Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 42: El demonio de las emociones

La batalla era cruel y sin cuartel, yo Murata, junto a los cazadores de menor rango, estamos aguantando como podíamos este combate.

Muchos de mis compañeros han caído, al igual que varios demonios. Es muy difícil decir quien está ganando en esta batalla. Los demonios inferiores no son tan difíciles de derrotar, el verdadero problema son los demonios con técnicas de sangre.

- ¡Esto no tiene fin, son demasiados! – Un compañero me dijo.

- Aun así, debemos seguir luchando.

- Tch, esto es...

Inesperadamente, la cabeza de mi compañero explotó salpicando todo de sangre a mi alrededor. Yo estaba impactado, no sabía que fue lo que le había sucedido.

- Ja ja ja.

La risa de una mujer me hizo girarme hacia atrás y apenas pude ver como una especie de pelota temari se acercaba a mi cabeza, por el miedo di un paso hacia atrás y pisé una piedra que me hizo perder el equilibrio y caí al suelo.

Para mi fortuna, al haber caído, la pelota temari me pasó de largo y no me dio, pero pude ver como esa pelota se detenía en el aire y cambió de dirección para dirigirse hacia mí.

- ¡¿Qué?!

Era imposible que una pelota pueda hacer un giro de esa magnitud, pero al ver que había pasado y que se acercaba a mí, solo me giré en el suelo para poder esquivarla. La pelota golpeó una vez el suelo y se alejó de mí.

- Ja ja ja ¿Viste eso Yahaba? ¡Patético, ese sujeto es patético!

- Lo vi, lo vi Susamaru.

Frente a mi estaban parados dos demonios muy diferente a los demás. Una chica de tez pálida con unos ojos de color anaranjado claro y unas pupilas parecida a la de los gatos, se estaba burlando de mí.

Esta chica posee un cabello corto de color negro y al termino de este es de un color anaranjado claro, las puntas de su cabello pueden recordar mucho a las puntas de un pincel. Usa unos aretes largos de plata y un kimono de color naranja que combina con su cabello

A su lado había un hombre con los ojos cerrados y con el cabello corto, usa un yukata amarillento y encima de esta, lleva un haori oscuro. Tiene puesto sobre su cuello unas cuencas estilo budista y lo más llamativo de este demonio, es que tiene un ojo en cada una de sus palmas de sus manos.

Me coloqué de pie y me puse en guardia frente a estos demonios, con solo verlos sé que son los demonios más fuertes a los que me he enfrentado en mi vida.

- Míralo Susamaru, el pobre está temblando.

- Ja ja ja, es natural que nos tema, ya que pronto seremos parte de las doce lunas demoniacas.

¿Pronto serán parte de las lunas? Esto es peor de lo que me imaginé, en verdad estos sujetos deben ser muy fuertes. Mi espada comenzó a resonar, la razón era muy simple, mis manos, no, todo mi cuerpo estaba temblando.

Ambos demonios se reían de mí y yo no podía hacer nada para callarlos, mi cuerpo no me obedecía, por alguna razón todo el valor que había en mi al empezar la batalla, se ha esfumado.

Me empezaba a faltar el aire, puedo sentir como estoy hiperventilando y todo porque estos dos demonios no me quitaban la vista de encima, hasta que...

- Murata san ¿Se encuentra bien?

Las voces de varios de mis compañeros hicieron que mirara hacia mi costado, y varios de ellos se colocaron junto a mí.

- Después del sermón que nos diste ¿Acaso pensabas en desmayarte?

Otro cazador me dijo mientras mantenía su mirada hacia los demonios.

Tiene razón, no puedo darme por vencido sin antes haber peleado, regulé mi respiración y logré calmarme.

- Tienes razón lo lamento – Le dije.

Mi compañero no me pudo responder, porque uno de los demonios se empezó a reír.

- Ja ja ja, aunque vengan más será igual.

Este demonio de nombre Susasmaru, se quitó la parte superior de su kimono y dos pares de brazos extras salieron de sus costados, cada uno de estos brazos tiene una pelota temari.

- No bajen la guardia, esas pelotas hacen movimientos extraños – Les advertí.

- Si.

Así todos empezamos a correr para acercarnos a los demonios Susamaru y Yahaba.

. . .

No entiendo que fue lo que sucedió, antes estábamos atrapados en lo que parecía un laberinto de puertas y escaleras, para que después, todo el lugar empezara a temblar y salimos disparados en lo que parecen ser unos cultivos.

Después de eso yo, Kanronji Mitsuri, junto con Iguro comenzamos a seguir a mi querida amiga Urara, mi cuervo kasugai, que tiene un extraño talismán en ella.

Antes de seguirla, Urara nos explicó lo que estaba sucediendo cerca de aquí. Me asusté mucho al escuchar que en el pueblo natal de Giyuu se encontraba él solo peleando contra el mismísimo Muzan. Al parecer, Muzan atacó su aldea para buscar a la hermana mayor de nuestro amigo.

Se nos dio la orden de ir en su ayuda por lo que mi cuervo nos empezó a guiar, pero siento mi pecho oprimido por el miedo de no llegar a tiempo.

- Tranquila Kanronji, todo estará bien.

- P-Pero... ¿Y si no llegamos a tiempo? ¿Y si Giyuu san es asesinado y su hermana es...?

- No pienses en eso – Iguro me dice – Ambos sabemos lo fuerte que es él, recuerda los entrenamientos que tuvimos con él ¿En verdad crees que caerá tan fácil?

- Iguro san...

Iguro es tan genial, aun cuando estamos en una situación desesperada, él se mantiene sereno y eso me gusta mucho de él.

- Caw caw, la quinta luna superior ha sido derrotada, caw.

Mi querida amiga Urara nos informó de que la quinta luna ha sido derrotada, eso es algo genial.

- ¿Quién lo derrotó? – Iguro pregunta.

- Caw, pilar Tengen, pilar Tokito, ambos se enfrentaron a la luna, caw.

Que geniales son Tengen y Tokito, con estas buenas noticias aceleramos el paso, ahora estoy más que segura de que lograremos salir de esta, si lo hacemos, le preguntaré a Iguro si quisiera ser mi esposo, ¡Ay, pero que cosas digo!

Por fin estábamos a punto de salir de estos campos de cultivos cuando de repente Iguro se detuvo y extendió su brazo izquierdo para hacerme detenerme.

- ¿Qué ocurre Iguro san?

- Mira.

Iguro me señala hacia una dirección y al agudizar mi visión, pude ver a un demonio bastante feo escondido detrás de una carroza de madera.

- ¡Sal de ahí demonio! – Le ordena Iguro.

- ¡Hiii!

Este demonio parecía tenernos miedo, porque en cuanto nos vio, se volvió a esconder detrás de la carroza. Es un poco extraño.

- ¡Si eso quieres!

Iguro se lanzó al ataque y dio un salto para pasar por arriba de la carroza.

- Respiración de la serpiente. Segunda postura: Colmillo venenoso de serpiente pequeña.

Iguro se deslizó por arriba del demonio y extendió su espada hacia abajo para intentar cortar su cuello, pero el demonio literalmente se tiró al piso y se cubrió con sus manos la cabeza.

- Esto es malo, esto es malo.

En verdad este demonio parecía tener mucho miedo de nosotros. Este demonio es de estatura baja y pequeño con un cuerpo delgado y esquelético. La parte superior de su cabeza estaba calva y poseía dos cuernos, entre medio de éstos, sobresalía un gran bulto.

Mientras que, en la parte inferior, su cabello se extendía un poco más por debajo de sus hombros. En su rostro resaltaban diversas arrugas, carecía de cejas y sus ojos estaban cerrados por el miedo.

Su vestimenta es un kimono simple divido en dos tonalidades de colores, la parte derecha poseía tonos claros y estaba rodeado de un patrón de flores, mientras que el lado izquierdo carecía de patrones y era completamente oscuro. También tiene una faja a líneas horizontales con un pantalón liso negro y sandalias.

- ¡Kanronji!

Iguro me llama y me di cuenta de que quiere que lo ataque, sin dudarlo más tiempo desenvaine mi espada flexible y lo ataque a distancia.

- Respiración del amor. Segunda Postura: Amor Angustiante.

Lancé mi espada y esta rodeó por completo el cuerpo del demonio, al verse rodeado y no tener escapatoria, este comenzó a temblar antes de que mi espada cortara su cuello.

La cabeza del demonio salió volando y cayó lejos de donde estábamos, debo admitir que fue muy sencillo.

- Eso fue fácil – Me dije.

- Demasiado diría yo.

Iguro me dijo eso después de acercarse a mí, ¿Por qué pensará que es raro que haya sido fácil derrotarlo? No era una luna superior, estoy segura porque no alcance a ver los kanjis en sus ojos que los identifican.

- Bien, vayamos...

- ¡KANRONJI!

Iguro me empujó y pude ver como al cuerpo del demonio que había decapitado le creció una cabeza, pero eso no era lo único que tenía de más, en su mano derecha sujetaba una especie de abanico con forma de hoja.

Este demonio movió el abanico y una fuerte ráfaga de viento mando a volar a Iguro por los aires, como antes me había empujado, terminé un poco lejos de ellos y de la ventisca que el demonio ocasionó con su abanico.

- ¡Iguro san!

Grité por la preocupación de verlo salir volando, me levanté rápidamente para ir en su búsqueda, pero el sonido de algo chocando con el suelo hizo que me detuviera por unos segundos.

- ¡Ahhh!

Sentí como si un rayo me hubiese caído encima, todo mi cuerpo estaba envuelto en electricidad y esta hacía que mis músculos se tensaran. El choque eléctrico no cesaba y sentía que me iba a desmayar.

Cuando la electricidad se fue, me quede arrodillada, no podía moverme y no podía escuchar claramente, solo podía ver al demonio del abanico sonriendo maliciosamente.

- Parece que te diviertes, acabaste con la mujer en un segundo, ¿No? Sekido.

- No tiene nada de entretenido, solo me irrito por todo. Lo mismo me sucede al estar contigo.

Detrás de mí se escuchó una segunda voz, con trabajo giré mi cabeza para ver de quien se trataba y vi a un segundo demonio con un bastón acercándose hacia aquí.

Ese demonio tiene la apariencia de un hombre joven bastante alto y delgado, de cabello largo con dos grandes cuernos sobresaliendo de su frente, vistiendo un característico kimono en tonos claros y oscuro.

- No seas así Sekido, relájate un poco.

El demonio que estaba por enfrente de mí es bastante similar al demonio llamado Sekido, pero de estatura un poco más baja. Lleva unos pantalones holgados simples con una faja a rayas y deja la parte superior de su cuerpo al descubierto.

- ¡Cállate Karaku! O te mato.

- Ya, ya, ¿Qué hacemos con ella? – El demonio de nombre Karaku me apuntó con su abanico.

- Me irrita su sola presencia, solo matémosla y ya.

- Je, je, bien, será divertido.

Karaku levantaba su abanico al aire y escuché que Sekido hacia lo mismo con su bastón, en cuanto ambos bajaron sus brazos, pude escuchar la electricidad por detrás de mí y apenas veía una ventisca de viento por delante de mí.

Voy a morir, es lo único que pensaba en estos momentos porque mi cuerpo sigue sin responder, por más que intento moverlo este no me responde.

Agaché la cabeza resignada a recibir ambos ataques y cerré los ojos, pero justo en ese momento escuché como alguien se paraba junto a mí, ¿Sera Iguro?

- Respiración del agua. Onceaba postura: Calma.

¡Esa voz... esa voz era la de Makomo!

Al abrir los ojos pude ver como Makomo había desviado ambos ataques con la defensa absoluta de la respiración del agua, jamás la había visto a ella utilizarla, pero ahora que lo hago se ve demasiada hermosa.

- Es como un espíritu del agua – Susurré.

Los ataques cesaron y Makomo rápidamente me sujeta con su brazo y con su impulso ambas nos alejamos un poco para no estar en medio de estos demonios.

- Te encuentras bien Mitsuri chan.

- No del todo – Intenté ponerme de pie – Estoy algo entumida.

- Pues recupérate rápido, estos demonios se están acercando.

Al ver hacia enfrente, observé que efectivamente estos dos demonios se acercaban a nosotras.

- ¡Mujer! ¿Qué fue eso? ¡Se veía muy divertido!

- ¡Me irritas! ¡Solo muérete y ya!

Makomo se estaba preparando para recibir a ambos demonios, pero las dos pudimos ver como Iguro aparecía por detrás de ellos.

- ¡¿Cómo se atrevieron a lastimar a Kanronji?! Respiración de la serpiente. Cuarta postura: Cabezas de serpientes gemelas.

Iguro realizó dos cortes casi simultáneos que cortó los cuellos de los dos demonios en casi un segundo. Iguro se puso por enfrente de nosotras mientras los cuerpos de los demonios caían al suelo.

- ¿Te encuentras bien Kanronji? – Me pregunta Iguro.

- Si, gracias a Makomo chan estoy de una pieza.

Hubo un pequeño silencio hasta que Makomo habló.

- ¿Qué, no me vas a preguntar cómo estoy?

- Te vez bien, no hay necesidad.

Pude escuchar un pequeño sonido de enfado de parte de Makomo, pero antes de poder decirles que se calmaran, algo sujetó el hombro derecho de Iguro y comenzó a volar.

- ¡¿Qué?!

- ¡Iguro san! – Grité.

- Ja ja ja, vamos a volar por un rato.

Un demonio joven y musculoso de cabello largo y negro con dos grandes cuernos sobresaliendo de sus cienes se llevó a Iguro por los aires.

Este demonio dejaba su abdomen al descubierto y utilizaba unos pantalones de piel. A diferencia los otros dos demonios, de su espalda se extendían un gran par de alas y en sus manos y pies era visible la característica morfológica de un ave.

. . .

- Ja ja ¡Miren lo que atrape, una serpiente!

Este demonio alado me estaba alzando en el aire.

- ¡Esto es divertido! Me recuerda mucho a esa pintura que vi hace tiempo, de un águila devorando a una serpiente, ahora solo falta buscar una especie de planta sin flor para recrear esa pintura. ¡Qué emoción!

- ¡Bájame maldito!

- ¡Seré el águila que devore a la serpiente! ¡Qué deleite!

- Respiración de la serpiente...

Cuando iba a utilizar una de mis posturas para cortarle la pierna, este demonio alado abrió su boca para gritarme, el ruido era tan fuerte que me estaba dejando aturdido, pero antes tengo que liberarme de su agarre.

- Segunda postura: Colmillo venenoso de serpiente pequeña.

Antes de quedar completamente aturdido, pude cortar su garra que me sujetaba y comencé a caer al vacío.

. . .

- ¡Iguro san!

Pude ver con horror como Iguro comenzaba a caer y al ver que no reaccionaba me preocupé por él que comencé a correr sin fijarme a mi alrededor.

- ¡Espera Mitsuri chan!

. . .

Mitsuri estaba tan concentrada en Iguro que no se percató como una lanza de tres puntas se acercaban a ella, esta lanza se estiraba como si fuera manipulada por una técnica demoniaca.

Me paré por enfrente de la lanza para detenerla, pero esta se curveó un poco ocasionándome una herida en el costado izquierdo de mi abdomen.

- Que triste, mira que terminar así por proteger a quienes no se preocupan por ti, es una verdadera tristeza.

Este demonio es un joven de estatura promedio de cabello largo y negro con unos cuernos en la frente parecida a los otros demonios. Vestía una chaqueta, unos pantalones y una faja negra.

- ¿Qué quisiste decir con "quienes no se preocupan por mi"?

- Aquel hombre serpiente no te preguntó como estabas y aquella mujer te abandonó a tu suerte. ¡Que lamentable!

- Ellos no son... ¡Ah!

Sentí como una ráfaga de viento me alejaba del demonio del tridente y me impactó en el suelo a varios metros de distancia,

- Ja ja ja, eso les pasa por confiados.

Aquel demonio con el abanico me había atacado, pero ¿Qué significa esto? Estoy segura de que Iguro le cortó la cabeza a ese sujeto, ¿Por qué sigue vivo?

- ¡Esta pelea está ganada! ¿No piensas igual Aizetsu?

- No te relajes demasiado Karaku, estos cazadores podrían tener una sorpresa, hay que estudiarlos detalladamente.

- ¡Buh! Que deprimente y aburrido eres.

Mientras esos demonios se distraían discutiendo un poco, yo me paraba del suelo para poder estar en guardia, ya que, si ese demonio del abanico está vivo, eso significa que aquel demonio del bastón también lo está.

. . .

- ¡Iguro san!

Me barrí en el suelo para poder atrapar a Iguro y evitar que se golpeara la cabeza, estoy feliz por poder atraparlo justo a tiempo, pero él quedó por encima de mí y su rostro estaba en mi pecho, esto es un poco vergonzoso.

- Este... Iguro san...

- ¿Mmm?

Iguro poco a poco fue abriendo sus ojos y cuando se dio cuenta de donde estaba, se levantó de golpe y con la cara bien roja. Se ve tan lindo.

- Kanronji, yo lo...

Iguro tuvo que detenerse abruptamente, porque algo le dijo Kaburamaru al oído e Iguro me abrazó para empezar a girar en el suelo, después escuche como un rayo cayó del cielo para impactarse donde estábamos hace solo algunos segundos.

- Son tan irritantes, mirar que intimidar frente a mi para molestarme.

- No te enojes tanto Sekido, es natural que las hormonas se elevan al estar en esa posición, fue un deleite poder verlo.

- ¡Cállate Urogi!

- Je je.

No puedo creerlo, el demonio del cetro sigue con vida, ¿Por qué? ¿Cómo es que sigue vivo?

- ¿Qué está sucediendo? – Pregunté al aire.

- No lo sé – Me responde Iguro – Por más que les cortamos la cabeza siguen apareciendo, es como si se la dejaran cortar a propósito.

Creo que Iguro tiene razón, desde el principio el cortarles el cuello ha sido relativamente fácil, desde ese demonio cobarde hasta el demonio del abanico y cetro, el cortarles el cuello no fue tan complicado, solo que cada vez que lo hacíamos nos atacaban de sorpresa y por eso tenemos estas heridas.

- Quizás, sea como la sexta luna superior – Me dice Iguro.

- ¿A qué te refieres? – Le pregunté.

- Recuerda el reporte que nos dieron, eran dos demonios y aunque le cortaran la cabeza a uno este no moría.

- ¡Ah, sí lo recuerdo!

- Solo cortándole la cabeza a los dos al mismo tiempo fue como lo derrotaron. Quizás tengamos que hacer lo mismo con ellos.

¡Iguro es tan genial!

- Tienes razón Iguro san, debemos intentarlo.

Me puse de pie con la intención de atacarlos con mi espada flexible, pero Iguro me hizo una pregunta que logró preocuparme.

- ¿Dónde está Makomo? Con su ayuda quizás sería más fácil...

- ¡Makomo chan!

Grité horrorizada al darme cuenta de algo, si el demonio del cetro sigue con vida eso quiere decir que el demonio del abanico también lo está y si al cortarles el cuello se duplican, significa que en estos momentos Makomo debe estar contra dos demonios ella sola.

- ¡No! Makomo chan debe de estar...

- Je je ¿Ya te disté cuenta mujer estúpida? Esa otra mujer ya debe de estar muerta, Karaku y Aizetsu ya debieron de haberla matado.

No... no puede ser... Makomo chan.

- ¡No insultes a Kanronji maldito!

- Que irritante eres, ¿Solo piensas en ella y en nadie más? Si que eres molesto.

- Y ella es estúpida – El demonio alado me apuntó – Mira que venir corriendo por ti abandonando a la otra, lo último que vi de ella fue que Aizetsu la había apuñalado.

¡¿Qué?! No, no... Makomo no puede estar muerta... yo...

- Esto es mi culpa.

- No digas eso Kanronji.

- Je je sí que lo es, ella está muerta por tu culpa.

Yo solo comencé a llorar.

- Je je je ¡Que deleite! Ver tu rostro así es todo un deleite.

- ¡Maldito!

Lo último que pude ver fue como Iguro se había lanzado al ataque mientras que yo bajaba la cabeza.

. . .

Maldición, Kanronji ha perdido las ganas de pelear, debo hacer algo por ella y lo primero que puedo hacer es alejar a estos demonios de aquí, con Kanronji en esa situación es blanco fácil.

- Respiración de la serpiente. Tercera postura: Espiral de serpiente inmovilizadora.

Me deslicé entre los dos demonios y comencé a cortarlos desde varios lados, cuando iba a atacar al demonio águila, el báculo del otro demonio me golpeo por la espalda y comencé a sentir descargas eléctricas.

- ¡Ah!

No debo dejar de moverme, aunque me estén golpeando entre los dos, debo seguir atacando. Yo los cortaba, pero ellos también me golpeaban, era un intercambio de golpes sin descanso, sentía las garras y la electricidad de los demonios en todo momento por todo mi cuerpo. Cuando las garras del demonio alado estuvieron cerca de mi rostro, yo intenté defenderme de una manera desesperada.

- Primera postura: Corte de serpiente retorcida.

Realicé un corte frontal con tal de detener el ataque del demonio alado y comencé a rodearlo para poder atacarlo por la espalda, pero cuando mi espada estuvo cerca de su cuello, el cetro del otro demonio detuvo mi espada.

- ¡Que molesto eres!

Antes de poder redirigir mi espada hacia el demonio del cetro, me di cuenta como el demonio alado se giró sobre su eje y abrió la boca.

- No caeré de nuevo en eso.

Reaccioné a tiempo para hacerme a un lado y evitar el grito sónico de ese demonio, sin embargo, me doy cuenta de que esto no está llegando a ningún lugar, el pelear uno solo contra dos de estos demonios es muy difícil.

Necesito ayuda, miré discretamente a Kanronji y ella seguía con la mirada hacia abajo, pero fue en ese momento en el que me di cuenta de que Kaburamaru se estaba acercando a ella.

Te la encargo.

¿Ahora que debo hacer? Seguir aguantando hasta que Kanronji reaccione o tratar de cortarles el cuello al mismo tiempo, si lo logro después tendré que ir contra los otros dos demonios y hacer lo mismo...

¡Esperen!

¿Por qué esos otros demonios no se han acercado? El demonio alado dijo que dos más estaban con Makomo y ya debieron haberla matado, pero si no se han acercado, significa que Makomo sigue viva.

- Je.

- ¿De qué te ríes? – Me pregunta el demonio del cetro.

Inhalé aire para gritar lo más fuerte posible.

- ¡Makomo! ¡Resiste, iremos a ayudarte!

- ¿Eh?

Los dos demonios se encontraban confundidos, pero yo podía ver que mi plan había funcionado, ya que detrás de ellos, un poco alejada, se encontraba Kanronji que ahora observaba en mi dirección. Después de eso comencé a correr, no solo para alejarlos de Kanronji, sino también para acercarme a Makomo.

- ¡¿Qué?! ¡No huyas cobarde!

- Tch.

El demonio alado emprendió vuelo mientras que el del bastón comenzó a correr detrás de mí.

Y eso es exactamente lo que quiero.

. . .

Makomo *snif* ella murió por mi culpa, ¿Por qué no me quedé a ayudarla? Ahora, ¿Ahora como veré a la cara a Sabito y a Giyuu?

"¿Por qué quieres ser cazadora?"

Recuerdo que antes de volverme pilar, Giyuu me preguntó acerca de mi deseo de volverme cazadora, al principio tenía miedo de decirle, ya que podría burlarse de mí, pero...

"Es una gran meta.

¿En serio? ¿No te parece absurdo?

Para nada, un deseo nunca debe ser absurdo, ya que es lo que nos impulsa a seguir adelante."

Giyuu fue tan amable en ese momento, pero las palabras que me dijo después me dejaron ver lo maravilloso que era.

"¿Tú tienes un deseo Tomioka san?

Si, quiero protegerlos a todos.

Wow, es un gran deseo, seguro que lo lograras, ya que eres muy fuerte Tomioka san.

No, no lo soy.

Pero...

No soy tan fuerte Kanronji san, pero aun así voy a hacerlo.

Eres increíble Tomioka san, yo no creo poder ser así.

También puedes hacerlo, puedes hacer realidad todos tus deseos.

No lo creo, en todo el entrenamiento nunca he podido superarte, eres muy fuerte.

No es la fuerza física lo que me hace así, es la fuerza de mi corazón.

¿La fuerza de tu corazón?

Así es, ¿Te gustaría saber cómo es la fuerza del corazón?

¡Si! Por favor.

Bien, para eso debes..."

- ¡Auch!

Sentí como algo me mordía la pierna y me di cuenta de que era Kaburamaru, este comenzó a subir por mi cuerpo para colocarse en mi cuello y me empezó a mirar a los ojos.

- ¿Qué ocurre?

Cuando iba a acariciar la cabeza de la pequeña serpiente albina, escuché un grito de Iguro a lo lejos.

- ¡Makomo! ¡Resiste, iremos a ayudarte!

¿Iguro? ¿Por qué...? ¡Makomo! ¿Ella está viva? Después vi como Iguro comenzó a correr en dirección en donde estaba hace tiempo con Makomo y fue cuando reaccioné.

Makomo debe de seguir con vida, esa es la razón por la que los otros dos demonios no han venido, Makomo está luchando contra ellos.

- Ssss

- Tienes razón Kaburamaru, debo ir a ayudarles.

Yo también comencé a correr para poder llegar a auxiliar a mis amigos.

. . .

Después de que Mitsuri se fuera para ayudar a Iguro, yo Makomo me vi en la necesidad de protegerme del ataque de estos dos demonios.

El demonio del tridente me logró apuñalar el abdomen, de este demonio es de quien debo cuidarme más, ya que su tridente se estira y se mueve de una forma ridícula que dificulta poder esquivarlo.

Si solo fuera contra ese demonio no creo estar en estas condiciones, pero para mí desgracia, ese demonio no está solo, el otro demonio del abanico lo cubre cada vez que el tridente retrocede y quiero acercarme a él.

Si no fuera por la onceaba postura ya estaría muerta hace tiempo. Debo agradecerle a Giyuu el habernos enseñado esta técnica defensiva, aunque fue muy difícil poder ejecutarla a la perfección.

- Que lamentable cazadora, lo mejor que puedes hacer es rendirte.

El demonio del tridente me expresa en su rostro solo tristeza, es como si sintiera lastima por mí, mientras que el otro demonio se ve demasiado despreocupado, hasta podría decir que está sumamente relajado.

- Nunca me rendiré – Les dije – Decima postura: El dragón del Cambio.

Trataba de acércame a ellos dando giros mientras esquivaba el tridente y las ventiscas de aire, giraba y giraba para que mis golpes se hicieran más fuertes y cuando estuve cerca del demonio del tridente, sentí como el viento me golpeaba por mi costado derecho alejándome del demonio.

- Ja ja ja, esto sí que es divertido cazadora, ¿Cuánto podrás seguir de esta manera?

Yo rodaba por el suelo y cuando por fin me detuve, levanté la cabeza solo para ver como ese tridente se acercaba, no pude reaccionar a tiempo y cada vez el tridente estaba cerca de mí, hasta que...

- ¡No lo permitiré!

La espada de Iguro se clavó en el suelo y las púas del tridente quedaron a solo centímetros de mis ojos, después de que el tridente se empezara a alejar, Iguro sacó su espada del suelo y comenzó a correr hacia los demonios.

- Quinta postura: Serpiente deslizante.

Iguro tenía el cuerpo tan cerca del suelo que en verdad parecía una serpiente deslizándose por el suelo, eso hizo que la ventisca de viento no pudiera mandarlo a volar y esquivar el tridente le fue sencillo.

Al estar cerca de los dos demonios, Iguro con un ataque ascendente, logró cortarles la cabeza a ambos. Sin embargo, los cuerpos de los demonios seguían moviéndose e Iguro dio un salto para alejarse, no sin antes voltearse a verme y gritarme.

- ¡Arriba de ti!

Una sombra se posó sobre mí y por puro instinto me giré en el suelo para esquivar una gran garra de halcón que perforó el suelo donde estaba.

- ¡Bien hecho, bien hecho!

El demonio alado que antes se había llevado a Iguro me felicitó mientras sonreía, yo me puse de pie y vi como detrás del demonio alado, estaba el otro demonio con el cetro levantado.

En ese momento se escuchó un estruendo y apenas alcancé a moverme para evitar el ataque del demonio, tal parece que para hacer que los rayos caigan del cielo, este demonio debe levantar su cetro y después chocarlo con el suelo, lo que me da tiempo de moverme, si no, sería imposible esquivar un rayo.

- ¡Oye, casi me das a mí también!

- ¡Cállate, no seas tan irritante!

Los demonios empezaron a discutir entre ellos cuando sentí como Iguro pegaba su espalda con la mía y me preguntó por mi estado.

- ¿Cómo te encuentras?

- ¿Ahora si me preguntas eso? Pues al menos sigo con vida ¿Y tú?

- Lo mismo.

Realmente se me hace un poco difícil relacionarme con el pilar de la serpiente, no sé qué le habrá visto Mitsuri, pero cada uno sus gustos. Hablando de ella...

- ¿Y Mitsuri san?

- Viene en camino.

Bueno, por lo menos ella está bien, eso me alegra un poco, ya que me doy cuenta de que los cuatro demonios nos han rodeado completamente, lo dos demonios que estaban discutiendo dejaron sus diferencias atrás y ahora nos están observando.

- ¡Vamos, tenemos que matarlos y ya!

- No te apresures Karaku, ahora son dos, debemos ser más precavidos.

- ¡Karaku tiene razón, Aizetsu! ¡Solo hay que ir por ellos!

- Que molestos son.

No entiendo bien qué clase de demonios son, ya que estos cuatros salieron de uno solo y sus aspectos se parecen demasiado, pero sus personalidades son completamente diferentes, es como si la ira, el deleite, la relajación y la tristeza se hayan separado.

- ¡Ya no puedo esperar más, tengo que matarlos, será todo un deleite verlos llorar!

Con eso, lo cuatros demonios se abalanzaron en nuestra contra, Iguro y yo nos pusimos en guardia, pero...

- Respiración del amor. Quinta Postura: Lazo ondulante. Uñas Arruinadas.

Por los aires pude ver a Mitsuri girar su cuerpo de una manera bastante flexible y su espada hizo un círculo donde nosotros dos estábamos en medio, después su espada se expandió y estuvo a punto de cortar los cuellos de los cuatro demonios al mismo tiempo.

- Que mal, fallé.

En cuanto Mitsuri aterrizó con nosotros, los cuatros demonios dieron un par de pasos hacia atrás debido a su espada. En cuanto mi mirada se cruzó con la Mitsuri, se podía ver que algunas gotas de agua salían de sus ojos.

- Makomo chan, me alegra *snif* me alegra verte bien.

- Tranquila, estoy bien. Lamento haberte preocupado.

- ¡No! Yo debería disculparme, lamento haberte abandonado.

- No tienes que...

- No es momento para eso – Iguro nos interrumpe – Esten atentas, aún seguimos rodeados.

Iguro tiene razón, las disculpas vendrán después de haber derrotado a estos demonios, la pregunta aquí es cómo hacerlo, cada vez que le cortamos el cuello a uno, este no se muere y aparece otro más.

- ¿Alguna idea? – Pregunté en lo que me ponía en guardia.

- Debemos intentar cortarlos al mismo tiempo – Me responde Iguro.

Cortarlos al mismo tiempo, así como nos informaron de la sexta luna creciente, quizás pueda funcionar, pero tenemos que juntarlos y eso va a ser problemático, ya que nos superan por un individuo.

- ¡Hagámoslo! – Mitsuri nos dice muy decidida.

- Pero para eso debemos juntarlos y eso será un poco difícil, ellos son cuatro y nosotros tres.

- Aun así, debemos hacerlo – Nuevamente Mitsuri me dice – Mi espada es capaz de cortar a varios demonios al mismo tiempo.

Mitsuri tiene razón en eso, su espada flexible es capaz de hacerlo.

- Kanronji tiene razón, debemos hacerlo – Me dice Iguro.

- Bien, vamos por ellos, es momento de atacar – Les hablé – Déjenme a mí al de la lanza y abanico.

- ¿Segura Makomo chan? Pero...

- Si, lo estoy. ¡Andando!

- ¡Si!

Ambos me respondieron afirmativamente y los tres nos fuimos en contra de los demonios, uno de nosotros se tendrá que lidiar con dos al mismo tiempo y decidí hacerlo yo, ya que con la onceaba postura me podré defender de ataques simultáneos.

Es momento de demostrar los frutos de mi entrenamiento.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro