6: Polnareff Jean Pierre
Jotaro despertó esperando que todo fuera un mal sueño, pero no fue así.
Se encontraban en un tren, ¿Como había llegado ahí? Sinceramente no le importaba.
A su lado estaba Polnareff, y frente a ellos Joseph y Avdol.
-Despertaste.. —Le dijo Polnareff con una sonrisa a Jotaro, quien solo asintió con la cabeza.
Avdol pudo sentir el ambiente tenso, lo mejor era dejar a Joseph y Jotaro hablar a solas.
-Jean, acompáñame. —Le dijo Avdol tomándolo del brazo y arrastrando lo fuera del bagon, sin darle tiempo de quejarse.
-Él, ¿Esta vivo?. —Le preguntó Jotaro sin rodeos a Joseph, una vez que ya estaban solos.
-No.. —Le contestó Joseph, mientras sentía una punzada en el corazón al ver la mueca de Jotaro, él sabía la verdad, más todavía no le diría nada, aún..
-¡Yo escuche que él..!—Le dijo Jotaro en un tono molesto, ya que él lo había oído claramente, pero fue interrumpido por Joseph.
-Escuchaste mal... —Le respondio Joseph, volteando a ver para otro lado, ya que no podía ver a Jotaro a los ojos.
Jotaro chasqueo la lengua y se levantó del asiento, dirigiéndose al lado contrario de donde habían ido Polnareff y Avdol.
Joseph sólo pudo verlo irse, ¿Estaba haciendo lo correcto al mentirle?, no sabía si Kakyoin se salvaría, y no quería causarle falsas esperanzas a Jotaro.
Nunca había visto a su nieto tan destruido, y no quería que volviera a suceder, suspiro profundamente, lo mejor era esperar..
Cuando Avdol y Polnareff fueron a otro vagon del tren, tomaron asiento en este.
Avdol noto que Polnareff no dejaba de verlo con curiosidad, ¿En serio Polnareff era tan ingenuo como para no saber que pasaba?.
-¿Pará qué vinimos aquí?. —Le preguntó Polnareff haciendo un puchero.
Avdol soltó un suspiro profundo, al parecer si lo era...
-Yo creo que.. Jotaro quería hablar acerca de Kakyoin, con Joestar-San. — Le dijo Avdol, provocando que Polnareff hiciera una mueca.
-Gracias a que Kakyoin me ayudó, pude conseguir mi venganza. —Le dijo Polnareff con una sonrisa un poco triste al recordar. —Siempre le estaré agradecido por ello.
-Jean, ¿Tu.. — Avdol no estaba seguro si preguntar, pero talvez no era el único que lo sospechaba. —¿Tu no viste algo extraño entre Jotaro y Kakyoin?
-Algo.. ¿Extraño?. —Le preguntó el francés sin saber a qué se refería, pero luego recordó algo.. —Ahora que lo dices, hubo una vez antes de que volvieras a estar con nosotros..
- Oí, Polnareff ve a despertar a Kakyoin y Jotaro para desayunar, se están tardando demasiado. — Le dijo Joseph, ya que se encontraban en el comedor del hotel, y los menores no aparecían.
- D'accord, Joestar-San. —Le dijo Polnareff levantándose de la mesa.
Polnareff se dirigió hasta la habitación de los adolescentes, y ya que la puerta estaba sin el cerrojo la abrió.
-¡Kakyoin, Jotaro! ¡Despierten es hora de desayunar!. —Les dijo abriendo la puerta de la habitación, pero nunca espero encontrar esa escena.
Kakyoin lo miró desde la cama, este tenía marcas en todo su cuerpo, además de que parecía que tenía compañía a su lado.
- Je suis désolé, no sabía que tenías compañía, puedes decirle a Jo.. —Polnareff miró bien quien estaba a lado de Kakyoin y noto que este era Jotaro, el cual pararecia estar molesto...
Cerro la puerta rápidamente, era el momento más vergonzoso de su vida, fue hacia el comedor y decidió nunca hablar de lo sucedido.
Sabía que si llegaba a decir algo lo mataría, y no estaba hablando de Jotaro, si no de Kakyoin...
- Y eso fue lo que pasó. —Le dijo Polnareff con una sonrisa, Avdol se quedó sorprendido, al parecer la relación que tenían los adolescentes era como él pensaba. —Cuando le pedí una explicación a Jotaro de lo sucedido, él solo me dijo que antes de entrar a una habitación hay que tocar la puerta, y pedírsela a Kakyoin no era una opción.. Pero bueno, ¿Quieres un cigarrillo?. —Le preguntó Polnareff restándole importancia a lo que pasó.
Polnareff busco entre sus bolsillos y cuando pensó encontrar su encendedor lo sacó..
Pero no era eso.
Cuando miro el paquete de chicles de café, no pudo evitar que una mueca se formará en su rostro..
Miró a Avdol, quien estaba sentado frente a él y este lo entendió, ya que lo abrazo cuando las lágrimas empezaron a caer por sus mejillas.
Si, sí, ya se.. Deje vivir a Avdol.
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