Despedida de Elizabeth (Capitulo único)
La noche helada agitó con sus susurros la fina tela que la separaban de la oscura noche.
No podía dormir, ya sea por la llegada del día siguiente de mi amado Víctor o de las circunstancias por la que aquel hombre tan maravilloso volvía a mis brazos.
La muerte del pequeño que era como parte de mi familia, del hermano menor de mi amado Víctor, William, a manos desconocidas conmocionaba a todos, un chico dulce, amable, alegre del que ahora su espíritu descansaba en un mejor lugar, o eso deseamos creer, eso añoramos; un alma tan pura no podía merecer menos que la bondad de un ser tan magnífico como lo era nuestro señor, Dios.
Vi el dolor en su rostro cuando al día siguiente llegó, yo estaba destrozada y el pobre Víctor parecía tener el mismo pesar.
Pasó días fuera de casa, mismos que todos en Ginebra buscaban con vehemencia al autor de tan horrible obra como la muerte del jovial William y días después, Justine, la dulce mujer a la que le confiábamos la vida del joven William estaba en los calabozos más horribles proclamada la autora del peor acto contra la voluntad de la vida, una muerte.
Y pocos días después de salir diario ¡El pobre Víctor llegó con un delirio absurdo! ¡Se culpaba por la muerte de su hermano! ¡se autoproclamaba el ser el asesino de su hermano! Mi amado Víctor sufría de un delirio tan incesante por la muerte de William que no me permitía sanar, tenía que sanar, ese hombre antes de su partida para continuar sus estudios en Ingolstadt era tan lleno de vida y aspiraciones y ahora parece que su única aspiración es caer en ese hoyo tan profundo que ha cabado el mismo y que no permite nadie más caiga.
Poco tiempo después de su arrebato en la locura sellé en papel lo que creí mejor para nosotros, cancelar ese matrimonio que desde nuestros primeros recuerdos añorabamos; no se de donde sacaste la valentía, amado Víctor, pero poco después huimos lo más lejos que pudimos para nuestra luna de miel.
Yo no quería que esta noche terminara, esta noche donde sería nuestro sello de amor para la eternidad y parecía que tu querías todo lo contrario.
Pasadas horas desperté ¡y esa atrocidad estaba frente a mi! ¡Un monstruo! Grité, pero cuando llegaste a nuestro lecho estaba atravesada por lo que tú sed de perfección creó, por lo que tú irresponsabilidad de haber dado tan quisiera una caricia paternal había convertido, el ser que culpas de tus desgracias sin notar que eres el culpable de las suyas, el que odias y te odia, al que aborreces y te aborrece, al que trajiste al mundo como la salvación pero lo dejaste como tu perdición, y al que seguiste hasta el fin de tus días sin notar que lo que ese ser tiene de monstruo lo tienes de humano.
Víctor Frankenstein, mi moderno prometeo, ahora te admiró desde la inmensidad de un mundo desconocido, si llegase a tener la dicha de encontrar a William, me aseguraré de velar su bienestar y desde aquí velo por el tuyo, velo porque algún día entiendas que perseguir a ese ser incomprendido por la inmensidad del mundo no te traerá la dicha que tanto buscabas, te perdiste en el estudio para crear una vida y ahora no solo la destruirás también perderás con cada minuto la oportunidad de crear algo más, se te escapará el fino hilo de la cordura de las manos en una promesa que el viento voló, que el fuego quemó, que la tierra se tragó y que el mar arrastró a sus profundidades.
¡Oh Víctor! Me duele tanto verte desde aquí y saber que con lo obstinado que eres perderás tu vida odiando, aborreciendo, detestando y aún así, persiguiendo con fervor a esa criatura, mi amado, solo espero el día en te des cuenta de que caíste en el juego que desde el primer día que abandonaste a ese ser incomprendido comenzaste a jugar y no sea demasiado tarde.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro