12
La pareja luego de recibir halagos por parte de todos los invitados, Mirko y Sheker fueron a la habitación de hotel. En cuanto cerraron la puerta, Mirko camino hacia tras de ella y con suavidad comenzó a desprender los botones del vestido, con una lentitud que podía sentir como el cuerpo de Sheker se preparaba en cada caricia.
—Tu piel es tan suave que siento que toco porcelana—alago, bajando los tirantes del vestido y que este cayera en una sola cascada, el empresario observó el cuerpo de su esposa, si creía que se había casado con un ser angelical, estaba equivocado, nadie le había dicho que bajo un vestido blanco traería ropa sensual roja, el color le favorecía a su piel pálido y hermosa, toda la prenda se ajustaba a su pequeño cuerpo.
La fémina volteo, con ambas manos la subió hasta su pecho y lo empujo con suavidad hasta la cama, quedando este sentado y ella parada.
—Me gustaría darle un baile a mi esposo—musito, agachándose y capturar sus labios con los de ella, Mirko poso una de sus manos en su muslo desnudo y lo apretó, mientras que Sheker tiraba de las cortas hebras de su esposo. A la fuerza se separo de el —. Aun no, querido, aun no.
Sheker se separó de él y fue hasta el pequeño electrodoméstico, colocando música, se centro frente al hombre que comenzó a desbrochar su camisa y tirarla a un costado de la cama. En cuanto el sonido inundo la habitación, la esposa comenzó a contornear su cadera a un ritmo sensual, un ritmo árabe que ella misma le daba el toque erótico, al momento que desprendía sus ligas y las retiraba lentamente. El miembro de Mirko comenzó a crecer bajo su pantalón, con una mano se comenzó a masturbar, sus pensamientos solo iban en querer follarse a su reciente y joven esposa, ensalivar su coño y darle toda la noche sin piedad, dejar marcas en su linda piel, después de todo, estar casado no se tornaba nada mal, o mas bien su esposa era quien completaba toda la longitud de un matrimonio exitosamente sexual.
—Ven aquí—ordeno, bajándose el pantalón junto a su bóxer hasta las rodillas. Como una mujer sedienta del tacto masculino, obedientemente se acerco hasta el—. Tendremos toda la noche para juegos, muñeca, ahora solo deseo enterrarme en lo mas profundo de ti.
—Entonces ¿Qué esperas? —murmuró sensual, cerca de sus labios —. Quiero que esta noche mi marido me complazca en todos los sentidos, quiero ser la responsable de consumir todo en ti y que solo pienses y tengas ojos para mí, acaso ¿Estás dispuesto a darme todo eso?
Mirko quedo en silencio, observo sus negros ojos que eran uno del millón, pero que la hacia ver sensual, su lacia cabellera negra azabache y maquillaje, todo en ella le gustaba, era suya, su esposa, la mujer que eligió sobre todas las demás ¿Qué más podía pedir? En un tiempo creía que estar casado interrumpiría su apetito sensual y controlador en la cama, practicar todas las poses del Kama Sutra, ¡Que equivocado estaba! Su esposa llenaba todas las expectativas y mucho mejores que todas las prostitutas que habían pasado por su lecho, y lo mejor, es que esta solo era de él, entonces ¿Estaba dispuesto todo por ella? Claro que sí.
—Estoy dispuesto a darte todo lo que me pidas si tengo tu cuerpo y tu voluntad a mi lado—respondió, sellando la promesa con un beso.
Sheker se separó de él y se posicionó encima de su regazo, Mirko tomo su miembro, con la necesidad de estar dentro suyo, sentir la calidez de estar dentro de su vagina, tomo de su cintura y la empujo con brusquedad hasta abajo. La fémina gimió de placer al sentirlo dentro, aun en un estado de trance, comenzó a cabalgarlo, al momento que Mirko tomaba sus pechos y se llevaba uno a la boca, succionando como un bebé por su leche.
—Eres mejor que cualquier prostituta —susurró entre dientes, mordisqueando su hombro y moviendo el también su cadera —, te tomare en donde yo quiera, porque eres mi mujer.
Sentirlo hablar de aquella forma la calentaba aún más, no había experimentado escuchar palabras obscenas en el coito, y que su esposo temporal las dijera, la encendía a mas no poder.
—¡Si! —gimió en lo alto al llegar a su orgasmo, su vagina apretó el miembro de Mirko, contrayéndose por el placer.
El empresario al ver que ella había llegado a su orgasmo, se separo de esta y le ordeno colocarse en cuatro patas sobre la cama, Sheker sin rechinar lo hizo, levanto su cola y sus pechos tocaron el suave edredón.
Gimoteo en cuanto sintió el miembro ingresar a ella, Mirko no tenia delicadeza en penetrarla, lo hacia sin importarle si le dolía o desgarraba, pensaba en su propio placer, su mente se encontraba nublada de tanta sensualidad que emanaba aquellas cuatro paredes, el ruido de ambas pieles chocar era música para sus oídos, acarició la blanca cola que no tardo en ponerse colorada una de estas al chocar su palma un par de veces y dejarla con su marca.
Su respiración era agitada, deseaba aguantar más, pero la tarea le resulto difícil y eyaculo dentro de ella, de inmediato retiro su miembro y comenzó a masturbarse, dejando caer las ultimas gotas en su cola, vio como la vagina despedía todo su semen por las piernas de esta.
—Eres espectacular —dijo, dejándose caer a su lado y abrazándola.
—No más que tú, cariño. —Alego ronca.
—Ahora podemos decidir donde quieres ir para nuestra noche de bodas. Quiero llevarte por todo el mundo. Luego debo encabezar la empresa—informo en tono serio y cansado.
Sheker con una sonrisa, se subió arriba de este y hablo.
—Quiero ir a Kazajistán.
—¿Por qué allí? Podríamos ir a Italia, tú eres de allí y podrías mostrarme el lugar, Paris, otro lugar...
La fémina coloco un dedo sobre sus labios, callándolo.
—Kazajistán es un lugar esplendido, lo amaras, tiene tantas cosas hermosas que no podrás olvidar, será un viaje eterno, y yo estaré contigo—demostró, cuando en verdad ella le decía en doble sentido, tenia planeado todo y no demoraría en nada.
—Eso es lo mejor, que estaré contigo —respondió, colocando ambas palmas en sus nalgas y acariciándolas con suavidad.
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