3 DÍAS ATRÁS

Harry iba luchando por su lado contra Voldemort. Mientras Hermione y Ron iban a por Nigiri, el último Horcrux.

Los Mortífagos iban detrás de ellos y nadie se dio cuenta cuando casi matan a Ron.

—Gasta cuidado Weasley —se escuchó decir a Draco Malfoy, antes de detener el hechizo y salvar a Ron.

Aunque el Rubio detestaba a la comadreja, no le importaba que mataran a otra, pero a esa en particular no. No tendría con quien discutir de verdad, cuando todo eso terminará si no.

Después de aquello, Harry murió o lo que todos pensaron que había sido su muerte.

Narcissa sabía que estaba vivo y él mismo Draco, observó como Harry abría un ojo por un segundo.

Lo ocurrido dejó a todos impresionados.

Voldemort, antes de intentar volver a destruir a Harry, que ahora resultaba estar vivo para su sorpresa. Lanzó un Avada Kedavra a Narcissa, pero Lucius se interpuso y murió, y cuando Draco iba directo a salvar a su madre. Ron lo cogió, evitó que su muerte también sucediera y tapó sus ojos cuando Narcissa recibió el mismo hechizo que su marido.

Ron había sido salvado y pudo observar en sus últimas palabras a Narcissa hablarle al viento, un "gracias, cuida de Draco" .

La muerte de algunos habían dejado heridas incurables, como en el caso de Draco. Había quedado huérfano completamente, la mansión la podía custodiar si así lo deseaba, pero no quería estar solo allí. No quería estar rodeado de esos recuerdos detestables, de ese pasado amargo que le atormentaría lo suficiente para no vivir en paz.

La familia Weasley, habían perdido a Arthur. Se podían escuchar los sollozos de todos los pelirrojos alrededor de la camilla en la que yacía el cuerpo inerte. Pero Ron, observó a Draco tirarse al suelo y juntar las manos de sus dos padres recién fallecidos.

Sin pensarlo, Ron había acudido a ese lugar. Dejando a toda su familia con el llanto, pero su padre, sabía que podía estar orgulloso de él. De lo que su hijo había conseguido y de lo que él no había hecho, dejar de lado los problemas, para ayudarse mutuamente.

—Draco, me tienes a mí —le dijo Ron, antes de tirarse de rodillas junto a él y abrazarlo mientras escuchaba sus llantos y gritos ahogados.