𝐈𝐈𝐈
Capítulo número tres.
Kala. 23 de octubre del año 2030.
El joven que era la mano derecha de Kales se llama Thomas Gagnon, su edad es indefinida y no hay fotos por el momento que me puedan mostrar del chico, por lo que opto por hacerle una última pregunta a la Sra. Miller.
— ¿Sabe si Thomas iba con Kales todos los días al CoffeeSpress?
— Creo que sí —responde dudosa mirándome.
— ¿Me da la dirección del lugar por favor? —inquiero sacando nuevamente mi libreta y lapicero.
Le escucho reír a lo bajo provocando que levante la vista para encontrarme con una sonrisa pequeña en su rostro.
— Eres joven para ser tan astuta e insistente —su tono de voz es medio divertido y ante eso le devuelvo la sonrisa.
— Amo lo que hago señora Miller.
— Por favor —me corta de repente—, llámame Anna.
— Okey —sonrío cerrado pero amplio.
Es muy agradable.
Me quita la libreta de las manos y comienza a anotar la dirección del Coffee donde deduzco pueda seguir yendo Gagnon por añoranza o por reflejo de alguien que pierde a un ser querido, o al menos eso creo porque puede que finja, total casi todos llegamos a hacer nuestra rutina aún inconscientemente.
Estoy en medio de muchas personas en este caso, y cualquiera puede ser culpable, aunque sea por un pequeño motivo, puede parecer insignificante pero eso puede tener mucho más de lo que las personas se imaginan.
Me despido de Anna con la mano en señal de saludo y le regalo una sonrisa amplia.
Paso la tarde en el despacho, buscando con el nombre del brazo derecho de Kales su información; una foto, un recuerdo, un documento que represente su trabajo con la empresa del ex de Anna Anderson, o su edad actual, y a pesar de que he hallado una foto en internet, parece ya no utilizar la cuenta formal, sino una secundaria, por la fecha; a última publicación de una foto que refleja la entrevista echa por un tal Ares Leblanc; 4 de agosto.
Cuatro días antes del reporte de su desaparición.
Busqué también al sujeto cabecilla de la entrevista realizada el día 4 y me sorprende lo joven que se ve.
¿Por qué todos tan jóvenes? Al igual que Thomas y Kales, unos diecinueve años o veinte. ¿Por qué?, Si se supone, su ascenso se debe a lo experimentado que sean sus empleados. Sus contactos son jóvenes.
Pero ya he organizado mi agenda para mañana, y voy en el auto hacia mi hogar.
Llegando a casa Stefany se aparece delante la estancia con una sonrisa esbozada, su pecho sube y baja pero le devuelvo la sonrisa. Me alegra verle bien, pues mucho mejor que esta mañana.
— Campbell. —dice jadenate mientras recupera el aliento y le hago una seña para que pase.
Abro la casa con llave, después de haber presentado mi huella dactilar en la cerradura tecnológica que se encuentra al lado de la puerta principal, cerrada por unos cristales blindados. Okey pero, una detective buscada por mafiosos y otros grupos ilegales debe de vivir segura ¿No?, Total represento una amenaza para ellos, de alguna manera.
Cierro detrás mío todas las cerraduras después de que Stef ha guardado mi vehículo en el garage, y ambas nos vemos sumidas en un silencio que para las dos es relajante, agradable.
Nos miramos con una sonrisa amplia ante la idea que a ambas se nos ha ocurrido y decido soltarlo sin pensarlo mucho;
— Brochetas de calamar con carnes y verduras. —ambas decimos con entusiasmo y ante eso reímos a carcajadas, mientras vamos trotando hacia la cocina.
A vitar todo al revés.
***
Kala. 24 de octubre del año 2023.
Me he levantado temprano, a las 5:30 de la mañana con tal de ir al nuevo gym, conocer a mi nuevo entrenador y comenzar a ponerme en forma sin perder el ritmo.
Ya son las 8:00 de la mañana, estoy colocándome mi jeans negro mientras la música suena por toda mi habitación, dándole un aura agradable a mi burbuja. Terminando de cerrar el siper de mis botines negros también, mi teléfono vibra y por el sonido deduzco que es un mensaje.
Me incorporo y tomo el aparato en mis manos. Luego sonrío al ver el WhatsApp de mi madre en la pantalla de bloqueo.
La extraño.
ELLA: Mi niña no he visto noticias sobre ti en Washington, ¿No has comenzado a trabajar?
YO: Buenos días mamá. Sí, ya he comenzado, tomé un caso de hace dos meses y unos días, hoy iré a un Coffee donde espero encontrar más respuestas claras.
Decido no dar detalles para cubrir el caso.
ELLA: Esa es mi niña, te amo. No olvides darnos noticias y dice tu papá que te ama y está orgulloso de ti.
YO: También les amo, y mucho madre. Chao, me debo ir.
Le envío un emoji tirando un besito y cierro la aplicación sin esperar repuestas, ya que han pasado diez minutos y el tiempo para mí es oro.
En esta semana lo resuelvo, o me dejo de llamar Kala Ashley Campbell.
Quito la música, cierro el portátil después de haber pasado la información que logré encontrar anoche, y salgo de la habitación abrochando la correa de la cartera en mi pierna. Miro hacia la isla y suelto una sonrisa amplia para luego acercarme más a la meseta.
— Buenos días. —saludo a la pelirrubia, quien tiene los audífonos a todo volumen por cómo se oyen por fuera, y al ver que sigue echando su bailecito río—. ¡Stefany! —grito divertido para después dejar escapar una carcajada que es correspondida por la chica, después de haberme echado una mirada asustada.
— Buenos días Campbell. —dice en medio en medio de la risa y cuando se le pasa dice—: Ya está el desayuno, sé que hoy debes irte temprano. —quita la música.
— Sí, gracias Stef. —le dedico una sonrisa y comienzo a devorar el platillo; huevos fritos con pan, aguacates, tocino, y el café en la taza de siempre.
***
Ya son las 9:10 de la mañana, ya he llegado al Coffee y me sorprende lo amplio y exquisito que se ve el local a simple vista. Ya entiendo el porqué venir con frecuencia aquí.
Sin mirar mucho me adentro, sonando la campana, y no me detengo hasta que llego al mostrador. Saco mi identificador del bolsillo y lo coloco con fuerza para llamar la atención de la chica al otro lado; su cabello es rizado, lleva un moño alto, su tez es morena y sus ojos redondos almendrados son cafés.
— Buenos días, Ashley Campbell. —sonrío alzando ambas cejas al informar—. Necesito ver al jefe.
La chica mira por unos nanosegundos el distintivo en la mesa y me regala una sonrisa.
— Buenos días, sígame. —me señala hacia la parte de la cocina en el local y ante eso guardo el objeto de sobre el mostrador mientras le sigo el paso.
Pasamos por el pasillo, los olores de los distintos tipos de comidas en proceso impregnan mis fosas nasales pero, llegan a ser tantos que me causa un pequeño revoltijo en el estómago, sin embargo, sigo con mi rostro inexpresivo hasta que llegamos a una puerta de madera tratada, decorada muy bien, con un rojo vino y algún material bañado en color oro.
La chica toca con los nudillos el material y después de esperar unos segundos se abre, revelando así al chico con cabello rojo y ojos delgados y verde claro que quería ver, la mano derecha de Kales;
Thomas Gagnon.
***
¡Hola lectores!
¡Por aquí Bookslove701!
Les dejo el capítulo número tres que si se dan cuenta, es el que menos diálogos tiene pero se sustituye por la información.
Gracias si has leído hasta aquí, y si te ha gustado, pues sigue leyendo jjjjj
Atte: 701.
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