21
Abrí la puerta encontrandome con Yoongi afuera apoyado en su carro, al verme sonrío, me acerque a él para abrazarlo.
- Estás muy bonita - habló casi susurrando.
- Gracias - contesté con una sonrisa.
Me abrió la puerta para el luego subirse y arrancar.
No tuve problemas al salir, ya que mamá ni le intereso donde iba, ella estaba hablando por celular, ya se el estaba haciendo costumbre ignorarme, solo asintió y le avise que quizás llegue tarde.
Pasaron casi veinte minutos y habíamos llegado a una casa que suponía que era la fiesta, Yoongi me ayudo a bajar, para después cerrar las puertas del carro con seguro y adentrarnos a la casa.
Una pareja nos recibió con una sonrisa, dándonos pase, había muchas personas dentro, se estaban divirtiendo, caminamos hasta encontrar a Félix y Suran junto a otras personas más que no conocía.
- Hola Heesook, que bueno verte de nuevo.- habló Félix, acercándose a saludarme con un abrazo.
- Ah me da mucha alegría verte Hee - esta vez habló Suran parandose del sillón para acercarse a mi y abrazarme también.
Yo también estaba alegre de verlos de nuevo, saludé a todos incluidos a las otras personas que desconocía, me senté junto a Suran, Yoongi acompañó a Félix a traer los tragos, mientras yo conversaba con Suran.
Recibí solo un vaso de vodka, no pensaba beber, no quería embriagarme, Yoongi se sentó a mi costado mientras bebía su vaso.
- Tranquila yo tampoco beberé, solo esto tomaré, tengo que manejar - sonrío mostrando sus perfecta dentadura.
Asentí con una sonrisa también, y así la pasamos casi toda la noche, conversando, bailando y riendo, ya era tarde así que nos despedimos de todos.
- Yoongi, prométeme que traerás otra vez a Heesook - pidió Suran.
- Lo prometo, siempre y cuando Heesook quiera venir - río.
- Lo haré - conteste para abrazar a Suran y despedirme.
Salimos de aquella casa, para subir al carro de Yoongi, el cuál subió y arranco de inmediato.
En todo el camino solo hubo puras risas de parte de ambos, realmente la pasaba muy bien al lado de Yoongi, pasaron aproximadamente unos treinta minutos, ya habíamos llegado a mi casa, ambos bajamos.
En toda la noche había olvidado aquella escena que vi en la ventana, ahora me encontraba besándome con Yoongi afuera de mi casa, sin importarme si mi mamá nos pudiera ver, no me interesaba nada, solo estaba disfrutando de aquellos labios delgados rosa y finos de Yoongi. Esto se había hecho costumbre, nos besabamos cada vez que nos veíamos, y mentía si decía que no me gustaba, poco a poco nos separamos lentamente.
- Debes descansar Heesook es tarde - sonrío Yoongi, asentí también sonriendo - yo dormiré igual.
Beso mi mejilla para subirse a su auto y irse. Me quede embobada por un instante, sonrei como idiota, hasta verlo desaparecer, pero al ver a Jimin salir de su casa mi sonrisa se esfumo, saqué mis llaves, queriendo abrir mi puerta rápidamente, pero sentí sus manos en las mías deteniendome, para después sentirlas en mi cintura volteandome, quedando frente a frente.
- ¿Por qué me haces esto? - habló, su semblante era serio - ¿te gusta verme de esta manera acaso? - pregunto pero al no respoderle me quiso apegar a su cuerpo pero yo rápidamente quite su manos de mi cintura para ponerlas en su pecho impidiendo que me acerqué más a él.
- Déjame en paz - lo empujé, haciéndolo retrodecer unos pasos, pero de nuevo agarró mi brazo - ¿No entiendes acaso? ¿O eres idiota?.
Quise soltarme de su agarre, pero fue imposible, él tenia mucha más fuerza que yo.
- Insultame todo lo que quieres allá en mi casa, aquí nos podrían escuchar - me jalo, casi arrastrandome a su casa.
Cerró la puerta y se paro frente mío.
- Bien, vamos sígueme insultando, estamos solos ahora, grita todo lo que quieras.
Sonrío para luego verlo sentarse en uno de sus sillones de su sala y servirse un vaso de vino.
- Sólo quiero irme - solté, girándome a abrir la puerta pero esta no se abría, él le había echado llave o seguro al parecer.- Ábrela.
Negó varias veces, el se mantenía sereno, mientras yo estaba perdiendo la cordura, voltee nuevamente esta vez mirándolo, esa sonrisa no desaparecía de su rostro, quería salir pero a la vez quería quedarme, ni yo misma me entendía.
- ¿Me has extrañado Heesook? - preguntó parandose del sillón y dejando el vaso a un lado viniendo a mi - porque yo sí pequeña, han pasado tres malditas semanas en la que no te he visto, en donde no he podido tocarte, ni probar esos labios esquistos que tienes.
Lo tenia frente mío, podía oler su perfume tan varonil, ver de cerca esos labios carnosos, que deseaba besar. Mi piel se erizo al sentir una de sus manos tocar mi cintura de una manera suave, su otra mano fue a dar en mi mejilla en la que acarició lentamente, cerré mis ojos al sentir sus caricias, las cuales había extrañado tanto.
- He pensado mucho en ti, no sabes cuanto - susurró en mi oído - me he masturbado en tu nombre.
El iba a seguir hablando pero lo interrumpí.
- Mientes - abrí mis ojos enfrentandolo - tú la has pasado bien - solté sin nada de vergüenza, dándole a entender que lo había visto divitiendose con aquella rubia.
Vi que ramojo sus labios, un acto muy seductor para mis ojos, la mano que estaba en mi mejilla subio hasta a mi cabello en donde lo acarició.
- Digo la verdad Hee, he tenido que tener una imagen mental tuya desnuda, en mi cabeza para poder acostarme con otra persona, ¿no te das cuenta acaso lo que me estás haciendo? Una muchachita de tan solo diecisiete años me tiene muy mal, esto increíble.
Me atrajo hacia a el, sintiendo su labios en mi cuello, dejando besos en esa zona para luego mirarme y besarme desesperadamente, otra vez sentía esos labios en los míos, me estaba dejando, podía detenerlo, lo podía hacer, pero detenerlo no era lo que quería realmente. Su lengua también se unió, convirtiéndose en un beso sucio. Apretó mi cintura nada brusco, para después bajar su mano a mi trasero en donde también lo apretujo a su antojo.
- Déjame mostrarte que digo la verdad - habló de repente.
Me quedé callada, al ver que no dije nada otra vez me besó esta vez era lento, me cargo, inconscientemente enrollé mis piernas en su cintura, mientras él subía las escaleras sin dejar de besarme.
Cerró la puerta con su pie, despegó sus labios de los míos para tirar mi cuerpo a la blanda cama, cayendo echada en ella, se subió encima mío sin poner su peso, empezando a devorar mi boca, esta vez le correspondí.
En un abrir y cerrar de ojos él se estaba quitando la ropa, quedando solo en bóxer, sonrío de lado al ver que lo estaba mirando.
- ¿Te gusta lo que ves? - alzó una de sus cejas, solo asenti, agarro una de mis manos y la llevó a su entrepierna la cuál la cubría esa tela azul - mira como me tienes.
Restregó mi mano en su entrepierna descaradamente, haciendo que él jadee. Dejó mi mano, comenzando a quitarme los zapatos, el pantalón que traía puesto aún, último la blusa negra, quedando en ropa interior, aunque el ya me haya visto tenía aún vergüenza que me viera, así que con la sábana que estaba a un lado mío me cubrí rápidamente, pero la quito de inmediato.
- No tengas vergüenza, me encantas - fue lo que dijo para luego dejarme un beso en la mejilla haciendo sentir segura.
Empezó a besar cada rincón de mi cuerpo, dejando besos en todo lado, incluso en una de mis cicatrices de mi pierna derecha que tuve de niña, se sentía demasiado bien. Sus dedos jugueteaban en mi zona íntima, sobandola haciendo que jadee, termino por quitarme mis bragas, dejándome desnuda ante sus ojos, vi que mordió su labio. Hizo que abriera mis piernas, sintiendo uno de sus dedos en mi clítoris, él me estaba haciendo sufrir.
- Ji-min - hablé con dificultad.
El solo sonrío, para luego sentir uno de sus dedos dentro mío, haciendo que arruge mis cejas, luego metió otro dedo más, empezó con el mete y saca lentamente, haciendo que sienta dolor pero a la vez placer.
- Estás muy mojada nena - habló - tengo mucho celos ahora mismo de mis dedos - susurró con una vez ronca que me enloqueció por completo.
Sus dedos me estaban enloqueciendo, estaba por venirme, pero él saco sus dedos de mi interior.
- Échate - ordenó, no dije nada y solo me acosté como el había dicho - abre tus lindas piernas nena - obedecí sin reprochar.
Se paró sacando de su cajón un plástico plateado, era un preservativo, se quito su bóxer, saliendo su pene erecto, se puso la protección con una sonrisa coqueta, para después acercarse hasta la cama en donde yo me encontraba con las piernas separadas, él teniendo vista de mi feminidad.
Se arrodillo en la cama, me contempló unos momentos mientras agarraba en una de sus manos su miembro preparándolo un poco, sentía mucho temor, era mi primera vez, ¿dolería?, mi cuerpo temblaba en demasía, y él se dio cuenta.
- Tranquila - pronunció con serenidad - seré suave contigo por esta vez.
Se acerco un poco más, acarició mi mejilla para sentir la punta de su pene adentrarse en mí, para después sentir toda su longitud en mi interior, haciendo que chille, dolía demasiado, escuché como soltó un gemido al enterrarse dentro mío, se quedo quieto unos minutos, para luego empezar a moverse lentamente.
- Si eras virgen, joder - hizo su cabeza hacía atrás, mientras gemía.
Sus movimientos aumentaron de velocidad haciendo que la cama se mueva a su ritmo, el dolor que sentía poco a poco se iba, convirtiéndose en placer, mis paredes envolvían perfectamente al miembro de Jimin, sin querer soltaba gemidos, los cuáles no querían que se el los escuche por vergüenza.
- No calles tus gemidos, me encanta escucharte.
Comtemplaba desde abajo las mejillas rojas de Jimin, el sudor que tenía en su rostro y en su cuerpo, su cabello desordenado, sus ojos cerrados mientras se movia, era muy excitante verlo de esa manera. La habitación estaba inundada de gruñidos, gemidos, jadeos y de nuestros cuerpos chocar en cada embestida que el daba, sus pequeños ojos se abrieron, ambos nos mirábamos fijamente, hice mi cabeza hacia a un lado, esquivando su mirada.
- Quiero que me mires - agarró mi mentón e hizo que lo miré - tú que decías que nunca estarías conmigo así, ahora mírate, te estoy follando Heesook.
Sus embestidas era lentas ahora, su mirada nunca se despegó de la mia, cada estocada me llevaba al mismísimo paraíso, nunca pensé que perdería mi virginidad con el, ahora estoy en su cama, el haciéndome suya, había caído como él quería, había perdido, caí en sus encantos.
Mis manos fueron a dar en su cuello, mientras el me penetraba sin piedad, sentí mi vientre doler, mi clímax estaba cerca, y estaba segura que de él también, lo supe cuando empezó a moverse rápido, de una manera inhumana, apretando mi cintura, haciendo que suelte uno que otro gemido.
Minutos torturosos pasaron, y ambos habíamos llegado al clímax, se acostó al lado mio, tratando de recuperar su respiración.
¿Que seguía ahora? él había conseguido lo que quería desde el principio, "tener sexo", porque eso era lo que habíamos hecho. Vi que se sento botando el perservativo en el tacho de basura, para nuevamente acostarse, agarró la sábana blanca tapándo mi cuerpo desnudo. Me sentía avergonzada, no tenía el valor de mirarlo a la cara después de lo sucedido.
- Fue estupendo Heesook - fue lo que dijo, agarro mi cintura volteandome haciendo que lo mire. Pensé que diría otra cosa, pero me equivoqué.
No dije nada, me sentía muy cansada, mis ojos poco a poco se fueron cerrando, hasta quedarme profundamente dormida.
¡Holaa! espero les guste, si ven algún error mil disculpas, algunas personitas me dijeron que les pasara la playlist la cuál me inspiró a hacer esta historia, el link esta mi perfil, también en mi tablero.
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