4: Brando Dio
Se había propuesto no volver a huir, no arrepentirse de nada.
Dio se encontraba frente a él, pero por alguna razón no sentía miedo, se sentía protegido gracias a la barrera que había hecho con Hierophant Green.
Pudo ver a Dio a la distancia y luego en una milésima de segundo estaba frente a él.
Escucho a Dio hablarle pero nunca supo que dijo, ya que antes de que pudiera hacer algo, salio disparado hacia atrás a una velocidad impresionante.
Su camino fue detenido por algo metálico y hueco, probablemente un tanque de agua ahora vació.
Intento levantarse, pero el dolor del golpe y sobretodo de su abdomen, le impedían moverse si quiera.
-¿Que había pasado? Tenia todas las probabilidades de derrotar a Dio... Entonces ¿Por que?.—Penso Kakyoin, mientras sentía sus parpados pesados, y veía su barrare deshacerse.—¿Voy a morir? Si, eso párese.. Estoy tan alejado de mi familia, ¿Que estarían haciendo ellos? Probablemente estarían dormidos pensando que estoy a salvo y no agonizando en el Cairo, lamento haberlos preocupado.
Se percato de la sangre que escurría por su cuerpo y el tanque, sentía la sensación de sopor invadiendo su ser.
Moriría ahí, sin saber como Dio se movía tan rápido, la única manera de haber podido llegar tan rápido hacia él fuera que este congelara...
-Dio congela el tiempo—Penso Kakyoin, viendo a Joseph a la distancia, hizo un intento por hablarle pero las palabras no salían de su boca.
Con su ultimo esfuerzo materializo a Hierophant Green para pedir que lanzara un Emerald Splash hacia el reloj de una torre conjunta.
Solo esperaba que Joseph, recibiera su mensaje..
Ese seria el ultimo.
El ultimo Emerald Splash.
Esperaba que su mensaje fuera entendido, que Joseph le dijera a todos el secreto de Dio, y que lo derrotaran de una vez por todas.
Miro a Hierophant Green, no pudo evitar que una sonrisa se dibujara en sus labios, no le importaba morir con él a su lado...
Sin embargo, su ultimo pensamiento estuvo dedicado a la persona que le salvo en ese viaje, le había prometido que todo estaría bien al momento en que se separaron, que no tenia que preocuparse, ¿Jotaro lo perdonaría por mentirle? Seguramente no..
Se encontraba con Joseph en la ambulancia, después de que hiciera su maldita broma..
Pero sólo había una cosa que rondaba por su mente.
-Viejo, ¿Donde esta Kakyoin?. —Le preguntó Jotaro, intentando no sonar desesperado.
-Jotaro.. —Joseph hizo una mueca al recordar lo que había pasado, gracias a que el pelirrojo pudo descubrir el poder de Dio habían ganado, pero no tenia porque haber terminado así, solo era un niño.. Soltó un suspiro profundo, esto le traía recuerdos..—Kakyoin enfrento a Dio y...
-¿Donde?.—Pregunto Jotaro, interrumpiéndolo.
-Cerca de la torre del reloj, la fundación Speed..—Joseph no pudo terminar de explicar, ya que de un momento a otro Jotaro no se encontraba más en la ambulancia.
El mayor maldijo en voz baja, y le pidió al conductor que fuera para la dirección.
Cuando Jotaro miró a Kakyoin, no lo podía creer..
-Jotaro, estaré bien te lo prometo.. Ve tras Polnareff. —Le dijo Kakyoin con una sonrisa.
Eso era lo último que le había dicho el pelirrojo, ya que no quería separarse de él...
Pero ahora sus palabras parecían ser una promesa vacia.
Jotaro con ayuda de Star Platinum se elevó lo suficiente como para tomar a Kakyoin entre sus brazos, sus manos temblaban, escucho agentes de la fundación Speedwagon acercarse pero no les tomó importancia, le gritaban cosas pero su atención estaba puesta en Noriaki.
Una vez en el suelo, ni siquiera tuvo la fuerza para mantenerse de pie y cayo de rodillas, con Star Platinum intentó hacer lo mismo que con Joseph, estimular su corazón, pero él no despertaba..
-Noriaki.. Despierta.. ¡Kakyoin! ¡Kakyoin! ¡¿Porque no respondes!? Despierta... —Jotaro sentia como su voz se rompía, y fue entonces que escucho como los agentes de la fundación Speedwagon se acercaban a él. —¡Alejen se!. —Les grito, no quería que nadie lo tocará, y creo que eso fue suficiente porque nadie se acercó, eso hasta que escucho unos pasos acercarse.
Joseph había llegado a la escena, notando que al parecer Jotaro llegó primero que la fundación.
Lo vio agachado abrazando con todas sus fuerzas el cuerpo de su amigo, se acercó a él lentamente..
Ya no había nada que hacer por Kakyoin.
-Jotaro.. —Lo llamo tranquilamente, Joseph se puso a su lado y pudo notar que el menor no había dejado de estimular el corazón de Kakyoin con Star Platinum. —Tienes que dejarlo descansar ya..
-No quiero. —Le dijo Jotaro con simpleza, apretando más el agarre que tenía en Kakyoin. — Le prometí que ya no estaría nunca más solo, y no estuve con él cuando más me nesesito.. —Le dijo con un tono de voz roto. Joseph sintió una punzada en el corazón, ya que había estado en la misma situación... — Abuelo.. Dame una descarga con Overdrive..
-Jotaro.. Yo no.. —Joseph se iba a negar pero Jotaro levantó la mirada un poco, y pudo ver como lágrimas corrían por su mejilla. Hay entendió porque lo pedía, era la única manera que él dejara a Kakyoin.. —¡Overdrive!. —Le dio una descarga lo suficientemente fuerte como para desmayar lo y no dañarlo.
Jotaro se fue un poco de lado, pero Joseph lo sostuvo, vio cómo los agentes se acercaban a él y le quitaban el cuerpo de Kakyoin de sus brazos, no lo quería soltar pero apenas tenía fuerzas para seguir abriendo los ojos, lo último que pudo escuchar antes de perder el conocimiento fue que uno de los agentes decía...
-¡No puede ser él esta respirando!..
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