POV Butch

    [Hace una semana atrás]

    Antes de poder tener control sobre mis emociones y mi cuerpo, me encontraba en la profundidad del patio entregando como bienvenida un golpe contra la mandíbula del demonio. La bestia salió disparada al aire impactando en un árbol, sacándolo de raíz. Ese humano se encontraba en un estado lamentable, susurró algo que entendí muy bien, cerrando sus ojos después de darme una mirada de alivio.

    Me acerque rápidamente a su lado, levantandolo como si fuera el cristal más delicado. No podía entenderme a mi mismo; mi objetivo era acabar con su vida, entonces ¿Por qué me siento tan desesperado? ¿Por qué me siento tan aterrado de que no vuelva a abrir sus ojos?

    Unas lágrimas escocian mis ojos, y se derramó un manantial, y... ¿Por qué estoy llorando?

    - William Butch, actual protector de la Plantación de Myrthles, protector y guardián del espejo de Myrthles, demonio orgulloso y altanero; está llorando por un simple humano- el demonio murciélago se burlaba de mí.

    Apoyé de nuevo con mucho cuidado el cuerpo del pelirrojo, limpie mis lágrimas alcanzando manchar un poco mi cara de aquel líquido rojo y espeso que brotaba a borbotones del cuerpo del humano.

    - Ken- susurré en tono demandante con el semblante oscuro- Encárgate de darle la atención médica necesaria para que no muera.- Ken se apresuró a cumplir con el mandato que le dí.

    - Imbecil- se quejó el demonio murciélago-, todos los humanos que pisen el terreno de la Plantación, deben ser eliminados. ¿Y le ofreces atención médica? Te has vuelto débil, sensible y patético con los años.

    - No te equivoques- en menos de un segundo me acerque, con mi mano hacia atrás, amenazante con un rayo- No tenías ningún derecho de lastimarlo.- presioné contra su estómago en un ataque ofensivo tan rápido que no le dió tiempo de esquivar- Ya que su vida... ¡ME PERTENECE!- el potente ataque que le dí directamente en su estómago causó un gran agujero en él. El demonio murciélago cayó de rodillas.

    - Crees que con esto todos tus problemas se terminaran- la bestia escupió sangre- Te equivocas... Apenas están comenzando. Mientras tengas en mente proteger a ese humano, los demás demonios superiores atentarán contra tu vida. Ahí sufrirás el error de tus acciones...

    Esas fueron las últimas palabras del demonio murciélago. Su existencia se vió reducida en una gran nube de polvo de color negro, esparcido por el aire, con el sofocante olor a azufre.

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    Ken transfirió el cuerpo maltratado del humano, con el mayor cuidado que le exigí. Durante una semana completa, el humano nunca abrió los ojos; le dió una fiebre terrible. Cada que podía, usaba mis habilidades de curación para aumentar la recuperación del individuo. Intentaba dormir, pero las palabras del demonio murciélago me atormentaban. Cada vez que me recostaba en mi  cama, no pegaba ojo y terminaba haciendo guardia sentado junto al humano.

    ¿Qué es lo que me pasa? No me reconozco, ¿Por qué me siento tan intranquilo en que el humano no despierta?

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[1 semana después, en la noche]

    El humano se quedó dormido. "Al parecer se siente mejor para estar babeando la mano ajena", pensé con desagrado limpiando mi mano; me acordé de algo, ¿En verdad huelo como perro mojado? Puse los ojos en blanco.

    - ¿Señor?

    - Ken.- reconocí la voz al otro lado de la puerta- Dime que quieres.

    - Emm, le ha llegado visita...

    - ¡Apartate, niño champiñón!. Recuerda que yo vivo aquí y no tengo que pedir permiso para acceder a las habitaciones.- escuché aquella voz tan familiar que nunca olvidaría.

     - ¡No me importa! La costumbre se tiene que mantener, todo visitante debe ser anunciado.- le gritó de vuelta Ken. Me levanté de mi asiento al ver el entrecejo arrugado del humano; si siguen así, terminarán despertandolo.

    Abrí la puerta y los conseguí en el suelo; Ken aprisionado en una llave, mientras que con las manos libres estiraba los cachetes de la azabache.

    - Damposo dusano- "tramposo gusano"; la oji verde no podía hablar bien por la presión en sus mejillas.

    - Lo dice... La que aprovecha... Su abuso de poder...- Ken hablaba con dificultad a causa de la fuerte presión de la llave.

    - Ustedes dos, ya basta.- con mis poderes, hice que se separaran.

    Ambos quedaron arrodillados, uno al lado del otro; Ken la miraba de forma asesina, y ella se estiraba la piel bajo el ojo con un dedo mientras le sacaba la lengua. Golpeo mi frente con la mano; actúan peor que niños a pesar de la edad que tienen.

    - Bellota- le dije a la peli azabache- ¿Qué haces aquí?

    - ¡Hermanito!- se levantó de golpe, abrazó mi cabeza y empezó a frotar su puño en mi pelo quemando con esa acción- ¡Tanto tiempo sin verte! ¿Cuánto ha sido? ¿190 años?- la empujé con el codo; joder como odio que haga eso, me duele la cabeza.

    No satisfecha en torturarme, agarró mis mejillas y las aplastó con fuerza.

    - Aw, tanto tiempo. Sigues siendo tan feo como la última vez- empezó a reírse a carcajadas; aparte sus manos de golpe.

    - Tu tampoco has cambiado- le respondí con fastidio, mientras masajeaba mis adoloridas mejillas-, sigues siendo igual de fastidiosa como recuerdo.

    Bellota no dijo nada más, entró a la habitación sin invitación... Cómo siempre.

    - Entonces es verdad- la escuché decir; cuando volví a entrar, ella estaba en el banco al lado del chico, con la cabeza apoyada en la palma de su mano, inspeccionando casa detalle.- Había escuchado un rumor de que tenías un humano acogido- me volteó a mirar; ya no había burla, estaba siendo seria-. Al parecer es cierto.

    - Más o menos.

    - ¿Te gusta?- preguntó dudosa.

    - ¿Qué? Para nada. No te confundas.- crucé mis brazos.

    - Entonces... ¿Por qué lo estás cuidando? Si mi memoria no me falla, odias a los humanos desde que moriste a causa de uno. Nunca dejas a nadie con vida. ¿Por qué este humano es diferente?

    -¡No lo sé! ¡Yo!...- lo voltee a ver- Yo... Aún no lo sé.
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    Cap listo 👋👏👏

    Espero que les haya gustado. 👈👈😎 Cuidense.