Extra: Cumpleaños
Un día por la mañana, unos días después de que todos los guardianes empezarán a vivir en la mansión Vongola, cada quien tenía una habitación y dormían en ella, luego por las mañanas, tardes y noches, comían juntos en el gran comedor. Pero a verdad era que, aún si fueran una familia, todavía no se acostumbraban al gran lugar y los cuartos de grandes magnitudes, que estaban por todo el lugar; mucho menos Tsuna, quién a pesar de poder ecolocarizar cada rincón de la mansion, aún no no podía con el abrumante sentimiento, de sentirse sofocado por tener para él un cuarto enorme. No sabía si sus Guardianes sentían lo mismo o solo era él por su condición de ceguera, pero no le gustaba, se sentía insignificante, aún cuando hace unos meses, ya era el jefe de Vongola.
Suspirando, el moreno se levantó de la cama, también abrumadoramente grande para su delgado cuerpo. Tardo en hubicar el clóset, y el estante de zapatos. Aún si era ciego, gracias a las enseñanzas de Reborn, Tsuna pudo identificar los colores o el tipo de sacos que usaba, por medio del tacto, eso y además, su clóset no tenía muchos colores en camisas o pantalones. Para sus trajes, únicamente eran negros y la camisa interior color naranja, con corbata igual negra; para blusas comunes de vestir y pijamas, eran colores blancos y grises. La verdad tampoco le importaba el color, no podía verlo, pero agradecía que su familia, se esmerara en escogerle un color, para cuando tuviera que usar trajes.
Volviendo al punto, Tsuna olvidó que día de la semana era, así que por su indecisión y flojera, decidió quedarse en pijama. Paso una mano por su cabello para "arreglarlo" un poco y su flequillo se dejó caer sobre sus ojos nuevamente. En estos meses, su cabello había crecido y no tenía tiempo de cortarlo o lo olvidaba, solo recordaba ese detalle cuando sentía cosquillas o molestias en sus ojos.
Los guardianes también comenzaron a levantarse, cada uno vistiendose cómodos, pues aún no hacían cosas oficialmente como la Décima Generación, todavía algunos estaban estudiando y terminando sus carreras. Uno a uno, salía de sus habitaciones, hubicadas en el mismo pasillo, pero separadas claramente, por los metros que ocupaba cada habitación. Se oían las puertas abrirse y luego algunas cabezas curiosas asomarse, sin salir completamente. Ese era Lambo, el adolescente vaca que también se sentía curioso por todo el enorme lugar y, como los demás, no tenían un horario determinado para levantarse y se sentiría raro si deambulaba solo por el lugar, sin nadie en la cocina o en las oficinas.
También se asomo la cabeza de Nagi, su cabello largo violeta, fue visto por Lambo y sonrió tiernamente al ver a su hermana mayor. Nagi, la única mujer del grupo, suele ser también la que más planea el día, aún así, ya que no vive sola y comparte una enorme mansión con su familia, debe empezar a acostumbrarse a planear cosas en grupo, solo que, apenas llevaban unos días eso, por lo tanto era raro y todavía incómodo.
A pesar de haber vivido en Kokuyo con Ken y chikusa, luego con Mukuro, esto era diferente, porque en aquel tiempo los chicos hacían y planeaban por separado y, solo cuando la necesitaban para una misión, la llamaban. Se sentía un poco excluida, pero gracias a ello, aprendio a ser independiente.
En cambio a ese tiempo, ahora que eran una organización mafiosa, las cosas que se planeaban y se hacían, debían ser informadas y acordadas entre todos.
Ahora con Niebla y rayó caminando por los pasillos, se sentía menos grande el lugar. Su fin era llegar al comedor y si no había desayuno, ellos podrían ir preparando algo para sus hermanos mayores. Si, Chrome también sabe cocinar y Lambo aprendió de ella.
Entonces el Moreno escucho el ruido de pisadas, el eco que provocó, pudo saber que se trataba de sus guardianes más jóvenes. Eso lo ánimo a salir de su habitación, la cual estaba hasta el final del pasillo y con el mínimo ruido, cerro su puerta de madera. Los alcanzo más tarde en la cocina, donde estaban tratando de ver, en qué podían ayudar a los cocineros de la mansión.
La verdad es que, a Tsunayoshi le parecia un fastidio que cocinaran para ellos, porque bueno, eran jóvenes y podían hacerlo ellos mismo, pero por órdenes de Reborn y de su abuelo, era necesario.
—Asi que llegamos antes del desayuno—habla por primera vez en la mañana y las miradas de sus Guardianes las puede sentir.
—Boss, No lo escuchamos llegar—
—¡Tsuna niii, Buenos días!
—Buenos días a los dos—sonrie y luego recuerda que seguían en pijama—Hmm ¿Hoy que día es?
—Es Fin de semana, Boss—suelta una risita—Lambo también sigue en pijama, si se preocupa
—Siempre tan arreglada, Chrome. Me gusta—responde y sonríe—Bueno, mientras el desayuno esta listo, porque no vamos al jardín a tomar un poco de Sol
—Buena idea Tsuna-nii—anima la vaca y sin importarle, corre hacia la puerta de cristal que los dirige al jardín.
Ahí se encuentran bancas y una pequeña mesa para tomar te, también un columpio, pero está un poco desgastado de las cuerdas, que en cualquier momento podría romperse. Aún con el sonrojo en Chrome, los tres salen y esperan en medio de brisa de la mañana y el sol, los chefs no tardan mucho en su labor, así que no tendrían que esperar mucho.
[ ❁ ]
En la habitación más alejada de todas las demás, un hombre atractivo, estaba tomando su café matutino, mientras revisaba algunos papeles y cartas, que recientemente habían llegado como pedidos para el jefe Vongola: Tsunayoshi.
Reborn había bajado mucho antes a tomar un café cargado y subirlo a su habitación, de ese modo podía despertar y luego cambiarse las pijamas. Por qué si, había bajando al comedor en pijamas, lo cual solo era un pantalón holgado y ninguna camisa. Él también le iba a costar acostumbrarse a convivir con un montón de jóvenes, tratando de ser adultos y responsables, mientras él era su guía en las labores, mientras se tomaban terminaban sus carreras y después, tomaban sus puestos como Guardianes.
Cómo escucho ruido en la cocina, intuyo que los guardianes ya estaban despiertos. La verdad era que no se tenía que hacer nada el fin de semana, así que no los torturó y los obligó a levantarse temprano. Más bien, quería hacer el experimento de ver, como jóvenes aprendiendo a convivir, tenía cada quien una hora y una rutina en un fin de semana. Y luego también, ver las mañas de cada uno a la hora de desayunar o sus modales al comer; eran mafiosos y vestían trajes entre semana, tenían lecciones de etiqueta–para los que no nacieron entre Mafiosos: como Yamamoto o Ryohei–. Por eso, los fines de semana, donde podían relajarse, podía ver sus usales comportamientos que, desde adolescentes, los llevaban.
Luego en la entrada del jardín, aparecieron tres figuras altas, dos de cabello azabache y una de cabello blanco. Eran Riohey, Hibari y Yamamoto, regresando de su rutina de correr alrededor. Usualmente solo era la lluvia y el sol, quienes salían a trotar por las mañanas, así que se sorprendieron al ver a Hibari entre los dos más ruidoso guardianes.
La Nube simplemente se vio influenciada por el buen animo de Ryohei y de Yamamoto, que decidió probar por hoy, salir a respirar el aire matutino y, aunque no lo dijera, disfruto de la caminata y del duo, pero quizás no lo vuelva hacer, a menos que sea en solitario.
Tsuna escucho los ecos de esas pisadas, ya reconociendolas de ante mano, además sus latidos semi acelerados por el ejercicio, sabía que se trataban de sus amigos. Así, cuando aparecieron más cerca de la entrada, alzo su mano y los saludó, con sus ojos aún cubiertos bajo la cortina de su fleco, les dio la bienvenida.
—Chicos, llegan a tiempo, el desayuno ya casi está siendo servido—dice Tsuna aún sentado en la banca.
Yamamoto está sudando, así que no se acerca. Pero si responde.
—Gracias por el aviso, Tsuna, vamos a nuestras habitaciones a cambiarnos y volvemos—responde su siempre apacible lluvia y los chicos desaparecen una vez más.
—Parece que todos tenemos distintos horarios ¿Verdad, Boss?—Chrome ríe ligeramente.
—Si, eso parece. Y también parece que Mukuro aún sigue dormido
—Mukuro-sama es....peculiar, a veces suele levantarse muy temprano o muy tarde, tiene malos hábitos de dormir—confieza la chica, poco apenada por contar el secreto de su mentor—Como ha sido el primero en terminar de estudiar,parece que ha regresado a sus hábitos
—Mukuro-nii es perezoso jajajjaja—se burla la vaca y recibe un mimo de Tsuna a su lado.
—Todos lo tenemos, solo espero que podamos adaptarnos —
[ ❁ ]
Finalmente todos estaban sentados en la mesa, los platos servidos para ser comidos y cada uno en un asiento aleatorio. Incluso tenían a un Mukuro cabeceando y murmurando cosas, mientras trataba de tomar correctamente una cuchara e importandole poco que los demás Guardianes lo vieran, mientras todavía no hagarraba señal.
También estaba el peli-plata, el mejor y más adecuadamente vestido, de entre todos los demás, casi se sentía avergonzado por ser el único presentable, hasta que vio a Nagi arreglada.
Hibari se reía internamente, por el estado ridículo de la piña, parecía divertido verlo indenfenso, despeinado y desarreglado, frente a los demás. Reborn tomo nota de ello, molestaría a la niebla más tarde, por su estado semi despierta de aquel día.
El moreno tomo sus cubiertos y ubico su plato sobre la mesa, era una pequeña sopa la que habían servido y el olor, lo atraía a querer probarla lo más pronto posible. Su flequillo que, recordó má dtarde cortar, ahora le estorbaba para comer adecuadamente, pero a la vez le aprecia cómodo. Dejo los cubiertos en la mesa, haciendo un pequeño ruido metálico y suspiro.
—Ahora vuelvo—dijo y se levantó de su asiento, con sus ojos aún cerrados bajo su cabello, camino a su cuarto de nuevo.
Entro y camino directo al tocador que tenía, que la verdad no era tan útil, pero ahí guardaba cosillas secretas. Entre esas cosas, tomo un bote dónde tenía broches, con una forma de Cereza; Tsuna sabía que forma tenían, pero aún así lo tomo y lo uso, porque Nagi se los regalo.
Su mechón más largo del fleco, lo tomo y lo abrochó, atorandolo sobre su cabeza, dejándole libre la frente, para que su cabello no entre a la sopa y se arruine mientras la toma.
Volvió al comedor, con dicho mechón agarrado y de nuevo se sentó. Esta vez, la niebla estaba más despierta y pudo ver a su jefe en esas fachas, sin saber que él estaba en las mismas, sonrió burlesco.
Pero entre los reunidos, también vieron los ojos cerrados del castaño, obvio que lo estarían, porque es ciego y no los ocupa en este preciso momento, pero pocas veces lo ven así de expuesto, asi que se sorprenden.
El castaño puede continuar tranquilo el desayuno, sorbiendo la sopa y degustandola, mientras ojos ambarinos lo ven y lo analizan. Yamamoto siempre se pregunto, porque después de sufrir dicho accidente que lo dejo ciego, porque no se propuso a hacer una cirugía para repararlos, si es que había posibilidad, así su jefe, su amigo, no tenia que sufrir tantos murmullos a sus espaldas, acerca de su condición.
—Tsuna-nii, te queda bien el broche—rie el rayo, haciendo la observación.
—Gracias Lambo, fue Chrome quien me los dio, quizas pueda darte unos a ti. Para tu flequillo también—
—¡Seguro! Chrome-nee, me gustaría uno de uvas—dice y la chica ríe.
—De acuerdo—responde animada la niebla.
—Oye Tsuna, ¿Has considerado operarte los ojos?—
—¡Oí, friki del béisbol, No... !
La buena atmósfera se enfría rápidamente, por la pregunta tan directa y repentina, que hizo Takeshi en el momento que Tsuna se disponía a tomar un bocado, pero se detuvo a la mitad de la acción y dejó caer su cuchara, un poco ruidosa por la vajilla de cristal.
—¿Que quieres decir?—pregunta entre nervioso y enojado.—¿Tratas de decir, que sería más útil viendo?
—¡No Tsuna! ¡Jamás he dicho eso! No te pregunté con esa intención, yo...—
—¿Entonces con que intenciones? ¿¡Q-quieres saber si soy genuinamente ciego?!—
—¡Tsuna, cálmate!—grita el Hitman, parando por completo la conversación.
Se escucha un leve murmullo avergonzado, de parte de Yamamoto.
—Solo pregunté por curiosidad—
Los demás, estaban quietos y atentos a lo que pasaría después, mientras miraban de soslayo al moreno temblando de sus manos. Mukuro a estas alturas, ya estaba completamente despierto y al tanto de su apareciencia, pero ahora mismo, le preocupaba más esa sobre reacción de su jefe.
—¿Tsuna, que pasa?—pregunta su tutor, al otro extremo de la mesa frente al moreno.
—Nada, estoy bien—el moreno suspiro cansado y se puso de pie sobre su lugar, para luego salir del comedor.
—No, no creo que lo estes—responde el azabache en un tono desafiante.
Reborn ya conocía a Tsuna y sus habitos a la hora de responder o de comportarse, después de todo, fue el que lo educó y lo saco de su triste destino luego de quedar ciego. Era su padre prácticamente y su actitud, en ese mañana, había sido por qué algo seguramente soño o algo que estuvo pensando y se quedó en su mente como parasito.
Aún si ya era joven y tenía 21 años, además que habían pasado algunos años de que fue aquel viaje al futuro, las cosas deberían ir en calma, pero no siempre se era perfecto.
Los guardianes miraban de un lado a otro, la mini tensión entre padre e hijo, de ese momento. Intercalando miradas preocupadas y algunas culpables.
—¿Porque no nos cuentas?
—¿Contar que?—sonaba nervioso el moreno.
—Lo que soñaste—finalmente dice y ve como el cuerpo del castaño se tensa.
No fue una buena mañana para él, pero se obligó a sonreír para dar los buenos días y mantener todos contentos. Por su condición, todos saben que es difícil para su jefe, mantenerse tranquilo cuando ha tenido una pesadilla y, sobre todo, una donde se ve implicada su condición de ciego. Por eso mismo, aquella pregunta de Takeshi, lo había alertado más de lo normal.
—Yo no...No es...eso—responde titubente y se muerde la mejilla por dentro—D-de todas formas, lo siento Takeshi, se que no fue tu intención...—despues dio un paso fuera de la silla, para caminar fuera del comedor.
Un chirrido hirritante y fuerte, detuvo al moreno y lo hizo voltear enfadado, cubriéndose los oídos. Reborn había arrastrado el tenedor, sobre el plato de cristal, haciendo un ruido agudo, llegando hasta los oídos sencibles del moreno.
—¡Reborn, que te sucede! ¡Sabes que soy muy sensible a ese ruido!—gruñe el joven y sus ojos se ven abiertos.
—Pues quedate, es una orden—
—No—niega y desvía la cabeza, para no mirar a nadie en la mesa.
—Judaime...Podemos ayudar—dice suplicante su tormenta, al momento de querer alcanzar su brazo. El castaño reacciona y se aparta.
—Tsuna...Hijo—dice el Hitman con mas dulsura y camina hacia el joven de castaños cabello, aún en pie y enfurruñado.
El tacón se escucha y se detiene al estar frente a frente. Y sin decir nada, solo acercó la cabeza de su hijo a su pecho y lo abrazo, para ver si él podía encontrar consolación y al menos, decir resumidamente que es lo que tenía.
—N-no es nada...No es que desconfíe de nadie o que crea en las pesadillas que tengo...solo que me molesta soñar con algo que me quita mi paz con mi familia—admite Tsuna en los brazos del azabache y toda su familia puede escucharla—Yo solo quiero que permanezcamos como estamos ahora. Solo a veces sueño con poder verlos, sus colores, su rostro y cada facción de él, pero no es tan importante, porque me basta saber con su fragancia quienes y como son.
Lágrimas cristalinas habían escapado de sus orbes, manchando un poco el traje de Reborn, pero poco le importa y siguió abrazando a su hijo.
—Lo entendemos Tsuna ¡No te preocupes al extremo!
—No nos enojamos, Boss—
—Tsuna nii siempre será bienvenido—
Sus Guardianes lo alentaron y otros sonrieron, ahora sabían lo que le atormentaba y lo que todavía le faltaba por superar. Pero así eran todos, tenían altos y bajos, solo se necesita de que toda la familia este, para levantarlo de nuevo
[ ❁ ]
Los meses avanzaron, los jóvenes dentro de la mansión, comenzaron a acostumbrarse a vivir juntos y gracias a la organización del día, que Chrome se dedicó a hacer, cada mañana todos se levantaban a una hora acordada y desayunaban a una hora acordada; sin quejas, tenía un pequeño programa de actividades por hacer y claro, todo de acuerdo a lo que cada uno se dedicaba.
Por ejemplo Riohey, Mukuro y Hibari, ya habían terminado de estudiar, así que eran los que Reborn escogía para hacer algunas misiones. Mientras que los demás que aún estudiaban, como Gokudera, Yamamoto,Nagi y Lambo se levantaban temprano para ir a clases desde temprano y por la tarde hacían sus deberes y luego, unas lecciones de etiqueta por parte de Reborn o Dino.
En caso de que el asesino estuviera ocupado, enseñando al castaño, las clases las daba Dino.
Tsuna estudiaba en casa, pero el ya había terminado de estudiar, antes que sus amigos, puesto que Reborn lo instruyó muy bien, desde preparatoria ya le enseñaba cosas de universidad, llevándolo así que estuviera muy avanzado en conocimientos. Eso y que en la mansión se sentía más tranquilo estudiando todo sobre Vongola y dónde le podían facilitar todo para leer el braille. Fue a una escuela normal hasta bachillerato, cabe decir.
Entonces, la graduación de los guardianes se acercaba, pero antes de ello, se acercaba algo mucho más importante: el cumpleaños de su jefe.
Tras los años que pasaron juntos, conociendo las habilidades y alcances de su ciego jefe, sabían que nada le era imposible de ver. Gracias a su habilidad de ecolocalizacion, sabía si había algo dentro de una caja, incluso lo que se escondia en el clóset, también lo adivinaba y, por supuesto, también veía pasadizos y puertas secretas. Sumándole que también tenía una audición increíblemente sensible, podía escuchar los murmullos de una persona a unos metros de distancia. De esa manera, era más probable que adivinara sus regalos, incluso antes de abrirlos, por lo tanto haciendo que la misión de "fiesta sorpresa" fuera un fracaso incluso antes de intentarlo.
Entonces los chicos tenían que planear y decir las cosas sobre dicha sorpresa, en lugares donde Tsuna no estuviera presente. Cómo hablarlo en el campo o en otra mansión, asegurándose de que el moreno no puede escuchar a kilómetros lo que dicen.
—Ahora lo siguente es complicado...¿Que puede interesarle a Tsuna?—dice cierta lluvia, claramente pensativo sobre su jefe.
Saben que su jefe es ciego y le presta poco interés a las cosas que, por obviedad ya no puede ver, solo oler.
Algo como un suéter o alguna joyería, quizás, pero no podrá apreciar su verdadero valor.
Entonces despues de hablarlo mucho, se decidieron por algo que el castaño, realmente no conocía y apreciaría.
—Hare una imagen mental de nosotros, para que Tsunayoshi pueda vernos—
—¿Eso es realmente posible? —pregunta la lluvia curioso.
—¡No vayas a hacer nada raro, estúpida piña!—semiregaña la joven mano derecha.
—Kufufufu y yo te aconsejo que confíes más en mi, cabeza de pulpo—responde el de ojos heterocromaticos, apunto de iniciar una riña.
—Es posible—la suave voz de la única mujer del lugar, hace detener el conflicto y todos la miran.
Incluso el padre adoptivo de Tsuna, se encuentra realmente curioso si, los usuarios de niebla, pudieran hacer una proyección de figuras sólidas y a color, en la mente de Tsuna.
—Dado que Boss, no nació ciego, si no que fue por un accidente, conoce los colores y formas.—comienza a explicar la chica, esperando un poco de apoyo de Mukuro.
—Tsunayoshi no puede vernos físicamente, pero si hacemos una especie de ilusión dentro de su mente, de nosotros mismos, él podrá vernos.—explica el peli-azul, tratando de que incluso Ryohei pudiera entender—Lo que sucedio cuando luche contra él, fue meterme en sus recuerdos y hacer que él los viera y repitiera lo que sucedió. Algo así puedo hacer.
—¡Entonces si vas a lastimarlo, maldito!—
—¡Mukuro-sama no planea eso!—grita la chica, pero es inútil.
—Gokudera, escucha hasta el final. No saques conclusiones—dice Reborn deteniendo el conflicto con su aura asesina—Esto nos está tomando tiempo y Tsuna es muy intuitivo. Ya saben.
Toda la familia trago en seco, nerviosos, recordando cuántas veces fueron atrapados tratando de hacer algo a "escondidas" de él.
—No dañare a Tsunayoshi, si eso se preguntan. Usaré sus recuerdos a favor, antes de que perdiera la vista. Los colores debe recordarlos, así nosotros podremos aparecer en su mente, como imágenes reales—
—No nos verá solo como formas o líneas blancas y negras. Boss podrá ver a detalle nuestros rostros y el color—termina alegre la chica. Animando así a los demás, a qué rectificaran que esto no iba a dañar en ningún modo a su amado jefe.
Así que con dicho plan, ahora tenían que volver a su respectiva mansion, actualmente estaban en la sala de la mansión de los Bovino, con permiso de la familia para estar ahí, claro. Ahora que si no volvían, efectivamente Tsuna comenzarán sospechar de la repentina desaparición de todos, incluso de su mano derecha que siempre estaba ahí para alcanzarle documentos o libros de la estantería que no podía leer.
[ ❁ ]
Finalmente el día esperado llegó.
El moreno al despertar, sintió una atmósfera diferente en su familia a pesar de que todos hacían su usual rutina de la mañana. Hibari, Takeshi y Ryohei corriendo. Gokudera ordenando su oficina que no hubiera estorbos. Lambo y Chrome desayunando y Reborn iba por su cuarta taza de café. Era otro fin de semana, lo sabía solo con esos hábitos de su familia y por qué su cuerpo tenía un reloj biológico que lo levantaba a determinada hora los fines de semana.
Seguía sin tener orientación respecto a los días que pasaban o los meses, solo con saber que ya había pasado 5 días de trabajar y luego seguían dos de descanso, le bastaba.
Claro que, eso no evitaba que recordara los cumpleaños de su familia, recordaba el día y el mes que caían, pero la diferencia era que no sabía cuánto falta hasta que su padre le dijera con anticipación. Por lo tanto, tampoco sabía que tan cerca estaba su cumpleaños, que era hoy exactamente.
Se levantó con normalidad, vistiendose con ropa cómoda e informal, porque hoy no harían nada importante como reuniones. Bajo al desayuno donde ya estaban todos esperándolo y se sintió un poco avergonzado por ser el último.
En la tarde, sería toda la sorpresa, pues no solo Mukuro sería capaz de mostrar a los guardianes, si no también a las demás familias. Cómo Cavallone, Varia, incluso Milfiore y hasta su abuelito Nono.
También, recientemente habían hecho una alianza con una familia llamada Simon, el jefe de dicha mafia se llevó muy bien con Tsuna de inmediato, así que también sería bueno que pudiera verlos.
Después de esa euforia que inicio en los guardianes, habían olvidado por completo que, quizás, después de hacerle dicho regalo al moreno, ocurran dos consecuencias. La primera, que el castaño se deprima más por no poder ver y la segunda, que se enoje, por traer de vuelta el tema de poder ver como antes.
Sin embargo, tenían el seguro de su papá, Reborn, comentándoles que seguramente apreciaría el presente y aunque pueda llevar a deprimirlo, seguramente entre todos podrán levantarlo.
Ahora que la tarde llegó y la Intuición de Tsuna no dejo de sonar alarmante e incómoda, quería preguntar que sucedía y porque todos actuaban... extrañamente cordinados. Pero ya cuando quería hacerlo, los chicos no estaban presentes. El peli-plata había salido por un pequeño mandado. Chrome y Lambo salieron de compras, algo común, pero no tan común para este día. Riohey no pudo disimular más y en vez de soltar la sorpresa, prefirió huir a hacer ejercicio. Yamamoto fue el que estaba disponible, pero le respondió que todo estaba en orden y que no había nada inusual.
¡Si dices que no hay nada inusual, es obvio que lo hay!—Penso alarmado el moreno.
En conclusión todos desaparecieron y no le dieron las respuestas que quería.
Luego, Reborn lo llamo y le dijo que visitarian la mansión de Dino, para una pequeña reunión, excusando que como líder debería frecuentar visitas a sus aliados. El moreno no se trago esa mentira, pero acepto, no tenia nada que hacer.
Su familia ya estaba ahí, junto con las demás familias aliadas. Hoy Tsuna, su amigo, su ejemplo a seguir y su mayor orgullo, cumplía 22 años y por primera vez, tendrían la oportunidad de verlo asombrarse tras la sorpresa que reciba.
Todos fueron informados de los alcances de visión de Tsuna, a travez de la ecolocalizacion, así que no trataron de ocultar nada desde que dicho castaño salió del auto, acompañado del ex Arcobaleno.
Lo único que si fue necesario, era que todos tratarán de calmar sus respiración agitada, algo normal cuando se trata de querer dar sorpresas.
—¿Una fiesta...sorpresa?— pregunta Tsunayoshi mientras avanza más.
—Si, algo así.—responde con simpleza.
—¿De quien es el cumpleaños? ¡No me digas que lo olvidé!—
—Si, lo olvidaste. Pero se trata de tu propio cumpleaños,no te aflijas—el azabache sonri y coloca una mano sobre el esponjoso cabello marrón—Entremos rápido para que puedas ver tu regalo
—Reborn...Sabes que no puedo...—
—Se lo que dije, solo entremos—
Sin dar tiempo para explicaciones, el asesino empuja al castaño y ambos abren la puerta para entrar a la mansión donde ya está todo listo. El moreno de ante mano ya puede ver una mesa larga, decoraciones y pastel sobre la mesa.
¿Muchas personas? Si los cumpleaños son importantes, pero ¿El suyo lo es tanto para que estén todas las familias reunidas? Tsuna ya no lo penso mucho y entro.
Esperando ver más líneas y siluetas, se encontró en una dimensión de niebla y bruma, pero todavía sentía sus pies firmes en el piso de la mansión a dónde han entrado. Se sintió perdido y confundido, incluso, ya que no había paredes o lugares fijos, se empezó a marear y querer vomitar.
—Saquenme de aquí...esto no...no es divertido—murmura entre aguantando sus mareos.
Pero pronto la imagen en su mente cambia. Siente que la realidad donde está, es su subconsciente, pero de alguna manera proyectado en la realidad y ahora, con esa pista, sabía de quién se trataba.
—¿Mukuro que tratas de hacer entrando otra vez en mi mente? ¿Recuerdos? —pregunta cauteloso.
—Kufufufu Tsunayoshi que poca confianza me tienes—
—¡Solo quiero saber-!
—Antes de cuestionar todo, déjame preparar correctamente la sorpresa que tenemos todos para ti—interrumpe el chico piña y vuelve a desvanecerse su voz.
Tsuna continua aún en ese dimension de niebla y a oscuras, de pronto, de la oscuridad emergen recuerdos fugases a color, cosas de su infancia, de cuando jugaba en el parque más cercano con niños de su edad, pero que luego lo pateaban...Bueno. Muchos recuerdos coloridos, recuerdos de personas, sus silueta su sus rostros finos. El moreno había olvidado que está era su antigua forma de como veía el mundo. Tenía sus ojos cerrado, pero podía sentir como si estuvieran abiertos y como nuevos; realmente no entendía que pasaba pero la sensación a nostalgia lo invadía.
De pronto gente desconocida empezó a parecer frente a él. Desconocida porque sus rostros y sus colores no los había visto, además, dentro de esa ilusión vivida de Mukuro, no podía diferenciarlos por su olor porque no podía hacerlo en esa dimensión. Así que miraba a todos sus guardianes extrañado, no los conocía en realidad, no recuerda haber conocido gente así antes de perder la vista, pero ellos le sonreía y le saludaron como si lo conociera.
—Kufufufu Tsunayoshi...Que tal tu regalo ¿Te gusta?—
Y después de escuchar esa familiar voz y risas familiares de las personas frente a él, lágrimas cristalinas caen por sus ojos miel. Su familia no sabe por qué llora y se asusta de que la sorpresa no haya sido de su agrado, pero luego escuchan una pequeña risita de parte del moreno que, los hace retroceder.
—Asi que...son ustedes. Y-yo...estoy muy feliz—dice pero las lágrimas no dejan de salir. Tsuna esta conmovido de poder verlos correctamente.
No hay líneas, no hay bruma, no hay solo una silueta de olores; hay colores, texturas, sombras en cada pliegue de ropa. Tsuna extrañaba esto y, sin embargo, no puede acostumbrarse a tal sorpresa, porque sabe que se acabará dentro de poco, pero trata de disfrutar cada segundo, grabar cada facción de su familia en su memoria. Pero de nuevo, las lágrimas le estorban.
—N-no puedo creer que pueda verlos.— dejan que el castaño continúe contemplando a cada uno.
Primero verá a su familia, a sus amigos. Después, de uno a uno, las familias aliadas también serán mostradas.
—Gokudera...Tu cabello es un lindo color plata—se acerca a tomar un mechón de dicha persona y le sonríe.—Y también tus ojos, son un verde jade muy intensos.
—Lambo, tus trajes si son de vaca. Me hubiera gustado verte de pequeño— se lanza a abrazar al adolescente, que de pronto se convierte en un niño de 5 años gracias a la ilusión y el moreno puede cargarlo entre sus brazos—Jajaja eres muy lindo
El castaño camino más y se paro frente a Hibari, él con su mirada sería de siempre, hoy simplemente le sonrió levemente. Le gustaba ver a su jefe con brillo de felicidad en sus ojos abiertos
—Tu eres...¿Mi nube?—ladea su cabeza curioso. Pero luego le sonríe también—¡Hmm! Justo como esperaba que fueras, eres muy amable y justo...Hmm y gracias por seguirme a pesar de ser un desastre de jefe.
—Nada de eso omnivoro, es un placer estar contigo como guardián—
Luego el Oji-miel camino para acercarse al chico que tenía una espada en mano, pensando que, quizás así, Tsuna lo reconocería más rápido.
—Yamamoto, tus ojos son color avellana, son muy bonitos—admira el rostro fino de su guardián y sigue admirado sus facciones.
Pero sabe que no puede detenerse mucho tiempo por todos, ya que todos son importantes y a todos quisiera verlos por años, pero sabe que solo tiene poco minutos para grabarlos y no olvidarlos.
—Oh...Chrome tu ojo—él se acercó a tocar la mejilla derecha de su niebla. Su piel terza y suave—Pero sabes...Aún así eres hermosa, una hermosa guardiana de Niebla.
La chica tímida no hace más que sonrojarse y también admirar el rostro de su jefe. Jamás se cansará de esa expresión de felicidad, que está haciendo ahora.
—Riohey-nissan, tu cabello es... inusualmente blanco, es inesperado y no lo imaginaba así, incluso tus ojos, pero me gustan—alaba el moreno, viendo al boxeador que se queda sin palabras frente a él.
Así como él. Nadie puede creer las adorables y vergonzosas descripciones que les da su jefe, cuando puede ver sus características física.
—Mukuro...Tus ojos son distintos—el castaño observo el kanji en su ojo distinto—Y supongo que gracias a eso, tienes este poder ¿Verdad? Eres muy bueno, gracias por querer ser mi niebla—agradece mientras sonríe, provocándole un leve nerviosismo a la siempre bromista Niebla.
—kufufufufu Tsunayoshi,solo hago mi trabajo, este era tu regalo—
—Gracias por eso—
Luego Tsuna camina a la última persona, quién a pesar de ser una ilusión, ese aroma a Café sigue impregnado en el azabache y su aura es tan fuerte que no puede confundirse.
Puede ver por fin a Reborn, al hombre que lo adopto y le dio una razón de Vivir, de lavantarse y de luchar; le consiguió una nueva familia y le enseño a amarse como es, a tener más Confianza en si mismo. Con cabello y ojos negros como la noche, portado su clásico sombrero de fieltro, admiro al fin a su padre.
Él sonreía, no tenia palabras para describirlo; si bien todos lo sorprendieron con sus apariencias reales, para Reborn no tenia palabras que decirle. Además, lo que dijera, obviamente haría al Hitman más orgulloso y narcisista.
Pero Reborn espero por mucho tiempo, para saber que diría o que observaciones haría de él, pero nada salió de su boca.
—Nunca mentiste acerca de tu buena apariencia—dice por fin, soltando una risa del Hitman.
—Feliz cumpleaños, Dame-Tsuna—
—Papá sabes que ya no debes llamarme asi—Dice en un puchero
—No puedes evitarlo—el azabache revuelve los cabellos caramelo, avergonzando al joven de ahora 22 años—Ahora espera, que todavía hay más que tienes que ver.
Y así fue, uno a uno, la niebla fue haciendo acto de aparición de los demás amigos y aliados de castaño; desde Dino hasta Enma, su más reciente mejor amigo. Su abuelito, su primo Xanxus y su escuadrón y los demás Arcobalenos también estaban ahí. Tsuna pudo verlos, admirarlos y grabar cada color en lo más profundo de su memoria, para que nada se escapara.
Soltó risas, tuvo muchas sorpresas y fue feliz en esos cortos minutos de poder ver todo, como si no fuera ciego. Pero claro, que todo tiene que terminar en un momento y esto, específicamente no podía perdurar.
No porque fueran malos y no pudieran mostrarle debes en cuando esa ilusión a Tsuna, si no que, el castaño con los años ya acostumbrado a su ceguera, ya había creado un estilo propio de como reconocer a los demás, así que las imágenes coloridas no hacian falta. Solo como recordatorio de que asi lucían.
Y él insistió bastante, en que lo dejarán así, que no lo lastimaron al mostrar la ilusión o que lo hicieron sentir triste, al contrario, fue muy feliz. Y si él fue feliz, toda su familia fue feliz.
El cumpleaños de Tsunayoshi concluyó, con todos avergonzados, absolutamente nadie se salvó de los buenos y lindo comentarios que Tsuna lanzo a diestra y siniestra sobre sus rasgos físicos.
Más de uno quiso lanzarse a abrazar a su hijo. Pero ningun pervertido podría tocarlo,mientras él estuveira ahí.
¿Escuchaste eso, Byakuran?
Bien, hice lo mejor que pude, para tratar de describir a los chicos.
Si bien, este es un especial de cumpleaños después de mucho tiempo terminada está historia, nunca está demás darle un extra.
Dado que está historia la planee sin extras, para que fueran 16 partes exactas, ahora que hay 17, muy probablemente subiré un extra más en un futuro próximo.
Gracias por leer y darle mucho amor a esta historia, estoy inmensamente agradecida ♡♡
Atte: H a r u h i
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