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Capítulo uno

El sonido del lápiz deslizándose sobre el papel con rapidez era lo único audible dentro de aquella habitación y prácticamente en toda la mansión, lo cual era demasiado extraño. La calma en sus vidas siempre sería una señal de advertencia y Hanni lo sabía perfectamente.

Giró su vista a la ventana observando el jardín oscuro y las hojas de los arboles siendo movidas casi de forma imperceptible por la brisa fresca de la noche. Apretó el lápiz en su mano con cierto nerviosismo, sintiendo como una vez más sus pensamientos se dirigían a su hermano y primo los cuales estarían ya en la fiesta a la cual habían escapado y sus padres y tíos ya no tardarían mucho en darse cuenta.

Suspiró frustrada antes de devolver la atención a sus apuntes, tomando una gran bocanada de aire y dejando que sus pulmones se llenaran con el aroma de la esencia de vainilla de su humificador.

El tictac de su reloj de mesa robaba su atención cada tanto, por alguna razón se sentía como una especie de cuenta regresiva para el desastre y no podía saber si solo era la ansiedad de estar encubriendo a Niki y a Jake en otra de sus escapadas o si realmente había algo más.

Escuchó las voces de sus tíos provenientes del salón romper el silencio y enseguida se levantó para acercarse a la puerta para poder escuchar mejor, sin embargo, no era capaz de comprender lo que decían por lo que salió al pasillo para presenciar que la conversación parecía ser más una discusión.

— ¡¿Dónde están los chicos?! —preguntó Taehyung en dirección a Yoongi y Hoseok quienes estaban de pie frente al sofá observando como Taehyung sostenía a un Jungkook herido al borde de la inconciencia.

— ¿Qué fue lo que sucedió? —cuestionó Hoseok mientras Yoongi hablaba con el celular pegado a su oreja, mientras tanto Hanni se encontraba de piedra al borde de las escaleras, no teniendo el coraje para acercarse.

—La misión era una trampa. Los hombres de Yang estaban allí, están buscando a los chicos, quieren tomarlos cómo rehenes para obtener la fórmula del nuevo prototipo. Saben que sería la única forma de manipularnos. Hay que irnos de aquí —explicó Taehyung apresuradamente, Jungkook se quejó a su lado debido al dolor de la heridas de su abdomen y brazo.

— ¿Los siguieron hasta acá? —preguntó esta vez Yoongi, el aire se volvía cada vez más pesado debido a la tensión.

Hoseok se acercó para examinar el cuerpo y las heridas de Jungkook, sobre todo la de su brazo la cual era bastante peculiar.

— ¿Qué te hicieron en el brazo? —cuestionó el pelirrojo.

—No sé con qué me dieron, parecía una especie de jeringuilla —explicó Jungkook con una mueca mientras Hoseok tocaba su brazo.

Yoongi se acercó de igual forma al menor para poder visualizar mejor la peculiar herida.

— ¿Crees que...? —Yoongi habló.

—Hay que comprobarlo. Tráelo hacía acá Taehyung —demandó Hoseok.

En menos de 5 minutos el pelirrojo ya tenía todo un maletín con insumos médicos a la mano y sus manos limpias cubiertas por un par de guantes. Examinó el brazo de Jungkook con cuidado bajo la luz de una lámpara observando la herida la cuál no era tan grave cómo parecía, sin embargo, seguía llamando su atención.

—Tendrás que aguantar —avisó el pelirrojo antes de tomar un bisturí para hacer un pequeño corte.

Jungkook siseó debido al dolor y al cabo de un minuto Hoseok extrajo un objeto extraño de su brazo con ayuda de una pinzas. Yoongi se acercó para ver más de cerca lo que parecía ser un simple pedacito de metal de no más de un centímetro de largo.

—Es un rastreador —confirmó Hoseok.

—Ya debemos estar contra tiempo, tenemos que salir de aquí. Buscaré a los chicos —bramó Yoongi moviéndose enseguida.

En cuestión de minutos la calma que había asfixiado a Hanni tiempo antes se esfumó en el aire. Un par de minutos después el resto de sus tíos junto a sus padres entraron a la sala de estar con una expresión alerta mientras que ella estaba congelada en su lugar, su mente yendo a mil por hora y marcando el numero de Niki y Jake repetidas veces aunque no conseguía nada más que ser enviada al buzón de voz.

—Hay alrededor de 5 camionetas rodeando la mansión. Tendremos que enfrentarnos, no hay manera de salir sin ser vistos —dijo Jimin mientras todos iban de aquí para allá acomodando las cosas que debían sacar.

—No teníamos un plan de escape esta vez. No esperábamos tener que movernos tan pronto —destacó Namjoon.

—Primero hay que pensar en una forma de sacar a los chicos, ellos son nuestra prioridad, esta gente viene tras ellos. —Seokjin añadió.

—Por cierto... ¿Dónde están? —preguntó Jimin. Enseguida su mirada se posó en Hanni quién se encontraba temblando en su lugar con el teléfono apretado en su mano—. Hanni, ¿Dónde está tu hermano?

Hanni abrió la boca para hablar, no muy segura de lo que diría, sin embargo, la alarma de emergencia se disparó a través de los altavoces y enseguida todos corrieron a tomar sus armas.

—Han logrado violar una parte de la seguridad, tenemos que darnos prisa, hay que eliminar todo, tenemos que ir saliendo, nos quedan al menos 10 minutos —advirtió Hoseok tecleando varias cosas en su computadora.

—Hanni, ¿Dónde están los chicos? ¿por qué no están aquí? —volvió a preguntar Jimin notando que había algo raro. Hanni tragó saliva.

—Y-yo... Ellos... —La pelinegra apretó los ojos escuchando un estruendo proveniente del exterior lo cual la hizo exaltarse.

—Hanni. ¿Dónde están los chicos? —preguntó esta vez Seokjin acercándose a ella.

—E-Están...

— ¡Tenemos que salir! Yoongi va a comenzar el incendio, no hay tiempo, no tenemos suficientes hombres en este momento. ¡Apúrense! —Taehyung gritó cargando un bolso un armas y guardando otras cosas en cajas.

Los hombres iban de aquí para allá, llevando lo que podían a las camionetas mientras Yoongi esparcía una especie de líquido inflamable desde los pisos de arriba hasta abajo.

— ¡¿Dónde están tus hermanos, Hanni?! —vociferó Jimin perdiendo la calma, sintiendo como su interior se sacudía debido a la ansiedad y el peligro inminente. Hanni sollozó.

—E-Ellos no están en casa... Escaparon a una fiesta —soltó. Jimin y Seokjin se quedaron helados en su lugar, enseguida Namjoon se volvió hacía ellos al escuchar las palabras de la pelinegra.

— ¿Qué? —cuestionó el moreno— ¿Sabes donde es? ¿Por qué no habías dicho nada, Hanni?

—Lo siento, intenté llamarlos pero ellos no atienden el celular... —Hanni habló entre sollozos. Jimin se pasó las manos por el cabello claramente frustrado.

— ¡Dos minutos! ¡Salgan todos! —gritó Yoongi desde las escaleras. Seokjin pateó el suelo cuando su llamada también fue reenviada al buzón.

— ¿Sabes donde es? Tenemos que salir, ya idearemos un plan para recogerlos en el camino. —Jimin tomó a la pelinegra del brazo casi arrastrándola hacía afuera.

Afuera ya había al menos 10 camionetas encendidas y preparadas para salir. La primera explosión sonó apenas Yoongi encendió el fuego y el jardín se vio iluminado por las llamas naranjas. Todos corrieron a los autos hasta llegar al auto de Hoseok donde todos se miraron antes de subir.

— ¿Cómo que Niki y Jake no están? —cuestionó Yoongi llegando a su lado.

—Escaparon a una fiesta —respondió Jimin.

—Necesitamos un plan para recogerlos sin que nos persigan. Ya hay al menos 8 camionetas afuera, debemos ir en direcciones separadas —explicó Hoseok.

—Yo tengo un plan —informó Yoongi mirando a Hanni lo que alertó a todos—. Irás tu sola a buscarlos.

— ¿Qué? ¡¿Te volviste loco?! —espetó Seokjin alzando la voz. Hanni prestó atención.

—No parece una idea tan mala. Jamás imaginarán que la dejamos salir sola —concordó Hoseok.

Hanni miró a todos los presentes, incluyendo a sus padres los cuales parecían reacios a ceder, pero sus tíos tenían razón.

—Lo haré. Estaré bien, no se preocupen —habló.

—Vas a salir de última, toma todos los desvíos posibles y luego dirígete al lugar de la fiesta —explicó Yoongi—. Cuando estén los tres juntos conduce hacía la ubicación del GPS del auto.

—Correcto —asintió la menor tomando las llaves del auto que Hoseok le ofrecía. Una vez más buscó la mirada de sus padres en forma de aprobación y estos asintieron no muy convencidos.

—No estoy muy seguro de esto... —dijo Seokjin.

Disparos resonaron el aire robando su atención y enseguida se pusieron alertas.

—No podremos protegerlos por siempre, Seokjin. Ellos también deben aprender a cuidarse —soltó Yoongi quitándose su chaqueta para dársela a Hanni—. Ponte esto. En el auto hay una gorra, úsala también. Y recuerda, pase lo que pase, no bajes la velocidad. Todo estará bien.

—Confíen en mí, nos vemos pronto. —Luego de despedirse todos subieron a sus respectivos vehículos casi al mismo tiempo que el gran portón se abría.

El motor del auto rugió cuando giró la llave y pisó el acelerador y enseguida envolvió el volante con ambas manos observando cómo todos salían disparados hacía el exterior. Contó interiormente hasta que salió el ultimo auto y sin pensarlo dos veces hizo lo mismo. Observó los autos junto a las camionetas moverse de un lado a otro, sus tíos y algunos otros miembros disparaban a los vehículos enemigos mientras que estos trataban de responder con cierta dificultad.

El humo de las llantas sobre el pavimento creaba una gruesa cortina de neblina que hacía que las luces de los faros parecieran débiles. La adrenalina recorrió su espina dorsal cuando se acercó al primer cruce y maniobró para perderse entre los autos antes de girar a la izquierda.

Escuchó los disparos a los lejos al mismo tiempo que oía las voces de los miembros a través de la radio y unos minutos más tarde se percató de que ya estaba lo suficientemente lejos y nadie había logrado seguirla por lo que podía dirigirse a la fiesta.

Botó el aire que había estado conteniendo y volvió a marcar el numero de Niki en su celular, sin embargo, una vez más no obtuvo respuesta.

El trafico era escaso debido a la hora, por lo que al cabo de unos quince minutos pudo aparcar cerca de la casa en la que se estaba llevando a cabo el acontecimiento. Se colocó la gorra negra y apagó el motor del auto antes de bajar para caminar hacía el lugar que se encontraba abarrotado de gente.

Actualmente ellos estaban estudiando en un colegio internacional que ofrecía programas de intercambio, por lo tanto, la diversidad de los estudiantes era increíble. Sin mucho problema la dejaron ingresar al lugar y una vez dentro frunció el ceño debido al aroma cargado de alcohol. Cabe destacar que aquella fiesta era completamente ilegal, eran un montón de menores de edad con alcohol y quien sabe cuantas cosas más a su disposición, por eso siempre se llevaban a cabo en las zonas más altas de la ciudad, donde los padres tenían el poder suficiente como para mantener a la policía alejada de sus asuntos.

Varias miradas se posaron sobre su figura e intercambio unos cuantos saludos tímidos mientras preguntaba si alguien había visto a sus hermanos.

Have you seen my brother? [¿Has visto a mi hermano?] —cuestionó Hanni en dirección a Dylan, un chico americano de su clase.

He was in the backyard a moment ago. [Estaba en el patio hace un momento] —respondió el chico con amabilidad y luego de agradecer Hanni retomó su camino hacía el lugar señalado.

Su mirada se paseó sobre todos los presentes hasta dar con Niki quién estaba de pie al borde de la piscina hablando con un grupo de personas mientras sostenía un vaso con alguna bebida. Enseguida la tensión que había mantenido desde hacía horas se transformó en una rabia increíble que luchó por contener con todas sus fuerzas, a grandes zancadas se acercó hasta el menor y sin darle importancia a los demás presentes tiró de su brazo con brusquedad haciendo que su primo se tambaleara.

— ¿Hanni? —musitó Niki un poco ido debido al alcohol.

— ¡¿Por qué mierda no contestabas el celular?! ¿Dónde está Jake? Tenemos que irnos ya —La pelinegra habló rápido mirando a los lados en busca de su hermano. Niki no parecía entender sus palabras.

—Estaba por ahí... ¿Por qué debemos irnos? La fiesta apenas comienza —comentó el chico animado, Hanni exhaló una risa sarcástica.

—Busca. A. Jake. Antes de que pierda la paciencia, Min. —Lo miró amenazante señalándolo con el dedo—. Pasó algo en casa, por eso debemos irnos.

—No me digas... ¿Estamos huyendo otra vez? Vaya sorpresa —Niki rodó los ojos—. Hoy no me molestes con eso. Déjalo para mañana.

—Baja la voz. Y te dije que nos vamos, ya. Anda a buscar a Jake —Hanni apretó los puños a sus costados, sintiendo su ira aumentar al no estar recibiendo la atención que la situación ameritaba.

La música era demasiado alta, lo cual solo hacía que se alterara más. Su teléfono sonó en su mano y se percató de que se trataba de su padre Seokjin, por lo que suspiró exasperada al ver que Niki solo se dedicaba a moverse al compás de la música mientras bebía de su brazo.

— ¿Hanni? ¿Qué haces aquí? —Cómo si sus plegarias hubiesen sido escuchadas la voz de Jake sonó a sus espaldas haciéndole girar.

—Sucedió algo en casa. Tenemos que irnos... —explicó Hanni, evitando no dar demasiados detalles puesto a que temía que alguien pudiese escucharlos.

Jake abrió los ojos con sorpresa, a diferencia de Niki este parecía un poco más consciente. — ¿A dónde tenemos que ir exactamente?

—Lejos —respondió Hanni de forma seca. Pateando el suelo cuando su teléfono volvió a sonar.

—Ya. —Jake asintió al entender la situación y luego tomó el brazo de Niki dispuesto a arrastrarlo afuera—. Vámonos.

Sin embargo, el menor se soltó con brusquedad de su agarre mirándolo con cierta hostilidad, Jake miró a Hanni quien se encontraba un poco alejada en una llamada telefónica.

—No quiero irme. Déjame fingir que soy una persona normal al menos por última vez —respondió reacio. Jake suspiró.

—No es momento para eso, Niki. Ni siquiera sabemos qué paso, pero debe ser grave si dejaron que Hanni viniera sola. Aparte ya debemos tener bastantes problemas solo por escapar. —Jake intentó jalarlo una vez.

— ¡Basta! ¡¿Qué mas da si nos vamos ahora o no?! De igual forma estaremos en problemas. De igual forma no importa cuantas veces nos mudemos, ¡siempre se repite! —soltó en voz alta el menor, tambaleándose un poco debido al alcohol en su sistema.

—Baja la voz. Estás ebrio, no armes un alboroto, tenemos que irnos. —Jake habló mientras miraba a algunas personas que los observaban curiosos, Hanni ya se acercaba hacía ellos.

— ¡Por qué no podemos ser una maldita familia normal! ¡Estoy cansado de esto! Mafias, correr, huir, matar, esconderse. ¡Es todo una mier-! —Enseguida un puño cruzó el aire impactando contra la mandíbula del menor quien cayó al suelo totalmente inconsciente al instante.

Hanni sacudió su mano luego de haberle dado el golpe y miró a Jake quien mantenía una expresión sorprendida.

—Levántalo y vámonos. Ahora no hay tiempo para más quejas, es un viaje largo. —Dicho esto Hanni se dio la vuelta para salir del lugar siendo seguida por Jake quien cargaba a Niki en su hombro y las miradas curiosas de los presentes los cuales no volverían a ver probablemente nunca más en su vida.

Fue así como emprendieron luego su viaje a una nueva ciudad, una nueva escuela, una nueva casa, una nueva vida, como ya era costumbre para ellos a decir verdad. Por más que quisieran llevar una vida ordinaria sabían que era imposible, no tenían más opción que aceptar su destino.

Porque en la mafia una vez que entras, ya no sales. Y ellos recién empezaban a recorrer el camino para entenderlo.

Una semana después.

El silencio era denso en el reducido espacio de aquella simple oficina, el olor de la madera inundaba el lugar y el bullicio de los pasillos eran aún perceptible estando allí dentro.

Niki, Hanni y Jake se encontraban de pie cerca de la puerta en completo silencio, observando a la directora del nuevo instituto mientras revisaba cuidadosamente sus documentos, en busca de que todo estuviese en orden. Una situación a la que ya estaban bastante acostumbrados si es que se los preguntaban.

—Entonces... Los gemelos son sus hijos y Niki es su primo el cuál está a su cargo —habló la mujer alzando la vista para mirar a través de sus gafas.

—Así es —respondió la madre de los gemelos con seguridad. Los más jóvenes suspiraron sabiendo que se venía la ronda de preguntas típicas.

¿Dónde están los padres de Niki?

¿Son sus hijos adoptivos?

¿Dónde nacieron?

¿Desde hace cuánto se mudaron a esta ciudad?

Y ahí no paraba, era exasperante. Pero estaban acostumbrados.

Hanni soltó un pequeño quejido cuando Jake le pellizcó el brazo y Niki los miró en señal de advertencia gritándoles con la mirada que no empezaran un drama en ese momento.

— ¿5 colegios distintos en un año? —cuestionó la directora con una ceja alzada. Esa nunca se les escapaba.

—Mi marido tiene un trabajo que nos exige movernos constantemente. Pero esperamos que este al fin sea nuestro sitio de residencia permanente —soltó Jieun, su madre.

Los chicos se miraron entre sí y rodaron los ojos. Sí claro.

—Bien. Las notas de los gemelos están dentro de lo aceptable, en cuanto a Niki, son impecables, no tengo duda de que cogerán el ritmo bastante rápido.

—Ya verá que no la decepcionaran, señora directora —prometió Jieun poniéndose de pie a la par de la mujer para estrechar su mano.

—Bienvenidos a la secundaria Yongsan, chicos. Les deseo mucho éxito —dijo esta vez en dirección a los chicos quienes reverenciaron con una pequeña sonrisa.

—Muchas gracias —respondieron al unísono. Discretamente suspirando aliviados, nunca había sido así de fácil y rápido el proceso de inscripción en otra escuela, mucho menos a mitad del periodo escolar. Suponían que el costo de la colegiatura ya era más que suficiente.

—Pueden pasar a comprar sus uniformes y el resto de material en la tienda asignada, los espero mañana. Apenas lleguen pueden recoger sus horarios en la sala de profesores —finalizó la mujer mientras los acompañaban hasta la puerta donde esperaba el Señor Kim hablando por teléfono.

Salieron directo al estacionamiento del lugar, el cual cabe destacar, era el más grande donde habían estudiado, aunque no podían esperar menos de la gran ciudad de Seúl.

—Ha sido probablemente la entrevista más sencilla que hemos tenido —espetó Jake estirándose una vez que estuvieron fuera.

—Con el precio de la colegiatura no deberían pedir mucho más. —Hanni se quejó rodando los ojos.

—Yo realmente espero que al menos podamos terminar el año aquí, es insoportable tener que pasar por esto cada tanto, solo resulta más fastidioso todo esto —comentó Niki al mismo tiempo que se acercaban a la camioneta negra que les esperaba en el estacionamiento.

Una vez se subieron al vehículo este arrancó directo a una ubicación desconocida, ya que se trataba del nuevo sitio de residencia el cuál aún no habían conocido. El camino transcurrió entre risas y peleas entre los gemelos, mientras que el chofer y sus padres falsos solo se dedicaban a negar con la cabeza cada tanto.

No se sorprendieron al llegar frente a un gran portón blindado, una fachada cerrada con altos muros de piedra que impedían ver algo del interior y apenas unos cuantos arbustos que adornaban. Luego de un proceso de verificación de identidad las pesadas puertas se abrieron permitiéndoles la entrada.

La entrada era un camino recto adornado por gruesos árboles recién podados a cada lado del camino y en línea recta, unos metros más adelante el camino se convertía en una O que rodeaba una gran fuente y como de costumbre varios autos eran aparcados en algunos puntos del lugar, una inmensa piscina estaba a unos metros de la fuente, justo en frente de donde se alzaba la imponente mansión con gruesas columnas de piedra pulida.

—Sí, es bastante discreta. —Se burló Hanni recordando las palabras de Seokjin en una ocasión.

—La piscina es enorme, ¡mira eso, hasta está saliendo vapor! —exclamó Jake emocionado al mismo tiempo que bajaban del vehículo.

—Se llama sistema de climatización, genio —anunció Hanni.

— ¿Y a ella quién le preguntó? —susurró el gemelo en dirección a Niki quien solo se encogió de hombros y siguió su camino al interior del lugar, preocupándose poco por dejarlos atrás.

— ¿Ahora qué le pasa? Ha estado demasiado callado —preguntó Jake refiriéndose a su primo.

—Debe ser por la mudanza, ya sabes como le afecta el tema —acotó la pelinegra y Jake asintió en acuerdo.

Apenas entraron se encontraron con todos sus tíos reunidos en el salón incluyendo a sus padres quienes interrogaban a Niki y a Jieun acerca de la entrevista en la secundaria.

—Para nuestra sorpresa, esta vez no hicieron demasiadas preguntas, solo acerca de las notas, por qué nos mudábamos tanto y esas cosas —explicó la mujer.

—Entonces hiciste un buen trabajo. Gracias de nuevo, Jieun. Siempre podemos contar contigo —agradeció Jimin con una sonrisa.

—Ya he transferido el pago a tu cuenta, Jieun —dijo esta vez Namjoon quien estaba de pie junto a una de las columnas.

—No entiendo porque no van ustedes mismos al colegio y ya está —soltó Niki después de un rato en silencio con cierta molestia en su voz, todos miraron al menor—. Ah, cierto. No pueden porque sino sus cientos de enemigos sabrán que somos sus hijos y entonces vendrán a matarnos.

—Niki... —Yoongi trató de hablar, pero enseguida el menor volvió a hablar.

—Pero, de todos modos, ¿no importa, cierto? —continuó, en ese momento Hanni se acercó a él con cautela, mientras todos en el salón se miraban algo desconcertados, sin saber qué opinar al respecto—. Después de todo, ¿para qué van a tener que conocer a nuestros profesores? En unas cuantas semanas volverá a pasar algo y tendremos que enviar todo a la mierda para volver a huir a otro lugar, porque no somos una familia normal. No podemos serlo.

—Niki, sabes que es algo que no podemos evitar, esto ya debería ser normal para ustedes. —Hoseok habló con voz calmada al mismo tiempo que le dedicaba una mirada compasiva.

—No. Para mi esto nunca será normal, pero no tenemos elección. Para ustedes es normal, pero ustedes si pudieron elegir.

—Niki, basta. Estás diciendo cosas sin sentido —Jimin se levantó de su asiento dispuesto a acercarse a él.

El ambiente se volvía cada vez más pesado, Hanni y Jake no se atrevían a decir una palabra y los mayores, aunque ya conocían los disgustos de Niki nunca creyeron que llegarían a ese punto.

Después de todo había crecido sabiendo que, en la mafia una vez que entras, no sales. Y aunque él no estuviese allí por decisión propia ya no podía dar marcha atrás.

—Yo no elegí esto. Pero, ¿a quién le importa lo que yo quiera? Nunca preguntaron —finalizó antes de salir de allí, soltando el agarre de Hanni en su brazo de forma brusca y subiendo las escaleras dispuesto a encerrarse en alguna habitación libre.

Todos se quedaron en silencio, intercambiando miradas incómodas sin saber que decir.

—Voy a... —Jimin trató de seguir al menor, sin embargo, la mano de Yoongi en su muñeca lo detuvo.

—Déjalo solo por ahora, solo terminarás regañándolo. Le diremos a Edán que hable con él cuando llegue y luego tu podrás hablar con él —explicó el pelinegro con voz suave, dedicándole una sonrisa dulce a su esposo para tranquilizarlo.

— ¿Dónde esta papá Jin? —cuestionó Jake en dirección a Namjoon quien se había a limitado a observar en silencio.

—Fue a recibir a Edán al aeropuerto con Taehyung —respondió el moreno.

— ¿Entonces hoy llegará el tío Edán? Hay que prepararle algo —exclamó el menor emocionado. Hanni asintió con una sonrisa.

—Sí, vamos. —Dicho eso ambos gemelos se fueron a la cocina dispuestos a preparar algo para su tío mientras los demás se quedaron expectantes en el salón.

—Creo que hay que darle un poco de tiempo a Niki antes de empezar los entrenamientos, Namjoon. —Jimin habló robando la atención del moreno quien soltó un suspiro cansino antes de asentir en acuerdo.

Niki estaba sentado en el borde la cama mirando a sus manos entrelazadas mientras las lágrimas mojaban sus mejillas, deslizándose hasta caer en la alfombra. En ese momento no estaba pensando mucho, las palabras que había dicho minutos atrás habían estado guardadas dentro de él desde hacía meses y haberlas podido decir le había ayudado al menos a liberarse un poco.

Aunque ahora ciertamente se sentía un poco culpable, ya que creía que quizá no había sido la mejor forma de expresarse y lo menos que quería era hacer sentir mal a sus padres.

Pero sinceramente, últimamente se sentía solo, sus padres estaban ocupados la mayor parte del tiempo al igual que sus tíos, no tenía a mucha gente con quien pudiera hablar cuando se sentía mal y aunque Hanni y Jake estaban pegados a él la mayor parte del tiempo no creía que lo tomarían en serio.

La vida dentro de la mafia no era tan asombrosa como otros adolescentes de su edad pensarían, si bien tenían demasiado dinero, autos lujosos, grandes mansiones, todo lo que quisieran al alcance de su mano, debían pagar un precio bastante alto. Su libertad.

Pasaban la mayor parte del tiempo huyendo, escondiéndose, entrenando, en misiones, etc. Incluso en público sus padres ni siquiera eran sus padres ya que de otro modo no estarían "seguros". Cómo si fuese muy difícil para los enemigos averiguar quiénes eran sus verdaderos padres.

Niki a veces solo quería salir a pasear con sus padres como cuando era más pequeño, ir a tomar un helado, jugar algún video juego, ver una película, salir a cenar o cualquier cosa que pudiese llenar ese vacío que se iba haciendo cada vez más grande en su pecho.

Pero ellos solo estaban demasiado ocupados y tenían demasiadas responsabilidades.

Pasó una mano por su rostro y secó los restos de lagrimas que quedaban, después de haber llorado y pensando la situación creyó que si se había pasado un poco con sus palabras. Después de todo, eran sus padres, ellos lo amaban y siempre hacían todo por protegerlos, quizá él solo debería aprender a entenderlos un poco más.

Estuvo a punto de ponerse de pie para ir en busca de algo que comer cuando la puerta se abrió y por esta entraron tres dóbérmanes negros que enseguida se tiraron sobre él para lamerle todo el rostro.

— ¡Basta! ¡Chicos, basta! —exclamó entre risas tratando de apartar a los animales que lo habían tirado al suelo.

—Roco, Rufo, Enzo. Sentados —ordenó Seokjin entrando a la habitación con una bandeja en sus manos y los caninos obedecieron al instante alejándose de Niki para sentarse frente a él.

—Hola, tío —saludó Niki al mayor quien se sentó en la cama dejando la bandeja a un lado.

—Te traje de comer, apuesto que no has comido nada hoy —regañó suavemente, palmeando el lugar frente a él en la cama para indicarle que se sentara.

—Gracias, estaba por ir a la cocina para buscar algo. —El menor tomó la bandeja con la comida sin levantar la mirada, sintiéndose apenado pues Seokjin de seguro ya estaba al tanto de lo que había sucedido en el salón y por eso estaba allí.

— ¿Cómo les fue en la entrevista? —cuestionó el rubio cruzando una pierna sobre la otra y acomodándose para verle mejor, Niki masticó un trozo de pan antes de responder.

—Bien. Fue muy rápida y no hicieron demasiadas preguntas, empezaremos mañana —respondió en voz baja picando un poco de fruta aún sin alzar la mirada.

—Eso es bueno —musitó Seokjin tomándolo por sorpresa al acariciar su mejilla, pues él estaba esperando cualquier cosa menos una caricia—. Termina de comer y baja para que saludes a tu tío Edán. Namjoon tiene algo importante que decirles.

Niki asintió masticando aún un poco de la fruta y en silencio terminó de comer al mismo tiempo que iba meditando alguna forma de disculparse con sus padres por su comportamiento reciente.

Minutos después, cuando bajó al salón ya todos se encontraban reunidos allí conversando animadamente y la tensión de la discusión parecía haber desaparecido por completo. Hanni y Jake se encontraban sentados a cada lado de su tío Edán mientras lo abrazaban y conversaban alegremente.

Al verlo, el rizado se puso de pie inmediatamente y se acercó a él para abrazarlo.

— ¡Niki! ¿Aún sigues creciendo? Cada vez que vuelvo estás más alto —soltó su tío con cierto humor en su voz—. Traje regalos. Sin embargo, no les daré nada hasta que sus padres no me informen detalladamente cómo se han estado comportando.

—Tío Edán. Ha pasado mucho tiempo —respondió el menor aún sin romper el abrazo. Realmente el vínculo que los tres tenían con su tío era algo que los demás nunca podrían comprender.

—Escuché que mañana empiezan sus clases. Sé que debe ser agotador tener otro colegio nuevo, pero tómenlo con calma. Esta vez estamos ideando algún plan que nos permita no tener que estar huyendo a cada rato —explicó el rizado. Niki asintió con una sonrisa tímida y fueron a sentarse junto a los demás al mismo tiempo que Namjoon ingresaba al salón.

— ¿Reunión familiar? —cuestionó Edán—. No me digan que prepararon una sorpresa por mi regreso. Apenas pasaron seis meses, no es para tanto.

—La única sorpresa para ti era tener la despensa llena para cuando volvieras —aclaró Namjoon con una risita—. Esta es una noticia que quería compartir con ustedes.

— ¿Más bebés? —volvió a preguntar Edán con los ojos bien abiertos en dirección a Jungkook y Taehyung. Todos rieron.

— ¿Por qué nos miras a nosotros? —preguntó Taehyung con una ceja alzada.

—Porqué será... —Edán fingió demencia.

Namjoon rodó los ojos. Sin duda la casa nunca era tan ruidosa y desordenada como cuando Edán estaba.

—La alegría de la casa ya está volviendo —opinó Jimin con una sonrisa mientras apretaba la mano de Yoongi quién estaba sentado a su lado mirando todo claramente divertido.

—Ya luego tendremos tiempo para reírnos con Edán. Ahora esto es un asunto serio —empezó Namjoon.

— ¿Insinúas que yo no soy serio? —Edán interrumpió una vez más con los ojos entrecerrados.

—Edán... —Hoseok advirtió.

—Está bien. Ya me callo. —El rizado cedió cruzándose de brazos y prestando toda su atención al moreno que se encontraba de pie en medio de la sala mientras que el resto estaban sentados en el sofá.

—Cómo ya deben saber, mi posición en esta mafia la heredé de mi padre, con el paso de los años me he dedicado a cumplir todas las metas que teníamos trazadas con su ayuda y mantener todo en orden. Sin embargo, llegará el día en que nosotros ya no podremos seguir al frente por lo que necesitamos a una persona responsable y capaz que pueda seguir llevando esto adelante...

Todos los presentes se miraron entre sí, al parecer los mayores sabían perfectamente lo que Namjoon estaba diciendo, sin embargo, Niki, Hanni y Jake solo estaban confundidos acerca de la finalidad de aquella conversación.

—Niki, Hanni, Jake... Ustedes aún son jóvenes, pero sus padres empezaron este camino cuando tenían su edad o incluso menos —continuó el moreno.

— ¿Quieres decir que... nosotros? —Niki intentó hablar, pero no pudo terminar de formular la pregunta.

—Alguno de ustedes tres, será el heredero. Y sus entrenamientos para mostrar quién será más capaz empiezan ahora.

Yoongi y Jimin intercambiaron una mirada sorprendida al igual que Seokjin, el resto no mostró ninguna expresión.

— ¿Deberán competir entre ellos? —preguntó Jimin con una sensación extraña en su estómago.

—Así es —afirmó el moreno.

—Son solo niños... —murmuró Seokjin en dirección al moreno.

Los menores miraron al suelo pasmados. Sabían que eran parte de todo aquello, sin embargo, no tenían idea de que aquel tipo de expectativas como heredar el poder estuviese puesto sobre ellos. Peor aún, que tuviesen que pelear por ello.

—No quiero. Nunca he querido formar parte esto —soltó Niki sin siquiera mirar a su tío.

—Tienes que hacerlo. Tu padre ha sido nuestro mejor soldado desde siempre, no querrás decepcionarlo, Niki.

Jimin se puso de pie. —Creo que estás siendo muy duro, Namjoon. Aún es demasiado pronto para pensar en un heredero, ni siquiera eres tan viejo.

—Aún así hay riesgos, Jimin. Sabes que la muerte está cerca de todos nosotros no solo por la edad. —Namjoon habló tajante. El resto permanecía en silencio, incluyendo a Edán quien parecía meditar las cosas en su cabeza.

—Deben cumplir con su deber, los tres...



Bienvenidos sean todos a los juegos del hambre!!! ASKÑDFK. Ya empezamos otra vez familia, extrañé mucho aquí, espero que les guste mucho el capítulo, tenía mil años sin escribir. Por favor voten y comenten mucho para hacernos viral :** 

Edén. Xx

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