Capítulo 34.5: Maddie.
MADISON:
Mis padres se aman.
Papá no puede dejar de ver a mamá incluso cuando está molesta, humo saliendo de sus orejas, lo juro, y eso nos asuste a todos. Mamá no puede estar molesta con papá por demasiado tiempo, algo que ni siquiera George o yo tenemos. Papá siempre tiene un boleto de salida, su sonrisa, mientras nosotros a veces duramos días castigados sin poder ver televisión o ir al parque.
¡Días! ¡Es una dictadora!
Es entonces, cuando papá deja de ser coherente porque mamá siempre logra convencerlo, que ejecuto el plan B.
Tío Loren.
O el plan C.
Tío John.
O el infalible plan D.
Tío Ryan.
O la vieja confiable.
Tío Diego, aunque últimamente no sirve de mucho ya que se la pasa llorando por la tía Cleo.
También está el equipo para casos de emergencia.
Tío Gary y tío Eduardo, pero ellos solo en casos de emergencia. La última vez que los llamé terminaron cortando las puntas de mi cabello y no era luna llena, por lo que creció más lento. Yo no quería, ¿pero cómo le dices que no a tío Gary y tío Eduardo? Tío Eduardo es muy sensible. Me da miedo herir sus sentimientos y que después adopte a George como su favorito. Pequeño apestoso. El tío Loren era mío.
En fin.
Papá y mamá se aman.
Abuelo Lucius dice que tuvieron un inicio... espontáneo. No entiendo a qué se refiere, pero es lo que me responde cada vez que le pregunto por qué las ventanas de mi habitación en Dionish tienen barrotes o por qué mi baño y cama son tan pequeños. ¡Incluso el pequeño apestoso tiene un cuarto más grande! No solemos ir a Cornwall mucho últimamente porque están haciendo remodelaciones para que todos tengamos una habitación, le pregunté a mamá si harían un hotel, pero esperamos que esté listo para las vacaciones.
Mi familia es grande.
No todos compartimos la misma abuela o el mismo abuelo, o si quiera ambos. Mags, mi prima que baila ballet como la muñeca de mi cajita, y su hermano son adoptados, vienen de otra familia, pero los quiero mucho. Mi primo favorito es Kevin, por otro lado, y biológicamente no está aparentado conmigo, lo cual tampoco entiendo, pero es lo que la tía Cleo me dijo que les dijera a los niños del kínder cuando se burlaran de él por sus sentimientos por mí.
Vamos, no soy tonta.
Sé por qué los niños se burlan de él. Kev está enamorado de mí. Lo sé porque él me mira como papá mira a mamá. Como si fuera el último lego rojo en la caja de juguetes. También lo sé porque el tío Loren no ha hecho más que advertirme al respecto desde que tengo memoria.
En el parque jugando fútbol.
Kevin está enamorado de ti, Madison, cuidado.
Jugando a las escondidas.
Maddie, no confíes en ese niño, está enamorado de ti.
En mi cumpleaños.
Kevin solo tiene ojos para ti, por eso se estrelló contra ese árbol.
Simplemente una tarde en mi casa.
Deja de jugar a la casita con él o se lo creerá.
Suelto un suspiro.
Ni siquiera papá es tan intenso.
Estaría bien si tío Loren fuera el único que lo hiciera, porque un loco mafioso según la tía Marie, pero los niños en el colegio también lo molestan y eso me duele en el pecho. Kevin es genial. Conoce mis películas favoritas de principio a fin. Me ayuda con mi tarea en clase. Hace mi cabello cuando a mamá no le da tiempo por las mañanas. Me lleva galletas de la tía Luz que esconde en sus bolsillos. También es una buena almohada cuando viajamos en autobús de excursión ya que es como un teddy, de lo cual también se burlan, pero no debe molestarme porque ya llegará la pubertad. O eso es lo que también tía Cleo me dijo que les dijera a los niños.
Él es genial.
¿Por qué siento que soy la única que ve cuán genial es?
─Pequeña flor, ¿qué haces aquí encerrada? ─pregunta papá mientras abre la puerta de mi habitación. Está usando vaqueros y una camiseta que mamá y yo le compramos un día que pasamos en el centro comercial. Ella diría que se ve sexy, yo opino igual. Papá es hermoso. Debería ser modelo en lugar de empresario, pero también es inteligente─. El día está bonito. ¿Qué te parece si damos un paseo en el río?
Está sonriendo.
No puedo decirle que no.
─Está bien, papi ─respondo levantándome del suelo, apartando mis creyones con el pie lejos de mi camino cuando me levanto, para tomar su mano─. ¿Mamá y George? ─pregunto cuándo bajamos y no los veo por ningún lado.
─Están buscando a tu abuela.
─¿Abuela Ana o abuela Natalie?
─Anastasia.
Mis labios se curvan hacia abajo.
─La abuela Anastasia dijo que traería vestidos para mí la próxima vez que viniera.
La abuela Anastasia es un ícono de la moda, o eso dice ella, pero sus gustos no van con los míos.
Yo soy Madison Blackwood.
Tengo que brillar.
La abuela Ana quiere que luzca como un pastelito.
─¿Crees que le gustará verte llena de lodo? ─pregunta papá mientras me ofrece un par de botas de plástico que tomo con entusiasmo.
─Te quiero ─murmuro contra su mejilla cuando se agacha para ayudarme y puedo abrazarlo.
─Yo también te quiero, pequeña flor ─dice de vuelta antes de levantarse para buscar un par en el pequeño armario junto a la entrada para él.
Una vez terminamos, toma mi mano y nos dirigimos hacia el jardín trasero. Descendemos colina abajo y a unos cuantos metros empezamos a chapotear sobre la orilla. Papá nuca abandona mi mano porque sabe que sin él me perderé. Yo no abandono la suya porque sé que sin mí se sentiría muy triste.
Mis padres se aman.
Pero yo los amo también.
Y ellos me aman a mí.
****
El día siguiente en el kínder está lleno de estrés. Dejó de ser divertido desde que la tía Anabelle ya no está acompañándonos en algunos recreos. Los niños están más molestos desde entonces. Michael, un pelirrojo tonto, me pica la espalda con su dedo cada vez que me pasa por al lado. Cuando ya no lo soporto más, tomo ese mismo dedo y lo halo, lo cual causa que caiga sobre la tierra. Era eso o tener un dedo roto.
Una cuidadora no tarda en aparecer con el ceño fruncido. Sophie. La madre de Anabelle.
Bien. Esto puedo manejarlo. Sophie es familia.
─¡Madison! ─grita llorando─. ¡Madison me empujó!
─Por favor ─gruño acercándome, lo cual hace que retroceda arrastrándose como un gusano─. No seas bebé. ¡Tú empezaste!
─¡Madison me...!
─Madison, por favor, acompáñame a la dirección.
Mi boca cae abierta.
─¡Él empezó!
Sophie alzó las cejas.
─¿Él te empujó?
─No, pero...
─A la oficina. Vamos.
Sin poder creer que esto me esté pasando a mí, la sigo con miedo a que llamen a mamá. Esta sería la segunda vez este mes y prometió cancelar mi membrecía en el gimnasio si volvía a meterme en problemas. Papá está en contra de que entre en clases de natación, así que yoga infantil y clases de baile son lo único que tengo.
Mis hombros se relajan cuando en vez de llevarme a la dirección Sophie me lleva de vuelta a mi salón, donde me señala un puesto en la mesa. Me siento ahí sin rechistar. De verdad no quiero que llamen a mamá.
─Esto lo hago solo porque sé que el carácter de tu madre es suficiente ─dice─. Quédate ahí todo el recreo.
─Está bien ─murmuro.
Sophie me mira por un largo rato antes de asentir y darse la vuelta. Una vez se va, me pongo de pie y me dirijo a los casilleros. Al menos sacaré algo bueno de esto. Metiendo mi mano en el bolsillo de mi chaqueta, saco un papel con el dibujo que había estado haciendo en mi habitación cuando papá me interrumpió y lo dejo caer en el casillero de Kev.
Es mi primer corazón bien hecho.
Durante los últimos capítulos de DP muchas me han preguntado la edad de Madison, la cual está entre los 6/7 años, y simplemente no puedo no sentir algo en el corazón. ¿Recuerdan cuando esta niña era solo un bebé? ¿Cuándo la descripción de las cosas que hacía nos hacía morir de ternura? ¿Reír? ¿Lo mucho que la defendimos en medio de Rachel y Nathan? Al principio con él, luego con ella, siempre #teamMadison. Sin Madison, nuestra pequeña flor, no habría ninguna historia.
Y ahora ya está tan grande.
También me han preguntado mucho con respecto a Kev y Maddie siempre, incluso desde DP, sobre si haré su historia o no. No sé si la haga porque por un lado siento que mataría la esencia de los personajes, su inocencia, pero algo sí es seguro: ellos quedarán juntos. No es mi estilo ni el de la vida como tal separar a dos personas que nacieron para estar juntas, aunque sí presentar adversidades que tendrán que superar para estarlo.
Las amu.
Ahora sí nos vemos mañana, seguiré escribiendo el cap de Loren y Anabelle.
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