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! ୧ Treinta y uno.

—Adiós.— Dejó un beso en su mejilla y caminó hasta la puerta.

Hyunjin salió de casa más temprano de lo usual hacia el trabajo con una expresión agria. El aji-dorado podía notar esas cosas en él.

En la noche llegó temprano lo cual sorprendió a Felix. Hyunjin se tomó el tiempo de ayudarlo con la cena y como hace mucho no hacian, se sentaron a la mesa del comedor para conversar y compartir una rica comida.

Fue la noche más feliz y tranquila de todo el mes desde que Hyunjin empezó a trabajar y ganar el dinero que hoy los mantiene estables. Felix no dejó de sonreír hasta que quedó dormido entre los brazos de su hombre, porque lo había extrañado mucho.

Fue excelente hablar luego de mucho, pero nunca tocaron ni conversaron sobre sus discusiones y molestias, solo... Lo ignoraron por esa noche. A pesar de pensar en todo ese día lo que le dirían al otro para resolver sus problemas gracias al consejo de Julie, ellos al verse solo lo olvidaron, y se enfocaron en pasar una noche tranquila también con sus bebés.

Fue un pacto silencioso.

Felix vio feliz a Hyunjin, pero en todo este tiempo juntos ha conocido cosas de él que ama descubrir. Como la expresión en su rostro incómoda cuando algo le da miedo o lo perturba, también cuando frunce los labios si algo no le gusta o quiere decir algo pero sin atreverse. Lo conoce bien, lo lee bien. Por eso se dio cuenta que esa noche cuando su mirada se perdía era porque estaba pensando sin descanso en algo que pasó o presenció.

Felix sabe que algo pasó, aunque no sabe qué exactamente.

No quiso preguntar para no incomodarla. Ahora se arrepiente porque en el desayuno de ese día tenía la misma mirada perdida como la noche anterior. Pero ahora Hyunjin salió tan rápido que no le dio el tiempo de hablar con él.

Exhaló con cansancio. —¿Ya despertaron?— Levantó su camiseta y con sus manos frotó suavemente su gran barriga, sus bebés moviéndose por primera vez en el dia para sacarle una sonrisa. —Su papá ya se fue.

Acarició un poco más su barriga y agradece que las bebés sean tranquilas, porque si fueran hiperactivas tendría dolores en su barriguita, y con molestias frecuentes en su espalda baja, su subida de peso, los pies suficiente tiene hinchados y cambios de humor repentinos.

Y pensaba que tendría un embarazo tranquilo. —Hoy no veremos a las tías ni iremos al taller, vamos a visitar a Minho para que pueda ver cómo están, ¿Está bien?— Preguntó acariciando la parte baja de su barriga. Ellas se movieron rápidamente. —Ah, están felices, yo también, nuestra última cita fue hace dos meses y ya quiero volver a verlas.

Se levantó del sofá con esfuerzos y como pudo caminó con cuidado hasta la puerta principal. Al lado de esta había un perchero y colgado un saco largo de Hyunjin. Se lo puso porque los suyos ya no le quedaban tan bien. Una hora después estaba frente al escritorio de metal de Minho y este detrás del escritorio. Ya habían revisado a sus bebés y a él, y todo parecía en orden. —No te recetaré nada, pareces muy bien de salud. Solamente debes tener cuidado con las esfuerzos y corajes, tu nivel de estrés está más alto que los meses anteriores, ¿Oiste? Estás en tu tercer trimestre, tienes 31 semanas, se puede adelantar tu parto y no es lo que queremos, Lixxie.— Él asintió. —No quería eso, quería que sus bebés estén bien y nazcan bien.

—Lo sé, Min.— Dijo apenado.

—¿Puedo saber porqué andas tan estresado? ¿Son las molestias por el embarazo?— Preguntó mirándolo, esperando una respuesta pero Felix solo hizo una mueca con los labios. —Puedes tenerme confianza, después de todo somos amigos.

Felix exhaló con fuerza. —Es Hyunjin, él y yo hemos estado discutiendo mucho últimamente. Él hasta debe estar tan o más estresado que yo.

—¿Su relación no está bien?— Vio a Felix negar y él se compadeció al ver su expresión triste. ¿Cuál es la razón para que discutan? —Bueno, no hemos tenido la oportunidad de hablar tú y yo, pero a finales del mes pasado Hyunjin consiguió un trabajo con una muy buena paga, y pues ese trabajo absorbe casi todo su día, y no me gusta porque lo extraño.— Sus ojos amenazaron con llorar y sus manos se posaron a las costados de su barriga. —Lo extraño, ya no comemos juntos ni conversamos porque él siempre está cansado y yo también por mis cambios de humor, mis berrinches y mis dolores corporales...— Sorbió su nariz y bajó la mirada. —Me siento solo, también extraño a Julie, mi suegra, tampoco te lo dije pero está hospitalizada por una enfermedad...— Limpió la primera lágrima que se deslizó por su gordita mejilla.

Minho suspiró, se levantó, rodeó el escritorio y tomó asiento al lado de Felix para abrazarlo. Sus grandes manos dieron palmaditas en la espalda del lloroso doncel.

—Tranquilo, está bien, está bien. Te entiendo.— Escuchó el sollozo de su amiga. —Pero debes relajarte o podrías hacerte daño a ti y a las bebés, ¿Ok?— Se separó con cuidado para ver al más bajito y ayudarlo a calmarse. —Respira hondo.

Felix cerró sus ojos y obedeció. Un par de veces inhalando y exhalando para sentirse mejor y más calmado.

—Bien, muy bien.— Sonrió felicitándolo.

—Ya estoy mejor... Gracias...— Dijo apenado.

No le gustaba llorar en frente de los demás, ni si quiera de sus más cercanos como Hyunjin, Julie o incluso sus padres. Pero sus emociones salian disparadas por lo minimo.

—¿Entonces dices que la raíz del problema es el trabajo de Hyunjin?

—No digo que sea eso, yo... Solo lo extraño, quiero volver a pasar tiempo con él, últimamente... Me siento muy solo, creo que ni si quiera me gusta verme en yo el espejo, estoy subido de peso y todo siempre me duele, muchos alimentos me dan náuseas, me siento horrible.— Dijo con molestia. —Y Hyunjin no me da la atención que necesito y... No sé.— Suspiró para calmarse, no quería tener algún tipo de ataque de rabia en frente de su amigo.

—Felix, debes entender que esos cambios en tu cuerpo son normales en el embarazo. No es culpa de Hyunjin que eso pase.
— Él asintió.

—Lo sé, lo sé, no debi decir eso. Lo siento.

Minho tomó sus manos entre las suyas y lo miró. —Entiendo, tú necesitas a tu pareja, tienes inseguridades con el embarazo, es nuevo para ti. Pero Hyunjin también debe estar cansado y aburrido de trabajar tanto, ¿No crees que lo hace por ti? A veces es bueno ponernos en los zapatos de la otra persona.

Felix sintió sus ojos llenarse de lágrimas y ese conocido cosquilleo en su nariz.

—Yo... Yo sé que él lo hace por nosotros.— Miró su barriga. —Y por mi suegra. Lo sé pero estoy tan sensible siempre. Por lo minimo le reclamo aún sin quererlo y me day cuenta después de la discusión... Tengo miedo de que se aburra de mis tonterias, pero lo extraño mucho.

Minho asintió, metió una mano en el bolsillo de su bata blanca y sacó papel higiénico para entregarle a Felix. Él lo recibió para sonar su nariz con timidez.

—¿Y han intentado hablar sobre lo que pasa?— Preguntó cuando vio al de ojos dorados terminar de limpiar su nariz. Felix nego. —No... porque como dije no hay tiempo. Él sale temprano, llega tarde y cansado. La mayoría de las veces yo ya estoy dormido.

El más alto asintió. —Entonces ese es el problema... Felix, siempre hay tiempo. para todo. Tu quieres a Hyunjin?

—Lo amo.

—Entonces busca el tiempo y habla con él. Ahora o su relación llegará a un momento donde será muy dificil arreglario y no será culpa tuya, si no de ambos por perder la comunicación que es algo tan importante en una relación.

La conversación con Minho se reprodujo en su cabeza hasta que volvió a su hogar. Luego de un merecido almuerzo subió cansado a su habitación y se echó en la cama para cerrar los ojos y descansar. Despertó de noche, las luces estaban apagadas y sus ojos aún pesados se percataron de la presencia a su lado. El perfume de Hyunjin bailó en su nariz y sonrió. Abrió por completo los ojos y ahí se quedó viendo el rostro de su amado.

Se acercó momentos después para sentir su calor y cuando sus brazos lo rodearon con cuidado de no presionar su gran barriga, se prometió hablar con él.

Se prometió arreglar las cosas.

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