Cuando el hombre empezó a volar, sus límites naturales se vieron eliminados. Artífice de eso fue Willy, inventor del avión. Gracias a él, el tiempo de viaje desperdiciado en los barcos se redujo considerablemente, permitiéndole a la gente llegar a destinos lejanos en solo unas horas y cumplir el viejo anhelo humano de levantarse del suelo y surcar los cielos como un pájaro.

Nadie hubiese pensado que un huérfano como él se convertiría en una de las personas más importantes del mundo.

Sin embargo, Willy sabía que no todo el esfuerzo había sido suyo. Gracias a Ark, consiguió suficiente metal para el primer avión que voló exitosamente, y también fue el héroe legendario el que masificó su uso mediante las pistas de aterrizaje que construyeron en Costasol con los planos que diseñó. Por lo mismo, Willy le estaba muy agradecido.

Lastimosamente, gente inescrupulosa comenzó a notar el potencial del avión como arma de guerra. Ya existían antecedentes de aquello con la máquina voladora del doctor Berruga, pero un avión de combate era mucho más fácil de fabricar y más económico. Sin quererlo, el ave metálica empezó a anunciar la muerte desde el cielo al poco tiempo.

En su casa, ubicada a las afueras de Nirlago, Willy pensaba en el triste destino de su invento.