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Capítulo XIX

Sabía que no debía acercarse, de violar aquella delicada "frontera", tenía que detenerse. Los ruegos de Lynn habían sido en vano, ya que el albino caminó hasta Dimitri, el joven ruso quien se hallaba llorando en silencio, con la cabeza apoyada contra sus piernas y agarrándose de las mismas, mientras que sentía toda esa carga emocional que lo iba atravesando al igual que un rayo al caer sobre una playa o campo abierto. ¿Qué podía hacer? ¿Cuál era su motivo para poder solucionar todo ese problema?.

Tenían  a Luan y James por alguna parte de la extensa Ruta 66, Alexander estaba desaparecido, Lúckacs estaba pasando por un momento bastante complicado cuando tuvo su última pelea contra Lemmy, ni siquiera Giorno y Trish podían dar cuenta de lo ocurrido. Era bastante complejo, difícil, entramado, solo esperaban a un "Milagro", algo que pudiera traer de regreso la calma y posponer todo ese revuelo vivido. 

Los pasos de Lincoln fueron deteniéndose cuando se acercó a Dimitri, las pisadas que dejó sobre la arena del Desierto Mojave eran las únicas "pruebas" de que él iba a hacerlo. Fue entonces que se detuvo y lo miró por debajo, no era para demostrar superioridad, sino para animarlo, para que recuperar la Fe perdida. Fue entonces que se sentó al lado del chico, a su derecha y posó su mano sobre los hombros del joven castaño, el cual no se inmutó, no dijo nada, solo permaneció en su posición, lamentándose todo lo ocurrido y que hubiera alguna forma de detener o regresar al punto de partida de todo ese embrollo. 

Fue entonces que, tras buscar las palabras adecuadas, Lincoln pudo abrir sus labios y expresar lo que sentía y provenía de su corazón y mente. 


- Lo admito: Fui un idiota. No es que me esté auto-inculpando ni nada, Dimitri. Es que...- Se detuvo, otra vez necesitaba hallar las palabras adecuadas, calmarse y evitar mandarse algún inconveniente. No quería arrojar más leña al fuego, quería solucionar todo esto.- Dimitri, sé que me odias por todo lo que has visto de mi relación con Lynn, pero no me refiero a eso o cuando me viste disfrazado de chica, sino que lo que quiero es que...quiero que me creas, que me tengas confianza, ¿por qué tienes que pelearte conmigo ahora?. Sí, me mandé aquel error, lo lamento, no sabía lo que podía llegar pero...pero solo quería recordar a la familia unida, cuando estábamos todos en la Casa Loud, pero ahora...todos empezaron a irse. Primero Leni con Alexander, luego Luna contigo, hasta Luan, quien está con James y yo...bueno, estoy casado con Lynn y tengo a Lacey como nuestra hija, pero...lo que te quiero decir es que...- En ese momento, tomó las manos del castaño, éste salió de su "trance" y lo miró con asombro, pero también dudas al respecto.- Quiero qu me creas, que me escuches: Yo no quería provocar esto, solo deseaba que la pudiéramos pasar genial, divertirnos entre todos. No me esperaba que se pudiera llevar a cabo una resaca, de la cual quedamos en diversas partes del país, pero ahora, este es el momento en el que más debemos estar unidos, de sobrepasar los límites, de atravesar aquellos problemas, en el que tenemos que encontrar a nuestros familiares y amigos para, luego, volver a Los Ángeles, ¿me entiendes?.- Comenzó a hablar, a expresar sus palabras de forma adecuada, mientras que las lágrimas del castaño seguían cayendo y empapaban la arena del Desierto.

Fue entonces que Lincoln se giró, tras suspirar y apoyó su mano en los hombros del ruso.


- Solo te pido que confíes en mi, que sepas lo que haré y solo eso, nada más.- Pidió el albino, mientras que cerraba los ojos y esperaba a que llegara la respuesta de Dimitri.


- ¿Cómo puedo confiar en ti? ¿Cómo?. Tengo terror a lo que vaya a sucederle a mis hijos que tendré con Luna, temor a que tú les hagas algo.- Señaló el castaño con desconfianza en su voz.


Lincoln con la cabeza.


- Yo nunca haré eso. Solo quiero que confíes en mí, por una vez, aunque sea por esa ocasión.- Fue el pedido que hizo el chico.


Era arriesgado, un plan bastante complicado y siendo Dimitri aquel "protagonista principal", que tuviera que estrechar su confianza con el futuro tío de sus hijos, iba a ser una misión suicida. Pero, fue entonces que el joven tomó un respiro muy largo, durando pocos segundos que parecían ser eternos y se giró hacia el chico una vez más.


- No sé. No puedo...No puedo.- Dio el castaño su respuesta final, no le tenía confianza a aquel chico, temía, estaba aterrado, parecía que nada ni nadie iba a poder sacarlo de aquellos temores que irradiaban desde lo más profundo de su corazón.


- Por favor, Dimitri.- Pidió Lincoln, apoyando sus manos en los hombros del joven.- Solo confía en mí, solo eso, nada más.- Fue el ruego que hizo el chico albino, mientras que Lynn no se movía de su posición, aguardando bajo aquel ardiente Sol.


¿Creerle, tener confianza? ¿Cómo podía hacerlo?. El miedo que lo salpicaba, igual que un temporal en Alta Mar llevaba a que el castaño no pudiera pensarlo bien, ya que aquella tempestad se había formado y le impedía razonar. 


- No, no puedo.- Se negó y eso parecía ser un torpedo final contra el buque que se hundía.


Lincoln no dijo nada, se quedó callado un rato.


- Solo abandona tu miedo, créeme, ten confianza, nada más.- Pidió, nuevamente y de ahí se levantó para abrazarlo con fuerza a aquel joven.- Lo lamento mucho, ¿quieres que haga algo más? ¿Que firme un documento?. ¿Qué más quieres que te diga?. Yo solo quería darle un toque especial a esta fiesta, nada más que eso. Por favor, Dimitri, terminemos con esta tontería de estar en una especie de "territorio en disputa", somos todos familia, no puedes estar así todo el tiempo, te va a hacer daño.- Intentó el chico en calmar las cosas, sabía bien que, la última vez que lo hizo no dio los resultados que él esperaba, pero era ahora o nunca, así que le tendió su mano al ruso castaño, el cual se le quedó mirando.

Lo pensó un rato, un buen rato largo, en donde se tomó un respiro y comenzó a recordar todos los eventos ocurridos en el Pasado: Eran como un enorme martillo que lo destrozaba todo a su paso, un huracán que no conocía la piedad, un tornado que se ensañaba con el sufrimiento y el tener que sufrir esos momentos, le llevaron a alzar su mano y pedirle a Lincoln que esperara para hablar.


- Lincoln.- Le llamó Dimitri y éste lo miró a la cara.- ¿Cuánto darías por tu familia?. Dímelo en verdad.- Pidió que le respondiera con sinceridad a esa pregunta.


- Yo...- Iba a decirle, pero su voz se detuvo, ya que no sabía cómo darle una respuesta coherente.- Yo...yo daría todo por ella, aún si tuviera que decirle a Lacey, como hice en el Pasado, de que Lynn y yo somos hermanos.- Respondió, finalmente y eso llamó la atención del castaño.


- ¿No me estarás engañando?.- Preguntó con seriedad.


- No, para nada.- Contestó Lincoln con la más pura sinceridad.- Fui un tonto, lo admito, pero yo quería que la pasáramos bien. Sé que Luna y tú serán una hermosa pareja juntos, Dimitri y con el nacimiento de tus hijos...pero cuando pienso en ustedes...pienso también en mi familia y el cómo cada una de mis hermanas tomaron sus caminos. Yo veía la posibilidad de poder sentir esa misma fuerza que antes, pero la terminé arruinando toda.- Se lamentó y de ahí se quebró, comenzó a llorar y llevó sus manos hacia su rostro.- Fui un idiota, lo lamento tanto, amigo.- Ofreció su perdón.

Perdón, la palabra la define como la acción en la que se hace borrón y cuenta nueva, en donde la persona es indultada de lo que cometió por sus malas acciones. Para el castaño, aquello significaba mucho y también un desafío para su nueva vida, sin embargo, decidió hacer a un lado toda esa carga emocional que lo atormentaba y apoyó su mano derecha en la espalda de Lincoln, llevando a que lo mirara.


- Yo también fui un completo idiota al no ver las cosas como son. Me dejé llevar por el miedo y éste terminó por cegarme para siempre. Debí haber entendido bien lo tuyo, que querías que las cosas fueran divertidas, para recordar, pero yo siempre estaba apegado a la rutina que no me importó nada...Yo...yo también lo lamento mucho, Lincoln.- Ofreció su perdón el castaño y ambos se abrazaron con fuerza.- A partir de ahora, voy a confiar en ti, te lo prometo.


- Y yo también, te escucharé y seguiré un camino para que tengamos un buen Futuro.- Prometió el albino y de ahí, ambos se levantaron, estrechando sus manos y poniendo punto final a aquel "conflicto" que tenían desde el comienzo de todo.

Una vez que ese tema se solucionó, aún quedaba uno pendiente. Mientras que Lynn recibía a su marido y a Dimitri con los brazos abiertos, Lyra observó la resolución de aquel problema y se giró hacia Lúckacs, el cual estaba en silencio, mirando hacia el Horizonte.


- ¿Sabes lo que hay más allá de este Desierto, Lyra?.- Preguntó el "Príncipe Imperial" a ella, la cual se sentó a su lado.


- Nunca he estado por aquí, pero en los libros y revistas, al igual que en la televisión e Internet se ven los distintos pueblos y localidades.- Respondió ella a esa pregunta tan "sencilla", fácil.


- Sí y no.- Le corrigió el rubio blanco-plateado, llamando su atención.- Vivimos en un Mundo que, posiblemente...no, no es posible, estamos en un Mundo donde los otros Universos se unen. Allí, más allá, hacia el Norte, no importa lo que se halle aquí, allá se encuentra Northrend, un bastión helado, perdido, muerto...Sí, eso mismo, pero con un gran poder en él. Aún recuerdo cuando, antes de conocerte a ti, deambulé por ese Mundo Helado, el "Techo del Mundo" y en donde pude contemplar las artes y magia de los pueblos primitivos de esa región. Pero también me guíe, con mi corazón y mi mente, de que encontraría a alguien especial y ese día había llegado: El día en el que tuvimos esa reunión familiar y, por primera vez, te conocí. Te vi, vi tus hermosos ojos azules, tus largos cabellos castaños, a pesar de que seas una fanática religiosa, tú me cautivaste, llamaste mi atención, iluminaste mi camino, tal y como Elune mostró el suyo a los Elfos de la Noche y de la cual creo. Tú eres alguien tan especial para mí, Lyra.- Le relató toda esa historia, viéndose imágenes de Lúckacs deambular por Northrend, solo y protegido del viento, encontrándose con aquellos grupos de tribus aisladas, aprendiendo de su cultura y poder, teniendo esas visiones del Futuro y de ese encuentro con la chica, cosa que se cumplió, estando cerca de ella en esa reunión y cuando surgió todo el conflicto con su primo, Lemmy. 

La chica estaba asombrada y sintió las manos del "Príncipe Imperial" que hacían contacto con las suyas.


- Oh, qué manos tan suaves tienes, Lyra.- Dedujo éste y pudo sentir su suavidad.- ¿Ahora me entiendes?.- Preguntó, pero ella bajó la mirada.


- Yo...Lúckacs...tú sabes bien lo que dice la Biblia con respecto al incesto...Si...si, si hago eso...yo...-Temía la castaña por esa situación tan difícil y él pasó su mano por el rostro de la joven.


- No me importa, mi padre y mi madre me enseñaron a luchar por quienes amas, por el amor de tu vida, por tu Patria, etc. Yo lucharé, pelearé y daré todo por ti, Mi Amada Sirenita.- Mostró él su afecto y amor hacia ella.


- Lúckacs.- Quedó la joven impresionada por esas palabras tan cautivadoras.


- Eres alguien a la que amo mucho y no quisiera estar lejos de ti. No me importa que seamos primos, yo solo quiero compartir mi Eternidad a tu lado.- Sostuvo y la tomó, con delicadeza, de sus brazos, atrayendo su cuerpo y abrazándola un buen momento, cerrando, ambos, los ojos y dejando que el sonido del viento fuera el único "testigo" en el lugar.


Pronto, toda una gran calma cayó sobre el lugar y ahora se encontraban en la recta final de todo. Para agregar más emoción, Yuya notó la presencia de dos personas que venían trayendo a alguien en sus brazos. El primero era un hombre de complexión y altura media, manteniendo su cabello ajustado en una cola de caballo de aspecto extraño. Además de que vestía un leotardo con protuberancias similares a púas a lo largo de toda sus superficie.

El otro era, también, un hombre joven de cuerpo esbelto, con su cabello sobresaliendo en los lados de su cabeza que cae a la mitad. Vestía una camiseta sin mangas con un exagerado cuello en forma de V. Con dos huecos por sus caderas. La camisa, los pantalones y la tela que llevaba en sus muñecas estaban decorados con estrella.

Los dos amigos se detuvieron y dejaron, sobre el asiento del coche de Dimitri, a un reconocido muchacho de cabellos blanco-plateados y ojos rojo-escarlata.


- ¡Amigos, vengan!.- Les llamó Giorno y de ahí corrieron, hasta aquel sitio, Dimitri, Lincoln, Lyra y Lúckacs.


- ¡Alexander!.- Lo reconoció el castaño de Rusia a su amigo.


- ¿Estará bien?.- Preguntó Lyra al verlo dormido, pero Lúckacs se acercó hacia su padre, sintiendo los latidos de su corazón.


- Tranquilos, está bien. Solo quedó inconsciente.- Les llevó calma el "Príncipe Imperial" y se dirigió hacia los dos acompañantes.


- Soy Mario Zucchero.- Se presentó el hombre de gorro verde.


- Y yo soy Sale.- Añadió el joven de cabellos jengibre.


- ¿Dónde lo encontraron?.- Quiso saber Giorno a ambos.


- Lo hallamos a unos 15 kilómetros de aquí. Cerca de un lago, parece que estuvo allí varios días, ya que está bien hidratado y todo.- Respondió Zucchero sobre ese punto.


- Bien, entonces Luan y James deben estar cerca.- Reconoció Dimitri aquellas palabras.


- Puede ser, justo ahora los estoy sintiendo.- Les llamó, quien estaba con su Stand "Highway Star" activado".


- ¡Entonces vamos, de prisa, hay que encontrarlos!.- Pidió Dimitri y con Lincoln y Giorno a la cabeza, todos ellos partieron para encontrar a aquellas personas.

Ya tenían a Alexander, solo les quedaba encontrar a los otros integrantes y de ahí volver a Los Ángeles. Las pistas se estaban cerrando a su paso y no podían perder más tiempo.

Pronto, el grupo dejó aquel paraje y partieron por el Desierto, a toda velocidad hacia el Norte.

[Finalmente he terminado este capítulo. Lamento mucho si demoré, pero he estado muy ocupado esta semana pasada con el trabajo y no me dio mucho tiempo para actualizarlo, además de que me agarró un resfriado, del cual ya estoy mejor.

Por otro lado, Dimitri y Lincoln ha hecho las paces, mientras que Lyra ha soltado aquella carga emocional dentro de ella por el amor que siente Lúckacs hacia ésta. Además de que Zucchero y Sale encontraron a Alexander, solo quedan Luan, James, Lisa y Lucy. 

¿Podrán encontrarlos? ¿Llegarán a tiempo a Los Ángeles?. Eso lo veremos en el capítulo que viene, el número XX (20 en Número Romano) y solo quedan 5 capítulos para terminar esta historia, así que a prepararse, porque se viene lo más emocionante.

Nos estamos viendo, amigos. Saludos y agradecimientos para RCurrent, LucasAbad0, LeoneEpsilon, AnonimousReader98, Caballero del Viento, Sitx20 y los demás.

Les deseo a todos ustedes un buen inicio de semana y nos estamos viendo. Cuídense, amigos.]. 




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