Bitácora del capitán:

Acabo de regresar a Litz tras un largo viaje alrededor del mundo. Muchas cosas han cambiado desde la primera vez que me embarqué al nuevo continente: aviones, computadores, luz eléctrica... Ahora mis técnicas de navegación parecen primitivas frente a los recientes avances de la tecnología.

Eso mismo fue lo que le dije a Ark antes de que regresara a su mundo; fui la última persona que lo vio antes de que ingresara al portal.

De él tengo un recuerdo muy especial. Tras mi desastroso primer viaje, en el que los tres príncipes de Sylvain murieron, la reina enfurecida me encerró en la prisión del castillo. En ese lugar conocí a quien ahora es conocido como el héroe de la humanidad; él me rescató del espíritu vengativo de la reina y me ayudó a escapar.

Pase por un período de recuperación física y mental en el hospital de mi amigo Emilio antes de retomar mis actividades. La estadía en mi celda fue algo que me afectó severamente. Tras el alta, decidí transmitir mis conocimientos a la gente interesada en navegar, lo que llevó en su minuto a una mayor comunicación entre los pueblos por medio de los viajes y el comercio marítimo.

Hoy en día, sin embargo, existen formas más fáciles. Se han hecho avances en ese aspecto y en muchos otros... Llega a asustar.

Temo por el futuro del mundo ahora. La desaparición de toda la población de Neotokio me ha abierto los ojos a la posibilidad de cosas horribles. No todo lo que el progreso ha traído es bueno y muchos locos se están aprovechando de eso para cometer atrocidades. ¿Será acaso que las personas estamos perdiendo de a poco la humanidad?

Quiero creer que me equivoco.