Capitulo 15: Amalgama
Hola saludos, bueno, lamento mucho haberles debido el capitulo de la semana pasada, lo cierto es que estaba enferma, tenía gripa y dolor de garganta y hueva extrema y poca inspiración o eso creo. Escribí fragmentos, luego lo edite, lo acomode, entonces lo iba a subir, luego me dio pereza, luego no lo hice y lo modifique, luego le aumente en fin.
Sé que ustedes esperaban ya la limonada en este capitulo, pero sería una pena que alguien...No hubiera escrito aun eso...
Es que vamos no puede ser todo un mete y saca al fundamento de Tony ,sin fundamentos.
DEBÍA HABER ROMANCE, Y DRAMA, Y POESÍA
Debían haber emociones y comedia, nunca pierdo de vista la comedia, cuando es inesperada. ESO SI TAMPOCO SOY WATITI PASANDOME DE LANZA CON LA COMEDIA Y LANZANDO VÓMITOS DE UNICORNIOS.
Y debía haber erotismo por que no escribo porno, no señor si usted busca porno, doble la esquina y vaya a su puesto de revistas a buscar su hentai.
Bueno ahora sí el capitulo, con mucho, pero mucho amor y que espero que lo disfruten tanto como la imagen del cap, y es que eso si que es un culo señores.
Ups, creo que sigo febril, mis globulitos blancos y mis celulitas tdh4 siguen peliando n.n
Ahora sí.
Amalgama.
Dolor, agonía, desesperación. Eso era lo que sentía en esos momentos. Su cuerpo siendo en ese instante su peor enemigo. Y le miraba con suplica y añoranza a la vez, con el horror dibujado en su mirada. Querría ir por él, tumbarlo en el helado manto de nieve y poseerlo sin control, con total desenfreno, dejar al instinto y la necesidad abrirse paso y engullirlo de un solo bocado. Pero no, su mente aun le hacía quedarse quieto, estático en su punto fijo. Jadeando con fuerza y salivando a la par, sus colmillos clavándose con fuerza en sus carnosos labios. Detenido, quieto, casi inerte, pero sintiendo miles de sacudidas dolorosas por todo el cuerpo. El hombre y el lobo peleando a la par, el miedo, el temor a lastimar a lo que más amaba, y la necesidad de tomar lo que sabía suyo y necesitaba para calmar el dolor de sus ijares.
El fuego le recorría por todo el cuerpo, candente lava en vez de sangre. Sus células se sentían al borde, a punto de explotar ante tanta presión y su corazón latía desbocado. De pronto sintió que le faltaba el aire, no era capaz de respirar de forma correcta, su mente se iba perdiendo eslabón a eslabón y es que, en parte, el hombre, Stephen, era ya más instintivo que mental, era más funcional de esa forma, pero su instinto también era proteger a Tony, como en ese momento, su instinto era tomar a Tony.
Maldito necio, terco, estúpido, caprichoso, irresponsable....
¡Y joder como lo amaba!
Por qué entendía que Tony, estaba allí por él, que estaba allí para ayudarlo, para calmarlo, entregándose todo, porque así era él, noble, amable, dulce, gentil, tierno. No entendía por qué el mundo lo juzgaba como un egoísta. Era todo lo contrario. Ojalá y fuese un egoísta, estaría a salvo, a salvo de él, quien se había jurado no lastimarlo, pero en ese momento...
El castaño caminaba hacia él acercándose, y él seguía inmerso en esa estática queriendo así protegerlo, pero de que le serviría quedarse así quieto, forzándose a sí mismo a no moverse para no atacarle, si el pequeño iba por su propio pie a su destrucción.
Le había pedido que se alejara, pero el genio le hizo caso omiso y con una sonrisa tierna y los brazos extendidos se acercaban a él. No pudo moverse, se dijo que entonces lo mejor sería huir de él, correr tan rápido como pudiera para poner distancia entre ambos, pero su cuerpo no lo permitió. Su lobo a sabiendas que se acercaba su jugoso filete, esta vez se plantó con fuerza en el suelo y él sólo pudo ver llegar a su amado a su destino. Tony, su Tony, sonrisa tierna y aroma de ensueño. Mezcla de café caliente con un toque de canela, almendra y miel, no, rema irlandesa. Delicioso, lo necesitaba, quería verlo todo, quería sentir como le calentaba el alma congelada. Se dejó ir, permitió el abrazo, lo correspondió, Hundió el rostro en el cuello del menor aspirando su aroma, tomando su calidez. Y ocurrió. Lo mordió.
Sintió la sangre en la boca y el sabor le enloqueció, pero a la vez le devolvió la cordura.
Tony había notado la confusión de su novio, pudo ver y sentir su desesperación, su temor ¿por qué? Se preguntó a sí mismo, ¿por qué estaba haciendo eso? ¿Porque él hacía eso? Muchos porque se instalaron en su mente.
¿Por qué Stephen, prefirió alejarse y pasarla solo aún a pesar de su dolor? Por qué te ama. Fue la respuesta que le dio su mente.
¿Por qué él desafiando toda lógica fue en su búsqueda? Por qué le amas. Se dijo ahora.
¿Por qué si está sufriendo tanto, ahora que te ve, se queda quieto y te pide que te alejes? Por qué te ama. De nuevo se oyó en su mente.
Y ¿Por qué tú, a pesar de ver su estado, sus ojos y esos colmillos y de saber que te van a dejar en silla de ruedas por un año, si sobrevives, vas hacía él con los brazos abiertos? Por qué lo amas.
Y así era, verdad universal, de su mundo mundial, de su universo universal, de ellos dos y nada más, se amaban, ambos eran idiotas y ambos eran entregados, porque se amaban. Y sólo le restaba confiar en el amor y que eso saliera bien, porque seamos honestos. Tony no quería que le partieran el culo sin consideración, pero tampoco quería que su pareja sufriera y algo muy en su interior le dijo que así seria. Él confiaba en Stephen, confiaba en él como una vez confió en Steve, y más aún, porque mientras Steve, le oculto cosas, Stephen le conto todo, le conto sobre lo que era, sobre que le habían ordenado destruir a su familia, sobre los ataques, sobre las visitas, sobre como ajusticio a muchos para salvar a muchos, según él una petición de Tony, pero que hizo de la forma de Hydra, le conto sobre las torturas de estos hacía él, sobre sus miedos, le conto cuanto pudo contar y le dijo que quedaban cosas pendientes, pero que aún no podía decir y no por guárdalas en sí, ni por falta de confianza, si no por lo duro que era, lo difícil, lo personal, lo muy suyo y aterrador, y Tony entendió. También le dijo que había cosas que no sabía cómo contar, porque aún las estaba descubriendo, aún estaba recibiendo información de ellas, de lo que era, con ayuda de Scawfell y la máquina que guardaba en el cajón de su escritorio. Una pequeña pieza parecida aun gramófono antiguo.
Camino hacia él sonriendo, con la esperanza en el alma y los brazos, abiertos, camino hacia él hacia su encuentro
Y al final llegó a sus brazos y los sintió tensarse unos segundos para después aceptar ese abrazo y fusionarse a él. La piel de su novio estaba caliente como si tuviese fiebre. Su respiración estaba acelerada, pero se calmó al poco rato de tenerlo aferrado en ese abrazo. Sintió la nariz de Stephen contra su cuello frotándose, olfateándolo y después sintió su lengua cálida, el lametazo suave por toda la zona, era agradable, le gustaba, pero de pronto...
Tony abrió mucho los ojos al sentirlo, la mordida, si es que se le podía llamar así, sintió los colmillos clavarse profundamente en él y dolió, lagrimas escaparon de sus ojos. No podía creerlo, no podía creerse que Stephen, le estuviera lastimando en serio. Pero él se lo había advertido, neciamente fue a su encuentro, pero lo amaba, lo necesitaba, entonces...
Y Entonces se dio cuenta que el dolor había menguado, sintió las succiones del rubio, pero ya no dolía nada, por el contrario, era agradable, casi exquisito, sintió que se relajó contra su pecho mientras el alfa le saboreaba, el vampiro. Sí era casi como el cine y los libros de romance paranormal describían las mordidas de los vampiros, placenteras, tan deliciosas que la víctima se dejaba hasta caer rendida en su encanto o hasta que la última gota fuera drenada. Pero Stephen, se detuvo, dejo de morderlo y lamio con suavidad la zona una y otra vez aliviando el dolor que sintió por un breve instante cuando saco los colmillos, los suaves lametones le dejaron calmado, casí anestesiado, un breve beso se situó en aquel punto mágicamente ya cicatrizado. En efecto como un vampiro. Pensó el castaño.
Stephen se apartó un poco y miro primeramente la marca hecha en su cuello y después le miro a los ojos.
─Lo siento.
─Está bien, no dolió tanto, ok sí lo hizo, pero después se sintió rico y ya no duele ahora, imagino que así va a ser el sexo contigo.
─ ¿Mío?
Pregunto suavemente Stephen, delineando con un dedo la fina marca, Tony no podía verla, pero allí había una pequeña cicatriz con la forma de una estrella. El rubio no lograba entender del todo porque había sucedido. Tony no era un omega, la marca no debía surtir efecto, pero allí estaba.
─Tuyo.
Replico Tony, entendiendo que aquella pregunta, era más bien una petición y que había mucha culpa en la voz del rubio, pero no entendía el porqué.
─Te marque sin permiso, no debí, perdón, Stephen lo siente, te marco y quedo marca, la estrella, pero no eres omega, Stephen no entiende, Tony no es omega, pero huele como uno, creo, huele a café delicioso con canela y te quedo la marca, mi marca de alfa, no debería ser, no entiendo.
─Alfa- Omega. Hum, Alfa, beta, gama, delta, épsilon...Omega. ¿Cómo en un mundo feliz?
Dijo citando una novela pionera de las distopias y ciencia ficción que había leído hace unos años.
─Tony....
─No estoy molesto contigo amor, sólo un poco confundido por lo que dices.
Tony acaricio su mejilla notando que seguía caliente, pero ahora era una tibieza cálida, ya no quemaba como antes.
─Scawfell, busca un lugar donde Stephen y yo podamos...Humm pasar el celo.
Ordeno Tony, el cual se había llevado la unidad remota de la Ia que Stephen, solía cargar siempre, pero que había olvidado sobre la mesa de la habitación.
─Estamos bastante lejos de algún lugar como el que pide señor Stark, lo más cercano es...Bueno la base antigua de Hydra.
El moreno soltó una, maldición al oír el lugar, pero ya que, ese sitio tenía una parte de sus peores recuerdos, la otra los tenía Afganistán.
─Bueno al menos hay camas. Iremos allí.
Tony tomo la mano del rubio apretándola con cariño. Este le sonrió y deslizo una sensación de paz y amor en su mente y con ella su cálida voz.
"Te amo bebe, pero debes volver a casa, ahora que me he calmado unos minutos vete, si regreso al lado instintivo, puedo hacerte daño y la base de Hydra, no será donde tengamos nuestra primera vez. Eso debe ser en nuestro hogar"
Tony se sorprendió de que pudiese oírlo en su mente.
─ ¿Dijiste algo? Es decir, te oí en mi mente, pero no has hablado y...
Esta vez Stephen, le hablo.
─Sí, Stephen envió sus pensamientos a tu mente, quería ver si podías oírlo, si podías escucharlo, si el vínculo funcionaba, como en teoría la maquina esa, me muestra que lo hace, pero Tony no es omega, no entiendo. Ahora por favor, lanza un pensamiento, no me hables, solo piénsalo trata de comunicarte mentalmente conmigo.
─Como telepatía.
El alfa asintió y Tony lo hizo, siendo como era su pensamiento fue este.
"Me vale sorbete, estas caliente y yo igual y vamos a hacerlo, ya sea en la base de Hydra, en nuestra casita y corremos a los invasores o aquí mismo sobre la fría nieve, Tu decide, pero de que te cojo, te cojo.
Stephen sonrió y de hecho se carcajeo ante eso. Estaba feliz que el vínculo estuviera entre ellos, que pudieran escucharse mentalmente, que pudieran sentirse así. Y además le dio tanta gracia lo que dijo el chico.
─Ou, ou, ou, ya veo, estabas así de valiente porque creías que eras quien iba a meterla, pues no cariño, soy un alfa, tú eres el de abajo. ¿Porque si no me preocuparía tanto por no lastimarte?
Obvio Tony, sabía que sería el de abajo, había algo instintivo que se lo decía, pero por su orgullo de macho, sin pelo en pecho, ok, poquito pelo, pero se gustaba sí, no quería parecer chango tampoco. Como fuera, por ese orgullo y por qué él también tenía con que darle, estaba terco en negociar una versatilidad, que los hiciera gozar del todo a ambos.
─Aha ¿Y tú nieve?
─Justo aquí.
Mostro el piso y al cielo Stephen, y Tony se echó a reír. Ay como lo amaba.
─Bueno señor usted parece pensar que los alfas se cogen a los omegas y ok, vale, pero resulta que no soy omega, soy Tony Stark y te follaré en el nombre de la luna. ¿Entendido?
─No, pero podría permitirlo porque te amo, pero siendo yo mismo, el alfa ante ti, el hombre en celo no. Así que huye antes de que se active de nuevo el modo instintivo o tu culo va terminar bien roto, en serio, Stephen, te pide que te retires, no quiere herirte, te desea Stephen, tanto, pero soy enorme.
─Modestia parte, señor alfa, pero como sea con más razón me quedo, me dices que es enorme y más se me antoja. Y no, no soy masoquista, solo soy goloso y me gusta lo sabroso.
Stephen le sonrió entonces y lo abrazo para llevarlo corriendo a la ex base de Hydra, a Tony le sorprendió la velocidad del alfa al correr, era fantástico, definitivamente era sobrehumana, estaba seguro de que ni el capitán, podía correr así. En cuestión de minutos, estuvieron en el lugar. Pero el rubio sólo tomo varias mantas y almohadas de las camas y las coloco sobre Tony, entonces cargo tanto con las mantas y el castaño en una nueva carrera hacia un claro del bosque, aunque el lugar estaba completamente nevado, el rubio excavo a gran velocidad y descubrió una cueva. Tony le miro asombrado.
─La encontré hace unos días.
─Oh vaya ¿estás seguro que no hay un oso o algo así dentro?
─No, y si lo hubiera tendría que hacerlo salir, créeme hasta un oso reconoce a un alfa y guarda sus distancias.
─Ok.
Ambos entraron al lugar y Stephen, acomodo las mantas y almohadas en el suelo tratando de hacer el sitio más acogedor para su Tony. Él habría preferido hacerlo con él en su pequeña cabaña, su hogar y no estando en celo, pero al menos trataría de no lastimarlo tanto y no lo harían en ese lugar que tan malos recuerdos, causaba al castaño. Trataría de que fuese hermoso para ambos. El calor estaba volviendo con fuerza, podía sentirlo, era mejor comenzar de una vez y prepararlo todo cuanto pudiera, antes de volver a perderse en el instinto, sólo tenía unos minutos, debía ser rápido y eficaz.
─Cariño, dime que al menos te trajiste mucho lubricante.
─Mucho, no, sólo tenía una botellita que compre hace poco en línea, por si acaso nosotros...No estaba seguro que pasara, es sólo un pequeño frasco, eso y unos condones, solo un paquete de cuatro, pero viéndote ahora dudo que te vengan.
─No lo van a hacer. No tengo ninguna enfermedad, si te sirve de algo, pero...
─Y tampoco puedo quedar preñado, así que no hay problema.
Bromeo el castaño, pero al ver el rostro serio y un tanto avergonzado de Stephen, abrió los ojos como platos.
─ ¿Me estas jodiendo?
─No, veras, se supone que los omegas, parejas de los alfas, sean machos o hembras, pueden procrear.
─Aha, pero yo no soy omega.
─No y no sé mucho sobre mi mundo, mi gente, solo sé que fui sacado de mi...Podemos llamarlo hábitat, de momento. Y Stephen, sólo sabe unas pocas cosas, así que no estoy seguro de nada, estos son conocimientos recientes de mi investigación. Stephen, está confundido, no eres omega, pero hueles como omega, es decir tienes un aroma particular, y además te quedo la marca, no es una dentellada, si eso piensas, donde mordí hay el dibujo de una estrella, pero no hay cicatriz en sí, es como si te hubiera tatuado una estrella, y podemos comunicarnos mentalmente, como si fueses mi omega así que...No sé si podría, si acaso... ¿Te arriesgas?
─ ¿Y si dijera que no?
─Te diría que te fueses tan rápido como pudieras, antes que no pueda controlarme y termine forzándote.
─ ¿Así de feo es lo del celo?
Stephen, asintió avergonzado. Tony le abrazo con cariño y lo beso. Sus labios se unieron en un beso apasionado, el frenesí con el que se devoraban les dejaba casi sin aire, pero no se detuvieron. Cada beso era más intenso que el otro, cada roce invadía sus sentidos con una potencia que era difícil dilucidar, si seguían o no en plena conciencia, se iban perdiendo en el éxtasis el uno con el otro. No habían sido necesarias más palabras, solo se escuchaba en la cueva el sonido producido por los besos y la fricción de aquellos cuerpos deseando más contacto. Con sumo cuidado, Stephen comenzó a desnudar a su amado, pero a medida que lo hacía el calor le invadía y le impulsaba a acelerar el ritmo, sabía que era solo cuestión de minutos que se perdiera en la inconciencia y el instinto le gobernara. Era preciso preparar cuanto antes a Tony, para evitarle el menor daño posible, pero su pequeño y terco omega. No, no era un omega, tenía que tener presente eso y ser aún más cuidadoso con él.
Con prisa le quito la ropa dejando completamente desnudo al castaño, quien tembló por el frio del lugar, a pesar de las mantas en las que se encontraban. Pero una vez el rubio se quitó la camiseta y lo aferro a su pecho el calor volvió. Se besaron nuevamente, ahora sintiéndose más cerca piel contra piel. Tony acaricio los músculos de la espalda de Stephen y a su vez este le acaricio a él. Se separaron un poco y continuaron con los besos, con mucho cuidado, Stephen fue bajando a las caderas y a las nalgas del chico prodigándole suaves caricias. El calor corporal aumentaba en ambos y el rubio le aparto un poco con la necesidad de sacarse los pantalones y la ropa interior, pues sentía que no podía tener preso su miembro ni un minuto más. Al mirarlo Tony se asustó y sudo frio del miedo.
¿En serio iba tener dentro ¡esa cosa!? Pero si era enorme. Ok ya lo sabía, lo imaginaba, pero, aun así. No, definitivamente no le vendrían los condones y eso que él se había aventurado a pedir una talla extra grande. Incluso en la imagen de la cajita estaba la imagen de un sensual y famoso patinador kazajo. Pero Stephen, tenía una cosa aún más grande que eso. Sobrehumano, definitivamente sobrehumano., casi daba miedo, pero se relamió los labios en anticipación.
─Tony...
─No va a caber...
─Sí, lo hará, pero...Dolerá un poco al principio.
─Dolerá una infinidad infinitamente, ay en que me metí, más bien ¿qué me voy a meter?
─Si estas arrepentido...Debo advertirte que cuando te anude crecerá más.
─Espera ¿Qué?
El genio mira atónito esa enorme pieza de carne, no sabía ya lo que sentía, calor y excitación, sí mucha, pero también algo de temor, si ya ese tamaño ultra grande asustaba, el que le dijera que crecería más y lo anudaría le hacía temblar. Una parte suya decía, patas pa que te quiero y levántate y corre, así como el meme, de correr, pero la otra..., La otra sólo deseaba ya estar montando esa imponente cosa.
─Nunca antes lo creí o lo hubiera pensado, pero creo que hay algo de masoquismo en mí, porque me voy a quedar.
Con cuidado se inclinó para mirar con atención aquella gran extensión de carne y deslizo un dedito por todo lo largo sintiéndola caliente y vibrante. Se detuvo en la punta, notando las diferencias, esa punta bulbosa donde se formaría el nudo.
─Dijiste que no eras virgen, Esas chicas con las que estuviste... ¿No terminaron con un desgarro o no se pusieron a preguntar por esto?
Dijo apretando aquel punto haciendo que un gruñido placentero escapara de la boca del alfa.
─Ellas no...No salieron lastimadas, pero, bueno yo no estaba en celo, por tanto, la punta era normal.
─Ya...Bueno y ¿ahora qué?
Pregunto el moreno expectante.
─Ahora comenzamos.
─Bueno...
El lemon ya para la próxima semana....
Se la creyeron we...
Bueno la neta sí allí iba a quedar, pero como les debí capitulo, pues les traigo capitulo extendido que vale por dos y ya no van a esperar. Así que continúen.
Stephen levanto su mentón para besarlo de nuevo. Un beso cálido, suave y a la par demandante, completamente absorbente y erótico, sus lenguas danzaban juntas acariciándose con suavidad sin buscar dominio únicamente convergencia entre ellas. El sabor de ambos se volvía uno solo dejándoles satisfechos. Las manos del rubio se colocaron sobre las caderas del moreno y acariciaron con suavidad para después ubicarse en aquellas redondeces carnosas, que estaban a punto de hacerlo enloquecer, palpo con cuidado y acerco un dedo a la apertura entre ellas, buscando el pequeño orifico que guardaban.
Tony gimio al sentir la caricia y como un primer dedo rozaba aquel punto de calor en él, buscando abrirlo con suavidad, con lentitud. Se sintió caliente y húmedo de pronto. Una ligera capa de sudor cubría su cuerpo, un sudor tenue, limpio, que le daba un matiz perlado como si el roció se hubiera impregnado en él. Y muy dentro de sí sentía que ardía y que había un fuego líquido en su interior y que este se desbordaba por él.
Stephen abrió la botellita de lubricante, mojo sus dedos en ella y después volvió a la zona que había estado acariciando para continuar el trabajo de dilatación.
Un dedo entro muy lento y Tony gimió por la intromisión, nunca antes había tenido nada en su interior, nada, había fantaseado y mucho desde que conoció a Steve, pero nunca concreto nada, no se atrevió a usar consigo mismo el juguete que había comprado. Se limitaba acariciarse un poco y rozar su zona, pero nunca a meterse nada, así que ahora estaba experimentando cosas nuevas y le gustaban. Pero aun así un atisbo de miedo le inundo. Si se sentía tan extraño con solo un dedo en su interior que sería tener esa enorme cosa. Tembló.
─Calma, no te hare daño amor. Stephen cuidará bien de ti.
─ ¿Por qué ahora estas tan seguro cuando antes estabas tan asustado como yo?
─Por qué Stephen sabía que amaba a Tony y que era querido, pero no sabía cuánto Tony le amaba a él, y no sabía que la genética de Tony se adapta para su alfa. Estas lubricando cariño.
─No, tú me pusiste el lubricante que traje.
─Sí...Pero ahora estas produciendo lubricante tú mismo, estas más mojado aun y el olor es diferente.
Tony se sonrojo al oír eso, pero igual le asusto. Estaba lubricando como omega, eso ayudaría con él...Pero un momento, eso también significaba que podría... Podría...
─ ¿Tony?
─Sólo continúa.
El genio temblaba, pero ya no era de miedo, si no de excitación, de deseo, de necesidad. La ola calórica se había expandido por todo su cuerpo dejando un delicioso cosquilleo ansiando más contacto y recibir, así como dar más y más. Aquello era único, especial y mágico. Y nada tenía que ver con las muchas veces que había tenido sexo antes. No era como eso y tampoco es que fuera por la cháchara romántica, había algo más, algo necesario, primitivo, natural, biológico y primordial que lo instaba a unirse de esa forma con el rubio. Los ojos de Stephen, parpadeaban de azul a rojo, de pronto sus pupilas se dilataron como las de un felino, donde el borde era de color azul, pero en el iris se reflejaba el rojizo, como la mirada de un felino en la oscuridad debido al lucidum tempetum. Era intenso, era hermoso. Animal, pasional y carnal. Los colmillos sobresalían de entre sus labios, su cuerpo se veía más imponente en todo sentido y él solo podía relamerse y dejarse hacer. Sentir, sólo sentir, presa de esa vorágine, del torbellino incandescente que se amasaba por todo su cuerpo, fueron, dos, fueron tres los dedos preparándolo, abriéndolo, fueron cuatro y el delirio expandiéndose por todo su cuerpo, recorriendo por su medula espinal, incinerando su sangre, sacudiendo cada minúsculo átomo de su cuerpo. Las células en convergencia alteradas y calcinadas en ese fuego ardiente, que a la par no quema, si no que confortaba. Ya no había pensamientos, no había cordura, la mente estaba ausente. Sólo quedaba el instinto primario, la necesidad de apareamiento, el puro acto de fusión, una amalgama entre dos seres que se compenetraban tanto hasta dejar de ser dos y ser solo uno, totalmente unidos en una aleación de carne e instinto.
No vio el momento, no supo el momento, sólo lo sintió y lo sintió tan bueno. Hubo dolor sí, fue un atisbo de este al principio, después una intrincada red eléctrica atravesándole, abriendo, quemando, avasallando. Hubo dolor sí, fuerte sí, pero fugaz, tan fugaz que por un momento lo pensó imaginado y después hubo placer. Hubo una coexistencia total, hubo una simbiosis, una entrega que iba más allá de todo lo que hubiera pensado o soñado. Ya no era consiente de nada, sólo era sentir, un sentir que iba más allá de todo. Tony estaba en el nirvana, perdido en la cuentas del infinito y Stephen, estaba atravesando galaxias y universos con él. Como si fuera una alineación planetaria, un polvo cósmico de dos estrellas en colisión. Una amalgama total de dos razas, de dos especies, de dos mundos, de dos tierras, de dos universos, de dos realidades, de dos mitades, de dos que se hacían uno y sólo uno. Y sí era hermoso y así era como debía ser.
Y así era un sueño de armonía, amor y alegría. De entrega y de intercambio.
Ambos cuerpos entrelazados, se encontraban en una total unión y el calor que se generaba entre los dos podría calentar toda aquella nevada zona. Las embestidas, se sucedían rápidas y duras necesitadas y el lugar donde eran dadas se encontraba cálido, húmedo, abierto y suave. La vaina perfecta, para aquella espada enhiesta. Sólo podían escucharse el frenético vaivén de los cuerpos al chocar, la sinfonía de los gemidos acompasados y el roce de las manos buscando la piel, de las uñas aruñando y de las bocas succionando, besando y mordiendo a la par.
No había dolor, era extraño, pero no había dolor, o ya no. Tampoco había calma o paz, de ninguna forma podría haberla. Sólo había fuego, éxtasis y frenesí.
Solo había una amalgama perfecta y una total unión.
Sólo había dos cuerpos convertidos en uno y un ritmo cambiante, danzante, alucinante. Un ritmo que describía poesía sonora y en movimiento, a cada oleada de placer y que era un canto a la naturaleza y sus inconexas formas y magisterios.
No supieron cuánto tiempo paso, no tenían idea, no lo sentían pasar y es que después de todo el tiempo no es más que una ilusión. ¿Por qué después de todo quien rige el tiempo? ¿Quién lo llamo tiempo y estableció sus patrones? No importaba, a nadie le importaba, sólo era algo que estaba y no allí a la vez, de igual forma que ellos estaban y no allí a la vez, de igual forma que ellos se compenetraban y complementaban, en esas sensaciones únicas y en esos cuerpos que solo buscaban la satisfacción.
Y entonces la cima llego, la cubre se estableció, alto, más alto que cualquier pico. Un Everett orgásmico, culminante, mágico. Y los sintió ensancharse y lo sintió crecer, sacudirse, vibrar y lo sintió tan grande, tan entero, tan profundo, tan suyo. Esa parte siendo inclemente contra él y a la par dando tanto placer. Dolor mezclado con excitación. Chispas de placer con atisbos de magia y fuego. Un ardor que quemaba y se sentía de forma incomprensible, abierto, muy abierto y a la par completo, muy completo. Esa fue la sensación. El tiempo nuevamente fue un factor sin importancia, sin definición, un término perdido en el concepto que no sabía englobarlo.
Todo se detuvo, o quizá todo se aceleró. Ya no sabía nada, había caído en un agujero de gusano que los absorbía, de la forma que sabía que su agujero absorbió aquel gran mástil, que le daba la sensación más extraña e ignota de su vida, pero no por ello mala, si no preciada, compleja, pero atesorada. Y después aquella descarga, aquella potencia que le hizo sentirse inundado, arrasado y avasallado por un caótico sentimiento o era una sensación. No sabía nada, no entendía nada, solo era quedarse allí muy quieto y yacer junto al otro cuerpo mientras los espasmos pasaban y poco a poco, muy lentamente iba regresando la cordura, las sensaciones, y los pensamientos. Donde al fin iba volviendo a ser él y a entender o más bien a no entender que era lo que había pasado. Eso era un celo. Seria, así como se sentían los animales. No sabía, no quería saber. Aquello fue extraño, único y una parte suya quería repetirlo alguna vez. La otra, la racional, no está muy segura pues yéndose la marea primitiva e instintiva, volviendo la racionalidad, el hipotálamo mando otra clase de señales, una vez yéndose el ahhh, seguía el ouhc, y vaya que ouch y doble ouh. Necesitaría silla de ruedas por...una semana, no, un mes, no, quizá un puto año. O mejor para siempre, sentía que se quedó más inválido que Rhodey, aun así solo pudo dedicarle una tierna sonrisa a su pareja, quien lo veía con los ojos azules cálidos y amorosos. Con una sonrisa suave igualmente y quien beso su frente y deslizo hacia su mente un "te amo" que lo hizo sentirse cálido y completo. En su verdadero hogar." Te amo más" respondió y antes de que le contestasen añadió" y no me contradigas que me duele el culo por tu culpa"
Una suave risa se deslizo en su mente acunándolo y arrullándolo mientras al fin se quedaba dormido.
Nos vemos la próxima semana.
Este fic se acerca a su final lectoras y lectores.
quedan.. de 4 a 5 capis, y quizá un epilogo depende de como resuelva la trama.
Espero les haya gustado nos vemos...
No olviden votar y comentar, amo leerles, y amo sus teorías locas, ya pueden empezar a imaginar como va quedar el final.
Creen que Tony salga con el domingo 7. A ver si al babosos no se le ocurre salir con lo del aborto si queda preñado.
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