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Una cabellera peliroja, se vislumbraba ante la luz de luna que se filtraba por la ventana. Unos peculiares ojos rojos no se despegaban de un antiguo manuscrito que mantenia grabadas diversos tipos de leyendas antiguas. Mas entre todos esos relatos fantasticos, solo existia un tema que llamaba la atencion del pelirrojo.
El espejo de Myrthles.
Segun como decia la leyenda, este objeto estaba escondido en lo mas recondito de las areas de la Plantacion de Myrthles. Por los rumores se percibia que un gran numero de personas habia muerta en esa estancia, pero mucho se desconocia con sus detalles.
Sin embargo, para Brick Antoni, no existia barrera que lo frenara en su meta de descubrir el paradero de cierto espejo, asi como la verdad acerca de éste.
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Una señora de alrededor de 32 años, se topo con el escenario de cierto pelirrojo durmiendo sobre una hoja de papel con grandes pilas de libros a su alrededor, y un desorden de estos en la mesa. A veces odiaba ser la señora de la limpieza de dicho maniatico de las antigüedades. No le pagaban lo suficiente...
-Joven Utonio- empezando a sacudir al pelirrojo para intentar despertarlo- vamos, despierte!. Otra vez ha vuelto a quedarse hasta altas horas de la noche con los libros antiguos.
La señora, al ver que sus intentos eran en vano, se incremento mas su ira.
-¡Joven Utonio despierte!- ante el grito tan fuerte que dio la señora cerca del oido del muchacho, ocasiono que éste se lanzara hacia adelante terminando de desparramar mas libros. Provocando que la mujer de mediana edad se agarrara con fuerza algunos mechones de su propio cabello, al ver que el desorden se habia intensificado.
Cuando Brick abrio los ojos, estando sentado en el suelo sobando su cabeza por el golpe al caer, le dio un poco de miedo ver la mirada asesina que le dirigia la mujer de la limpieza.
-Es imposible con usted. Primero genera un desastre con todos estos estupidos libros y después se levanta de su siesta para darme mas trabajo. Es completamente inaudito.- la señora se quejaba mientras limpiaba el monto de libros desparramados en el suelo. Brick no era un tonto, prefirio salir de ahi para evitar mas regaño por parte de la mujer.
Salio rapido de la habitacion, mientras avanzaba por el pasillo, aprovecho en anotar en su libreta (la cual siempre mantenia escondida debajo de su chaqueta) los avances que tenia sobre el misterio del espejo de Myrthles. Tan distraido estaba que choco con la espalda de su tio accidentalmente.
-¿Brick? -el hombre con bata de cientifico se dio la vuelta para ver a su sobrino- muchacho, se que tu investigacion te tiene muy fascinado, pero recuerda mirar por donde caminas. No querras terminar cayendo por las escaleras.
-Lo siento tio- el pelirrojo se empezo a rascar su nuca mientras cerraba sus ojos y mostraba una sonrisa de vergüenza- me distraje un poco. No era mi intencion chocar con usted.
Su tio, el profesor Utonio, se cruzo de brazos con una sonrisa en su rostro.
-A juzgar por tu entusiasmo, debes haber avanzado en tu investigacion.- dijo el profesor Utonio.
-Si supiera tio. Estoy cada vez mas cerca con mi investigacion. -el pelirrojo levanto las manos expresando su alegria.
El Utonio mayor, le da unas palmadas en el brazo a su sobrino. En su mente sabia que nadie sacaría de su motivacion al joven curioso. Aunque no tenia mucha esperanza en relacion al tema, pero daba su apoyo incondicional.
Después de la corta platica, la ama de llaves les amenazo a ambos con la escoba a que bajaran a desayunar. Ambos hombres se apresuraron a comer, con temor a que la señora de mal caracter cumpliera con las amenazas de abandonar su trabajo y romperles la escoba en la cabeza a cada uno.
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Brick se encontraba ya de paso a la universidad. Después de un desayuno ligero, correr al ver que se le habia hecho el tarde, logro llegar frente a la puerta correspondiente de su asignatura. Tomo asiento cerca de la ventana como costumbre suya. Reposo su cabeza sobre su mano, y escucho con atencion la clase. Brick Antoni Utonio, un joven de 19 años de edad, estaba apuntado a la seccion de historia medieval. Se apunto a ese curso, con el fin de descubrir los antecedentes de su querido espejo de Myrthles. Y si. Aunque su odiosa prima le dijera que le faltaba un tornillo, que deberia centrar su mente en estudiar una carrera universitaria que le generara ingresos sustentables para su futuro, le importaba un pepinillo cierta conversacion. Su primordial objetivo, era poder descubrir la verdad ante cierto enigma.
Una pelota de papel lanzada a su cabeza lo saco de su ensoñación. Se agacho con cautela, para no despertar sospechas del profesor que dictaba la clase, y levanto la pelota de papel para saber que decia su contenido.
" Tu y yo, después de clases, en la banca bajo el arbol de mango. Es importante. Te va a encantar lo que te voy a mostrar" "att: Bracker"
Brick levanto la vista del papel y la dirigió en direccion hacia el asiento del pelirrojo con pañoleta. Éste se dio cuenta de la mirada de su amigo hacia su persona. Sin voltear en su direccion, solo hizo la señal de amor y paz en el costado de su cabeza.
Brick quedo con intriga. Se siguió preguntando sobre la informacion que le tenia preparada su amigo mas cercano y que lo apoyaba sinceramente con su obsesion. Nunca le habia parecido tan larga la clase como esa, miraba incontables veces las manecillas del reloj colgado sobre el marco de la puerta de salida. Incluso movia impaciente su pie derecho.
Cuando se finalizo la clase, el chico de pañoleta y Brick, se reunieron en la area nombrada por el primero de estos. Brick se sento. Se hecho hacia atras al ver el papel que le extendía su amigo. La mirada insistente de su amigo, lo alentó a recibir la carta y abrirla. Al leer su contenido, provoco que se levantara de golpe.
-Esto... Esto!... ¡No puede ser!- las palabras le salian con dificultad al pelirrojo.
-Impresionante, verdad? -Blake le dio un ligero empujón a su amigo, divertido al ver su expresion incrédula.
¿Y como no? En aquella carta se anunciaba la solicitud de un guardian para la Plantacion de Myrthles. Un ejecutivo mantenía el proyecto para la demolicion de la hacienda, y asi crear un centro comercial. Ante gran decision de destruir aquel lugar misterioso, los protestantes se alzaron contra las gruas. Una lucha desmedida. Segun el tribunal, si la casa no es habitada por nadie, se puede destruir el lugar sin problemas. El dueño actual de la hacienda, no se permitía pasar mucho tiempo en la zona debido al miedo de los sucesos paranormales que ocurren constantemente. Como resultado, busca una persona que viva un tiempo en la casa de la hacienda. Y asi poder salvar al Myrthles.
Esta carta, relatando la problematica del lugar, y un contrato como guardian con sus condiciones, traía a Brick nuevas esperanzas para la finalizacion de su investigacion.
-¿Alguna vez te he dicho que eres como un angel terrenal? - abrazo con fuerza a su amigo Break.
-La verdad, nunca. Pero los elogios son bienvenidos a juzgar todo el trabajo que me costo conseguir esa oportunidad con el viejo cara de mono. - respondió con orgullo el chico, recordando que casi se lleva una demanda.
- Solo esperalo. Mis sueño por fin lograra cumplirse. Esta es una oportunidad al éxito - apretó su puño con confianza y decision.
Mientras tanto, en una habitacion oscura, un azabache miraba a través de la ventana en aquella casa solitaria. Su silueta se veia en la ventana. De repente, un rayo penetro todo el cielo, parpadeando a su alrededor, causando que dicha silueta de desvaneciera.
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