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ꕤ「capítulo 2O」


La cena en casa era silenciosa.

Jungkook no tenía apetito pero no quería que Taehyung se preocupara por él. Unos cuantos bocados de la pasta frente suyo, pero sentía que su estómago estaba cerrado. El amargo recuerdo de haber encontrado a su madre en aquel estado, en ese mismo piso, le producía malestar.

Sus orbes verdes sumergidos en su plato casi lleno; entonces, su mente empezó a divagar, debía pensar un plan ya. Jungkook siempre piensa en un plan.

¿Qué podría hacer para conseguir el dinero necesario para el tratamiento de su mamá? Con su sueldo en aquel restaurante era decente, cubría gastos básicos con ello, no lujosos obviamente. Estaban viviendo de forma cómoda con su sueldo más el dinero que su madre gana con la tienda de telas y ropa que comparte con sus amigas, unas mujeres del vecindario.

Gracias al apoyo de Julie había logrado ahorrar dinero para sus mellizas. Para cuando deba pagar el hospital, comprar sus cunas, ropas y demás. Hasta ahora era una cantidad considerable para él, al menos decente. Y ese dinero era una opción, podría usarlo en su madre, pero habían dos problemas.

Uno, no es suficiente para pagar el tratamiento y dos, ¿Con qué dinero sostendrá a sus mellizas entonces? Los primeros meses necesitan una gran suma de dinero al ser dos, y no cree conseguir ese dinero tan fácilmente. ¿Entonces qué hacer? Ese dinero no es la solución. Descartado.

Quizás conseguir un préstamo, es una buena opción... pero si lo hace tendría que pagarlo con su sueldo por varios años, y digamos que no es la gran cosa, le descontarían casi la mayoría de su paga mensual, ¿Y con qué vivirían? Estarían como al principio, y quizás lleguen al extremo de gastar el dinero de las bebés, como último recurso para alimentarse.

Los del banco no tendrían piedad con él.

Y después de todo ni siquiera es un empleo fijo, en cualquier momento pueden despedirlo y no tendrá con qué pagar el préstamo.

¿Qué más? ¿No hay otra solución? Quizás el oficio de su madre y la tienda, ¿Podría hacerlo? No tiene ni idea de como coser a pesar de haberla visto hacerlo toda su vida. Tampoco hay tiempo para aprender.

Quizás... Quizás...

Todo se queden un quizás porque sus soluciones son un arma de doble filo. Arreglan una parte y generan uno nuevo. Tampoco son suficientes. Y entonces, luego de pensarlo tanto y de que el plato de pasta frente tuyo se enfriara, una buena idea encontró. Un nuevo empleo. Por ahí debió haber comenzado, pero sus temblorosos pensamientos siguen alterados y confusos.

Conseguir un buen empleo con la paga suficiente para poder juntarlo con su dinero ahorrado, sería suficiente, y si la paga es buena podría costear sin problemas los gastos que sus hijas traerán en unos pocos meses, al menos, lo básico.

Tan fácil como eso, bueno... no sería fácil, algo dificultoso sin duda alguna al ni haber terminado sus estudios y sus únicas experiencias laborales sean trabajando como mesero y lavaplatos. Pero lo intentaría. Debe confiar.

Jungkook debe confiar, por más que duela debe confiar en que será suficiente.

Porque si no lo es... Si no es suficiente él...

Taehyung tomó su mano y le sonrió, sus pensamientos los alejó por un momento.

― Vamos a la cama, cariño.

Dos de la madrugada y se dignaron a llevar sus cansados cuerpos hacia su habitación. Abrazados entre las mantas, sin decirse nada, con los ojos abiertos en medio de la oscuridad. Juntos, compartiendo el calor que Jungkook tanto necesitaba de Taehyung. Todo silencioso.

O al menos, hasta que un sollozo alertó a Tae, y se acercó aún más al mayor para acariciar su cabello. Jungkook estaba llorando. Entre besos y más besos Taehyung logro calmarlo. Susurrando cosas bonitas y dándole la calidez que Jungkook siempre necesita.

― Todo estará bien, cariño. ― Besó su mejilla y sus dedos recorrieron su pecho, dando palmaditas. Como si fuera un bebé. ― No tengas miedo, estaré aquí... ― Besó su nariz y luego la comisura de sus labios. ― Aquí estoy, aquí estoy. ― Susurró, Jungkook sintiendo su corazón calmarse con la suavidad de su voz. Se aferró a él mientras su mente decidía dejarlo en paz.

Minutos después, al fin se había calmado y era gracias a las palabras dulces de Taehyung. ¿Qué había hecho para merecerlo? Quizás en su vida pasada hizo algo tan bueno que ahora es recompensado con tal bello ser. ¿Qué había hecho para merecer estar a su lado a pesar de todo?

Entrelazó sus dedos con cuidado y recostó su mejilla en la cabeza del menor.

― ¿Qué hice para merecerte? Yo- uhm, sigo sin comprender del todo porqué me diste otra oportunidad... ― Sus labios besaron su coronilla. ― Dije cosas incorrectas por mucho tiempo por el miedo a enamorarme de ti, por el miedo al cambio tan repentino en mi vida, por muchas inseguridades, y ahora que lo pienso mejor, la disculpa que te ofrecí ese día no fue la mejor, pero... Tú pudiste perdonarme aún así...

Sus labios se deslizaron hacia el costado de su redondo rostro, rozando sus mejillas.

― Ni si quiera pude decirte lo arrepentido que me sentía cada que te veía triste por mis acciones o palabras sin filtro, lo siento... Yo también lamento no haberte dicho lo afortunado que me siento de tenerte, de saber que seré padre sin importar como, de saber que ya no seremos solo mamá y yo...

Un sollozo rozó sus oídos, y le hizo sonreír con ternura hacia el menor.

― Cuando te miraba a los ojos, sentía algo dentro mío, algo diferente, y le tenía miedo a ese algo... Mi única solución fue rechazarte y convencerme de que no sentía nada hacia ti y que solo estaba a tu lado por la responsabilidad.

Qué tonto fue...

― La verdad es que eran mentiras, además, mi lado protector contigo se debía a algo, y ese algo era un amor que florecía por ti, porque sabía dentro mío que por más que me negara yo... no podría evitarlo... ― Sonrió. ― Quizás me enamoré de la calidez que tus ojos me transmiten, o de tu forma tímida y encantadora de mostrarte a simple vista, de tu bella sonrisa o de tu suave voz...

Limpió sus lágrimas propias y las de Taehyung con paciencia.

― Sabía que había algo especial contigo. Esa noche, cuando nos conocimos, me importó tan poco que hayas ido acompañado de alguien más, sabiendo que posiblemente era tu pareja. Yo te seducí como no lo había hecho nunca con nadie, yo simplemente me lancé a tus brazos... Porque, Kim Taehyung, yo vivo por ti, ahora tú eres mi prioridad. Y nuestras mellizas son el porqué quiero despertar cada día...

La camiseta de Taehyung fue levantada y sus orbes verdes conectaron con los dorados a su lado; entonces, su mano se posó en el vientre abultado y una leve patadita se pudo sentir en su palma. Y lloró.

― No los he apreciado como debía, no te consolé como debía, y lo siento tanto... No- yo... Tengo tanto que decir, no soy bueno con estas cosas... Y- yo solo quiero decir que haré de todo, Taehyung, todo para recompensar cada una de tus lágrimas.

Unas pequeñas manos sostuvieron su rostro. Unos labios besaron su nariz y la calidez lo envolvió. La calidez de Tae era todo lo que necesitaba.

― Oh, Jungkook. ― Besó la punta de su nariz con terneza. ― Yo también tuve miedo, no quería enamorarme de ti, pero lo hice porque nunca experimenté algo así, ni siquiera con Yoongi, nunca. Y era difícil teniendo en cuenta que eres el padre de mis bebés, no podía no ilusionarme con ese hecho.

Limpió con sus pulgares las lágrimas del mayor.

― Viví toda mi vida en la burbuja gracias a mis padres, no me dejaron nunca hacer nada que me pusiera en riesgo tanto física como emocionalmente... Así que el verdadero amor, las consecuencias de enamorarse, el dolor al amar. Eso nunca me dejaron experimentar, por eso, dolía tanto cuando tratabas de ignorarme. Sabía que tenías tanto miedo como yo, pero nuestras personalidades son diferentes, así que tú reaccionabas de una forma y yo de otra... No había esa confianza, no hablábamos como debía ser.

Cuando los ojos de Jungkook se entristecieron a través de la lágrimas y quiso decir algo, Taehyung le plantó un beso callándolo con suavidad.

― Pero sé que eso quedó en el pasado, porque yo te perdono Jungkook, porque se lo difícil para ti que fue, para mí, para ambos. No dudo de tus palabras, no puedo, ahora sé que puedo confiar en ti porque sé como leerte. Sé que me quieres de verdad. ― Besó su mejilla. ― Sé que podemos contra todo. ― Besó la otra. ― Sé que seremos buenos padres. ― Le sonrió. ― Sé que somos una familia... ¿No es así, Jungkookie?

Su mote meloso hizo sonreír al mayor, su pecho se llenó de una plena felicidad. Un efecto que solo Taehyung tenía en él con sus suaves acciones.

Ahora fue turno de Jungkook de besarlo. Besarlo con las lágrimas ardientes entre sus labios. Tomando los gruesos y suaves muslos desnudos de Taehyung para meterse entre ellos y al finalizar el beso, esconder su rostro en el contrario. Tae podía sentir una sonrisa contra la piel descubierta entre su hombro y su cuello.

― Somos una familia, nunca lo dudes.

Plantó un beso en el lugar, con el de orbes dorados acariciando su espalda con sus pequeñas manos.

― Y no la dejaré ir por nada del mundo.

― ¿Lo prometes?

― Sí ―Besó una vez más la zona. ― ¿Y tú? ¿Prometes nunca irte?

Asintió. ― Lo prometo, Jungkookie.

Sus labios se juntaron mientras sus cuerpos se acomodaron hasta quedar en cucharita y quedar dormidos.

Mañana tendrían un largo día.

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