nosotros volteamos justo para ver como un dragón de madera nos embestían. Gracias al aviso de Makomo, Iguro y yo pudimos esquivarlo dando un pequeño salto hacia atrás.

Al separarnos, el cuerpo de madera del dragón se quedó entre Iguro y yo.

- ¡¿Kanronji, estas bien?! – Iguro me preguntó.

- ¡Si!

Sentí como alguien se ponía por detrás mío y al girar vi que era Makomo, le iba a agradecer por habernos avisado, pero ella tenía una mirada muy seria y miraba hacia al frente.

- ¿Qué sucede Makomo chan?

- Esto no ha acabado.

Makomo me dijo eso sin quitar la mirada de enfrente, por lo que yo también observé al mismo lugar que Makomo, vi que ahí se encontraba un único demonio, al principio creí que era Sekido, pero me di cuenta de que no lo era.

- ¿Quién es ese?

Iguro había saltado el cuerpo de madera para ponerse a mi lado y preguntó al aire acerca del demonio, y es que tiene razón, este demonio tiene cierta semejanza con los otros cuatro, pero hay algo diferente en él.

Este nuevo demonio parece más un niño, su apariencia es la de un joven de cabello corto, baja estatura y musculoso. Viste una especie de armadura y debajo de ésta una camisa de mangas largas dejando parte de su abdomen al descubierto, mientras que en la parte inferior utilizaba un cinturón con patrones de ondas y flores, y unos pantalones holgados negros.

- ¡Malditas escorias! ¡Seres malvados que matan solo por diversión! – El demonio nos gritó.

- ¿Qué?

- ¡Ustedes seres malignos, los mataré, los mataré a todos!

- ¿De qué habla? – Me pregunté.

Nuevamente se escuchó un sonido de tambor y ahora eran tres dragones de madera los que se dirigían hacia nosotros. Los tres nos vimos obligados a separarnos para evitar ser golpeados.

- Respiración del amor. Segunda postura: Amor angustiante.

Con mi espada pude cortar en varios trozos aquel dragón de madera. Vi como mis compañeros también destruían con algo de dificultad sus respectivos dragones y me molestó ver como atacaban a mis amigos.

- ¡Oye tú! Tus juegos fueron demasiado lejos.

- ¡Cállate ramera!

- ¡¿Qué?!

¿Qué... qué me dijo? ¿Un niño como él se atrevió a llamarme...? Ese insulto en verdad me molestó, pero...

- ¡Cómo te atreves a llamarla así!

Iguro salió disparado en contra del demonio, este lo recibió con una especie de daga ondulada que tenía en su mano.

- ¿Qué acaso no lo es? Solo mira su ropa, es más que claro de que es una...

- ¡Calla!

¿Mi... mi ropa?

Iguro comenzó a atacar al demonio con todas sus fuerzas, pero a diferencia de los otros cuatro demonios, este quinto demonio no parece inmutarse ante los ataques, es más, hasta diría que no se esforzaba por bloquear los ataques de Iguro.

- Respiración de la serpiente... ¡Gah!

Iguro estaba a punto de atacarlo con una de sus posturas, pero este demonio le dio un golpe en el estómago que hizo que Iguro se arrodillara en el suelo. Me horroricé al ver como el demonio levantaba su brazo derecho para apuñalarlo con esa daga.

- ¡IGURO SAN! Reparación del amor. Tercera postura: Lluvia de gatitos adorables.

Mi espada flexible alcanzó a cubrir a Iguro y atacar al demonio, pero no pude hacer que se alejara de Iguro. Cuando Iguro se trataba de ponerse de pie, el demonio lo pateó y después, ya en el suelo, lo pisó en su espalda y lo aprisionó contra el suelo.

- ¡Arg!

- ¡Quita tu pie de Iguro san!

Di un salto para atacarlo nuevamente, pero fue en ese momento en el que me di cuenta del error que cometí, al estar en el aire, un dragón de madera venia hacia mí. Como pude hice que mi columna se curveara lo más que podía para evitar a ese dragón.

- Eres muy flexible – Me dice el demonio – ¿Pero podrás esquivar el segundo?

Cuando me dijo eso, a mi lado izquierdo se escuchó otro de esos dragones y ahora si estoy segura de que no podré esquivarlo.

. . .

- ¿Pero podrás esquivar el segundo?

Que rayos está pasando, debido a que estoy aprisionado en el suelo no puedo saber que le está ocurriendo a Kanronji, debo zafarme de esto, debo ir a ayudarla. Sin embargo, por más fuerza que ponga en mis brazos, no puedo hacer que este demonio eleve su pie ni un centímetro.

- Maldi...

- Ssss

¿Qué le ocurre a Kaburamaru? ¿Por qué está tan concentrado en una parte del campo de cultivo? Al dirigir mi mirada hacia la misma dirección en la que Kaburamaru tenía su atención, pude ver que era lo que estaba observando tan detalladamente.

Era otro demonio, pero este era diminuto y si no mal me acuerdo, se parecía mucho al primer demonio al que nos encontramos, pero ¿Por qué se está escondiendo? ¿Por qué parece que tiene miedo? ¿Acaso... acaso ese demonio es...?

. . .

Me va a golpear, ya no puedo hacer otro movimiento para esquivar a ese dragón ¿Qué hago? ¡¿Qué hago?!

- ¡Mitsuri!

Apenas y escuché la voz de Makomo a mi espalda y sentí como me empujaban en el aire, al voltear atrás, vi como ese dragón nos pasó de largo, pero también vi como Makomo me tenía en sus brazos.

- ¿Makomo chan?

- ¡Arrójame al demonio!

- ¿Qué?

- ¡Arrójame por favor!

No sé qué es lo que está pensando Makomo, pero le hice caso y la sujeté de su mano derecha, después hice un giro en el aire y la arrojé lo más fuerte que pude en contra del demonio.

Makomo iba a toda velocidad hacia el demonio mientras preparaba su espada.

- Primera postura: Corte de la Superficie.

El demonio la recibió con ambas dagas y detuvo su espada, pero gracias al impulso que le di, Makomo logró alejar al demonio de Iguro, sin embargo, el demonio rodó hacia atrás en el suelo llevándose a Makomo consigo y cuando termino de rodar, este quedó por encima de Makomo.

- ¡Muere!

El demonio levantó su brazo para apuñalar a Makomo y yo no podía acercarme ya que apenas había tocado el suelo, comencé a desesperarme al ver que el demonio comenzó a bajar su brazo para acabar con la vida de mi amiga.

- Quinta postura: Serpiente deslizante.

Por fortuna, Iguro si pudo reaccionar rápido y logró hacerle un corte horizontal en el pecho del demonio, pero su ataque no terminó ahí, Iguro continuó con una serie de golpes con la espada que obligó a retroceder al demonio.

Al alejarse, el demonio se nos quedó viendo de fea forma mientras que yo me acercaba a mis compañeros. Al estar a su lado, pude escuchar algo que me llamo la atención.

- Creo que por fin encontré su debilidad – Nos dice Iguro mientras ayudaba a Makomo a levantarse.

- ¿Cuál es? – Le pregunté.

- Sean discretas y observen quien se encuentra escondido en esa carroza del campo.

¿En esa carroza? Miré discretamente como Iguro nos había pedido y pude ver la carroza donde se encontraba el primer demonio que vimos, pero no vi a nadie. Le iba a decir a Iguro que no había nadie ahí, hasta que vi algo diminuto moverse en las ruedas.

¡Era un demonio!

- Iguro san ¿Ese demonio...?

- Si, es idéntico al primer demonio que vimos, quizás él sea la verdadera luna superior.

- Entonces si le cortamos el cuello, pueda que ese otro demonio desaparezca – Nos dice Makomo.

- Es posible, ya que cuando lo atacamos a él empezaron a aparecer todos esos demonios.

Tiene sentido. Quizás Iguro tiene razón.

- No perdemos nada por intentarlo – Les dije.

- Bien, primero tenemos que distraer al que esta por delante de nosotros – Nos dice Makomo – Y uno de nosotros debe ir por el que está escondido.

- Tú iras – Iguro le dice a Makomo – Kanronji y yo lo mantendremos ocupado.

- ¿Seguros?

- ¡Sí! – Ahora yo le respondí a Makomo – Iguro san y yo hemos trabajado más tiempo juntos. ¡Podemos hacerlo!

- Bien.

- Llévate a Kaburamaru contigo – Le dice Iguro a Makomo – Con su olfato y visión te será más fácil encontrarlo.

Kaburamaru se colocó en el cuello de Makomo, por su parte, mi amiga se tuvo que acostumbrar a las escamas del pequeño reptil, debo admitir que al principio es un poco incomodo, pero después de un tiempo te acostumbras, eso lo sé por qué Kaburamaru ha estado en mi cuello varias veces.

- Entendido – Nos dice Makomo – Kaburamaru, acabemos juntos con ese demonio.

- Ssss.

Ya con nuestro plan decidido los tres miramos al pequeño demonio, ahora solo tengo que hacer que ponga toda su atención en mí.

- ¡Oye tú, pequeño! ¿Por qué me llamaste de esa forma? ¡Onee san está muy enojada!

- No me interesa – El demonio me responde.

- ¡Ah no! Me debes una disculpa, los niños buenos no deben insultar así a los demás. ¡Vamos, discúlpate!

- Calla, eres escandalosa.

- No me voy a callar hasta que te disculpes, ni pienses que te dejaré escapar de tus responsabilidades.

- ¿Responsabilidades?

Está funcionando, el demonio solo me está mirando a mí y no se ha dado cuenta de que Makomo poco a poco se está alejando, mientras que yo, camino en dirección contraria de mi amiga.

- Así es, para empezar ni siquiera te has presentado, ¡Eres un grosero!

- Tch.

- ¿Qué pasa, el gatito te comió la lengua?

- ¡Calla! ¡No solo eres una ramera, también eres sofocante, extraña y estúpida! ¡Apuesto que no te has podido casar por eso!

Eso... eso me dolió.

- ¡Y tú eres un malcriado! ¡Además, eres maleducado, los niños como tú se merecen unas nalgadas!

- ¡No tengo porque seguir hablando con ustedes! ¡Ustedes son seres malvados que merecen la muerte! Pero...

- ¡No quieras hacerte la victima ahora! ¿Seres malvados por proteger a las personas de ustedes los demonios? ¡Eres un hipócrita!

- Pero – El demonio me había ignorado – Al menos te diré mi nombre, si, se dice que es cortesía decir tu nombre a la persona que vas a matar.

- ¿Eh?

- Escúchalo bien mujer, soy la cuarta luna creciente, mi nombre es Zohakuten.

Una vez dicho eso, Zohakuten se colocó en una posición defensiva y...

- Arte de sangre demoniaca: Bosque kármico del avici.

Al expandir sus brazos, raíces, árboles y dragones de madera empezaron a crecer de la tierra y todos iban dirigidos hacia mí.

- ¡Kanronji!

Pude escuchar a Iguro gritar mi nombre, pero no puedo contestarle porque este bosque ya estaba por alcanzarme. No podía esquivarlo, eso es seguro, ¿Qué puedo hacer?

"A veces, la mejor defensa es un buen ataque"

Una vez Giyuu, me dijo eso y creo que debo intentarlo. Di un pequeño salto para prepararme.

- Sexta postura: Brisa amorosa de patas de gatitos.

Empecé a mover mi espada de forma circular y todo lo que se acercaba era cortado por mi espada, sin embargo, no pude destruir dos dragones de madera porque estos dieron una curvatura para salirse del rango de mi espada.

- Respiración de la serpiente. Cuarta postura: Cabezas de serpientes gemelas.

Iguro apareció a mi lado y destruyó los dos dragones de madera que se me acercaban. No sé cuántas veces me ha salvado Iguro el día de hoy, pero no puedo estar más agradecida con él, ¡Es tan lindo! Definitivamente yo lo...

- ¿Eh?

Repentinamente Iguro me tomó por la cintura y aterrizamos un poco alejado de todos esos árboles, al estar en el suelo yo solo sentía mi cara arder.

- ¡Aquí viene!

Iguro me alerta y yo miré hacia el frente. El plan había resultado porque Zohakuten venia corriendo hacia nosotros ignorando completamente a Makomo. Cuando estuvo a unos pasos de nosotros, Iguro dio un paso al frente para atacarlo, el demonio detuvo su espada con su daga derecha.

- Respiración...

Iba a atacarlo con una de mis posturas, pero el demonio hizo un pequeño giro para darme una patada en el estómago, ese giro que hizo también obligó a Iguro a irse hacia adelante perdiendo un poco el equilibrio.

La patada me hizo retroceder un poco y por suerte no me sacó el aire, al levantar la mirada, vi como el demonio e Iguro tenían una pequeña batalla, a Iguro le costaba un poco defenderse de esas dos dagas curveadas que tiene el demonio, pero ahora era mi oportunidad de atacarlo ya que me está dando la espalda.

Coloqué mi pie derecho hacia atrás para darme un poco de soporte y le ataqué.

- Respiración del amor. Segunda postura: Amor angustiante.

Mi espada iba directo hacia la nuca del demonio y creí que iba a cortarlo al no darse cuenta, sin embargo, Zohakuten se agachó evitando mi hoja, ya en el suelo, el demonio levanta su brazo y golpea uno de esos tambores.

Más dragones de madera aparecieron y yo de nueva cuenta me estaba preparando para volver a destruirlos, pero Zohakuten volvió a tocar un tambor, la única diferencia fue que golpeó otro distinto.

- Arte de sangre demoniaca: Rayo de la muerte.

Repentinamente un dragón abrió sus fauces y un rayo salió de él, estuvo a punto de darme si no fuera porque instintivamente me hice hacia la derecha. En cuanto vi el gran cráter que había dejado el rayo en el suelo, me sorprendí mucho porque ese ataque era muy parecido al de Sekido.

Si, no hay duda, ese ataque era de Sekido, eso significa que puede utilizar las habilidades de los otros cuatro demonios, si me lo pongo a pensar, ese demonio tiene cinco tambores detrás de él y cuando lanzó ese relámpago toco un tambor diferente a cuando atacaba con el dragón de madera.

- Ahora lo...

- ¡KANRONJI!

El grito de Iguro hizo que volteara al frente solo para ver a Zohakuten parado justo enfrente de mí.

- Arte de sangre demoniaca: Chillido enloquecedor.

Un horrible chillido eclipso todo el ruido que había a mi alrededor y todo se puso negro.

. . .

¡Increíble! Esta chica no solo aguantó mi ataque, sino que su cuerpo no se desmembró. ¿Habrá tensado sus músculos antes del ataque? ¿Antes de recibir el golpe? Aun así, ninguna mujer debería ser capaz de resistir eso.

¿Por qué? ¿Por qué esta mujer si lo hizo? No lo entiendo.

- ¡KANRONJI!

Aquel cazador con las vendas en la boca me atacó, pero falló miserablemente, si se hubiese callado tal vez me hubiese dado. En cuanto me paso de largo se fue directo hacia la mujer y la tomo por sus hombros.

- ¡Kanronji, responde!

Que ruidoso es, que no ve que esa mujer esta inconsciente, tengo que darle crédito a ella, el haber aguantado ese ataque solo demuestra de que es fuerte... ¿Fuerte? Oh, ya veo. La fuerza de esta mujer no va acorde con su físico.

- Je.

Eso significa que esta mujer es especial.

- Eso es bueno. La fuerza va de la mano con comer carne de calidad. Ella se convertirá en mi aperitivo.

En cuanto dije eso, ataque a la cazadora con mi daga derecha para reventarle el cráneo, pero mi golpe nunca llegó a tocar su cabeza porque mi brazo derecho salió volando por los aires.

- ¿Eh?

¿Qué fue lo que paso?

- No te atrevas a tocar si quiera uno solo de sus cabellos.

Este... este sujeto...

- ¡Eres un miserable!

Este cazador me dio un golpe en la cara con su puño izquierdo y fue en ese momento que vi algo raro en él, y más por debajo de su manga. Este sujeto tenía una marca con forma de serpientes a la altura de su brazo izquierdo.

Y no solo la marca es diferente, también su presencia ha cambiado. Esto significa...

- ¡Maldito, nunca te lo perdonaré! ¡Nunca perdonaré a quien lastime a Mitsuri!

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