Capítulo 34: El entrenamiento de los pilares (Parte II)
Los días continuaron y los entrenamientos seguían, yo Tomioka Giyuu, me encontraba viendo algo inaudito. Estoy siendo testigo de algo que muchos considerarían un milagro.
El callado y olvidadizo Tokito estaba hablando plácidamente con Tanjiro.
- Bien hecho Tanjiro, ya puedes ir con otro pilar. Buena suerte.
Tokito incluso le estaba sonriendo a Tanjiro.
- ¡Si
Tanjiro le hizo una ademan con su mano derecha y se salió del dojo de Tokito. El pilar de la niebla seguía sonriendo mientras Tanjiro pasaba por la puerta, al parecer, por lo que me dijeron los cazadores que estaban aquí, la actitud de Tokito cambió cuando recibió por accidente un cabezazo de parte de Tanjiro.
Tal parece que a Tanjiro no le gustó la forma en la que Tokito trataba a los demás, por lo que se enfrentó a él en un combate, en algún punto Tanjiro le propinó el cabezazo sin querer dejando al joven pilar inconsciente, cuando despertó empezó actuar raro, tal parece que ese golpe hizo que la actitud de Tokito cambiara, pero...
- Tokito sama, podemos descansar un poco.
La cara de Tokito cambió drásticamente.
- ¿Quiénes son ustedes? ¿Cómo se atreven a sugerir eso?
- ¡Hi!
Todos los cazadores chillaron del miedo y continuaron con su entrenamiento. Al parecer el cambio solo es para Tanjiro, por lo que creo que lo mejor es que yo también salga de aquí.
Mientras caminaba hacia la finca de Mitsuri, se escuchaban gritos, quejidos y hasta explosiones por toda la corporación. Realmente los pilares se tomaron muy en serio este entrenamiento especial.
Al llegar a la finca y entrar al dojo, fui recibido por una sonriente Mitsuri.
- Ah Giyuu san, bienvenido.
- ¡AHH!
Mitsuri tenía sus piernas totalmente estiradas mientras que abría las piernas de otro cazador y sujetaba de sus manos, este cazador gritaba de dolor mientras lloraba. Por lo que puedo ver, todos los cazadores tienen puesto un leotardo muy pegado ¿Será para los estiramientos?
Sin embargo, en cuanto Mitsuri me vio, soltó de golpe al cazador haciéndolo gritar nuevamente.
- Me alegra la visita Giyuu san ¿A qué se debe?
- Solo estoy viendo cómo les va a todos – Respondí.
- Pues van muy bien, mira.
Mitsuri me señala el dojo y solo puedo ver a muchos cazadores tirados en el suelo y llorando, incluso el cazador que estaba estirando las piernas al principio, se estaba tomando de la ingle en posición fetal.
- Si... puedo darme cuenta.
- Maestro Tomioka.
Una voz me llama por la espalda y al voltear observo a Kanao acercándose. Normalmente no reaccionaria mal con Kanao, pero al verla más detalladamente, me doy cuenta de que tiene puesto el mismo leotardo que todos, lo que hace que se me dificulte verla a los ojos.
Es la primera vez que la veo utilizando algo así y debo admitir que tiene un cuerpo bastante desarrollado para su edad.
- ¿Maestro Tomioka?
- M-mande.
Giré mi rostro hacia un costado.
- ¿Se encuentra bien?
- Si Kanao, todo está bien.
Puedo observar que ni Kanao ni Mitsuri entienden por la dificultad que estoy pasando, ya que ambas parecen confundidas.
- ¿Cómo vas con tu entrenamiento?
- Muy bien – Me responde Kanao.
- Kanao chan ya ha terminado conmigo – Me informa Mitsuri – Ahora se dirige con otro pilar.
- Me alegro mucho – Regresé mi mirada a Kanao y me enfoqué en observar solo sus ojos – Bien hecho Kanao.
- Muchas gracias.
Kanao hace una reverencia algo pronunciada y eso no me ayudó mucho que digamos, tuve que volver a girar mi rostro para respetar a Kanao.
- Bien Kanao chan, puedes ir al vestidor, buena suerte con tu siguiente entrenamiento.
- Si.
Kanao le contestó a Mitsuri y se fue rumbo al vestidor, al saber que salió del dojo pude relajarme un poco, pero escuché de Mitsuri algo que llamó mi atención.
- Tengo entendido que mañana vendrá Shinobu chan a mi entrenamiento ¿Gustas acompañarnos?
¿Shinobu vendrá aquí mañana? ¿También utilizará ese leotardo? Trato de imaginarme cómo se vería Shinobu con el leotardo y empiezo a sentir algo de calor.
- ¿Giyuu san?
- Si.
- ¿Me escuchaste?
- Si.
- ¿Vendrás mañana?
- Si.
Contestaba en automático porque no puedo quitarme esa imagen de la cabeza, una Shinobu con un leotardo ajustado y...
- ¡Bien! Estoy segura de que Shinobu chan estará contenta de verte por aquí mañana.
Espera ¿Qué?
- Nos vemos mañana Giyuu san, es una promesa.
- Espe...
Mitsuri se alejó de mi mientras me despedía con su mano, después se volteó para continuar entrenando a los jóvenes cazadores.
Al ser totalmente ignorado por Mitsuri, decidí esperar a Kanao para acompañarla a su siguiente punto de entrenamiento. Algunos minutos pasaron para que ella saliera del vestidor.
Es bueno verla con su uniforme de cazadora.
- ¿Maestro Tomioka?
- Vamos, te acompañaré.
- Gracias.
Con eso dicho ambos salimos de la finca del amor. No muy lejos de ahí, nos detuvimos un momento porque necesitaba saber a dónde planeaba dirigirse Kanao.
- ¿Cuál va a ser tu siguiente entrenamiento?
- Creo que iré con Rengoku san, Tanjiro me dijo que era buen maestro.
- Ya veo ¿Ya terminaste con Kanae?
- Ese fue el primero que hice.
No me esperaba otra cosa, seguro que Shinobu hizo lo mismo.
Ahora caminábamos rumbo a la finca de la llama, al hogar de los Rengoku. Al llegar vimos a muchos cazadores formados haciendo golpes descendentes con la espada de madera.
- ¡Bien! ¡Mil más!
Rengoku, que estaba parado por enfrente de todo el grupo y con su espada clavada al suelo mientras la sujetaba, les gritó a los cazadores. Él no estaba solo, a su lado había un niño idéntico a Rengoku, su hermano menor.
- ¡¿QUÉ?!
Se escucharon varios quejidos de los cazadores, unos pocos se quedaron callados y siguieron con la práctica, pude ver que dentro de este grupo se encontraban dos caras familiares.
- Así que aquí estaban.
- ¿Quiénes? – Me pregunta Kanao.
- Sabito y Makomo – Respondí – Vamos, tenemos que decirle a Rengoku san que empezaras a entrenar con él.
- Si.
Ambos empezamos a acercarnos a Rengoku y cuando este nos ve, nos saluda.
- ¡Tomioka, mi amigo, que bueno verte!
- Buen día Rengoku.
- Buenos días – Kanao saluda inclinándose levemente.
- Kanao ha venido a empezar con tu entrenamiento – Le informé.
- ¡Umu!
- Estoy a su cuidado – Kanao nuevamente se inclina.
- ¡Bien ese es el espíritu! Senjuro te guiara al dojo.
- Si Ani ue – Senjuro se acerca a Kanao y le dice – Por aquí por favor.
Kanao solo lo siguió después de despedirse de nosotros con una ligera reverencia, en cuanto nos quedamos solos, le dije a Rengoku algo que llamó mi atención.
- Tu hermano parece más animado.
- Umu, es verdad.
Y lo digo en serio, cuando lo conocí en aquel restaurante de comida occidental, aunque sonreía y platicaba, su expresión era más apagada, en esos momentos parecía triste.
- Ha cambiado después de que el joven Kamado, mi tsuguko, junto con sus amigos vinieron a mi finca.
- Así que ellos lo hicieron cambiar.
- No directamente, Kamado a quien hizo cambiar fue a mi padre.
- ¿Tu padre?
¿El antiguo pilar de la llama, el que se retiró inesperadamente?
- ¡Si! Después del fallecimiento de mi madre, mi padre cambio drásticamente, pero después de un combate amistoso con el joven Kamado, mi padre regresó a quien solía ser.
- Ya veo.
No es de extrañar de Tanjiro, él puede cambiar el corazón de las personas con su personalidad, en verdad Tanjiro es como un sol que nos ilumina a todos con su luz.
- Se parece mucho a ti, mi amigo.
- ¿Eh? ¿Qué quieres decir?
- Kamado es un chico que puede cambiar el corazón de las personas, igual que tu Tomioka.
- No, yo no soy tan impresionante como Tanjiro.
- ¡No digas eso! Sin notarlo has cambiado el corazón de muchas personas.
- Yo no...
- ¡Bien ahora harán mil cortes horizontales!
Rengoku me interrumpió para gritarles a los cazadores.
- ¡¿QUÉ?!
Y nuevamente, algunos cazadores se quejaron.
- Tomioka mi amigo, deberías unirte al entrenamiento un día de estos.
Lo dudo.
- Quizás algún día.
- ¡Bien!
Lo mejor será retirarme por el momento, si no quiero ser arrastrado a este entrenamiento.
- Me tengo que retirar Rengoku, nos vemos más tarde.
- ¡Si!
Me despedí de Rengoku y les hice una pequeña despedida con la mano a mis hermanos, ellos solo asintieron y continuaron con sus golpes, no me acerqué a ellos para no interrumpirlos.
Ahora me dirijo al entrenamiento que está impartiendo Himejima, por lo que mi destino es en las faldas de la montaña. Al llegar, lo primero que presencie fue a varios cazadores abrazando unas rocas.
Al parecer estos cazadores estaban entrenando en el rio y en la cascada, al ver a los pocos cazadores que están debajo de la cascada, pude ver una máscara de jabalí, Inosuke está aguantando bastante bien el golpe del agua.
- U, un, en, ou, on...
¿Inosuke está recitando un Sutra? ¿Inosuke siquiera sabe lo que es un Sutra?
- ¿Tomioka?
La voz de Himejime se escuchó por detrás de mí, por lo que giré levemente mi cuerpo para verlo directamente.
- Himejima ¿Acaso Inosuke alcanzó la iluminación?
- Ha estado así desde que me desafió y perdió.
- Ya veo.
Creo entender que le ocurre.
- ¿Cómo van los cazadores con tu entrenamiento? – Le pregunté.
- Se podría decir que van bien, algunos ya pasaron el ejercicio de la cascada y están con el ejercicio de los troncos. Unos pocos están atorados con el ejercicio de la roca.
- ¿Qué clase de ejercicio es para que no puedan avanzar?
- Ven sígueme, te mostraré.
Seguí a Himejima montaña arriba hasta llevar a una parte donde la vegetación era menos densa, ahí se encontraban varias rocas y varios cazadores intentado empujarlas, pero había un cazador que me llamó la atención.
- ¿Qué le ocurre a Zenitsu?
- Desde hace un rato ha estado sentado sobre esa roca, desconozco el motivo.
Es raro ver a Zenitsu tan calmado, por lo general debería estar quejándose de todo o llorando por Nezuko, pero verlo sentado de espaldas hacia nosotros solo me deja dos opciones, o está meditando o está durmiendo.
- Iré a ver qué le pasa.
- Bien.
Me separé de Himejima y me acerqué a la roca donde estaba sentado Zenitsu.
- ¿Te encuentras bien?
Zenitsu no me respondió al instante, seguía con la mirada hacia el frente, por lo que rodeé la gran piedra para ponerme por delante de él y revisar si se encontraba bien. Sin embargo, me percaté de que tiene una cara muy seria y un charco de sangre por su frente.
- Zenitsu ¿Qué te ocurrió?
- No es nada.
La respuesta seria de Zenitsu me tomó desprevenido.
- ¿Seguro?
- Si, solo estoy pensando.
- Si necesitas ayuda con gusto...
- Lo lamento Tomioka san, pero es algo que debo hacer solo.
Algo no está bien con él ¿Qué le habrá pasado? Pero tampoco voy a presionarlo a decirme, de seguro tendrá sus motivos.
- Bien, pero no estás solo, si necesitas ayuda tienes amigos a tu lado. No lo olvides.
Zenitsu no me contestó, solo se me quedó mirando por un tiempo, después comencé a caminar para reunirme nuevamente con Himejima, pero...
- Gracias.
El agradecimiento de Zenitsu hizo que me detuviera por un momento, dado que ahora estoy a su espalda no puedo ver su rostro, solo espero que ya no esté tan serio como antes.
No le respondí, decidí dejarlo y esperar que, lo que sea que lo esté afectando, pueda solucionarlo pronto.
Al llegar con Himejima solo le dije que Zenitsu necesitaba un tiempo a solas para poner sus ideas en orden.
- Namu Amida Butsu.
Caminamos un poco colina abajo y le pregunté a Himejima.
- ¿Ya fuiste con Tamayo?
- Si, antier por la noche.
- ¿Por qué no nos dijiste antes? Podríamos haberte...
- Tomioka...
Himejima se detuvo de golpe y se giró para estar frente a mí.
- Hay unos niños a los que deseo ver.
- No entiendo ¿Dónde se encuentran?
- En un lugar tranquilo.
Himejima continuó caminando y yo lo seguí en silencio, ya que su forma de hablar de esos niños me dio a entender de que aquellos pequeños ya no se encuentran en este mundo.
Al llegar a las faldas de la montaña me despedí de Himejima y me retiré con un vuelco en el estómago, algo me dice que Himejima ya no quiere vivir. Estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta cuando choqué con alguien.
- Discúlpeme, estaba distraído.
- No, está bien.
Al ver con quien me había estrellado, me doy cuenta de que era una jovencita con el cabello negro y corto, su cabello no pasa de sus hombros. Esta jovencita portaba un kimono rosa con estampados de flores de sakura.
Ayudé a la joven a levantarse y ella se limpió el kimono de la tierra, inmediatamente después su mirada se dirigió hacia la montaña y tenía una expresión triste.
- ¿Te encuentras bien?
- Si. Me encuentro bien, gracias por preguntar.
Ella intentó sonreír naturalmente, pero fracasó estrepitosamente, algo le inquieta y al parecer tiene que ver con esa montaña, ya que nuevamente dirigió su mirada hacia ese lugar.
- ¿Pasa algo con la montaña?
- ¿Eh? No... bueno...
Esta jovencita parece debatirse si decirme o no. Iba a decirle que no me tenía que decir si no quería, pero ella me gano la palabra.
- Conoce... ¿Conoce a un hombre de nombre Himejina Gyomei?
- Si.
- ¿Se encuentra bien?
- Él se encuentra bien ¿Por qué no subes a saludarlo?
Se me hacía raro que si conocía a Himejima no fuera a saludarlo, y si se encuentra preocupada por su salud, al menos debería ir a comprobarlo.
- No, no... – Ella baja la cabeza y dice casi en susurro – Estoy segura de que no querrá verme.
- ¿Por qué dices eso?
La joven parecía asustada, creo que no quería que escuchara lo que susurró.
- Yo... le hice algo horrible.
No sé qué habrá pasado entre ellos dos en el pasado, pero conozco a Himejima y él no es de los que le guarda rencores a nadie.
- Si le hiciste algo horrible, deberías ir a disculparte, estoy seguro de que él entenderá.
- ¡No, no puedo hacer eso!
- ¿Entonces no te arrepientes de lo que le hayas hecho?
- ¡Por supuesto que sí! Desde que dije eso siempre he querido disculparme con él, pero...
- ¿Pero?
- Como le dije antes, estoy segura de que no querrá verme.
No estoy tan seguro.
- ¿Cómo lo sabes? – Le pregunté.
- ¿Qué?
- ¿Cómo puedes estar tan segura de que no te recibirá?
- Porque por mi culpa él fue encarcelado, yo tenía miedo de ese monstruo y mis palabras hicieron que Himejima fuera sentenciado.
¿Ese monstruo? ¿Se referirá a un demonio?
- Por eso sé que debe odiarme.
- Si estas tan segura de eso ¿Entonces por qué estás aquí? – Volví a preguntar.
- Yo...
La joven no me respondía, solo agachó su cabeza.
- Si yo estuviera en tu lugar, iría a disculparme.
- Pero...
- Aunque supiera que me guarda rencor, iría a ofrecerle mis disculpas, ya que no sé si tendría otra oportunidad de hacerlo.
- ¿Qué quiere decir? – Me preguntó.
- En estos momentos, Himejima san se está entrenando para poder derrotar a unos terribles monstruos, pero esos monstruos son demasiados fuertes, no hay garantías de que logre sobrevivir.
- Yo... no sabía eso.
- Por eso deberías aprovechar para disculparte, ahora que él está aquí.
- ¿Y si no me perdona?
- Si te perdona o no, eso ya es cosa de él, al menos tú te habrás disculpado y la incertidumbre e inseguridad dejaran tu corazón. Estarás en paz contigo misma.
Ella nuevamente se quedó en silencio por unos segundos.
- Tiene razón – La joven levantó su rostro – Aunque no me perdone, aunque me corra, al menos debo disculparme.
- Bien dicho.
- ¿Podría llevarme con él? Por favor.
- Si.
Empecé a caminar de regreso hacia la montaña y no muy detrás de mí, esta joven me estaba siguiendo. Mientras más subíamos podía ver como se ponía más nerviosa, pero debe armarse de valor si quiere lograr su cometido.
Al llegar a la cascada, visualizamos a Himejima hablando con algunos cazadores que estaban abrazando las rocas.
- Himejima san – Le hablé.
- ¿Tomioka?
Él se gira sobre su eje para estar de frente a nosotros.
- Hay alguien que quiere hablar contigo.
Me hice a un lado para que la joven que estaba a mi espalda pudiera ver a Himejima.
- ¿Esta presencia...?
- Himejima san
La joven se fue acercando hacia Himejima y cuando estuvo a unos pasos para llegar a su lado, ella se arrodilló en el suelo y pegó su frente en el mismo.
- ¡Lo siento! Lo siento tanto, por mi culpa las personas creyeron que usted había matado a los demás, pero eso no fue lo que paso. Sé que debe odiarme, ya que por mi cobardía lo sentenciaron por algo que no había hecho.
- ¿Sayo?
¿Ese es el nombre de esa jovencita?
- Sé que debe odiarme, sé que debe aborrecerme y no lo culpo, e-estoy dispuesta a vivir con su odio, *snif* pero... solo quería verlo una última vez para decirle que... lo lamento tanto *snif* ¡Lo siento!
Esta jovencita, de nombre Sayo, cada vez que hablaba se le entre cortaba la voz y los sollozos se podían escuchar.
Himejima no respondía, solo se quedó parado escuchando las disculpas de Sayo, después, él empezó a acercarse a Sayo y se arrodilló justo enfrente de ella. Himejima extendió su mano y la colocó sobre la cabeza de la menor.
- Yo no te odio Sayo, nunca lo he hecho y nunca lo haría.
Sayo al sentir la mano de Himejima levantó su cabeza y al escuchar las palabras de mi compañero, las lágrimas salían de sus ojos con más fuerza.
- ¡Lo siento! *snif* ¡Lo siento tanto!
Himejima colocaba sus manos por la espalda de Sayo y la acercó a él para darle un abrazo, Sayo al sentirse abrazada, empezó a llorar como si fuera una niña pequeña en el lecho de su padre.
- ¡Buaaa!
- Namu Amida Butsu.
Realmente era una escena conmovedora, claramente estaba fuera de lugar en estos momentos, y no solo yo, también los demás cazadores. Les hice una seña para que abandonaran el lugar y eso hicieron, por último, me giré para dejarles su espacio, pero...
- Gracias por traerla, Tomioka.
Me detuve un momento y giré levemente mi cuello para decirle.
- De nada.
Dicho eso, caminé para dejar la montaña y seguir con mis visitas a los campos de entrenamiento.
En estos momentos me dirigía a la finca de Iguro, por alguna razón me siento mejor después de ver la reconciliación de Himejima con Sayo, puedo sentir la felicidad en mi hasta que...
- ¿Por qué tan sonriente Tomioka?
Iguro había aparecido repentinamente enfrente de mí.
- Digamos que pasó algo bueno de camino hacia aquí.
- Mmm.
Se formo un pequeño silencio algo incomodo, por lo que decidí romperlo con una pregunta.
- ¿Cómo van los cazadores?
- La mayoría son unos ineptos.
- ¿En serio?
- Si, mira.
Iguro me señaló la entrada de su dojo, por lo que entendí que quería que entrara y lo viera con mis propios ojos.
Al entrar, lo primero que paso por mi cabeza fue un "¿Qué rayos estaba pasando aquí?" Ya que vi a varios cazadores amarrados en postes y todos tenían una cara de miedo.
- ¿Por qué están amarrados? – No pude evitar preguntar.
- Son los que fracasaron, ahora sirven como car... soporte para los demás.
¿Iba a decir "carnada"?
- Ya veo.
- Bien, seguiré por donde estaba, tú – Iguro señaló a un cazador – Eres el siguiente.
- ¡Hi!
Ese cazador parecía temblar de miedo y no era el único, todos los presentes parecían temer por sus vidas.
- Bien Iguro, me retiro. Nos vemos por la tarde.
- Bien.
Comencé a caminar algo incomodo hacia la salida, ya que podría jurar que escuchaba cosas como "Sálvenos pilar del agua". Lamentablemente no puedo interferir en el entrenamiento de Iguro, por lo que aceleré el paso para salir de aquí.
El último lugar que me falta visitar es la finca del viento. Había pensado venir con unos Ohagi, pero Sabito me detuvo y me dijo que no lo hiciera.
Al llegar a la entrada, pude escuchar un fuerte gritó proviniendo del patio trasero.
- ¡Yo no tengo hermanos, ahora lárgate!
Ese era la voz de Shinazugawa.
- Pero nii chan.
- ¡No vuelvas a llamarme así!
Al llegar al patio trasero, pude ver que Shinazugawa estaba peleando con su hermano menor, incluso estaba a punto de darle un golpe con su espada de madera, por lo que me apresuré para bloquearlo.
- Oi ¿Qué crees que estás haciendo Tomioka?
Llegué a tiempo para poder detener el golpe de la espada con mi antebrazo y colocar al menor de los Shinazugawa por detrás de mí, aunque llamarlo menor no sería lo indicado, ya que es más alto que yo.
- Eso debería preguntar Shinazugawa ¿Por qué atacas a alguien desarmado?
- ¡Eso es algo que no te incumbe! – Me responde.
- Golpear a tu hermano no está bien.
- ¡Él no es mi hermano!
Ese último comentario me molestó.
- Por supuesto que si lo es.
- ¡Ya cállate! No quiero escuchar sermones de hermandad de tu parte.
- Shinazugawa, no hagas algo de lo que después te puedas arrepentir – Le advertí.
- Tch.
Shinazugawa se preparó para darme otro golpe, por lo que con mi otra mano sujeté al hermano menor y de un salto nos alejamos del alcance de la espada. Sin embargo, Shinazugawa no se quedó parado y se abalanzó contra nosotros.
Yo también corrí y con mis antebrazos cruzados detuve el golpe.
- Bien. Me parece bien comenzar con el entrenamiento un poco antes Tomioka.
- Detén esto ¿Qué no vez que solo lastimas a Genya?
- ¿Desde cuándo lo llamas por su nombre?
- Desde el momento en el que quisiste lastimarlo.
- ¿Pilar del agua? – Alcancé a escuchar el asombro de Genya.
- Dos veces.
Por alguna razón Shinazugawa tenía la cabeza agachada mientras apretaba con más fuerza la base de la espada.
- ¿Acaso quieres quitarme dos veces?
- ¿De qué hablas?
- ¡Si eso es lo que quieres!
Shinazugawa tiene una cara de lunático, ahora me ataca con más fiereza y al no tener una espada para defenderme, estoy recibiendo todos los golpes directamente.
Tengo que hacer algo con esa espada, por lo que esperaba la oportunidad de poder quitársela y esa oportunidad llegó cuando Shinazugawa intentó golpearme la cabeza, me hice a un lado para que la espada golpeara el suelo y levanté mi pierna derecha para dejarla caer sobre la espada.
Shinazugawa se vio obligado a soltar la espada y rápidamente la pateé para alejarla de nosotros, pero al hacer eso, recibí un puñetazo en todo el rostro.
- Bien, terminemos esto a golpes.
Sinazugawa intentó darme con un gancho al estómago, pero alcance a detenerlo y sujeté su puño derecho para evitar que se alejara. Shinazugawa intentó golpearme con su puño izquierdo y nuevamente lo detuve y lo sujeté con mi otra mano.
- ¡Si que eres molesto!
- ¡Nii chan!
Genya se estaba acercando, me imagino que tiene pensado separarnos.
- ¡No te acerques y mejor lárgate de la corporación!
- ¿Por qué eres tan obstinado? – Le pregunté.
- ¿Qué dijiste?
- ¡¿Qué porque eres tan obstinado?! Si tanto te preocupa tu hermano ¡¿Por qué no le dices que se retire de la corporación y que tenga una vida tranquila?!
- ¿Eh? – Genya parecía confundido por lo que dije.
- ¡¿Quién te dijo eso?!
Fuiste tu Shinazugawa, me lo dijiste llorando frente a la tumba de tu hermano.
- ¡No sé quién mierda te dijo eso, pero no es verdad!
Shinazugawa se zafó de mi agarre e intento golpearme, yo me defendía y así empezó un pequeño intercambio de golpes. Mi objetivo era volver a sujetarlo para decirle que tenía la oportunidad de vivir junto a su hermano menor, una oportunidad que no tuvo aquella vez.
- Yo sé que de verdad te preocupas por tu hermano.
- ¡Calla!
- Sé que solo quieres lo mejor para él.
- ¡Cállate!
Shinazugawa me alcanzó a dar un derechazo en mi mejilla y después me dio una barrida mientras estaba desequilibrado por el golpe. Me tiró al suelo y se colocó por encima de mí.
- ¡¿Por qué siempre eres tú?! ¡¿Por qué siempre quieres meterte conmigo?!
Shinzaugawa me comenzó a golpear y yo no podía defenderme correctamente, mi mano derecha estaba por debajo de su rodilla y con mi otra mano no podía evitar todos los golpes.
- ¡Lo va a matar!
- ¡Rápido vayan por un pilar!
Pude escuchar los gritos de varios cazadores, algunos de ellos salieron corriendo fuera de la finca. Sin embargo, ninguno se acercaba a detenerlo y yo seguía recibiendo sus golpes hasta que...
- ¡Nii chan detente!
Genya se colocó por detrás de su hermano mayor e intentó detenerlo, sin embargo, Shinazugawa se lo quitó de encima con un codazo en su rostro, pero esto me dio la oportunidad de liberar mi brazo que estaba siendo retenido por su rodilla y le di un golpe en la cara.
- ¡Qué no vez que no solo lo lastimas a él, también te lastimas a ti mismo! – Le grité.
- ¡Tú no te metas en donde no te importa!
- ¡Por supuesto que me importa!
- ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué siempre te tienes que meter en mis asuntos?!
- ¡Porque eres mi amigo!
Shinazugawa se quedó estático por un instante y aproveché para darle una patada en el estómago y con eso por fin alejarlo de mí. Sin embargo, no me pude poner de pie, los golpes que recibí en el rostro, además de dejarme sangrando, me dejaron mareado.
Aunque yo no era el único que estaba en mal estado, Shinazugawa también tenía varios golpes y sangraba por la nariz y boca.
- ¡Yo jamás te vi como un amigo!
- Lo sé.
- ¡¿Entonces eres idiota o qué?!
- Tal vez, pero eso es lo que hacen los amigos.
Shinazugawa se estaba colocando de pie.
- ¡Eres muy molesto! ¡Me molesta tus aires de grandeza! ¡Solo porque ascendiste rápido a pilar, solo porque lograste herir a Muzan, solo porque tienes la marca de cazador! ¡¿Qué te da derecho a vernos hacia abajo?!
Shinazugawa caminaba tambaleándose hacia mí mientras que yo intentaba ponerme de pie.
- ¡¿Qué más quieres quitarme?! ¡Dime!
- Yo no quiero quitarte nada – Me puse de pie – Solo quiero que veas lo que tienes a tu alrededor.
- ¡Yo no tengo nada!
- Te equivocas, tienes un hermano que te quiere. Tienes un amigo que se preocupa por ti.
- ¡Eres un...!
- ¡No dejes que tu arrogancia te aleje de tus seres queridos!
- ¿Eh?
Shinazugawa se detuvo de golpe.
- Yo sé que te comportas así para que Genya renuncie a ser un cazador y encuentre un lugar donde pueda formar una familia.
- ¿Nii chan, eso es verdad? – Genya preguntaba incrédulo.
- Yo sé que detrás de esa mascara de miedo se esconde una amable persona que le da de comer a los perros callejeros.
- Maldi...
- Yo sé cómo eres realmente porque para mí, tú eres mejor que yo.
Shinazugawa nuevamente se abalanzó contra mí, pero en esta ocasión lo hizo a paso lento, ya que no se encontraba en buenas condiciones. Por mi parte, solo me quedaba esperarlo porque estoy tan mareado que estoy seguro de que, si doy un paso, me caería.
- ¡¿Por qué?!
- Ya te lo dije, porque eres mi amigo.
Al estar cerca el uno de otro, ambos arrojamos un golpe con dirección a nuestros rostros, un golpe que nunca llegó, porque fue detenido por Yae, que tenía los brazos cruzados por encima de sus hombros y sujetando nuestros puños.
- ¡Detengan esto!
Yae da un ligero paso hacia atrás y estira sus manos hacia abajo obligándonos a ambos a chocar nuestras cabezas y caer de cara al suelo.
- ¿Yae san?
Genya se asombró por la repentina llegada de la tsuguko del pilar de la roca.
- ¿Te encuentras bien Genya kun?
- Si.
- Oye tú...
Shinazugawa se giró en el suelo e intentó levantarse, pero Yae coloca su rodilla por sobre el pecho de Shinazugawa y se inclinó para mirarlo fijamente a los ojos.
- Siempre me pregunté ¿Por qué actuabas tan cruelmente con tu hermano? Ahora conozco la razón.
Yae miraba duramente a Shinazugawa, pero poco a poco relajó su semblante.
- Realmente eres un gran hermano mayor, aunque pudiste ser más suave sabes.
- Yo no...
- Si, si, lo sé, te gusta hacerte el rudo.
- Tch.
- Pero no lo veo tan mal, ya que – Yae acercó un poco su rostro hacia Shinazugawa – A mí me gustan las personas como tú.
- ¿Eh?
Hubo un pequeño silencio alrededor, hasta se podía escuchar el paso del viento.
- Aunque creo que exageraste, debes ofrecerle unas disculpas sinceras a Genya kun.
- Si serás... ¡Ah!
Yae presionó con más fuerza el pecho de Shinazugawa con su rodilla.
- Perdón no te escuché ¿Qué decías?
- ...
- Buen chico.
Yae retiró su rodilla de Shinazugawa y ahora se arrodilló a su lado, sacó de una pequeña bolsa una botella de lo que parecía alcohol, algodón y unos palillos.
- ¿Qué haces? – Le pregunta Shinazugawa.
- Solo limpiaré tus heridas, los pilares están a punto de llegar y me imagino que no querrás que te vean en tan mal estado.
Es verdad, varios cazadores dijeron que buscarían a los pilares antes de salir corriendo.
- Bien con esto bastara. Genya kun puedes tomar esto y limpiar las heridas de Tomioka san por favor.
- S-sí.
Genya recogió la botella de alcohol y los algodones para después acercarse a mí.
- Auch.
- Vamos Sanemi san, no me digas te quejaras por algo como esto.
- ¿Quién te dio permiso de llamarme por mi nombre? Auch.
Yae parece disfrutar burlarse de Shinazugawa, creo que unos dirían que lo está curando mal a propósito.
- ¿Qué sucedió aquí?
- ¡Vaya que vista tan extravagante!
Pude ver por el rabillo de mi ojo como Iguro y Uzui habían llegado.
- Oh nada fuera de lo común – Responde Yae – Solo dos amigos teniendo una amigable charla con los puños.
Solo se escuchaba la risa de Uzui mientras que Iguro se nos quedaba viendo, puedo imaginar que los otros pilares también vendrán a ver que ocurrió y lo más seguro es que nos den un buen sermón. Por lo que imagino que el entrenamiento vespertino se verá interrumpido por el día de hoy.
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