🥀 Capitulo 26.
- Mew Suppasit, un placer directora Lawan Kaewcharoen .
El de ojos miel hizo una reverencia, estrechando la mano de la mujer mientras tomaba su muñeca en señal de respeto.
Observó el rostro neutral de la mujer. Marcas de expresión, y arrugas a los costados de sus ojos violetas, dueños de una mirada afilada y juzgadora. Cabellos blancos y perfectamente cortados. Una postura perfecta y elegante como sus ropas de costosas marcas. Así era Lawan Kaewcharoen, dueña de una de las empresas de tecnología médica más grande de Tailandia.
A Mew le intimidaba la mujer no sólo por su mirada juzgadora, si no por el claro poder que ella tenía.
–Un placer, Mew. La mujer retiró su mano y miró a su hijo quién le sonrió como un niño.
–¿Y entonces, mamá? ¿Lo vas a contratar, cierto?
La mujer pareció no mostrar señal alguna de su decisión, solo dio media vuelta, caminó hasta su escritorio y tomó asiento. Mew miró a Kao y este le hizo una señal con sus manos para que no se preocupara.
Al parecer, o estaba seguro de que su madre lo aceptaría o hacía como que lo sabía.
–Bien. - Su voz captó rápidamente la atención de ambos hombres.–Mew, ven aquí, siéntate. - Lo llamó sin mirarlo.
Mew se percató de que ahora tenía puestos lentes y revisaba lo que parecía ser su currículum. Vio por última vez a Kao y avanzó hasta la silla frente al escritorio de la mujer, tomando asiento.
- Fuiste un alumno destacado tanto en secundaria, preparatoria y universidad. Sabes hablar fluidamente inglés y japonés... Aquí dice que obtuviste una beca pero tu carrera está incompleta, ¿Es así?
Kao decidió tomar asiento en un sillón y mirar por el gran ventanal de la oficina de su madre. La vista del centro de Bangkok no era muy buena a esa hora, pero no tenía nada con lo que distraerse.
–Así es, obtuve una beca pero por circunstancias solo pude estudiar los primeros tres ciclos de medicina. — Explicó.
A su mente llegó la imagen de Gulf recostado en su cama matrimonial, con su gran estómago a simple vista, durmiendo y en paz. Precioso. Así lo había dejado en la mañana antes de salir.
Tuvo que reprimir una sonrisa de enamorado. No era momento para eso.
–Ya veo. Aquí dice que empezaste a trabajar en un restaurante como lavaplatos, luego en otro como mesero. — Lawan dejó su currículum de lado y unió sus manos huesudas sobre el escritorio. -¿Porqué no concluiste tus estudios? Tus notas eran prometedoras.
Mew pensó en qué decirle. ¿Debería hablar sobre Gulf, no es así? Que tuvo que buscar empleo rápidamente para hacerse cargo de su pareja y ser independiente.
Cuando abrió su boca para hablar la voz de Kao lo interrumpió.
- La mamá de Mew enfermó y como no tenían los recursos suficientes para su tratamiento tuvo que buscar rápidamente un trabajo.
Las cejas de la mujer parecieron juntarse ligeramente. -No te pregunté a ti, Kao. No seas insolente y tráeme un café. Rápido. - Lawan chasqueó los dedos.
-¿No puedes decirle a alguien más que lo haga?
- No puedo.
Kao murmuró para sí mismo y se levantó del sillón en una de las paredes para acercarse a la máquina de café a tan solo pasos. Pronto tenía en sus manos en pedido de su madre y caminó hasta ella para dárselo.
- Aquí está, madre.
Mew conectó un momento miradas con él. Kao aprovechó para articular un Sígueme la corriente.
–Gracias, ahora te pido que salgas.-Señaló la salida.
— Sí, sí.– Hizo una pequeña reverencia a su madre. Volveré luego.
Al cabo de un momento se escuchó la puerta cerrarse. Kao había salido dejando a un Mew que estaba ligeramente confundido.
¿Era él o Kao le dijo indirectamente que no hablara de su familia?
- En lo que estábamos. ¿Dejaste tus estudios inconclusos por tu madre que enfermó, como dice mi hijo?
Mew dudó pero confío en Kao. — Sí, directora. Mi madre está enferma, y aún se recupera. Tuve que buscar un empleo para poder sobrellevar los gastos en casa y para su tratamiento.
Ella lo miró un momento y luego asintió. — Espero se recupere pronto.
El de ojos miel se relajó. - Sí, gracias directora Kaewcharoen.
- En fin... Supongo que ya tengo mi decisión.
La mujer retiró sus lentes con una mano y apoyó el codo de esta en el escritorio. Lo miró un momento y Mew también la miró, tratando de no lucir nervioso, con la espalda recta y la expresión neutra.
Se escuchó una risa baja de la voz femenina.
Las marcas de expresión de la mujer se acentuaron cuando las comisuras de sus labios se tiraron para arriba y extendió su mano para que Mew la estrechara.
- Bienvenido a Health And Future Company, Mew. Empiezas mañana como mi secretario personal.
Mew sonrió ampliamente y estrechó la mano de la mujer, levantándose de su asiento.
- Gracias por la oportunidad. Daré mi mayor esfuerzo.
Al cabo de unos momentos ya estaban en la puerta de la gran oficina, despidiéndose, pero la presencia de Kao los interrumpió.
-¿Lo contrataste, madre?
La mujer asintió con los brazos cruzados.
- ¡Felicidades, Mew! - Lo abrazó con cariño.– Y gracias madre por tomar en cuenta mi petición.
- Después de tantas veces que me pedías contratarlo, debe ser por algo, y ahora que lo conozco, estoy segura que Mew es perfecto para ser mi mano derecha.
- No te arrepentirás. — Kao no se separó de Mew, al contrario, pasó un brazo por sus hombros para acercarlo más. Emocionado.
- Espero no arrepentirme. - La mirada filosa de la mujer miró a Mew y luego a su hijo. —Ahora si me disculpan debo volver al trabajo.
- Espera, madre. - El hombre se acercó a su madre y le sonrió.- ¿Recuerdas que accediste a pagarle un monto por adelantado?
El oji miel parpadeó sorprendido, ¿Él le había pedido eso a su madre? ¿No era demasiado? No quería causar malas impresiones.
-No es tan necesario, no quiero aprovecharme, directora Kaewcharoen
Lawan miró a su hijo y luego a Mew que lucía nervioso y negó.
- No te preocupes, Mew. Kao me lo pidió y accedí, porque sé que es para tu madre enferma. - Sus palabras eran amables pero su mirada seria. - Mañana tendré listo tu cheque.
En parte accedió a eso y a darle el trabajo a Mew por su hijo. Ella era demasiado blanda con él, lo amaba demasiado.
–Genial, gracias madre. - Dejó un rápido beso en una de sus manos y se acercó a Mew.
–En todo caso, muchas gracias. — Hizo una reverencia. Cuando se enderezó volvió a tener uno de los brazos de su amigo en sus hombros de forma amistosa.
- Espero de ti un excelente trabajo como pago, nada más. Ahora, debo volver a mi oficina. - El oji miel asintió.
—Sí, sí, y yo llevaré a Mew a su casa. Sonrió.
-Ten cuidado.
- Claro, y luego de dejar a Mew sano y salvo en su casa, volveré para ir a almorzar, ¿Bien?
La mujer asintió y escaneó al de ojos miel siendo abrazado por su hijo por los hombros, ambos viéndose muy cercanos pero cómodos. Sonrió marcando sus arrugas en las esquinas de sus ojos.
- Está bien, yo te espero, Kao.
Mew le dedicó una reverencia separándose del abrazo lateral. - Hasta mañana, directora Kaewcharoen
- Vamos, Mew, celebremos, ¡Yo invito! - Tomó su mano y lo jaló con diversión. La mujer lo notó.
Los vio alejarse entre bromas y risas. Su hijo felicitando a Mew por haber conseguido ser contratado y él riendo sinceramente. Mirándose con aparente diversión. La sonrisa de Lawan no se desvaneció y entró a su oficina sobre sus altos tacones de punta rojos.
- Luces muy serio, Suppasit. Cálmate, hermano, ¡Conseguiste el empleo!
-Sí, lo sé, y gracias por eso, pero enserio necesito que me expliques. - Se cruzó de brazos.
Mew exhaló viendo a su amigo acomodando su cabello en el espejo retrovisor. Su petición fue ignorada.
-Kao, ¿Puedo saber porqué no dejaste que cuente la verdad de porque dejé mis estudios? Hiciste que le mienta a tu madre, idiota.
Kao se aseguró de estar bien arreglado y se sentó correctamente. Miró a Mew irritado dedicándole una mirada penetrante y suspiró.
- Ah... Mira, no me malinterpretes. No digo que debas sentirte avergonzado de Gulf o de tus hijas. Esa no es la razón.- Lo miró y la sinceridad estaba en sus ojos. — Nunca te lo dije, pero mi madre tiene un especial odio por los hombres Donceles. Mi padre nos dejó por un Doncel. Es algo que marcó a mi madre.
Mew parpadeó un momento confundido. –Pero se volvió a casar...
- Supongo que quiere a su nuevo esposo, llevan años juntos, pero es algo... Un rencor, ¿Sabes? La semana pasada despidió a un empleado porque se enteró que estaba casado con un Doncel, tenía familia y todo. Ella misma me lo confesó, y no es la única vez que lo hace. Así que, si deseas este trabajo, nunca mencionarás a Gulf, ¿Entendido?
- ¿Tengo que ocultarlo? - No le gustaba esa idea.
Kao se recostó en el asiento y lo miró. - Piénsalo bien, hombre. Este es un buen trabajo, y en tus manos tienes lo necesario para una vida cómoda junto a tu familia. Quizás sea solo por ahora, luego yo puedo buscarte un nuevo empleo, tengo contactos.
Mew también lo miró y resopló, peinando sus cabellos. Lo hablaré con Gulf.
Kao asintió. - Me parece bien.
Sus manos se dirigieron al volante de su costoso automóvil y arrancó.
Pronto estaba frente a su casa, Kao lo había dejado frente a esta y ya se había marchado. Caminó hasta la puerta de su humilde hogar y buscó en sus bolsillos su juego de llaves, pero tuvo que tocar el timbre al no encontrarlas. A los pocos segundos la puerta fue abierta.
- Hola, bebé.
Gulf lo recibió con una gran sonrisa y el delantal puesto. Mew aflojó su corbata y le robó un rápido beso. Ambos entraron y Gulf cerró la puerta sonrojado.
-¿Entonces? ¿Qué pasó?
Antes de decir nada Mew arrugó el entrecejo al ver a Gulf con el delantal puesto.
-¿Estuviste cocinando? Bebé, te dije que yo lo haría. - Quitó sus zapatos y empezó a caminar en calcetines con Gulf detrás suyo.
Bueno, quería hacer algo por ti. — Mew lo miró enternecido.
El menor siguió al mayor hasta el sofá y se sentaron juntos. Con sus ojos dorados escaneó el cuerpo de su pareja con ese traje puesto. Nunca lo había visto así.
Debo admitir que ese traje te sienta muy bien. — Besó su mejilla y le sacó una risa al más alto. Ahora cuéntame, ¿Te contrató?
-Sí, lo hizo. Mañana empiezo.
Los ojitos de Gulf se abrieron un poco más por la emoción y luego se hicieron unas finas líneas gracias a la gran sonrisa que se formó en sus gruesos labios. Una imagen preciosa para Mew.
-¡Felicidades, MewMew!
Un beso, dos besos, tres besos y se separaron en un suspiro.
La mano de Mew empezó a acariciar el gran estómago del menor. Plantó un último beso en sus gruesos labios y le sonrió como pocas veces hace. Una sonrisa grande y sincera llena de amor hacia la personita frente suyo.
- Podremos comprar los mejores alimentos, ahorrar para nuestras niñas y pagar por fin los medicamentos de mamá.
Gulf asintió más que feliz. Calmado, en paz, porque sabía que las cosas de ahora en adelante serían más fáciles. Tenía el amor de su Mew, y pronto no habrían preocupaciones monetarias.
-Te amo.
Y mientras ellos se amaban con todo de sí mismos, al otro lado de Bangkok, la madre de Kao se encontraba cansada en su oficina. Lawan Kaewcharoen resopló, recostando su espalda en el respaldar de su silla de cuero. Sus dedos se dirigieron a su cuello dando pequeños auto-masajes. Habían sido días largos para ella sin su secretaria, aunque claro, a partir de mañana las cosas serían más ligeras con la ayuda de Mew, el recomendado con tanto fervor por su amado hijo.
Soltó una risa porque no pudo evitarlo. Era obvio para ella el amor entre la joven pareja.
La forma en la que le insistió que ayudará a Mew, diciendo tenerle un gran cariño. Nunca lo había visto pedirle algo por alguien. La forma en que los vió alejarse entre risas, miradas cómplices y un abrazo cariñoso hasta el auto de su hijo.
Se notaba el cariño en ellos, y Lawan no tenía problemas con que su hijo tuviera un hombre de pareja, porque amaba demasiado a su hijo como para reclamarle algo de ese tipo. Ella está convencida de que entre Mew y Kao hay amor.
Sólo pensaba cuando le confesará su relación.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro