( desire, seven )
unleashed

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La punta afilada de una aguja captó el resplandor de la luz del techo. Con mano firme, Deaton bajó una jeringa hacia un pequeño terrier que Scott mantenía inmóvil sobre la mesa. El dueño del perro miraba con notable ansiedad.

—No le va a hacer daño, ¿verdad? —Preguntó.

Deaton negó con la cabeza. —Solo un poco. Pero, para ser honesto, generalmente encuentro que son los dueños...

Deaton rápidamente introdujo la aguja. El perro apenas parpadeó mientras el joven respiró aterrorizado. —...Quienes sienten más dolor —El hombre soltó una risa avergonzada. Scott levantó al perro de la mesa y lo ayudó a volver al suelo.

—Está bien, le avisaremos si encontramos algún parásito en la muestra. Pero creo que probablemente se comió algo que no debería haber comido —Deaton confirmó.

Acariciando suavemente al perro mientras Kyle lo ataba, Scott notó la etiqueta con su nombre; Bullet. Él sonrió. —Buen nombre.

Kyle, el propietario, parecía tímido.
—Tiene dos hermanos en casa llamados Beretta y Trigger. Familia militar —explicó mientras Bullet rodaba de espaldas hacia Scott, exponiendo su estómago en una pose sumisa. Kyle soltó una risita—. Supongo que sabe quién es el Alfa.

Scott soltó una risa nerviosa, evitando el contacto visual. No vio que Deaton también reaccionara a la elección coincidente de palabras de Kyle, pero con una mirada más pensativa que divertida. Una mirada de preocupación. Al darse cuenta de que todavía tiene la jeringa en la mano, Deaton se volvió y la dejó caer en un contenedor marcado como Peligroso.

* * *

Scott quitó la tapa de un recipiente marcado como Bullet y prepara la muestra para diluirla. Pero luego hizo una pausa. —Oiga Doc, creo que encontré algo.

Deaton intervino para mirar por encima del hombro. —Enjuágalo —Mientras Scott trabajaba, Deaton agarró una pinza. Lo usó para tomar una pequeña baya blanca de la muestra.

Scott lo miró, confundido. —¿Qué es?

Deaton suspiró. —Definitivamente venenoso. Para el perro, y en realidad, también para ti.

Scott dio una suposición, aunque se parecía a lo que había visto.
—¿Acónito?

Deaton negó con la cabeza con tristeza. —No. Muérdago.

* * *

Scott sacó su sudadera con capucha negra de su casillero, mirando a su mejor amigo que comenzó a temblar levemente por los nervios. —Buscamos por todas partes. Es como si hubiera desaparecido. Dejó su coche, su perro.

Stiles asintió bruscamente mientras se ponía torpemente su sudadera gris sobre su equipo de atletismo. —Está bien. Era, como... ¿podría haber sido virgen tal vez? ¿Se veía como virgen? ¿Era, ya sabes, virgen?

Scott negó con la cabeza y comenzó a susurrar: —No, definitivamente no. Deaton me hace tener sexo con todos sus clientes. Es una nueva política —Luego comenzó a reírse bastante fuerte de su propia broma antes de suspirar profundamente ante la mirada de Stiles para decir que no era divertido—. No, no sé si era virgen. ¿Y por qué hablas como si ya estuviera muerto? Simplemente está desaparecido.

—Desaparecido y presuntamente muerto porque probablemente es virgen, Scott. ¿Y sabes quién más es virgen? Yo. Yo soy virgen, ¿de acuerdo? ¿Y sabes lo que eso significa? Significa que mi falta de experiencia sexual ahora es literalmente una amenaza para mi vida. Está bien, necesito tener sexo, como, ahora mismo. Alguien debe tener sexo conmigo, como, hoy. ¡Alguien debe tener sexo conmigo ahora mismo! —Stiles dejó escapar un gran suspiro.

Danny dejó la fila de casilleros donde se cambiaban para unirse a Stilinski.
—Está bien, yo lo haré.

Stiles dejó escapar un grito de sorpresa antes de enfrentarse a Danny. —¿Qué?

Danny asintió con la cabeza. —Ven a mi casa a las 9:00. Quédate toda la noche. Me gusta acurrucarme.

Stiles parecía no haberse dado cuenta de la broma. —Oh. Eso fue muy dulce. ¿Es broma?

Danny soltó una carcajada. —Sí, bromeo.

Stiles gruñó de una manera extremadamente no intimidante en voz baja. —Está bien, sabes, no juegas con los sentimientos de un chico así, Danny. No es agradable, ¿de acuerdo?

Danny levantó las manos en posición de rendición. —Lo siento, pero eh, ¿tal vez pruebes suerte con Elle? —Le envió un guiño a Stiles antes de alejarse.

Stiles arqueó una ceja, ignorando el rubor en sus mejillas. —¡Ja, ja! ¿Escuchaste eso? ¿Tú... crees que...? —Stiles cayó sobre sus palabras patéticamente.

Scott negó con la cabeza, riendo. —¡No, de ninguna manera!

Stiles miró hacia abajo con tristeza pero se animó de nuevo. —Aunque estoy casi ahí, así que tal vez...

—No.

* * *

Derek observó a Cora hacer dominadas en una de las barras de infraestructura del loft Hale. —Detente. No has terminado de sanar.

Cora se volvió con las cejas levantadas mientras se agachaba para hacer algunas flexiones. —¿Sí? Bueno, ya me cansé de estar acostada.

Derek miró a su hermana con los ojos en blanco. —Entonces siéntate.

Cora lo ignoró. —¿Me vas a ayudar a encontrarlos? —ella comenzó a hacer flexiones antes de que Derek le pateara la mano y la hiciera caer. Cora gruñó y comenzó a golpear a Derek—. ¡Vamos, pelea! ¿Regresé para esto? —Cora se burló—. No puedo creer que haya estado encerrada en una bóveda durante tres meses por ti. Todos esos rumores que escuché. Un nuevo Alfa poderoso, uno de los Hales, iniciando una manada. ¿Sabes cuánto tiempo esperé para escuchar algo como eso? ¿Tienes idea de cómo se sintió al descubrir que estabas vivo?

Derek no parecía molesto cuando hizo contacto visual con su hermana menor. —Lamento decepcionarte —Una alarma empezó a sonar y los Hale empezaron a hacerlo.

—¿Qué es eso?

Derek gruñó. —Problemas.

La puerta se abrió para revelar a Ennis, sus ojos rojos brillando maliciosamente cuando Cora comenzó a correr hacia adelante, con la intención de enfrentarse a él.

Derek gritó. —No, espera. ¡Espera! —Tan pronto como Cora alcanzó al otro alfa, fue inmovilizada por la garganta en el suelo.

Ennis miró al Hale mayor. —¿Listo para una revancha?

Derek se transformó para revelar sus ojos rojos. Kali abrió más la puerta, balanceando sus piernas hacia Derek, las cuales él esquivó, las garras incapaces de alcanzarlo. Consiguió uno o dos disparos antes de que ella saltara y arrancara un poste de la pared donde estaba Cora unos minutos antes, golpeándolo en la cabeza con él, por lo que cayó al suelo. Una vez que estuvo abajo, ella rugió y empujó el poste de metal a través de su cintura.

Deucalion entró casualmente, sosteniendo el brazo de un hombre rubio desconocido que tenía una sonrisa diabólica en su rostro. La pareja se detuvo frente a la figura encorvada de Derek. —¿Terminaron? Porque solo escuchar eso fue agotador. Así que... hablemos.

* * *

Deucalion se sentó en una silla viendo sufrir a Derek. —Lo siento, Derek. Le pedí a Kali que fuera gentil, pero...

Kali miró al alfa. —Estoy siendo gentil —Torció el poste que estaba incrustado en Derek.

Derek ahogó un susurro mientras trataba de mirar a su hermana.
—Déjala... déjala ir.

Cuando Ennis hizo lo que Derek le pidió, Cora se acercó corriendo hasta que Derek negó con la cabeza. Deucalion miró al único beta en la habitación antes de volverse hacia Derek. —¿Ves? No somos irracionales.

Le dio una palmada en la espalda al hombre rubio que dio un paso adelante y torció el poste en Derek mientras aún estaba muy atrás. Derek dejó escapar otro gemido mientras los Hale miraban al rubio con sorpresa y reconocimiento.

Dijo Deucalion al sentir la sorpresa de Derek y Cora. —Lo siento, ¿no te lo dije? Este es Daniel. Mi brujo.

Daniel envió una sonrisa falsa a los dos hombres lobo y extendió una mano frente a él. Enfocó sus ojos en Cora y apretó su mano en un puño con una mirada reacia. La joven gritó cuando sintió que los huesos de su pierna se rompían simultáneamente con los movimientos de Daniel.

Derek jadeó, escuchando a su hermana gritar. —¿Qué quieres? ¿Quieres matarme?

Deucalion gruñó. —¿De verdad crees que soy tan aburrido? No me compares con sociópatas como tu tío. Soy un hombre con mucha más visión que un simple asesinato. De hecho... —Deucalion se quitó las gafas—. Estoy aquí para enseñarte cuánta visión puede tener un ciego —Hizo que sus ojos brillaran con un rojo brillante.

* * *

En la avalancha de estudiantes entre clases, Scott siguió a Isaac hasta su casillero. —No dejes que te moleste. Es sólo un castigo a la hora del almuerzo. Si todo lo que quieren ahora es fastidiarte, entonces no les des el gusto. Solo quieren molestarte.

Isaac prácticamente gruñó. —No solo se trata de mí.

Scott siguió su mirada. Al final del pasillo, Lydia se apoyó en su casillero, coqueteando con Aiden. A pesar de ser amigo de Lydia y no querer que ella corriera ningún peligro, Scott estaba bastante aliviado de que fuera Lydia en lugar de Isabelle a quien había llegado a considerar una hermana. Además, si Stiles descubría que estaba coqueteando con otro chico después de que casi se habían besado unas cuantas veces, bueno... digamos que Scott no querría ser el que le diera las malas noticias.

La audición de Scott se ajustó, retomando su conversación.

* * *

Aiden se apoyó en el casillero de Lydia y la miró guardar sus libros. —¿Qué tal hoy en la noche?

Lydia negó con la cabeza. —Nop. Estudiaré.

Aiden enarcó una ceja. —Yo podría ayudarte.

Lydia se rió levemente mientras cerraba su casillero. —¿Tiene un coeficiente intelectual superior a 170?

Aiden frunció el ceño. —No. ¿Quizás puedas ayudarme tú a mí? —Lydia se burló, le dio unas palmaditas en el pecho y se alejó.

* * *

Scott se volvió hacia Isaac cuando vio a Aiden alejarse. —¿Qué?

Isaac sonrió. —Ahora quieren molestarte a ti.