Capítulo 4: El examen de admisión y un demonio muy particular
Por fin estamos a una noche de que dé comienzo el examen de admisión a la corporación, yo, Tomioka Giyuu, en estos momentos estoy practicando la undécima postura en secreto, ya que no quiero levantar sospechas, aunque no es tan poderosa como solía ser, quizás por mi actual estado, cuando la desarrollé tenía 19 años por lo que mi cuerpo era más alto y fuerte, ahora, con solo 13 años no puedo esperar que sea igual de poderosa.
Me encuentro en la montaña, aquí en este lugar se encuentran tres grande rocas cortadas a la mitad, prueba de que Makomo, Sabito y yo logramos obtener nuestro derecho de ir al examen, los demás ya se fueron a la casa del maestro, les dije que los alcanzaría en un rato, que quería practicar un poco más, Makomo solo me dijo que tuviera cuidado al regresar y se fue, siendo seguido por Sabito, hablando de él, fue muy emotivo para mí volverlo a ver, sabía que era un genio con la espada, pero lo que vi durante este año supero mis expectativas, tal como nos prometió nos alcanzó en poco tiempo, estoy seguro que será un gran pilar. Por otro lado, Makomo también es increíble, si pudiera catalogarla, según los niveles de la corporación, ella estaría al nivel de un Tsuchinoto que es algo así como un rango intermedio y sé que alcanzara un rango aún mayor en poco tiempo, quizás se vuelva la Tsuguko de Sabito.
Estoy por finalizar mi entrenamiento, pateo el tronco de un árbol y hago que varias hojas caigan.
- Respiración del agua, onceava postura, calma.
Me mantengo quieto y espero a que las hojas estén al alcance de mi espada, cuando lo están, desenvaino mi espada y sin moverme de mi sitio lanzo tajos por todos lados. Vuelvo a envainar mi espada y reviso que todas las hojas estén cortadas por la mitad, al verificarlo me doy por satisfecho, es hora de regresar con los demás.
- ¡Vaya! Eres muy bueno.
Me giro sobre mi eje con mi mano en la espada, esto me sorprendió, creí que estaba completamente solo. Cuando observo mejor quien hizo ese comentario, puedo notar que es un niño, parece de mí misma edad, tiene el cabello negro y corto, sus ojos son de color café y de su cuello cuelga una máscara de zorro con un patrón de espiral.
- ¡Tranquilo! No era mi intención asustarte.
- ¿Quién eres? – Le pregunto aun con la espada preparada.
- No soy tu enemigo, así que podrías bajar la guardia por favor – El niño me sonríe mientras levanta sus manos.
Lo observo detenidamente, no tiene cargando ningún arma, tampoco parece ser un demonio, así que quito mi mano de la espada, pero no bajare la guardia como él me lo pidió.
- Lo siento, me sorprendiste.
- Lamento haberte asustado – El niño hace una pequeña reverencia a modo de disculpa.
- No te preocupes, aun así ¿Quién eres? ¿Qué haces en este lugar?
El niño solo me sonríe y se acerca a la roca que partí.
- No solo eres muy bueno, también eres muy fuerte – Coloca su mano sobre la roca – De hecho, los tres lo son.
Volvió a esquivar mi pregunta, esto me empieza a irritar.
- Vuelvo a preguntar ¿Quién eres?
Y como si fuera karma, este niño me ignora. Ahora entiendo porque Kocho se molestaba conmigo.
- La verdad, estábamos preocupados por ustedes, pero estoy seguro de que regresaran victoriosos.
- ¿Estábamos?
¿Por qué habla en plural? Significa que hay más personas aquí. Vuelvo a colocar mi mano sobre la espada, pero el chico ni se inmuta.
- Antes solíamos vivir aquí, como ustedes – Sonríe tristemente – Y como ustedes, queríamos mucho a Urokodaki san.
- ¿Conocen a Urokodaki sensei?
El chico sigue sonriendo y por algún motivo, pude sentir una profunda tristeza en mi interior.
- Buena suerte en el examen.
Y cuando iba a preguntarle otra cosa, un fuerte viento levanta las hojas que anteriormente había cortado y me dan en la cara, por lo que tuve que cerrar los ojos por un instante, al abrirlos el chico que estaba frente a mí ya no estaba. Trate de sentir su presencia, pero fue inútil, es como si hubiese desaparecido. Estaba a punto de ir hacia la roca cuando escucho pasos detrás de mí, me volteo para ver si es aquel chico, pero solo me encontré con Sabito.
- ¡Vaya! ¡Qué tenso estas! – Me lo dice mientras se ríe.
Noto como mi mano todavía sigue en la empuñadura de mi espada, realmente estoy muy tenso, así que me relajé un poco.
- Lo siento. Estaba hablando con alguien y de repente desapareció.
- ¿Hablando con alguien? – Sabito parece sorprendido – Aquí no vive nadie además de nosotros – Con su mano derecha se toma la barbilla - ¡Ya se! Como has estado entrenando como loco, finalmente empezaste a alucinar.
Lo miro seriamente y el muy desgraciado se empieza a reír.
- Ya, ya, fue una broma, no me mires así – Se escusa Sabito.
- ¿A qué has venido?
- Cierto – golpea la palma de su mano izquierda con la derecha – Se hace tarde y Makomo se empieza a preocupar por ti, sensei me pidió buscarte.
- Ya veo, perdón por las molestias.
Me disculpé con Sabito por hacer que subiera nuevamente la montaña.
Empiezo a caminar en dirección de la casa del maestro y Sabito me sigue, sin tocar el tema de "la alucinación" que tuve, aun así, estoy seguro de que fue real, los sentimientos que ese chico mostraba en sus ojos, su cariño hacia el maestro, su preocupación hacia mi o, mejor dicho, hacia nosotros se sintió muy real.
Llegamos a la casa y puedo ver que la cena ya estaba servida, Makomo y sensei estaban sentados sin tocar sus alimentos, me voy a lavar las manos mientras Sabito se sienta en su lugar, al finalizar me disculpé con ellos por haberlos hecho esperar y me senté entre Sabito y sensei, después de dar las gracias procedimos a cenar.
Estamos los tres en nuestro dormitorio, se nos hizo costumbre que Makomo durmiera en medio de nosotros, Sabito estaba a su izquierda y yo a su derecha.
Aunque tuviera los ojos cerrados no podía dormir, estoy muy ansioso por lo que ocurrirá a partir de mañana y los días de la prueba, ya que el examen tiene una duración de siete días máximo.
- ¿Chicos están despiertos? – Pregunta Makomo.
- Si – Sabito y yo respondimos al mismo tiempo.
- Je, así que no soy la única que está nerviosa ¿O ustedes no lo están?
- Me gustaría decirte que no, Makomo – Contesta Sabito – Pero no solo les estaría mintiendo, también me estaría mintiendo a mí mismo.
Se escucha un suspiro de parte de Sabito y nos quedamos un tiempo callados.
- ¿Y tú Giyuu? – Finalmente me pregunta Makomo
¿Estoy nervioso? La respuesta es sí, pero no por mí, lo estoy por mis compañeros que ahora están aquí conmigo, me siento igual de ansioso como la noche cuando mi hermana y yo fuimos atacados por un demonio, sin embargo, en esta ocasión no va a ser uno, van a ser varios.
Anteriormente, Sabito fue el único que falleció en nuestro examen, Makomo me imagino que lo hizo en uno anterior al nuestro, no obstante, ahora se encuentran aquí y hare todo lo que este en mi poder para ayudarlos.
- Si, un poco – Finalmente le respondo – Pero sé que lograremos sobrevivir, hemos entrenado muy duro y nuestro trabajo en equipo es nuestro punto más fuerte, por lo que mientras estemos juntos estaremos bien.
Estoy convencido de que, si trabajamos juntos, lograremos sobrevivir, no solo a este examen, también a todas las adversidades que se nos presenten.
- En verdad eres todo un hombre – Me dice de repente Sabito. Escucho reír a Makomo y después me dice.
- ¡Si! Además, es nuestro hermano mayor.
Y ahí está otra vez eso del hermano mayor, por alguna razón Makomo, Sabito y hasta Urokodaki sensei, me concedieron ese título en este equipo.
- Me alegra mucho que hayas llegado antes de que hiciera el examen, Giyuu – De repente menciona Makomo – Gracias a ti, pude mejorar en varios aspectos, conocí a Sabito y como bien dices, mientras estemos juntos ¡Nada nos vencerá!
- Yo también me alegro de haberlos conocido chicos – Ahora fue Sabito – Después de ver morir a mi familia creí que estaría solo, pero al conocerlos todo cambio – Hizo una pequeña pausa – Giyuu en verdad eres nuestro hermano mayor, nos guiabas y aconsejabas durante el entrenamiento, si no fuera por ti, jamás los habría podido acompañar a este examen, gracias Giyuu.
- Creo que exageras – Le contesto – Ustedes fueron los que consiguieron llegar hasta aquí, no creo que yo haya...
- Sabito tiene razón Giyuu – Me interrumpe Makomo – Sin tu guía no habría llegado hasta aquí y sé que, si mañana te seguimos, lograremos aprobar el examen.
- ¡Qué buena idea Makomo! – Dice Sabito muy alegre – Propongo que Giyuu sea el líder durante el examen.
- Apoyo la noción – Se le suma Makomo
- ¡Oigan! – Trato de quejarme, pero no me dejan.
- ¡Está decidido! – Sabito continua con su idea – A partir de mañana y durante el examen te seguiremos, líder.
- Contamos contigo Onii san – Agrega Makomo.
- ¿Saben de la presión que recae en un líder de equipo? – Les pregunté para tratar de zafarme de esto.
- Lo sabemos – Sabito contesta como si no fuera nada – Por eso te elegimos.
Solo escucho la risita de Makomo ¿Ellos al menos piensan en mí? Da igual, de todas maneras, iba a estar al pendiente de ellos y si siguen mis indicaciones estoy seguro de que sobreviviremos, no por nada fui pilar por muchos años.
Al día siguiente, los 4 nos hallábamos en las faldas de la montaña, cerca de la entrada al pueblo, Urokodaki sensei nos daba unas ultimas indicaciones y advertencias, después nos estrego unas máscaras de zorros talladas por él mismo, nos dijo que eran unas mascaras protectoras, la de Makomo estaba decorada con dos flores azules pintadas en su lado izquierdo, la de Sabito estaba decorada con una gran cicatriz en el mismo lugar que la de su rostro, mientras que la mía, estaba decorada de dos marcas negras a la altura de las cejas y los ojos son de un color azul fuerte. Al observar más detalladamente mi mascara, recuerdo que el chico de ayer también tenía una.
- Tengan mucho cuidado y regresen a salvo – Nos dice Urokodaki sensei.
- ¡Si! – Responden Makomo y Sabito, yo no lo hice porque estaba pensando en ese chico.
- Bien sensei, nos retiramos – Makomo fue la que se despidió mientras que Sabito solo hizo una reverencia.
Empezaron a caminar cuando me doy cuenta de que me quede atrás. Desecho lo que estaba pensando de ese chico, después le preguntare al sensei. Cuando estoy a punto de caminar el maestro me llama.
- Giyuu. Cuida de tus hermanos menores.
- Si – Le respondo y le hago una pequeña reverencia – Salúdeme al chico de la máscara en espiral.
Y corrí para alcanzar a mis "hermanitos".
. . .
- Giyuu – Eso último que dijo me sorprendió – ¿Cómo sabes de ese niño si murió hace tiempo?
Sin embargo, no pude preguntarle porque se fue corriendo para alcanzar a Makomo y Sabito.
. . .
- No se supone que deben esperar a su hermano mayor – Finalmente los alcance. A veces me pregunto si hacen esto solo para molestarme.
- Es que estabas tan embobado con tu mascara que no quisimos interrumpirte – Se burla Sabito.
- Hm.
- Ya, ya, no te enojes Giyuu – Me trata de tranquilizar Makomo – Antes de salir del pueblo tenemos que ir a la oficina de correo, hay que enviarles nuestras cartas a Tsutako nee sama.
- ¡Si! – Contesta alegremente Sabito.
- ¿Desde cuándo le envías cartas a mi hermana, Sabito?
- Desde hace 4 meses – Contesta el muy sinvergüenza – Makomo me contó que teníamos una hermana mayor y me paso su dirección para enviarle cartas.
Volteo para ver a Makomo con mala cara y ella solo me sonríe.
- Y ¿Ella les ha respondido? – Les pregunto a ambos
- Si – Los dos, con una sonrisa en la cara me responden.
- ¿Puedo preguntar qué les ha dicho?
- Las cartas son privadas Giyuu – Me dice Sabito – Pero no me importa compartir algo contigo.
Solo le observo para que continúe.
- Ella me dijo que deseaba conocerme – Finalmente me informa Sabito.
- A mí también desea conocerme – Continua Makomo – También me ha dado consejos de chicas.
- ¿Consejos de chicas? – Ambos Sabito y yo preguntamos al mismo tiempo.
- Es un secreto – Se burla Makomo de nosotros y corre en dirección a la oficina postal.
- Me pregunto si es bonita – Sabito lanza ese comentario al aire.
- Ella está casada, ni se te ocurra – Le digo de mala gana.
- ¡Uy! Salió el hermano sobreprotector – Se burla de mí y también se va corriendo a alcanzar a Makomo
En que estaba pensando mi hermana, sé que por cortesía contesto las primeras cartas, pero ¿Por qué les dio paso para que le envíen más? Al llegar a la oficina me doy cuenta como ellos están parados en la entrada observándome, de seguro ya entregaron sus cartas para ser enviadas y solo me están esperando, no me hubiera molestado de no ser por la tonta sonrisa que ambos me dan. Definitivamente, hacen esto del hermano mayor para burlarse de mí.
Estamos parados en la entrada principal del pueblo y nos preparamos para dos días de viaje hacia el escondite de la corporación, al monte Fujikasane, volteo hacia Makomo y Sabito y los tres comenzamos a caminar rumbo al examen.
. . .
Me encontraba sentado en el pórtico que da al jardín, donde hago mis reuniones con mis hijos, los pilares. Dentro de dos días será ejecutado un nuevo examen de admisión, me pregunto qué clase de pequeños se unirán a nuestra causa, también rezo para que no haya ningún fallecido, pero sé que eso es difícil, todos los años lamentablemente hay decesos.
Mientras pensaba en los nuevos niños que tendré, una agradable brisa me acaricia el rostro, puedo sentir que viene acompañada de unas gotas de agua, son cálidas y por alguna razón me traen calma, eso hace que esboce una sonrisa.
- ¿Se encuentra feliz Oyakata sama?
Amane, mi esposa quien sujeta a Kiriya, mi hijo biológico, en brazos me pregunta, ella está sentada a mi lado.
- Por algún motivo siento que, de este examen, uno de los pequeños que se integren con nosotros, será de mucha importancia.
Mantengo la sonrisa mientras le respondo, no sé porque siento esto, pero estas pequeñas gotas de agua me lo dicen. Estoy ansioso por conocer a mis nuevos niños.
. . .
Finalmente llegamos a las instalaciones de la organización de cazadores de demonios, al monte Fujikasane. Este lugar también me trae muchos recuerdos, aunque solo sea la antesala para el examen, me pone nostálgico.
Sabito y Makomo están viendo para todas direcciones, para ellos es la primera vez que ven este lugar, así que no es de sorprenderse.
- ¡Este lugar es enorme! – Exclama Makomo
Y eso que no ha visto todo este lugar, puedo observar cómo hay más candidatos esperando a que empiece el examen, la verdad no recuerdo a ninguno de ellos, me pregunto si deberíamos presentarnos con todos.
- Veinticuatro – Escucho a Sabito decir – ¿Somos veinticuatro los que presentaremos el examen?
- Supongo que si – Le digo.
Seguimos a todos los candidatos hasta llegar al jardín que están subiendo unas escaleras, si no mal recuerdo, aquí las hijas de Oyakata sama nos darán las indicaciones y el cómo será la admisión, este lugar no ha cambiado, hay muchas glicinas por todos lados, el examen ya casi debe de empezar porque el sol está a punto de ocultarse.
Sigo observando a los demás candidatos y puedo decir, a simple vista, que muchos de ellos son de nivel bajo, unos se ven nerviosos y otros hasta asustados, espero les vaya bien, tal vez los estoy juzgando sin darles crédito, por los años que viví anteriormente, aprendí a nunca juzgar un libro por su portada. Fue entonces que mi vista se encontró con alguien que se me hace familiar, ese corte de cabello, si es que mi memoria no me falla él estuvo en la batalla final ¿Quién es? Es verdad, ese chico es Murata. Antes de si quiera dirigirle la palabra, las gemelas Ubuyashiki hacen acto de presencia, mucho más pequeñas de lo que recuerdo.
- Muchas gracias por acudir a la selección final de asesinos de demonios.
Frente a nosotros se encuentran Hinaki y Nichika, las hijas mayores de Ubuyashiki Kagaya, a mi mente vienen imágenes de ellas un poco más grandes, aún recuerdo la última vez que las vi.
- En el monte Fujikasane hay encerrados demonios que se capturaron con vida, pero no pueden salir – Nos comunica Hinaki.
- Porque media montaña, desde el pie, está cubierta de glicinas todo el año, odiadas por los demonios – Continua Nichika.
- No obstante, a partir de este punto deja de haberlas, los demonios están ahí.
- Sobrevivir siete días en esa zona. Esa es la condición para superar la selección final.
- Les deseamos suerte – Ambas dicen al mismo tiempo mientras se inclinan.
Siempre me pareció raro esa forma de hablar de la familia Ubuyashiki, uno después del otro o en ocasiones hablando al mismo tiempo. Me pregunto si lo practican en sus tiempos libres.
Todos los candidatos empiezan a adentrarse a la montaña, solo quedamos nosotros tres, volteo hacia Makomo y Sabito y les pregunto:
- ¿Están listos?
Ellos me responden afirmativamente y nos dirigimos hacia la montaña. Antes de pasar de lado a las gemelas, les hago una breve reverencia en muestra de respeto, aunque técnicamente nos acabamos de conocer, yo sé lo valientes y fuertes que fueron durante la batalla final contra Muzan, distrayéndolo por unos momentos antes de la explosión, por lo que desde ya tienen mi admiración, ellas solo se me quedan viendo sin mostrar ningún cambio en su rostro y así, sin ninguna palabra, nos despedimos de ellas para comenzar con este examen.
Estamos corriendo hacia el este de la montaña, para poder tener los primeros rayos del sol cuando amanezca, corremos haciendo una línea, Sabito al principio observando siempre de frente, en medio está Makomo, vigilando los costados y al final estoy yo, cubriendo la retaguardia, considero que esta es la mejor formación mientras nos adentramos en terreno enemigo.
Cuando mis acompañantes me preguntaron ¿Qué hacer? Les sugerí esta formación, así como a donde dirigirnos y sin pedir alguna explicación, ellos simplemente aceptaron mi decisión, ahora estoy seguro de que eso que dijeron del líder lo tomarán muy enserio, solo espero estar a la altura de sus expectaciones.
Sabito levanta su mano en señal de que observo algo enfrente y nos detuvimos, otra cosa que les puntualice es la comunicación, cualquier cosa que vean o escuchen deben avisarlo a los demás, aun si no es nada grave.
Nos posicionamos para recibir lo que sea que este adelante, pero nada ocurría, Makomo por un momento bajo su guardia y Sabito volteo a vernos, iba a decirnos algo cuando de los arbustos un demonio se abalanzo contra nosotros, ni Makomo ni Sabito estaban preparados para tomar sus espadas, así que doy dos pasos hacia adelante y con la primera postura decapito al demonio sin mucha dificultad.
- Recuerden, nunca bajen la guardia – No los quiero regañar, pero si debo advertirles.
- Si, perdón Giyuu – Makomo se disculpa.
- Entendido, no volverá a pasar – Sabito no se disculpa, pero reconoce su error.
Seguimos avanzando hacia el este, cuando en esta ocasión, fue Makomo la que nos advierte de algo.
- Esperen, escuché algo por la derecha.
Nuevamente nos detenemos y tomamos posturas defensivas, los ruidos de las ramas siendo movidas por algo nos hace tensarnos, de repente, yo escucho pasos a mi derecha y al mismo tiempo, un demonio sale de su escondite por la izquierda de Sabito.
- ¡Sabito, Makomo! Espalda contra espalda – Di una orden, a veces olvido que ya no soy pilar.
Aun así, me hacen caso y formamos un triángulo con nuestras espaldas, a pesar de que estamos rodeados, con esta posición nos protegeremos entre los tres. Al parecer son cinco demonios, porque ya no se escuchan más ruidos de hojas siendo removidas, al menos que trabajen en equipo y uno este escondido, aunque lo dudo, los demonios de esta montaña rara vez trabajan juntos, son demonios de bajo nivel que prefieren devorar solos.
- Hace mucho que no comía carne humana – Menciona un demonio.
- Yo me quedo con la niña.
- ¿Y quién te crees para decidir? Yo quiero a esa niña.
- A mí me da igual, solo quiero comer ya.
Mis dudas fueron aclaradas, es obvio que no están trabajando juntos, así será más fácil defendernos.
- Chicos recuerden su entrenamiento – Les hablo – Ha llegado la hora de demostrar el fruto de nuestro esfuerzo, mantengan la cabeza fría y concentrada.
- ¡Si! – Ambos me responden con confianza.
El primer movimiento fue hecho por el primer demonio que dijo que quería a Makomo, este se abalanzó contra ella, no podía moverme, ya que enfrente mío tenía dos demonios, si ataco al que se dirige hacia ella, estos podrían aprovechar la gran abertura que dejaría en la formación, tengo que confiar en Makomo. Ella da un paso hacia adelante para tener espacio, cuando el demonio está a una distancia considerable, Makomo salta.
- Respiración del agua. Octava postura: Lago de la Cascada.
Balacea su espada verticalmente hacia el demonio partiéndolo literalmente por la mitad, el golpe de la espada hacia el suelo hizo que las dos mitades del demonio volaran hacia atrás, antes de que tocaran el piso, Makomo da otro salto hacia adelante y con un tajo en horizontal, corta las dos mitades del cuello.
Al ver esto los dos demonios que estaba enfrente de Sabito se desconcentraron totalmente, esto no pasó desapercibido por Sabito que corrió rápidamente hacia ellos.
- Respiración del agua. Cuarta postura: Golpe de Marea.
Sabito realiza diversos cortes de manera consecutiva mientras gira fluidamente simulando una marea, logrando decapitar en cuestión de segundos a los dos demonios.
Lo sabía, ellos realmente se han vuelto muy fuertes, claramente ambos superan por mucho los niveles más bajos de la organización, están entre los intermedios y avanzados. Sabito por ejemplo, si lo comparo con el Sabito que falleció la primera vez que hicimos este examen, este nuevo Sabito lo supera con creces.
Ahora observo a los demonios restantes, claramente perdieron su ventaja numérica y se notan nerviosos.
- Bien, es su turno.
Y en lugar de escapar, ellos se aproximan hacia mí, lo más inteligente que pudieron haber hecho era huir, ahora su destino está sellado, yo también corro hacia ellos y utilizo la misma postura que utilizo Sabito para acabar con ellos.
Segundos después, de los demonios solo quedan sus ropas, sus cuerpos se desintegraron por completo, no hay llantos, ni palabras para ellos, a pesar de que eran demonios, alguna vez fueron humanos, es una lástima que nadie este a tu lado en tus momentos finales. Recordé como mi familia estuvo ahí para mí y eso me hizo muy feliz, por esa razón, solo junto mis manos y doy una pequeña plegaria.
- Giyuu ¿Qué haces? – Me pregunta Sabito un poco molesto.
- Aunque fueran demonios, aunque fueran enemigos – Le observo – Alguna vez fueron humanos. Solo rece por su descanso y expiación de sus pecados.
Ambos me miran confundidos y no los culpo, a diferencia de ellos, mi familia sobrevivió el ataque de un demonio y la de ellos no, es posible que estén molestos conmigo ahora. Sin embargo, después de un rato en silencio, Makomo junta sus manos en señal de que esta rezando.
- Makomo ¿Tú también? – Pregunta Sabito.
- Giyuu tiene razón Sabito, además – Ahora lo confronta directamente – No quiero ser igual de insensible que ellos.
Sabito cierra los ojos y suspira, al abrirlos solo nos dice:
- Son muy amables.
- Tal vez – Makomo responde – Pero eso nos hace humanos ¿Verdad Giyuu?
En realidad, el amable era Tanjiro, yo tampoco les daba misericordia a los demonios, tal vez algo de esa amabilidad se quedó plasmada en mí.
- Si. – Observo al cielo y les comento – Sigamos, aún nos queda mucho camino por recorrer.
Ambos asienten y continuamos nuestro camino al este.
Han pasado cinco días desde que dio inicio este examen, las cosas no han sido tan difíciles como creía, nos hemos encontrado con varios demonios y los hemos aniquilado sin mucho esfuerzo, eso sí, el cansancio es notable en nosotros, estar corriendo sin descanso por las noches, la poca comida y agua que hay en la montaña y el poco descanso que tenemos en el día, hacen merma en nuestros cuerpos de 13 años.
Estamos en el sexto día y nuestras fuerzas han disminuido, por más que derrotemos a los demonios, estos siguen apareciendo ¿Cuántos demonios capturados hay aquí? No creo que los otros candidatos la estén pasando mejor que nosotros, hablando de ellos, no nos hemos cruzado con otras personas. Espero estén bien, la última vez solo hubo una baja, supongo que está vez no habrá ninguna.
En estos momentos estamos caminando, estamos cerca de cruzar la montaña, por lo que la salida debe de estar cerca, así que nos podemos dar el lujo de ir a paso lento para ahorrar energías. No hablábamos y al caminar, disminuimos el ruido para evitar ser detectados, seguimos con esta formación y cada uno al pendiente de su tarea, al parecer esta noche será tranquila, desde que anocheció, no nos hemos encontrado con ningún enemigo y creo que es buena señal, sin embargo, apenas y pienso en que la suerte nos sonríe, se escucha un grito de ayuda.
- Alguien está en problemas – Makomo hace el comentario.
- ¿Giyuu? – Sabito me pregunta esperando mis indicaciones.
- ¡Vamos!
Corremos hacia donde se escuchó ese grito, espero que lleguemos a tiempo. De repente, a unos metros frente a nosotros, observamos a una persona correr, parece que estuviera huyendo de algo, antes de poder llamarlo, sentimos la vibración en la tierra de algo enorme moviéndose, atrás de ese muchacho se mueve una gigantesca figura.
- Pero ¿Qué demonios es eso? – Pregunta un muy sorprendido Sabito.
Es un demonio enorme, de un color verdoso y con varios brazos.
- No creo que debamos acercarnos a eso – Makomo inconscientemente retrocede un paso antes de darnos su opinión.
¿Qué debería hacer? Está claro que este demonio utiliza técnicas de sangre, por lo que, lo hace el enemigo más fuerte que nos hemos encontrado hasta ahora, no quiero arriesgar aun a mis amigos a enfrentarnos a este tipo de demonio, sé que algún día se tendrán que enfrentar a alguien así o peor, pero ¿Estarán listos en estos momentos?
- Este demonio se encuentra en otro nivel – Les daré mi opinión – Lo mejor será alejarnos...
Sin embargo, mis palabras se detienen al ver como estira tres de sus brazos y agarra de la pierna a ese pobre sujeto. Cuando lo levanta al aire, una enorme boca se abre en el demonio, tanto Makomo como Sabito se asombran ante tal criatura, por mi parte, me mantengo sereno, ya había visto cosas similares e incluso peores.
Al momento en que el demonio gira a la persona que tiene atrapada, y gracias a la luz de la luna, mi mirada y la del joven candidato se cruzan, era Murata, tenía unas cuantas heridas en el rostro y en los brazos, está llorando y estira su mano hacia nosotros como pidiendo ayuda, mi cuerpo se movió solo y fui corriendo hacia ellos, doy un salto y con la segunda postura corto el brazo que estaba sujetando a Murata.
- ¿Eh? – El demonio apenas se da cuenta de su brazo y empieza a gritar – ¡Duele! ¡Duele! ¡Maldición! ¿Quién fue?
Cuando fija su mirada en mí, este sonríe.
- Así que vino otro de mis queridos zorros ¡Qué bien!
No entendí lo que quiso decir, pero eso por el momento no importa.
- ¿Estás bien? – Le pregunté a Murata, debo tener cuidado de no llamarlo por su nombre, se supone que no nos conocemos.
- S-Si, gracias.
- Zorrito ¿En qué año de la edad Meiji estamos? – Me pregunta el demonio.
- ¿De qué hablas? Estamos en la era Taisho.
- ¿Taisho? – Se pregunta así mismo el demonio - ¡Ah! ¡Cambio la era! – Empieza a gritar - ¡Otra vez! ¡Cambio la era mientras yo sigo encerrado aquí!
Pero ¿Qué le pasa a este sujeto?
- ¡Jamás te lo perdonare! ¡Maldito Urokodaki!
Espera, acaso este demonio conoce a Urokodaki sensei, pero antes de siquiera poder preguntarle, cuatro de sus brazos se dirigen hacia Murata y a mí. Agarro a Murata del cuello de su ropa y saltamos esquivando su ataque, sin embargo, más brazos se dirigen hacia nosotros, dado que tengo a Murata y estamos en el aire, no podré escapar de su ataque, esto es malo, trato de pensar en una forma de salir de esta.
- Respiración del agua, segunda postura: Rueda de Agua.
Makomo me salva la vida con la misma postura que yo utilice para salvar a Murata. Los tres caemos al suelo, lamentablemente para Murata, como lo agarré de improvisto, no le dio tiempo de preparase por lo que cayó con el trasero.
Antes de poder agradecerle a Makomo, observo como Sabito salta hacia el cuello del demonio y trata de cortárselo, pero, lo peor que le puede ocurrir a un cazador le acaba de ocurrir a Sabito, su espada se rompió, por suerte para él, como hizo un ataque sorpresa el demonio no pudo contraatacar y rápidamente Sabito se acerca a nosotros.
- ¡Vaya! Esto sí que es una sorpresa – El demonio se empieza a reír – Esta vez vinieron tres zorritos.
- ¿Qué quieres decir con eso? – Pregunta Sabito.
- Ustedes son discípulos de Urokodaki ¿Verdad?
- ¿Conoces a Urokodaki sensei? – Esta vez pregunta Makomo.
- ¡Por supuesto! – Empieza a decir este demonio – Fue el quien me atrapo, jamás lo olvidare, fue hace 39 años.
Así que este demonio lleva mucho tiempo atrapado aquí.
- He devorado a 50 niños en esta prisión de glicinas – Nos informa el demonio.
- ¿50? – Se asombra Makomo
- Nueve, diez, once – Empieza a contar el demonio – Cuando me los devore a los tres, serán catorce los estudiantes de Urokodaki que asesine – Se ríe – Decidí que mataría a todos sus estudiantes.
- ¡Eres un maldito! – Le grita Sabito y antes de que diera un paso, lo tomo del hombro.
- El ultimo era un niño como de su edad – Nuevamente se empieza a reír – Tenia una máscara como las de ustedes en espiral.
¿Una máscara en espiral? ¡Espera! Eso significa que el muchacho que vi en la montaña era...
- Fue muy divertido, cuando su espada se rompió, le arranque las extremidades – Este demonio parece divertirse.
Sabito cada vez se enojaba más, incluso Makomo, que antes lo miraba con miedo, ahora lo mira con odio.
- Esas máscaras, son la prueba de que son discípulos de Urokodaki – Señala nuestras máscaras – Todos ellos terminaron en mi estómago, es como si Urokodaki los hubiera asesinado.
Antes de que mis amigos se lancen contra este demonio llenos de ira, me paro enfrente de ellos dándoles la espalda.
- Oye chico – Me dirijo hacia Murata – ¿Puedes pelear?
- ¡No! Yo no puedo...
- Entonces préstale tu espada a mi compañero – Sabito me observa sorprendido – Quédate cerca de nosotros, pero al mismo tiempo no te acerques mucho – Ahora me dirijo a Sabito – Ve por la espada, no podrás luchar con la que tienes ahora, Makomo y yo te cubriremos.
Sabito sale de su asombro y corre hacia Murata.
- No te dejare – Amenaza el demonio lanzando sus brazos en nuestra dirección.
- Makomo.
Y ella, con un solo – Si – Me apoyo cortando los brazos que se avecinaban. Ella era ágil, por lo que se escurría por las manos del demonio, por mi parte, los cortaba de frente, no poseo tal agilidad para moverme de esa forma.
El demonio junta varios de sus brazos para crear uno más grande y lo lanzo contra Makomo, ella apenas lo esquivo, sin embargo, del antebrazo gigante salieron tres brazos más, ella pudo cortar los dos que venían de frente, pero el tercero, que venía por arriba la iba a golpear.
- ¡Te tengo! – Exclama el demonio.
Makomo solo me sonríe y con la mirada me dice que continúe hacia delante, cuando observe quien se acercaba por detrás de Makomo, me tranquilice, era Sabito con la espada de Murata, salta sobre Makomo y corta el tercer brazo.
Yo sigo de frente y este demonio me arroja más de sus brazos, no importa cuantos cortemos, se regenera muy rápido.
- Respiración del agua, Tercera postura: Danza de las Corrientes.
Con esta postura, logré cortar muchos de sus brazos, gracias a que se imita el movimiento de las corrientes. Antes de poder acercarme a su cuello, noté como se forma un bulto en el suelo y de este salen más brazos obligándome a retroceder.
- Si que son escurridizos zorritos – Se divierte el demonio.
Makomo y Sabito se colocan a mis lados.
- ¿Estás bien? – Me pregunta Sabito.
- Si.
Sin embargo, el verdadero problema es acercarnos, esa técnica demoniaca nos impide hacerlo, incluso siendo tres. Debe haber una forma de poder llegar a su cuello, mas no tengo tiempo de pensar porque nos vuelve a atacar con sus brazos.
Esquivamos sus ataques moviéndonos principalmente hacia atrás ya que, si lo hacemos por los lados, de su antebrazo salen más, esto es más difícil de lo que pensé, claramente este demonio tiene el control del combate. No me gusta esto, pero tal vez lo mejor será retirarnos.
- ¡Ah!
Makomo da un grito porque el demonio alcanzo a atraparla por la pierna izquierda y la intenta jalar hacia él para devorarla.
- ¡Makomo! – Grita Sabito preocupado.
- ¡Sabito! Detrás de ti – Le grité.
Sabito se giró a tiempo para cortar los brazos que iban hacia él, al voltear para ver cómo se encontraba Makomo, me di cuenta de que ella había clavado su espada al suelo para evitar ser arrastrada por el demonio.
Corrí lo más rápido que podía, esquivando esos molestos brazos que salieron del que tenía agarrada la pierna de Makomo y cuando llego con ella, rápidamente corto ese brazo para liberarla.
- Gracias Giyuu – Me agradece.
- Aun no me agradezcas, cuando salgamos con vida de aquí lo harás.
Makomo se intenta incorporar, pero se arrodilla y se sujeta la pierna izquierda, más precisamente arriba del tobillo. Nuevos brazos se acercan hacia nosotros, yo corto los que venía de frente y los que vienen por el costado son cortados por Sabito, quien corrió a auxiliarnos.
- ¡Makomo! ¿Estás bien? – Un preocupado Sabito le pregunta.
- Mi pie me duele mucho – Ella sigue agarrándose el pie.
La veo de reojo y pude notar que esa parte del pie lo tiene morado, es muy notorio que el demonio la agarró muy fuerte y la lastimo, si la situación en la que estábamos era mala, esto lo empeora, Makomo no podrá moverse como antes, incluso puede convertirse en un peso muerto para nosotros.
- Chicos, estamos en una mala posición – Me sincero con ellos – Es posible que esta vez tengamos que retirarnos, en las condiciones en las que estamos, no creo que podamos ganar.
- ¡No podemos hacer eso! – Fue la misma Makomo quien respondió – Si dejamos a este demonio vivo, habrá más víctimas en su cuenta.
- Además, ese sujeto asesino a discípulos de Urokodaki sensei – Agrega Sabito – Es nuestra obligación acabar con él.
El demonio suelta una carcajada, sabe que tiene la ventaja y debe estar seguro de que ganara.
- ¿Quieres venganza? – Le pregunté a Sabito
Parece pensarlo por un momento.
- No, solo justicia.
Makomo le sonríe a Sabito.
- Si logramos derrotarlo, todos los niños que asesinó, incluyendo a nuestros hermanos, podrán descansar en paz – Makomo se logra poner de pie al decir esto.
- No creo que puedan hacerlo zorritos – Se burla de nosotros el demonio.
Así que eso es lo que quieren, les doy una pequeña sonrisa, estoy seguro de que, si Urokodaki sensei estuviera aquí, estaría orgullosos de ellos.
¿Orgullo? Eso es lo que ha hecho esta batalla tan larga, con esa postura, tendríamos una oportunidad para poder derrotarlo, pero mi orgullo me impidió usarla, esta técnica la cree yo y pensaba que solo debía usarla contra las lunas demoniacas ¡Que estúpido soy! No dejare que por mi orgullo mis amigos mueran.
- Muy bien, Makomo, Sabito, les daré una oportunidad.
Ambos me ven raro.
- ¿De qué hablas Giyuu? – Me pregunta Sabito.
- Iré directo hacia él y cuando haya cortado todos sus brazos, ustedes irán por su cuello – Lo susurro para que el demonio no pueda escucharnos.
Makomo abre los ojos sorprendida.
- ¡Es una locura! – Sabito lo dice fuertemente haciendo que el demonio se ría.
- Tranquilos, tengo un plan. Solo les pido que confíen en mí.
Se hizo un pequeño silencio hasta que fue roto por Makomo.
- Siempre hemos confiado en ti Giyuu, no necesitas pedirlo.
- Makomo tiene razón – Suspira Sabito – Bien haremos lo que nos pediste, pero ¿Cómo cortaremos su cuello? Es tan duro que rompió mi espada.
- Por eso tienen que ir juntos ¿Recuerdan cuándo cortaron la roca? Utilicen la concentración total para hacerlo. – Les digo – Vayan detrás de mí, yo me hare cargo de esos brazos.
- Si – Ambos responden.
Los dos se colocaron detrás mío, a Makomo le costó un poco de trabajo caminar, seguramente este será su último ataque, no, será nuestro último ataque.
- Je je, terminaron de hacer su plan – Sigue burlándose – Les diré que sea lo que sea que hayan planeado, no va a funcionar.
Respiro profundamente y me lanzo al ataque, unos segundos después puedo escuchar cómo me están siguiendo, cada vez nos estamos acercando y tal como pensé, el demonio levanta todos sus brazos y los arroja hacia nosotros. Esta será la primera vez que utilizo esta técnica, con este cuerpo, en un combate real.
Me concentré y continuo con la respiración total, de repente, todos mis sentidos se agudizan, puedo ver todo en cámara lenta, los brazos que están enfrente mío se mueven cada vez más lento, es ahora o nunca, si no logramos derrotarlo estaremos perdidos.
- Respiración del agua – Se que podré cortar todos los brazos – Onceava postura – Se que podrán cortar su cuello – Calma.
Me detengo y todo a mi alrededor se vuelve muy tranquilo, mis manos que están en el mango de la espada se empiezan a mover en todas direcciones, esto con la intención de cortar todo lo que se esté acercando a nosotros, con movimientos tan rápido que hacen que la espada no se vea.
- ¿Pero qué? – El demonio se sorprendió.
Mientras estoy cortando, observo como alguien salta por encima de mí, me aseguro de no cortarlo por accidente y dejarle la vía libre.
- ¡Toma esto! – Grita Sabito – Respiración del agua, primera postura: Corte de la superficie del agua.
La espada logra cortar parte del cuello del demonio, pero se detiene a mitad de camino, no se ha roto lo que significa que las fuerzas de Sabito llegaron a su límite.
- ¡Ugh, maldito! – Esto es malo, el demonio va a contratacar.
- ¡No te rindas!
De repente aparece Makomo y con su espada golpea la de Sabito, dándole el empuje necesario para que termine el trabajo.
Así entre los dos, finalmente lograron cortar la cabeza del demonio, esta salió volando lejos de su cuerpo. Sus ataques cesaron y todo su cuerpo se empieza a desintegrar.
- ¡Ah! ¡Maldición! – Grita el demonio – Me desintegro, no puedo evitarlo.
La mayor parte de su cuerpo ya se había ido, observo como Makomo está sentada en el suelo y junto a ella está Sabito, yo por otro lado, me acerco a la cabeza del demonio.
- ¿Cómo pudieron vencerme? ¡Esto es imposible!
- Trabajando juntos – Le respondí.
El me mira con odio, pero al parecer se sorprendió cuando junte mis manos en forma de rezo.
- Espero que logres el descanso y cuando pagues por todos tus pecados, renazcas como una buena persona – Hago mi plegaria.
- ¿Por qué?
- Nadie debe de estar solo en sus últimos momentos – Abro los ojos al responder.
El demonio parece recordar algo, porque lagrimas salen de sus ojos.
- ¡Ah! Es cierto, yo tenía a alguien a mi lado.
Esas fueron sus últimas palabras, ya que se desintegro completamente. Finalmente, esto acabo ¡No! Aun no, tenemos que salir de aquí, solo así habrá acabado esto. Mientras pienso en esto, alguien se aproxima hacia mí.
- No puedo creerlo, lo derrotaron.
Murata era el que se estaba acercando, le hago un ademan de que me acompañe para reunirnos con los demás.
Tanto Sabito como Makomo se me quedan viendo, tendré que darles una explicación de la onceava postura, pero en estos momentos lo más importante es salir de aquí.
- Luego les explicare, primero tenemos que irnos de este lugar y aprobar el examen – Ellos solo asienten – Tu vienes con nosotros – Me dirijo hacia Murata.
El también asiente y le pido de favor que cargue a Makomo y lo hace, le explico que Sabito y yo cuidaremos a ambos el resto del camino, ya que todavía es de noche y es posible que nos encontremos con otros demonios. Sinceramente espero que no aparezcan, ninguno de nosotros está en condiciones de dar otra pelea.
Antes de partir, volteo hacia donde estaba el demonio y pienso en los anteriores alumnos de Urokodaki sensei, estoy seguro de que ahora podrán descansar en paz. Me dirijo hacia mis compañeros cuando de repente.
"Gracias"
Volteo de inmediato, juraría que alguien me había hablado, pero al no ver a nadie desecho esa idea, quizás solo sea mi imaginación.
Caminamos sin decir palabra alguna, los cuatro estamos concentrados en nuestras tareas, hasta ahora no nos hemos encontrado con nadie, humano o demonio, mis pies se sienten pesados y debo asumir que el de los demás también.
- ¡Miren!
Fue Makomo, en la espalda de Murata, la que llama nuestra atención y puedo ver como apunta hacia unas flores de glicinas, todos suspiramos aliviados y avanzamos más rápidamente hacia las flores, al cruzarlas nos dejamos caer, al fin hemos cruzado la montaña al séptimo día, por lo que el examen había terminado, hemos aprobado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro