Prólogo
Shrewsbury, Inglaterra 1848
Sobre la mesa que residía en el sótano del castillo, se encontraban una enorme cantidad de herramientas y artefactos, de un extremo abundaban los libros y una serie de papeles que describían el bosquejo de una especie de batería eléctrica. Esa misma fue conectada a un par de cables de cobre entremezclados, que atravesaban la habitación hasta salir por la ventana hacia el exterior.
Esa noche, una fuerte tormenta amenazaba la integridad de cualquier alma que vagara por las afueras de Shrewsbury; no obstante, había quienes se ponían felices después de semejante espectáculo otorgado por la naturaleza. Esa era la sensación que estaba experimentando el caballero de aquel condado. John Bennett, no solo era el hermano de quien fuera dueño del título nobiliario más importante de Shrewsbury en el siglo XIX, también sentía gran atracción por la ciencia, más en específico, la física y las recientes investigaciones con relación a la electricidad.
La puerta fue golpeada por un hombre alto con largos bigotes, que portaba un pulcro uniforme.
—Milord, lo están esperando en el comedor —informó el hombre que no podía evitar mirar a su señor.
—Diles que no volveré, Henry. No hasta que logre mi cometido —respondió ignorando el mensaje.
—¿Disculpe, señor? Leydi Mount está esperándolo.
El caballero apenas si se interesó en las palabras de su mayordomo. No estaba dispuesto a dejar de lado la espectacular tormenta que la naturaleza le estaba regalando. John corría en todas direcciones, tomando herramientas para ajustar pequeños cabos sueltos, al tiempo que recorría con la mirada los cables que atravesaban media habitación.
De pronto, en un instante, la habitación se iluminó con un relámpago que anunciaba la grandeza de la tormenta. John sonrió con descaro, esa era la mejor noche de su vida.
—Entonces, ¿qué es lo que debo decir, Milord? —interrogó una vez más el mayordomo, quien ahora parecía confundido.
—Lo que te he dicho con anterioridad, dile a mi hermano que no volveré —replicó ajustando una tuerca.
Aquel notó su falta de atención en lo mencionado, sabía que la decisión repercutiría en la familia.
—Señor, me siento obligado a recordarle que la reunión de hoy es para formalizar su compromiso con Leydi Mount, matrimonio que es de suma importancia para los Bennett.
El caballero negó, dándole la espalda mientras observaba los cálculos que recién hizo en un papel.
—Lo es para mi hermano, Henry. Yo no soy el Conde, soy solo un hombre de ciencia. Anda, ve y dile que no me quiero casar.
El mayordomo de nuevo hizo grandes los ojos, estaba claro que Lord Bennett estaba decidido a mantenerse recluido en ese oscuro sótano, lleno de artefactos extraños.
—Señor, debo reiterar que se trata del beneficio para ambas familias.
—¡Haz lo que te dije, yo no me quiero casa...!
John no logró termina la frase que lo liberaría del compromiso, en dicho instante, la habitación fue sacudida por el fuerte rayo que impactó en los cables que seguían conectados a la batería. La habitación se iluminó con un destello. Para desgracia del caballero, sus manos estaban puestas sobre los cables, por lo que en el momento del impacto terminó siendo lanzado contra la pared y enseguida quedó desmayado en el suelo.
El mayordomo intentó llegar a él, pero apenas el humo se disipó, se dio cuenta de que el cuerpo de John había desaparecido, únicamente quedó plasmada su figura al rededor de las cenizas que caían después de la explosión.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro