Capitulo Veintitrés
Bueno... veo que a todos les gustó el capitulo anterior... ¿enserio creian que yo mataria a Simon? ES EL AMOR DE MI VIDA!! bueno... les prometí que las cosas se pondrian intenZas, pos lo serán.
Simon sintió descender y enseguida reconoció donde estaba, había vuelto a la corte Seelie donde estaba viviendo desde que la reina Seelie y el príncipe del infierno Asmodeus lo habían rescatado, una hada lo recibió
-lléveme a donde la reina-ordenó Simon, la hada asintió, y se alejó, Simon la siguió pasándose la mano por el cabello nervioso, nunca había fallado en una misión y temía lo que la reina podría hacerle
-mi guardián-el chico no recordaba su nombre, así que la reina le había dado ese seudónimo “El guardián” así siempre era llamado, la reina Seelie estaba de pie frente a él, su cabello rojo recogido en un moño y su vestido blanco como la misma nieve que los rodeaba-dime que capturaste a todos los niños del instituto de Nueva York-
-no, mi señora-Simon se inclinó ante ella, se levantó-tuve una ligera dificultad, los nefilims sabían que yo iba, me emboscaron, casi me capturan-los ojos de la reina centellaron de ira-propongo que empecemos a trabajar con los que tenemos-
-quiero a todos los niños-dijo la reina
-mi señora, los nefilims sabían que yo iba a llegar ¿Quién sabe si los demás institutos no estarán avisados? Creo que deberíamos esperar un tiempo, que se calmen las cosas, para volver a atacar-la reina empezó a caminar por el lugar
-Asmodeus no estará feliz, le darás la noticia-
-sí, mi reina-
-ahora vete, ve a descansar o a hacer guardia, lo que sea, solo te quiero fuera de mi vista-Simon asintió y se alejó, en la corte Seelie, él tenía una habitación asignada, así que se dirigió ahí, no podía quitar de su mente la imagen de todos en el instituto de Nueva York mirándolo como si lo conocieran, el rostro de la chica de cabello oscuro, su mirada, él sentía que la conocía, sentía la necesidad de verla nuevamente, “Simon” eso le había dicho, él no recordaba haber tenido ese nombre, de hecho él no recordaba mucho, solo fragmentos de lo crueles que eran los cazadores de sombras, algo por lo que él estaba luchando, se restregó al cara, ahora tenía que enfrentar a Asmodeus para darle la noticia, él sabía que no le harían daño, pero aun así estaba nervioso, después de ver al demonio saldría a hacer guardia, volvería a pasar por el instituto de Nueva York, necesitaba ir, necesitaba verla, sentía esa necesidad.
Isabelle se había quedado dormida en la oficina de su madre, ella aun no paraba de mirar la pantalla del computador, los institutos se habían actualizado, afuera de cada instituto habían cámaras conectadas a un computador en la oficina del director del instituto, Isabelle miraba la imagen de Simon en la pantalla, su mirada desconcertada, todos intentaron buscar una explicación para lo que había pasado, pero no lo lograban, Marysse había avisado a la clave y ellos también estaban totalmente desconcertados, el chico hace un año había sido secuestrado por demonios, su parabatai había sentido su muerte, y ahí estaba, un año después capturando niños y sin saber quién era, Isabelle se despertó y sintió algo suave en su piel, reconoció la manta de Max, se giró en la silla para ver a su hijo durmiendo en el sofá, tiritando de frio, Isabelle se conmovió, antes de quedarse dormida había dejado a su hijo arropado, el niño sin duda se había levantado en la madrugada, había visto a su madre tiritando y le había colocado la manta, Isabelle volvió a arropar a Max y se sentó en la silla aun contemplando la imagen congelada, sin duda era él, ella podría reconocer ese rostro en cualquier lado, suspiró, ahora él era el enemigo, Magnus había dicho que le pudieron volver a borrar los recuerdos, o se los modificaron, cualquier cosa que le hubiese pasado Isabelle esperaba que pudiera ser reversible, solamente tenían que atraparlo, sintió mover a Max, ella apagó el computador, y cargó a Max que envolvió sus bracitos alrededor del cuello de su mamá, enseguida lo llevó al cuarto donde lo acostó en su cama, después miró a Cecily en la cuna, dormida tranquilamente, eso es lo que más le encanta a Isabelle de Cecily en la noche no molestaba absolutamente nada era tan calladita, pero era inquieta al despertar, Isabelle abrió las cortinas de su ventana, ya estaba amaneciendo, miró el reloj, eran las 6 AM, justo la hora en que un cazador de sombras debe despertar, Isabelle se acostó al lado de Max, pero no se durmió, solo le empezó a acariciar el cabello contemplándolo dormir.
Simon sabía que el instituto de Nueva York iba a estar vigilado, por suerte él sabía crear runas, había creado una runa glamour que evitaba que hasta los seres mágicos no lo vieran, los guardias tenían un espacio de 6 metros entre ellos, lo que lo hacía fácil pasar entre ellos sin hacer ruido, casi se echa a reír de lo ingenuos que habían sido, pero recordó lo cerca que estuvieron de atraparlo, recordó el chico que había traspasado el muro de fuego celestial, sin duda él también lo tenía, ya había amanecido así le era más fácil ver, la runa de la visión era buena y todo, pero no tanto como la buena luz del día, Simon se subió con una agilidad y un silencio impresionantes a un árbol, no sabía cuál era el cuarto de la muchacha, pero podía ver ventana tras ventana hasta encontrarla, sin embargo, tuvo suerte que al caminar por una rama enseguida llevara hasta el cuarto de la mujer, era una habitación matrimonial ¿Cómo sabía que era el de ella? Fácil, la muchacha estaba acostada en la cama acariciando a un niño, y al lado de la cama había una cuna, la muchacha era casada y con dos hijos, pero eso no importaba, él solamente quería verla, notó cuando ella se levantó le dio un beso al niño dormido, después uno al bebé de la cuna y salió, Simon siguiendo sus impulsos hizo una runa de apertura en la ventana y esta se abrió silenciosamente, él entró, sin saber por qué él se canceló la runa glamour quedando totalmente visible, miró en la cuna, una bebé de al parecer 3 meses dormía tranquilamente, tenía el cabello castaño, él no sabía porque estaba actuando así, simplemente acarició la mejilla de la bebé como si la conociera, luego se dirigió a la cama, el niño no podía tener más de seis años, tenía el cabello negro, iba a acariciarlo pero se acordó que el niño siendo más grande despertaría más rápido, así que no lo tocó, algo llamó su atención, en la mesa de noche había una foto, era de una pareja frente a la torre Eiffel, miró detenidamente la foto y se reconoció, ahí estaba él ¿Cómo era eso posible? No pudo pensar más ya que escuchó la puerta abrirse, la muchacha estaba ahí con una mirada sorprendida, enseguida ella sacó un cuchillo serafín y lo atacó pero él fue más rápido y sacó el de él y detuvo el ataque, empezaron a pelear, él tenía que admitir que la chica era fuerte, además de que era bellísima, la batalla era silenciosa, solamente con algunas exclamaciones pequeñas, Simon logró quitarle el cuchillo a la chica este clavándose en la pared, la tumbó él quedando sobre ella colocando su cuchillo en su cuello, evitando que se moviera, ella cerró los ojos como esperando el momento, pero él solamente con la mano que tenía desocupada le acarició la mejilla, ella abrió los ojos oscuros y lo miró, él vio en sus ojos anhelo y amor, algo que él no entendía o no quería entender.
Isabelle lo veía ahí, sobre ella, con un cuchillo en su cuello, al principio pensó que la mataría, pero él estaba ahí simplemente acariciándole la mejilla, y después el cabello, como si Isabelle fuera un precioso espécimen que él acabara de descubrir, no sabía cuánto duraría eso, así que empezó a desenrollar lentamente su látigo, no podía moverse, pero estaba distraído, necesitaba solo un movimiento para capturarlo, así que cuando su látigo estuvo totalmente desenvuelto, aprovechando la distracción, logró quitar su brazo debajo de él y con un rápido movimiento el látigo se enrolló alrededor del cuerpo del chico y fue lanzado al otro lado de la habitación, Isabelle se levantó rápidamente para ver al chico envestir con ira, Isabelle lo intentaba golpear con el látigo, pero como había pasado antes el látigo se enrolló en el brazo y él empujó para alejar a Isabelle, sacó su estela y empezó a dibujar, Isabelle esta vez enrolló su látigo en el cuerpo del chico, haciéndolo aullar de dolor, sin embargo por más fuerza que Isabelle tirara él se seguía resistiendo
-¿papá?-escuchó a Max, que sin duda se había despertado por el grito de dolor, él estaba mirando a Simon impresionado de ver a su padre que le habían dicho que estaba muerto, Isabelle se fue a acercar a Simon para amenazarlo pero el chico empezó a arder en fuego celestial para poder salir de su atadura, él tenía la mano que tenia la estela en el suelo y dibujaba algo, Isabelle no se dio cuenta hasta que un circulo se empezó a formar alrededor de Max-Mamá ¿Qué está pasando?-y desapareció, Isabelle de la impresión casi había soltado a Simon, pero ahora con toda la ira puesta sobre él lo lanzó hasta la pared, con el látigo lo golpeó, era extraño él no oponía resistencia, pero era muy fuerte y ágil y esquivaba los golpes, Isabelle con el rabillo del ojo vio entrar a algunos cazadores de sombras, Simon aun estaba en llamas con el fuego celestial, así que Jace que era el único que podía acercarse se acercó y lo golpeó, Simon devolvió el golpe hasta que gritó de dolor, el fuego celestial le hacía daño también, Jace le dio un último golpe dejándolo inconsciente haciendo apagar el fuego, Clary se acercó corriendo y en el brazo al chico le hizo la runa anti fuego, que evitaba que él soltara el fuego celestial, Isabelle enrolló su látigo y sintió una ligera quemadura ahí donde su látigo había sido quemado
-¿Qué haremos?-preguntó Clary
-lo llevaremos a la ciudad silenciosa, a ver si los hermanos pueden registrar su mente-dijo Jace, Isabelle perdió la respuesta de Clary ya que ella solo podía ver su cama vacía, donde hace unos segundos, la persona que más amaba había hecho desaparecer a su hijo, al pequeño niño que tanto amaba.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro