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FINAL (Parte 2): DESEO DE AMOR

El menor lo lleva a su habitación, Jungkook solo lo sigue sin rechistar pues sabe que conversarán un rato.

― ¿Porqué me llamaste, bebé? ― Pregunta cuando este cierra la puerta.

JiMin sonríe ante el apodo y voltea a verlo. ― Lo escuché todo.

Sus mejillas están rojas y su mirada es una tímida. Jungkook sonríe ante la transparencia de sus emociones y se acerca para abrazarlo.

― ¿Qué escuchaste? ― Besa su frente.

El peli-marrón rodea su cintura. ― Lo que estabas hablando con Wonho lo escuché.

Jungkook baja la mirada para verlo. ― Ya veo... ¿Te molestó?

― Para nada, ¿Porqué me molestaría?

Jungkook sonríe. ― Decía nada más...

Suspira mientras JiMin pega su mejilla a su torso y disfrutan de su cariño en la privacidad de su habitación.

― ¿Sabes? Esto me recuerda a esa vez hace meses, donde dijiste haberme escuchado con Wonho... ¿Alguna vez te pedí disculpas por lo que dije? ― Junta las cejas.

― Hm... Te disculpaste conmigo por todo, así que sí. ― Acarició su espalda.

Jungkook asiente y quedan juntos en un abrazo, en silencio por un momento hasta que el mayor vuelve a hablar.

― Se supone que no debías oír eso, eres un chismoso. ― Le bromea.

JiMin abre la boca en sorpresa y se carcajea un poco. ― ¡Fue de casualidad!

― Igual te quedaste a escuchar. ― Continua molestándolo con una sonrisa divertida en el rostro.

Él rodea los ojos. ― A veces eres... ― Es callado por un beso directo a sus labios.

― ¿Sabes? ― Jungkook dice cuando se separan. ― Ya que lo escuchaste todo, supongo que eres consciente de lo mucho que te amo, y a nuestras hijas... He cambiado por ti, por ustedes.

JiMin sonríe con las lagrimas en sus ojos. ― Lo sé. Hoy eres un buen padre y prometido, gracias por estar aquí conmigo y las niñas. ― Dejó de rodear su cintura para tomar entre sus manos su rostro.

― Gracias a ti por ser el hombre que mi vida necesitaba... Sé que ambos hemos dejado cosas atrás por nuestra familia, pero no puedo arrepentirme de haberte conocido esa noche en la fiesta, porque hoy en día no tendría a Young-mi y Yang-mi. Te agradezco ser parte de mi vida, bebé.

Una, dos y tres lagrimas se deslizan por las mejillas sonrojadas de JiMin. Su corazón se siente cálido y sus ojos no se despegan de los contrarios.

Es feliz con Jungkook.

Jungkook ríe mientras limpia con sus pulgares las lagrimas de su prometido.―No llores, no llores.

― Pero quiero llorar... ― Dice en voz baja.

― Si sigues llorando, yo también lloraré. ― Avisa.

JiMin alza la vista y ve como Jungkook tiene las mejillas color durazno, y podía apreciar un par de lagrimas al borde de sus luceros verdes. Ese verde tan cautivante que sus ojos poseen.

― Tonto, no llores. ― Esconde su cabeza en el pecho contrario mientras el mayor ríe.

Se abrazan un poco más sin decir nada, porque ya no son necesarias las palabras. Sus corazones están satisfechos con su amor, con su tacto y sus miradas tan cálidas. Se sienten llenos simplemente estando al lado del otro sin interrupciones, sin molestias, sin nadie a su alrededor.

Solo ellos.

Momentos pasan, ellos salen de su habitación con un beso y bajan al primer piso. Son recibidos con la escena de Julie jugando con Young-mi en sus brazos y Jisoo cargando a Yang-mi, quien aplaudía ante las caras extrañas que hacía su madrina.

― Al fin llegan, ya vamos a cenar. ― Comenta Suzy sentada, con una tasa de chocolate caliente en las manos mientras ve a Julie y Jisoo interactuar con las niñas.

Jungkook camina hacia su hermana mientras JiMin va hacia su suegra y su mejor amiga para ayudarlas con las gemelas.

― ¿Te irás luego de cenar, no? ― Pregunta sentándose a su lado, viendo a JiMin.

"Ven con papá" escucha decir al menor.

― Sí, debo acompañar a mi madre esta noche, nunca la dejo sola en Navidad. ― Asiente.

Jungkook hace lo mismo. ― Sí, ¿Podrías tomarte un par de fotos con nosotros antes de irte? Mamá tiene esa tradición de las fotos familiares para su álbum. ― Se alzó de hombros.

― No hay problema, me gustan las fotos. ― Sonríe un poco. ― Creo que Baekhyun y Jisoo también se irán luego de la cena, ¿No?

― Ah sí, Jisoo irá con su familia y Baekhyun la pasará con su padre.

― ¿Y la señora Chaesung? ― Pregunta dándole un sorbo a su tasa.

― Aún no se hablan, pero supongo que la llamará para desearle una feliz Navidad.

"Jungkook ven, ven, vamos a servir la comida" lo llama su mamá caminando hacia la cocina.

El mayor se levanta. ― ¡Voy! ― Le avisa a su mamá y voltea a ver a su hermana. ― Tengo que ir.

Ella asiente dándole otro sorbo a su tasa con chocolate caliente. Ve como Jungkook va a la cocina, mientras JiMin se acerca para sentarse a su lado con Young-mi en los brazos.

― Saluda a tu tía. ― Le dice JiMin a la bebé que solo lo mira confundida.

Suzy gira su torso hacia su cuñado y su sobrina. ― Hola linda. ― Toca su manito y ella la mira. Tenía unos hermosos ojos verdes, como los suyos.

― Estoy seguro que será tan bonita como tú cuando crezca. ― Le sonrió meciendo a Young-mi entre sus brazos. ― ¿No crees, mi amor? ― Le habló a su hija.

Suzy sonrió genuinamente mientras tocaba la manito pequeña de a bebé, que seguía mirándola. ― Será aún más bonita, y ni que decir de Yang-mi, tiene tus ojos por completo.

"¡A comer!" escuchan y terminan de charlar para levantarse.

Las bebés fueron colocadas en su cochecito doble al lado de la mesa mientras todos tomaban asiento al rededor de esta. Hablaron, charlaron y bebieron vino hasta las diez de la noche donde todos los invitados se retiraron. 

Ahora Jungkook y JiMin están en el patio trasero, con sus hijas en brazos y observan la nieve caer desde el cielo. El pasto está cubierto por copos de nieve blancos que bajo la luz de la luna brillan.

― Es nuestra primera Navidad juntos, y de las niñas. ― Comenta JiMin.

Jungkook admira un momento su perfil y lo hermoso que se ve con su hija en brazos.

― La primera de muchas. ― Dice.

JiMin voltea a verlo y asiente, se acerca más a su lado y reposa su cabeza en su hombro. Jungkook se estira para dejar un beso en su cabello marrón.

― No quisiera que este día termine. ― Dice el mayor viendo a Yang-mi entre sus brazos que lo miraba atentamente con sus bellos ojos dorados, como los de JiMin. Suspira con una sonrisa.

― Yo tampoco, pero vendrán más para disfrutar. ― JiMin se aleja un poco para conectar sus miradas.

Verde y dorado, la perdición del otro, la cura del otro. Con una corta y simple mirada pueden decirse mucho.

― ¿Te has dado cuenta que estamos bajo un muérdago? ― Preguntó Jungkook.

JiMin se sonrojó. ― ¿Quieres besarme?

― Por supuesto que quiero.

Ahí estaba ese sentimiento tan cálido otra vez.

Amor.

¿Jungkook en algún momento lo hirió? ¿JiMin en algún momento lo trató mal? 

No importa.

De los errores ellos aprenden para ser hoy en día la familia que construyó sus corazones, que los levantó y ayudó a mejorar.

¿Problemas financieros? ¿Problemas de salud? ¿Miedos? ¿Inseguridades? 

Tampoco importa.

No cuando se abrazan de esa manera, cuando se aferran al otro sin importar lo duro de la vida. Ellos darán todo de sí para sobrevivir un día más y darle a sus hijas todo lo que necesiten.

¿Se aman? Más que a nada.

― Deseo que nunca me dejes, ¿Es posible? ― Jungkook gira su pecho hacia él con una sonrisa.

JiMin ladea la cabeza y sonríe invitándolo. Ahora están frente a frente bajo el muérdago.

― Deseo tu amor. ― Confiesa JiMin. ― Yo siempre rezaba por conseguirlo, y míranos ahora...

― JiMin tú ya lo tienes, todo mi amor, ya lo tienes.

Unen sus labios bajo el muérdago con todo el cariño en sus corazones, mientras en sus brazos estaban sus hijas quiénes habían caído rendidas por el sueño.

Era perfecto.

Un nuevo capítulo en sus vidas se abre, donde disfrutarán ver crecer a sus hijas, donde disfrutarán de la compañía del otro, donde serán una verdadera familia.

― ¿Me amarás siempre?

― Para toda la eternidad.

Solo... perfecto.


FIN

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