Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

𝐈𝐕

Capítulo número cuatro.

Kala. 24 de octubre del año 2023.

Me sorprende verlo aquí, creyendo que es supuestamente un caso tan difícil, cuestioné que sería más complicado, pero todo parece ir color de rosa sin embargo, ahí es cuando cogen a una persona como mansa paloma y me parece que en este caso, hay cosas que no encajan.

«¿Por qué tan vacío el expediente de Miller si se supone que muchas personas ya lo han intentado?. O... ¿Por qué no han tomado el caso las autoridades con seriedad si se supone que ha sido tan sedicioso su muerte?». Cuestiono en mi mente mientras analizo las facciones del pelirrojo.

— Buenos días. —saluda de repente en un tono sereno y no me pasa desapercibido su extrañeza.

— Buenos días, soy la detective Ashley Campbell. —le devuelvo el saludo con cautela pero aún así le dedico una sonrisa forzada.

Sus ojos se iluminan por unos instantes y esboza una sonrisa.

— Pase por favor. —se retira de la puerta haciendo una seña de que entre con la mano, y me dispongo a caminar.

Ya dentro, invita con sus manos a que me siente en la silla delante de su escritorio pero niego de inmediato poniendo ambas manos en mi espalda baja.

— No se preocupe.

— Yo insisto. —me corta de tajo en un tono amable pero su cuerpo tenso no me pasa desapercibido.

Sus manos tiemblan a penas visiblemente, se ven sudadas por cómo la luz de la oficina lo refleja y su mandíbula se encuentra algo tensada a pesar de su sonrisa dejando ver sus dientes. Aquí hay gato encerrado.

— Bien. —resignada me dispongo a sentarme y Gagnon me ayuda en un gesto respetuoso.

Luego él toma asiento y decido mostrarme relajada a pesar de que hay cosas que me están chocando últimamente. Me acomodo bien en la silla con el cojín rojo y descanso ambas manos en los brazos de la misma.

Mi expresión se relaja de manera finjida mientras observo el extraño comportamiento nervioso del joven.

— Bien, ¿Qué le trae a mi coffee? —comienza él, dándo a revelar su estado nervioso por cómo intenta averiguar qué vengo a hacer, y acegurarse de que esté lejos de lo que oculta.

— Pues nada en concreto —miento—. Simplemente vine el Domingo de Buff, Canadá, y pues una señora amable me recomendó visitar este sitio por su popularidad inesperada. —dejo la verdad a medias mientras juego con el lapicero que se encuentra en el escritorio de Gagnon.

— Bueno, si necesitas algo sabes que aquí estoy. —noto su estado nervioso y ante lo mal que finje no estarlo, suspiro sonoramente y me acomodo en la silla dándole una mirada analítica al joven, imponente, y frunzo mi ceño ladeando con la cabeza.

— ¿Qué edad tienes? —pregunto después de un silencio donde su nerviosismo se nota más—. Thomas Gagnon —menciono su nombre echándome hacia atrás aún con el lapicero en mis manos.

Resopla confundido con el ceño fruncido e inhalo sonoro.

— Me refiero, ¿Tan joven con un CoffeeSpress en ascenso repentino en pocos meses?, ¿Cuándo fue que obtuviste este lugar? —inquiero con la mirada puesta en sus ojos intencionalmente, para así ejercer presión y sacarle lo que oculta.

— Bueno eso es solo suerte, tengo diecinueve años. —evade la última pregunta que le hago, y ante su pobre respuesta sonrío un poco.

— Diecinueve años... Interesante... —finjo curiosidad a pesar de ser así, y por saber qué está ocultando—. ¿Cuándo obtuviste el local? —insisto en la pregunta anterior con mi mirada puesta en sus acciones.

— Hace dos meses pero... —tartamudea acomodándose en la silla—. ¿Por qué tantas preguntas señorita Ashley?

— Soy detective Gagnon —subo el tono de mi voz a penas él pregunta, con severidad— mi función es preguntar, y por tu comportamiento extremadamente nervioso, me parece que sabes a qué vengo. —suelto crudo sin dibujarlo bonito y al no recibir respuesta continúo—: Cuando iniciaste preguntando tú, me diste a entender que algo ocultas, porque querías saber a qué venía, aún sabiendo, y como desviación del tema pero a la vez, te delataste excesivamente.

— Está llevando la cosa al extremo detective.

— ¿Extremo? —contrapongo ladeando con la cabeza—. Si no tuviera nada que ocultar no habría echo el espectáculo aparentemente silencioso que ha echo, ni sus facciones estuvieran nerviosas, ni sus manos sudaran —me levanto, tomo su mano mostrándole su estado y se safa del agarre a penas lo hago—. Suéltalo todo. —pongo el lapicero con fuerza sobre el escritorio y me cruzo de brazos.

— No sé nada, usted está inventando todo. —se levanta diciendo esto en el mismo tono nervioso de antes y sus manos se hacen puños—. Hay cámaras de seguridad, los abogados verán que ha cruzado los límites y se la llevarán con cargos usted no tiene ese derecho de.

— Sí tengo derecho —digo serena en un tono por debajo al suyo que aún así le corta.— desactivé las cámaras antes de venir al local, y las estuve observando atentamente, exactamente un 15 de junio, hace dos meses, tiempo exacto de la desaparición de Kales Miller —ante la mención del nombre toma aire intentando decir algo pero continúo—: donde apareces tú intercambiando palabras con un hombre encapuchado, y sus labios casi ni se movían dándome a entender que susurraban algo confidencial y que implicaba discreción. —hago una pausa y sonrío amplio ante su consternación—. Conversaron frente a la mismísima cámara de seguridad, que aún así, me parece que fue intencional por cómo él te empuja para que se vea mejor tu rostro en el vídeo y no te diste cuenta. O eso me parece, porque te veías perdido, nervioso, asustado... —dejo la frase en el aire.

Pongo ambas manos en el escritorio mesuradamente, imponente y aún observando su rostro cacheteado por la consternación y más por la verdad.

— Así que, Thomas Gagnon —sigo exponiendo verdades, sarcástica—. ¿Vas a hablar? —inquiero levantando una ceja—, aquí hay gato encerrado, no te queda de otra.

Su respiración se ve afectada, su pecho sube y baja, su iris clara parpadea por lo nervioso que se encuentra y juega inconscientemente con sus dedos sudados.

Levanto un poco mi mentón dándole intensidad a mi mirada y Gagnon suspira resignado pero noto algo extraño.

— Bien. —acepta entre dientes.— te diré... —deja la frase en el aire.

Y de repente en un movimiento rápido, certero, exacto, saca un arma blanca de dentro de su saco negro, me apunta amenazante y noto sus intenciones de disparar aunque estemos en un local pequeño, aunque sea una detective, aunque haga una escena del crimen. En sus ojos veo ese vivo deseo de hacerlo, pero soy más rápida que él; pues en un movimiento veloz y certero, mi mano derecha va en contra de su muñeca, mientras que la izquierda, golpea el arma para quitarla de sus manos. El arma cae al escritorio, y con la mano izquierda tomo su codo, en un giro con mi mano derecha lo neutralizo en contra de dicho escritorio y apoyo mi cuerpo sobre mis manos, así su cara queda apoyada en este.

Gagnon jadea del dolor.

— ¿En serio pensabas hacerlo? —pregunto en un tono severo, jadeante, con mi respiración cortada por cómo mi corazón golpea fuerte mi pecho—. Hubiera sido peor Gagnon. —dictamino sacudiendo al chico bajo mi poder y éste jadea.

***
¡Hola lectores!
Por aquí Bookslove701

Este capítulo ha estado algo extenso pero, creo que interesante jjjj. Besitos <3

Atte: 701.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro