Capítulo 36: El ataque de las lunas menguantes
En esta tarde, yo Tomioka Giyuu, estaba por dar como finalizada esta sesión de entrenamiento. En esta ocasión estamos utilizando nuestras nichirintos, todo para darle un poco más de peligrosidad y fomentar la marca.
- ¡Bien, esto es todo por hoy!
Les avisé a mis compañeros y ellos se fueron relajando en sus actividades, se formaron varios grupos y empezaron a intercambiar opiniones.
- Bien, me retiro.
Uzui se despidió de nosotros y se fue corriendo a su finca, otros más se empezaron a retirar sin ser tan llamativos como Uzui.
- Iguro san ¿Te gustaría ir a cenar? – Pregunta Mitsuri.
- Si.
Ya solo quedamos unos pocos en el campo de entrenamiento, se podría decir que solo los más cercanos a mí están presentes.
- Giyuu – Makomo se acercó para decirme algo – Nezuko, Tanjiro, Sabito y yo vamos a ir cenar ¿Vienes?
- ¿Solo nosotros?
- Si. Quisimos hacer una cena donde solo los estudiantes de Urokodaki sensei estemos.
- Ya veo.
No es mala idea.
- Tengo que entregar mi reporte a Oyakata sama, los alcanzo después ¿A dónde iremos?
- Al Sukiya, te estaremos esperando.
Makomo se despidió de mí y se fue con el resto para adelantarse. Me di media vuelta para ir a la finca del patrón, pero vi a Kanae, Shinobu y Kanao teniendo un platica algo curiosa.
- ¿Y tú Kanao, no la has visto?
- Lo siento, no la he visto.
Kanae se veía algo preocupada, debo decir que tengo curiosidad de lo que está ocurriendo con las hermanas de la finca mariposa, pero no debo ser un metiche. Sin embargo, en cuanto Shinobu se dio cuenta de mi presencia, me hizo señas para que me acercara a ellas.
Al estar junto a ellas, Shinobu me hace una pregunta.
- Disculpa Giyuu san, pero ¿De casualidad no has visto a Midori san?
- ¿Midori? – Les pregunte.
- Si, ella es la chica con la que estabas hablando antes de nuestra cita – Me responde Kanae – Es una de mis discípulas.
Ah, se refieren a la cazadora que tiene su adorno de mariposa de color verde con morado.
- No, la última vez que la vi fue aquel día.
- Ya veo – Una desanimada Kanae me dijo.
- Veo que te preocupas por ella.
- Si y por todas las personas que habitan en mi finca, son como de mi familia.
Ahora entiendo su preocupación.
- Le has preguntado a los demás pilares, quizás ella estuvo en alguna sesión de entrenamiento.
- Si ya lo hice y nadie la ha visto – Me informa Kanae.
- Esto es raro – Dice Shinobu – Ella siempre avisaba cuando salía de la finca. Me preocupa que algo malo le haya pasado.
Veo que no solo Kanae está preocupada por ella, también Shinobu. Como me encantaría decirles donde está, pero en verdad no la he visto desde ese día, lo único que puedo hacer es tratar de alentarlas un poco.
- Estoy seguro de que la encontraran, si ella es tu alumna, sabrá cuidarse.
- Eso espero Giyuu san
Kanae no se ve muy confiada, pero no puedo ofrecerle nada más, excepto...
- Si me la llego a cruzar, le diré que la están buscando.
- Muchas gracias – Shinobu me agradece – Eso sería de bastante ayuda.
- Muchas gracias Giyuu san.
Yo solo asentí y me dispuse a retirarme.
- Nos vemos mañana, iré con Oyakata sama a entregar el reporte.
- ¡Ah! Aprovechando que vas para allá, si logras verlo luego me puedes decir cómo se encuentra de salud por favor.
Es normal la preocupación de Kanae, ya que es una preocupación compartida por todos en la corporación. El patrón últimamente no se ha dejado ver, su esposa Amane es quien dirigió la última reunión de pilares y nos informó que se encontraba bastante delicado.
Por ahora solo la familia Ubuyashiki y Tamayo son los únicos que lo han podido ver en persona.
- Si se da la oportunidad te lo diré Kanae.
- Gracias.
Kanae me dedicó una ligera sonrisa, mientras que Shinobu solo suavizó su rostro. Kanao por otro lado me mira con una expresión de gratitud.
- Bien me retiro, nos vemos.
- Que te vaya bien.
Fue la respuesta de las tres hermanas, por un momento las comparé con las hermanas Ubuyashiki por la forma tan sincronizada en la que me respondieron.
Seguí caminando hacia la finca del patrón cuando el sol finalmente se perdió en el horizonte, la noche ha llegado y es una particularmente fría, la más fría que hemos tenido en días.
Al llegar a la finca del patrón, le informé a un kakushi de mi llegada y de mi deseo de entregar mi informe del entrenamiento de los pilares. Me llevaron a la sala de espera y me senté en los cojines en lo que esperaba por Amane.
Al pasar algo de tiempo la puerta de la sala se abrió y, como lo suponía, Amane se apareció, pero lo curioso fue que no entraba a la sala.
- Acompáñeme, por favor.
- Si.
Me levanté de mi asiento y me acerqué a Amane, ella espero a que saliera al pasillo y cerró la puerta tras de mí. Después comenzó a caminar a lo que yo la seguí.
Llegamos a la última puerta del pasillo y Amane toco para informar que iba a entrar.
- Adelante.
Una voz cansada y casi apagada se escuchó del otro lado, era la voz del patrón, pero sin la calma que lo caracterizaba.
Amane abrió la puerta y me hizo una seña para que entrara primero, al entrar pude ver al patrón recostado en un futón y totalmente vendado. Al cerrar la puerta, Amane se acercó a su esposo y se sentó a su lado.
- Bienvenido Giyuu.
El patrón intentaba incorporarse y con la ayuda de su esposa, lo logró al final.
- ¿Cómo va el entrenamiento de mis niños?
- No le voy a mentir, parece ser que nos hemos atascado.
- Entiendo.
- Hasta ahora, solo somos tres los cazadores con marca, quizás la resonancia no es tan fuerte como aquella vez o tal vez falta la sensación de peligro.
- Lo dices por como Tengen y tú obtuvieron sus marcas – Me dice Amane.
- Si. Ambos tenemos en común que nos enfrentamos a un poderoso adversario, por eso comencé a entrenar con nuestras nichirinto, para tratar de agregar el factor de peligro.
- Creo que haces bien Giyuu – Me dice el patrón – Confió en tu buen juicio.
El patrón realmente se ve muy mal, no me gusta verlo de esta forma.
- Oyakata sama, le aseguro que derrotaremos a Muzan, solo por favor, resista un poco más.
- Muchas gracias Giyuu. Confió en que lo lograran, pero no se distraigan por mi condición.
- Pero...
- Giyuu, déjame decirte algo que ya debes de saber, la muerte siempre estará con nosotros, no importa cuánto nos esforcemos, algún día todos debemos partir de este mundo.
- Oyakata sama, es verdad que algún día todos moriremos, quizás sea hoy o tal vez mañana, pero me gustaría pensar que todos moriremos de ancianos y rodeados de nuestra familia.
- Je je... *cof cof*
- ¡Oyakata sama!
El patrón empezó a toser y vi claramente como la sangre salía de su boca. Amane rápidamente le hizo beber de un frasco lo que me imagino que es medicina y poco a poco la tos del patrón empezó a disminuir.
Cuando la respiración del patrón se regularizó, él volvió a dirigirme la palabra.
- Agradezco tus buenas intenciones. Tus deseos y la de todos mis niños me harán resistir, te lo aseguro.
Por alguna razón, sentí que me estaba mintiendo, pero no quiero provocarle otro ataque de tos y empeorar su condición, lo mejor que puedo hacer es retirarme y dejarlo descansar.
- No lo haremos esperar mucho, me retiro. Seguiré rezando para que se recuperé completamente.
- Gracias Giyuu, buenas noches.
Le dediqué una reverencia de respeto a los esposos Ubuyashiki y me levanté para dirigirme hacia la salida. Realmente me preocupa la situación del patrón, por un momento creí que con tener a Tamayo aquí podríamos encontrar una cura, pero...
"Mas que enfermedad, parece una maldición"
Esa fueron las palabras de Tamayo, ella es una excelente médica, pero ante este tipo de caso, lo único que puede hacer es medicina para sobrellevar el dolor. Recuerdo que hubo una pequeña insinuación de que se convirtiera en demonio como Yushiro, pero el patrón lo rechazó.
Al sentir el aire frio en mi rostro, deje de preocuparme de más, no se ganará nada si solo me preocupo, mañana tendré que utilizar nuevamente mi marca con la nichirinto para aumentar la sensación de peligro, espero que así la marca de los demás al fin despierte.
Miro el cielo nocturno y me di cuenta de que pasé algo de tiempo en la finca del patrón, ya que estaba bastante entrada la noche.
Me dirigía hacia el Sukiya, el restaurante en el que mis hermanos decidieron cenar esta noche y va a ser divertido ver a los meseros preguntándose por el bambú de Nezuko y por qué ella no ordena ni come nada.
Una pequeña sonrisa se dibujó en mi rostro, solo para que inmediatamente desapareciera al observar algo raro y fuera de lo común.
- ¿Una araña?
Dado que estaba algo oscuro no podía verla bien, por lo que me acerque un poco porque de lejos se veía algo grande para ser una araña ¿Sera una tarántula? Pero al acercarme, me di cuenta de que esta cosa tenía un enorme ojo. Esto es...
- Buenas noches~
Instintivamente coloque mis manos en mi nichirinto y me coloque en guardia, esa voz se escuchaba algo turbia y definitivamente no era de ninguno de mis compañeros.
Agudice mis sentidos e intente sentir la presencia demoniaca, pero no había nada. Me iba a relajar hasta que...
- Aquí arriba.
Me giré, ya que esa voz se escuchó por detrás de mí y levanté la mirada tal como había dicho. Al ver lo que estaba en la rama de un árbol me dejo algo sorprendido, solo había una mano ahí.
Esta mano se dejó caer al suelo y nuevamente me puse en guardia, cuando la mano se sostuvo con sus dedos, pude ver una boca en el dorsal y los kanjis de "sueño" en los nudillos.
- Es una agradable noche ¿No lo cree, pilar del agua Giyuu?
- ¿Quién eres?
- ¡Oh! ¿Dónde están mis modales? Me llamo Enmu y soy la primera luna inferior. Es un placer conocerle.
La primera luna menguante, pero ¿Cómo encontraron este lugar tan pronto? No se suponía que lo hicieran tan rápido.
Cuando le sugerí al patrón cambiar nuestro escondite por lo que había pasado la vez anterior, él se negó diciendo que quizás así sea la única posibilidad de hacer salir a Muzan.
Sin embargo, la primera luna inferior se ha presentado en lugar de Muzan ¿Por qué? ¿Qué está ocurriendo?
- Enmu ¿Verdad? No sé cómo localizaste este lugar, pero si crees que vas a salir con...
- Espera, no vine a pelear.
- ¿Entonces?
- Vengo a darte un mensaje de esa persona.
¿Esa persona? Debe referirse a Muzan.
- No tengo nada que escuchar de parte de tu amo.
- Oh, pero deberías.
- No.
- Que mal.
- Te encontraré, no podrás esconderte por siempre, dudo mucho que tu técnica funcione tan lejos del cuerpo principal.
- Es verdad, estoy más cerca de lo que parece, pero estoy seguro de que no vendrás a por mí.
- ¿Y por qué tan seguro?
- Porque estoy seguro de que te interesa más estar con Tsutako y la pequeña Tsunami.
¿Qué? ¿Qué fue lo que dijo? Por un instante, me congelé en mi lugar.
- Ja ja ja, ¡Me encanta! Esa cara tan distorsionada que acabas de poner es la mejor.
- ¡Malditos! ¡Si le ponen un solo dedo encima...!
- Giyuu, Giyuu, no estas en posición para amenazar.
Tengo que tranquilizarme, aunque odie admitirlo, este demonio tiene razón, no tengo más opción que seguirle el juego.
- ¿Cuál es el mensaje?
- ¡Vaya! Ahora si quieres escucharlo, creí que habías dicho que no tenías nada que escuchar.
- No te hagas el tonto.
- Fu fu, está bien.
De repente, esa especie de araña con un ojo se acerca a la mano de Enmu.
- "Giyuu, tú y yo tenemos algo pendiente. Si no quieres que nada malo le ocurra a tu hermana y sobrina, pórtate bien y encuéntrame en tu aldea natal" Ese es el mensaje.
Sentía como se me bajaba la presión por unos segundos, ya que Muzan en verdad sabe de Tsutako y Tsunami, lo peor es que sabe dónde viven. Por un momento creí que Enmu solo me estaba provocando, pero claramente estos demonios saben de mi familia.
"Ya veo. Quizás deberíamos traer a tu hermana aquí, para su protección.
También lo pensamos Oyakata sama, pero ella quiere vivir lo más normal posible.
¿No te preocupa que algo malo pudiera pasarle?"
Esto es mi culpa, debí aceptar la propuesta del patrón y convencer a mi hermana de venirse a vivir aquí. Si algo les llegase a pasar, sería mi culpa y yo...
Tengo que ir, claramente esto es una trampa, pero no tengo más opción, jamás me perdonaré si algo les llegase a suceder.
- Bien, iré a encontrarme con Muzan.
- Buen chico~
Di un paso para comenzar a correr en dirección del hogar de mi hermana, pero este demonio me detuvo.
- Espera, no pensaras correr desde aquí ¿Verdad? Son 4 días de camino ¿O me equivoco?
Este demonio me está provocando, pero no puedo hacer nada al respecto. Incluso saben cuántos días se hacen de aquí hasta allá.
- Nosotros te llevaremos, llegaras en solo unos minutos. Pero tendrás que dejar tu katana aquí.
No demoré mucho tiempo en decidirme, comencé a retirarme la nichirinto de mi cintura y se la extendí al demonio.
- ¡Arrójala!
Obedecí la orden del demonio y arrojé mi katana por detrás de unos arbustos.
- Buen chico y que obediente eres, jamás imagine que llegaría el día en el que le daría órdenes a un pilar, es como un sueño.
Ese comentario me molestó mucho, pero no podía hacerle nada. Tendré que tragarme esta amargura y humillación en estos momentos.
- Ya hice lo que me pediste.
- Y lo hiciste bien, buen trabajo. Ahora ella te guiara.
Enmu señalo a ese ojo con patas y esta cosa se empezó a acercar a mí, después comenzó a escalar por mi ropa hasta colocarse en mi hombro derecho.
- ¿Qué es lo...?
No pude terminar mi pregunta, porque el sonido de una biwa se escuchó y una puerta apareció de la nada por enfrente de nosotros, esta puerta se parece mucho a las de la guarida de Muzan, eso quiere decir que esta cosa sobre mi hombro le pertenece al demonio que controla ese lugar.
- Bien, ahora entra.
Enmu me ordena y comencé a caminar hacia la puerta, antes de entrar el demonio me dice algo que hizo que me detuviera y me giré ligeramente para mirarlo.
- La pesadilla está a punto de comenzar Giyuu, que lo disfrutes.
La mano de Enmu se empezó a marchar para desaparecer por unos arbustos, yo me giré para poder entrar a la guarida de Muzan, pero algo negro sobre la rama de un árbol llamo mi atención.
Era mi viejo y leal compañero, Kanzaburo.
Al cruzar la puerta, esta desapareció por detrás de mí y el sonido de la biwa hizo que mirara al frente.
- Bienvenido sea Giyuu, mi nombre es Nakime y soy la tercera luna superior.
Esta mujer, que oculta la mayor parte de su rostro con el fleco de su cabello negro, se presenta ante mí.
Este lugar, esto es la fortaleza de Muzan, la recuerdo porque aquí tuvimos nuestra batalla final. Aquí fue donde me enfrente con Akaza en aquella ocasión.
- El amo lo espera detrás de esa puerta.
Nakime me señala una de las tantas puertas que hay en este lugar y comencé a caminar hacia ella. Al estar frente a la puerta, coloqué mis manos sobre los aros para poder abrirla y lo que vi fue...
. . .
- Ya se tardó.
Tanto Sabito, como Tanjiro, Nezuko y yo, Makomo, seguíamos esperando a Giyuu para poder tener una pequeña reunión de hermanos discípulos. Sin embargo, el hermano mayor aun no hace acto de presencia.
- Si, ¿En dónde estará? – Pregunta Tanjiro.
- Dudo mucho que se haya perdido de camino hacia acá, pero últimamente me puedo esperar todo de él – Nos dice Sabito.
Bueno, a estas alturas es muy factible que Giyuu se haya perdido, pero aun así debería ser capaz de encontrar el camino.
- ¿E-en serio no va a ordenar nada señorita?
- Uhm.
La camarera sigue tratando de obtener la orden de Nezuko, algo que nunca va a ocurrir, pero debo reconocerle a la camarera su profesionalismo.
- Bien, iré a buscarlo.
Sabito se levantó de su asiento y comenzó a caminar hacia la salida.
- Espera, iremos contigo.
Detuve a Sabito y miré discretamente a Tanjiro, él solo me afirmó y se levantó de su asiento al igual que su hermana.
- Nos puede traer la cuenta por favor.
- Si claro.
Le pedí a la camarera la cuenta para poder pagarla e irnos a buscar a nuestro hermano, no sé, pero algo no me da buena espina.
Al pagar la cuenta, los cuatro salimos del restaurante y nos dirigimos a la finca del patrón, ya que lo último que supimos de Giyuu es que iba a dar su reporte de los entrenamientos.
Caminábamos a paso acelerado para estar atentos y sin correr para no cruzarnos con Giyuu sin que lo veamos, ninguno de nosotros decíamos nada, toda nuestra atención estaba en el camino, hasta que Tanjiro se detuvo.
- ¿Qué sucede? – Le pregunté.
- Es el olor de Giyuu san.
Perfecto, el super olfato de Tanjiro encontró al despistado de nuestro hermano mayor, oh cuando lo encontremos, no se le acabara el...
- Pero algo no está bien.
¿Eh?
- ¿Qué quieres decir? – Le pregunta Sabito a Tanjiro.
- Hay dos olores más mezclados con el de Giyuu san.
¿Dos olores más? No me digan... ¡No me digan que Giyuu está con las hermanas Kocho! Y si sus olores están mezclados ¡Eso significa!
- Entonces Giyuu salió a divertirse con...
Sabito no pudo terminar su frase porque lo que nos comentó Tanjiro nos dejó helados.
- No es el olor de un humano.
Si no es el olor de un humano, entonces de qué ¿Un animal? O acaso será de...
- Es el olor de dos demonios.
Algo no está bien.
- ¿No son Tamayo san y Yushiro? – Pregunta Sabito.
- No, estos son diferentes.
¡Esperen! Eso quiere decir que los demonios han encontrado nuestro escondite, quizás Giyuu se esté enfrentando a ellos en este instante.
- Tanjiro – Le hablé – Guíanos.
- Si.
Tanjiro comenzó a correr a lo que nosotros tres lo empezamos a seguir, cada vez nos alejábamos más del camino principal para adentrarnos a la maleza. De repente, Tanjiro se detuvo y comenzó a mirar para todos lados.
- ¿Qué ocurre? – Le pregunté.
- No lo entiendo.
Tanjiro se gira sobre sí mismo para mirarnos directamente a los ojos, su rostro solo refleja confusión.
- El olor de Giyuu san desaparece justo aquí.
- ¿Qué quieres decir? Le pregunta Sabito.
- Es como si se lo hubiese tragado la tierra, su olor termina sin razón alguno.
No entiendo, ¿Qué pudo haber pasado aquí?
. . .
- ¿Está hecho?
La pregunta de Rokuro, la segunda luna menguante, estuvo fuera de lugar ¿Acaso creyó que no podría dar un simple mensaje?
- Si, todo va según el plan – Le respondí.
- No me gusta esto – Kamamue, la sexta luna menguante, nos dice – Atacar tan directamente la corporación de cazadores es un suicidio.
Je je, su rostro de miedo me fascina.
- No tenemos opción – Wakuraba, la tercera luna, habló – Ya escucharon a Muzan sama, tenemos que mostrarle nuestra valía.
Recuerdo las palabras del señor Muzan:
"Vayan y aniquílenlo, solo así subirán de rango"
El señor Muzan nos dio la total libertad de hacer lo que queramos, solo a uno de nosotros le dio una tarea en específico.
- Bien Mukago – Le hablé a la cuarta luna – Crearemos una distracción, no vayas a huir y busca la ubicación de Ubuyashiki.
- N-no voy a huir.
La respuesta de Mukago no nos convenció mucho que digamos y su temblor corporal, además de su rostro de terror, nos indica que se está muriendo de miedo. Pero, aun así, es un espectáculo poder observarla.
- Andando.
Di la orden y todos nos dispersamos, nuestro ataque ha comenzado, el ataque de las lunas menguantes a la corporación de cazadores de demonios.
. . .
- ¿Y qué de los otros dos olores? – Le pregunté a Tanjiro.
- Pues – Tanjiro volvió a olfatear el aire – Uno de esos olores desaparece junto a Giyuu san.
- ¿Y el otro? – Pregunta Sabito.
- El otro se dirige por esa dirección.
Tanjiro nos señala hacía unos arbustos y tanto Sabito y yo comenzamos a caminar hacia donde nos señaló nuestro Kohai.
- ¿Nezuko?
La voz de Tanjiro hizo que ambos volteáramos a ver qué había ocurrido y observamos a Nezuko agachada entre la maleza como buscando algo.
- ¡Uhm, uhm!
- ¿Qué le ocurre? – Pregunté
- No lo sé, huele como a desesperación.
Poco a poco Tanjiro y yo no acercamos a Nezuko, mientras Sabito se quedó observando desde donde estaba.
- ¿Qué ocurre Nezuko chan?
- ¡Uhm!
Me acerqué a ella y cuando iba a poner mi mano en su espalda, ella se levantó de golpe y al voltearse, pude ver con asombro que traía algo entre sus manos.
- Eso es...
- ¿Qué sucede? – La voz de Sabito se escuchó a lo lejos.
- Es la katana de Giyuu nii – Le respondí sin despegar mi mirada de la espada – Nezuko encontró su katana tirada en el suelo.
- ¡¿Qué?!
Pude escuchar los pasos de Sabito acercándose después de preguntar. El ver la espada de Giyuu tirada, así como así, solo me hace pensar lo peor. Definitivamente algo muy malo está ocurriendo.
- ¿Qué significa esto?
Lo que acaba de preguntar Tanjiro es lo mismo que me pregunto yo y estoy segura que Sabito y Nezuko también.
- Tanjiro – Le hablé – Guíanos de nuevo hacia el olor del demonio. Algo no me está gustando.
- ¡Si!
Pero antes de que ninguno de nosotros cuatro diéramos siquiera un paso, escuchamos una fuerte explosión que venía desde el oeste, al levantar la mirada, pude percatarme de que había fuego en esa dirección.
- Ese lugar es... – Dije incrédula.
- La corporación – Sabito terminó la frase que deje inconclusa.
Sin pensarlo mucho, mis piernas reaccionaron casi por instinto y comencé a correr, escuché que no fui la única en reaccionar, al voltear hacia atrás, me fijé que Sabito y mis hermanitos me seguían, además de que Nezuko traía la espada de Giyuu aun en sus manos.
. . .
Aún nada, por más que he estado buscando no he encontrado nada de mi discípula Midori, yo Kocho Kanae, estoy empezando a temerme lo peor.
- Tranquila nee san, estoy segura de que estará bien.
Shinobu, que me ha estado ayudando a buscarla, trata de tranquilizarme, pero no puedo hacerlo, yo soy su maestra y, aunque no tengamos relación de sangre, es mi hermanita, no puedo dejar de preocuparme por ella.
- Y si... ¿Y si algo malo le sucedió?
- No pienses así nee san.
- Pero...
- Nee san.
Shinobu me detiene y me sujeta de las manos haciendo que la vea directamente a los ojos.
- Recuerda lo que nos enseñó Giyuu, siempre mantén la calma, no ayudaras a nadie si te desesperas.
Tiene razón, Giyuu nos enseñó eso hace bastante tiempo, así que comencé a regular mi respiración para calmarme. Cuando lo hice, le dije a mi hermana.
- Estuviste esperando mucho tiempo para decirme esto ¿Verdad?
- Sip, es mi venganza de aquella vez.
Cuando encontramos a Giyuu inconsciente en esa casa de glicinas, Shinobu había entrado en pánico cuando lo vio, fue entonces que le dije las mismas palabras que me acaba de decir.
- Muchas gracias Shinobu.
- No hay de que nee san, aunque me hubiese gustado que continuaras por un tiempo más.
- ¿Por qué?
- Para poder darte una cachetada.
¿Eh?
- Puf, es broma nee san.
Shinobu se empezó a reír, aunque no sé si lo diga en broma, pero en cierto sentido agradezco el cambio de ambiente.
- Ara ara Shinobu eres muy cruel.
- Tal vez.
Ambas nos empezamos a reír un poco y al calmarnos decidí regresar a la finca.
- Regresemos Shinobu. Kanao y las niñas nos deben de estar esperando.
- Si.
Y es que, antes de venir a buscar por estos lugares, le pedí a la pequeña Kanao que se regresara a la finca mariposa antes que nosotras para que ayude a Aoi y a las demás en lo que pudiera.
Sin embargo, unos segundos después de proponerle a Shinobu regresar a nuestro hogar, un fuerte rugido de lo que parecía una explosión se dejó escuchar por el horizonte.
Al voltear las dos en dirección de donde se originó el ruido, observamos a varios pájaros levantar vuelo y el cielo negro de la noche se volvió rojo por el fuego que se alcanzaba a ver.
- Nee san, eso es...
Mi presión bajo al notar que ese fuego provenía del lugar donde se encontraba la corporación, pero lo que hizo que me muriera de miedo era...
- ¡KANAO!
Sin darle más vueltas al asunto, comencé a correr en dirección de la finca mariposa, siendo seguida por Shinobu.
. . .
- Lamento mucho hacerte pagar por todo Iguro san.
- No te preocupes por eso.
Después de cenar junto a Iguro, yo Kanronji Mitsuri, estaba caminando junto al él sin un rumbo fijo. Realmente disfruto mucho estar en compañía de Iguro.
- Iguro san ¿Te puedo hacer una pregunta?
- Adelante.
- ¿Crees que algún día nuestros sueños se harán realidad?
Iguro se detiene por unos momentos para pensar y yo me detengo uno pasos delante de él para observarlo.
- Creo que, si te sigues esforzando, algún día se harán realidad.
- Iguro san~
No pude evitar sonreírle a Iguro y creo que él hizo lo mismo, aunque sus vendas no me dejaban verlo.
- Iguro san ¿Algún día me dejarías verte sin las vendas?
Pude ver como Iguro se tensaba en su lugar, parece que no quiere mostrar lo que hay debajo de sus vendas.
- No creo que sea buena idea.
- ¿Por qué no? – Pregunté.
- Porque... Porque tengo unas cicatrices muy feas.
- ¿Solo por eso?
Iguro parecía un poco ofendido, algo que me dio un poco de gracia.
- Yo creo que las cicatrices son hermosas.
- ¿Por? – Me pregunta Iguro.
- Porque cada cicatriz tiene su historia, algunas son por feroces batallas, por lo que creo que son como medallas.
- No todas las cicatrices son así.
- ¿Quieres decir que algunas tienen un pasado amargo?
- Si.
- Aun así, son hermosas.
- ¿En serio?
- Si – Le dije – Aunque hayan sido por malos momentos, esas cicatrices nos recuerdan el pasado y lo que hemos hecho para llegar hasta donde estamos.
Iguro parece pensar en lo que le acabo de decir, realmente se ve muy guapo en estos momentos. Como me gustaría ser como Makomo, tener un novio que...
- Iguro san.
- Si
¡Kya! ¿Qué hago? Mencioné su nombre sin querer, ya que al pensar en la relación de Makomo y Sabito, por algún motivo pensé en Iguro. Pero ¿Qué debo decirle? Como me gustaría tener la confianza de Makomo, Kanae o Shinobu.
"B-bien ¡Lo haré! ¿Algún consejo Shinobu chan?
Solo recuerda los momentos felices que tuviste a su lado, eso y con un poco de confianza será más que suficiente.
¡Gracias!"
Los momentos felices al lado de Iguro, recuerdo cuando me regaló las medias que llevo puestas, ese detalle me hizo muy feliz, también todas las veces que hemos ido a comer, me hace muy feliz que me escuche y sea amable conmigo.
- L-la verdad, Iguro san, d-desde hace mucho tiempo tu...
Sin embargo, no pude terminar con mi confesión por el estruendo de lo que parecía una explosión a lo lejos. Cuando dirigí mi mirada hacia el oeste, pude ver el cielo de un rojo intenso y lo que parecía ser fuego.
- La corporación ¿Esta en llamas?
Iguro preguntó al aire, pero creo que tiene razón en ese lugar se encuentra la corporación. ¡Debemos ir ahí rápido!
- Kanronji.
- ¡Vamos!
Ambos comenzamos a correr para ver que había sucedido y ayudar en caso de ser necesario. Solo espero que nadie haya resultado herido.
///
N/A: Y con este capítulo quiero anunciarles que entramos en el arco final de esta historia, espero poder seguir viéndolos hasta el final y también espero poder llenar sus expectativas.
¡Feliz día del niño!
気を付けて下さい。
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