Dos días habían pasado desde el encuentro con Sheker, dos días que se convertían en una agonía para Azat. Quería regresar y llevarse a su mujer. presentía que había sido una mala idea querer aquel bar, hasta creía que estaba malditamente con suerte, por segunda vez se había encontrado a Sheker trabajando en el mismo lugar.

Observó como el joven frente a el lloraba pidiendo misericordia.

¿Misericordia? Aquella palabra no se la habían presentado, misericordia podía pedir su hijo si hubiera sabido hablar, misericordia pedía Sheker con su dolor.

—Por favor, ya basta —suplico entre lágrimas, su rostro pálido con sangre era una obra de arte para Azat. —No hice nada...

—Acercarte a mi mujer es meterte en problemas, tocarla es mucho peor—alego, dándole la espalda mientras jugaba con su cuchillo de plata, observando cada pequeño detalle de este.

—No...no sé quién es tu mujer, juro que no me acerque a nadie, por favor...

La habitación oscura con una lampara arriba de Carter se meneaba de un lado al otro, Azat en un rápido movimiento volteo y clavo el cuchillo en su pierna izquierda, bajándolo hasta por encima de su rodilla, Carter largo un grito desgarrador, su rostro pálido paso a ser de color rojo al ver los borbotones de sangre que salían de su pierna, no podía aguantar tanto sufrimiento. El sicario paso su mano manchada en sangre por su mejilla, dejando rastros de sangre y sonrió con malicia.

—Sheker es mi mujer y es intocable, esto solo es el comienzo, aun no estoy satisfecho —susurro, retirando el cuchillo de su pierna, Carter comenzó a mover la cabeza de un lado al otro, llorando.

—Sheker—repitió antes de desmayarse.

Azat solo lo observo en silencio, antes de enredar una cuerda en el cuello del moribundo y retirar las de su mano y pies. Tenia planes y eran claros lo que él quería hacer. Era solo el comienzo, había fallado a su reina y debía reconstruir su castillo, uno donde no se arrepentiría de regresar.

No podían entenderlo, nadie lo hacía. Sheker había sido la mujer valiente en enfrentarlo, la misma que una vez lo apunto con un arma y a los minutos entregando su cuerpo a la hoguera de la pasión que el sicario le ofrecía.

Una Stripper dance eso era Sheker, una palabra desagradable cada vez que lo recordaba, la mujer merecía mas que eso. Y solo él podía ser el hombre en su historia. No había lugar para otro mas que solo fueran niños de ellos.

Llamó a uno de sus trabajadores y señalo a Carter.

—Llévatelo, quiero que lo cuelgues en un lugar que todos lo vean. Es una señal que no deben meterse con Azat Asinov. —Demando, saliendo de la habitación y subiendo por las escaleras poco iluminadas del sótano de la mansión estilo victoriano.

Su cuerpo aun ardía de la reconocida furia que cargaba, había sido poco, deseaba hacerlo sufrir hasta ver que su vida se acaba por sus manos.

—¿Dónde estabas, Azat? —cuestiono Alman, envuelta solo en una bata mientras estaba sentada en el sofá color beige.

—No es de tu interés. ¿Qué haces aquí? —el sicario se retiro su ropa, quedando solo en sus calzoncillos negros. Alman lo observo de pies a cabeza mientras tiraba su cabeza hacia atrás y ponía una cara de placer. Azat comprendió porque estaba allí, así que camino hasta ella y en silencio bajo su ropa interior, mostrando su miembro semi erecto.

—Eres una maldita zorra, Alman—hablo, llevando su cabeza hasta su miembro, los labios de la fémina envolvieron su miembro y comenzó a mover su cabeza de atrás hacia adelante, mientras que con una mano jugaba con sus testículos. Azat tiro la cabeza hacia atrás y apretó su mandíbula en una clara muestra de placer, no le importaba tener la sangre seca de Carter en su cabello y mejilla, eso lo excitaba aun mas al estar envuelto de sangre. Los deseos carnales eran para ser complacidos con prostitutas que ofrecían su culo pro dinero, hacer el amor era para mujeres fuertes que mostraban la diferencia y sus sentimientos correspondidos, pero allí solo tenía a una mujer viciosa por sexo y queriendo obtener algo más de él, algo que nadie más que Sheker podía tener en su poder y destrozarlo si ella lo quisiera.

Tomo ambos lados de la cabeza de la mujer y sin tener compasión por su boca, comenzó a envestirla de una manera que podía comparar su vagina. De los ojos de la fémina comenzaron a lagrimear, sus pulmones gritaban por algo de oxígeno, estaba al borde de la desesperación y excitación.

—Esto te gusta, ¿Verdad? —pregunto entre jadeo al descargar su semen en su boca y ver como de sus comisuras se escapaba el espeso liquido blanquecino. Retiró su miembro de su boca y camino hacia el cuarto de baño, Alman trago el semen de su amante, sin querer desperdiciar nada, paso el dedo índice por su barbilla y lo chupo. Su vista estaba clavada en la puerta que Azat se adentró. Estaba de mal humor, lo sabía.

Con dificultad se levanto del sillón y gimió al sentir las pequeñas bolas chinas chocar. Había llegado allí con un propósito y solo había obtenido semen en su boca, mientras que su mente y vagina lo quería en otro lado de su cuerpo.

Desato la cuerda de su bata y desnuda se adentro al cuarto de baño donde Azat con los ojos cerrados y una mano envuelta en su miembro erecto gomia bajo.

—Puede ser mi mano la que haga el trabajo—rompió el silencio, Alman, captando la atención del sicario bajo la ducha. Este bajo su mano y quedo observándola.

—Te tardaste en llegar. —Reprocho, observando el cuerpo desnudo de la mujer.

(...)

Los ojos de Sheker se cristalizaron al ver con horror el cuerpo sin vida de Carter, su cuerpo temblaba, nuevamente sentía como su alma se escapaba de ella, trato de respirar aun con el nudo que estaba en su pecho y garganta. Las palabras no salían de ella, se negaba a que sucediera.

Después de minutos de agonía, su grito desgarrador salió de su garganta, presentía que sus cuerdas vocales podían fallar al gritar fuerte, aun temblando de miedo, empujo a todas las personas que rodeaban el cuerpo sin vida y se agacho a su lado, sosteniéndolo contra su pecho.

—Carter—susurro, no entendía la razón por la que su cuerpo se sentía sin vida al verlo allí, sería el recuerdo doloroso de dos noches juntos en su trabajo, de recordar a su madre y hermano sin vida, o aún más; recordar a Serik—. No es posible....

Observó su cuerpo bañado en sangre hasta dar con su pierna, ene se momento supo el autor de su muerte, Carter había muerto a causa de la perdida de sangre, su cuerpo estaba pálido y frio.

—¡Aléjense todos! —bramo un policía llegando al lugar y alejando hacia atrás a los ciudadanos —. Señora tiene que dejar el cuerpo.

Levanto la mirada y observo el mismo vehículo negro que reconocía en frente a ella, sabía que detrás del vidrio polarizado el conductor la observaba, y no entendía porque debía ser de esa forma, porque se estaba encargando de el mismo causarle daño. No le bastaba la muerte de Serik.

—Azat —sus labios involuntarios lo llamaron, decepcionada por el hombre que amaba. El vehículo lentamente desapareció de la vista de la fémina. Dejándola con el vacío que nuevamente se formaba en su pecho el mismo que Azat se encargaba de formar y destruir todo a su paso por sus celos enfermizos.