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ꕤ「capitulo 27」


― ¡Para, Jeon!

Jungkook negó y besó una vez más su cuello. Tae resopló tratando de alejarlo.

― Ya, terminé. ― Sonrió orgulloso al ver lo sonrojado que estaba el menor.

― Sí, sí... ― Se apartó por completo tratando de cubrir su sonrojado rostro.

Jungkook lo siguió y dieron a parar al comedor. Lo observó un momento mientras se movía colocando servilletas en la mesa.

Esa noche se veía particularmente precioso. Una camisa de seda púrpura que le compró, con el adelanto que su jefa le dio, en conjunto con esos bonitos zapatos de vestir y el pantalón de mezclilla que resaltaba sus gorditas piernas. El embarazo lo hizo ganar unos cuántos kilos que Jungkook adoraba. Gracias a eso sus mejillas estaban más llenitas.

Por su parte él había recuperado su peso normal gracias a los cuidados de Taehyung y el poco estrés a comparación de hace unos días. Sí, ya llevaba una semana completa trabajando para la madre de Baekhyun. Podía decir que las marchaban bien.

― Jungkook, la estufa.

Tae le dice, con una mano en su casi inexistente cintura, gracias al embarazo, y Jungkook asiente volviendo a la cocina para apagar la estufa como el Doncel le ordenó.

― Listo.

― ¿Se ve bien? ¿Tú que crees?

La mesa del comedor tenía servilletas, copas relucientes, sus mejores cubiertos y un vino en el centro sobre un pequeño mantel. Lucía elegante. Lo único que faltaban eran los platos con la deliciosa comida que Jungkook preparó. Al fin tendrían una cena decente donde Jungkook no tendría que dejar de comer para que Taehyung se alimente como es debido.

― Quizás debería poner unas velas... ― Pensó en voz alta. El más alto negó divertido.

Taehyung volteó para verlo tan guapo frente suyo. Nuevamente con una figura saludable y la piel ligeramente bronceada. Un saco blanco casual y una camisa negra que resaltaban su cabello negro y ojos verdes. Sus hombros anchos y considerable altura lo dejaban perdido en las mariposas dentro suyo. Completamente guapo frente suyo.

― ¿Sabes que sólo vendrá Baekhyun, verdad? No es necesaria tanta formalidad. ― Abrió sus brazos y rodeó al menor.

― ¿Pero se ve bien?

― Claro que sí.

Porque lo hiciste tú.

Tae lo rodeó con sus brazos por la cintura y se pegó a él tanto como su enorme barriga le permitía.

― ¿Sabes? Quería decirte algo.

― Dilo, bebé.

― Es sobre mis padres... Al fin tendrán vacaciones luego de meses y tiempo para venir aquí, así que los invité a cenar la próxima semana, ¿Te molesta?

Jungkook se acercó y besó su mejilla. ― No. Es más, se merecen una cena y más, ellos nos ayudaron mucho en nuestros primeros meses juntos. Sé que los extrañas además.

Taehyung lo miró un momento y asintió pegando su mejilla al pecho de su pareja.

― No te lo dije antes pero... Mamá, papá y yo discutimos hace unos meses. Fue en nuestros primeros meses juntos y desde entonces no los veo... ― Levantó el rostro encontrándose con la mirada seria de Jungkook sobre él. ― Así que te mentí cuando dije que no querían venir porque no les daban días libres, al contrario, ellos querían venir pero yo no los dejaba.

― ¿Porqué?

― Bueno... ― Se separó. ― E-ellos dijeron cosas que no me gustaron, entonces estuve molesto con ellos, pero ya no más. Entendí que era tonto estar molesto por tanto tiempo, así que los llamé y aceptaron venir.

Jungkook lo atrajo hacia sí otra vez y besó con ternura su mejilla. ― ¿Puedo saber porqué discutieron que te hizo molestarte tanto tiempo? Tú no sueles ser así.

― Te lo diría, pero no quiero hacerlo ahora y... ― Jungkook lo escaneó con sus ojos verdes y Tae se puso nervioso. ― Está bien, te lo diré. ― Se acomodó. ― Ellos dijeron que tú no eras bueno para mí, porque no creciste con un padre y... se me hizo tan tonto, que terminamos discutiendo por eso. No tenían derecho a hablar sobre eso, ni a juzgarte a ti o a Julie...

― Taehyung... ― Jungkook no podía creer lo que escuchó.

El timbre sonó y ambos miraron rápidamente hacia la puerta.

― Después terminamos con esta conversación.

Jungkook arqueó una ceja mirando la actitud de su pareja. Taehyung le sonrió nervioso, se apartó para tomar su mano y caminar ambos hacia la puerta principal. El menor la abrió con una pequeña sonrisa educada.

― ¡Hola, Jeon!

Baekhyun estaba frente suyo y al ver su rostro su nerviosismo desapareció para ser reemplazado por un extraño sentimiento de incomodidad.

Recordó la primera vez que lo vio. Ese día fue el mismo día que conoció a Jungkook, o más precisamente, esa noche. Recuerda verlos tomados de la mano y riendo de alguna cosa en la cocina de aquella casa donde su encuentro se llevó a cabo.

Era una fiesta para los estudiantes de medicina, Taehyung ese tiempo salía con Yoongi y como este era estudiante de esa carrera lo llevó con él a dicha supuesta reunión, pero terminó siendo una gran y alocada fiesta.

Tanto Taehyung como Jungkook esa noche tenían pareja. Ambos fueron infieles.

― Tu casa es linda, bueno, no es tuya es de tu madre. En todo caso dile a tu mamá que su casa es linda.

― Calla, idiota.

Los vio disimuladamente, como reían y se miraban juguetonamente. Parecían niños pequeños molestándose entre sí. Luego vio su propia mano unida con la de Jungkook y sonrió un poco, pero luego se formó una pequeña mueca en su rostro.

Es raro.

No eran celos, claro que no, él estaba más que seguro de que su amor con Jungkook era real, no habían dudas en ello aunque aún le molestara el tema del beso entre esos dos. Es solo que la situación era extraña. Estaba al lado de su pareja y padre de sus hijas, al frente suyo el ex de su pareja al que engañó con él. Y simplemente se reían sin preocupaciones.

― ¿Taehyung cierto?

El oji dorado parpadeó rápidamente saliendo de sus pensamientos revoltosos, miró a Jungkook, luego a Baekhyun y asintió con una sonrisa en su rostro.

― Así es. Un gusto, Baekhyun.

― El gusto es mío.

Pudo ver como Jungkook soltaba su mano para tomar algo en manos de Baekyun que hasta ahora, tontamente, no se había percatado. ¡Era una torta de chocolate! Y rayos, como adora el chocolate.

― Mira, bebé, tu favorito.

Taehyung asintió emocionado tocando su pancita. Las bebés y él aman el chocolate.

― Muchas gracias.

― No hay de qué, pero fue idea de mi hermosa novia.

Los ojos de Tae rápidamente se dieron cuenta de una chica al lado de Baekhyun. Muy linda, pequeña y de bonita sonrisa. Tampoco se había percatado de ella, bueno, no sabía que vendría.

― Jisoo, él es Jungkook y él es Taehyung. ― Los presentó sonriéndole con cariño a su novia.

― Un placer. ― Saludó Jungkook.

― Eres muy linda, qué gusto conocerte, Jisoo. ― Tae le sonrió y la chica lo hizo por igual.

Esperaban un saludo de vuelta, pero ambos miraron curiosos a la chica cuando empezó a mover sus manos en extrañas señas aún conservando su bella sonrisa.

Jungkook lo dedujo rápidamente, Taehyung cayó en cuenta segundos después.

Muda.

― Dice que está muy feliz de al fin conocerlos porque les hablé de ustedes un par de veces. ― Besó la frente de la mujer sacándole una risita. ― Jisoo es muda como pueden ver, habla por lenguaje de señas.

Jeon asintió y Taehyung habló. ― Ya veo, entonces aprenderé lenguaje de señas para ser amigos. ― Le dijo a Jisoo y ella asintió entusiasmada.

Jungkook sonrió con amor hacia su precioso peli-marrón.

― En fin, por favor pasen.

La cena fue exitosa. Taehyung y Jungkook habían preparado una comida deliciosa que fue elogiada por los dos invitados. Se la pasaron entre risas y conversaciones amenas. Por un lado el de ojos dorados había traído consigo una libreta de notas donde pudo conversar tranquilamente con Jisoo quién le agradeció con un abrazo.

Fue un ambiente cálido que los rodeó hasta que Baekhyun y Jisoo decidieron retirarse a las diez de la noche. Los platos y cubiertos se lavaron, todo lo demás fue ordenado así que pronto estaban en su habitación alistándose para dormir.

― Aprenderé a hablar mediante señas, Jungkookie. ― Habló quitándose la camisa y quedando con el torso desnudo.

El mayor escaneó su suave y linda piel con sus ojos verdes, sonrió tiernamente acercándose para abrazarlo por detrás.

― ¿Tú que crees?

― Me parece bien. Conectaste rápido con Jisoo.

― Sip, me dejó su número para poder charlar por mensajes. ― Sonrió pero luego se borró su sonrisa. ― Uh, creo que debí decirle que no tengo un móvil.

Jungkook besó su nuca y sus manos acariciaron el gran estómago redondito de su pareja, quien sonrió con calma.

― Te compraré uno. A ti y a mamá, yo me quedaré con el viejo que tengo.

― ¿Seguro? No es tan necesario.

― Para emergencias y poder comunicarnos, sí es necesario. ― Taehyung giró entre sus brazos y lo miró con sus relucientes faros dorados. Jungkook sonrió suavemente. ― Te amo. ― Dijo repentinamente sacándole una risita y rubor al menor.

― Yo más.

Besó su frente y sus mejillas. Amaba los días tan tranquilos que estaban teniendo. No quiere que los días tranquilos terminen... Pero en algún punto lo harán.

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