Capítulo 30 ¿Quieres ser mi copiloto? Parte dos.
Mis pasos resuenan por todo el pasillo de la universidad, muevo mi cola de caballo observando el mapa para encontrar más rápido el aula de Nara.
Estoy un poco preocupada, me escribió un mensaje apenas pise el campus.
¿Podemos hablar? Necesito un enorme favor tuyo.
Eso era todo, por eso ahora estoy caminando por los pasillos de su bloque, miró por el rabillo del ojo como se me quedan viendo algunos chicos y ruedo mis ojos.
No importa mostrar con orgullo todas las marcas que Caleb me dejó.
Y más sabiendo que ese irlandés no me deja en paz.
¿Cómo se llamaba? No recuerdo realmente su nombre.
Al no saber dónde está ella, me acercó a un chico que es él único que no me observa con deseo o anhelo.
—Hola .—Él voltea sus ojos negros me miran con sorpresa para luego juntar sus cejas.
—Hola .—Le sonrió amistosamente y él me devuelve la sonrisa un poco incómodo.
—Disculpa por molestarte ¿Sabes dónde queda el aula de literatura? —
—Es este de aquí.—Apunta hacia atrás de nosotros, cuando estoy por agradecerle él habla—Pero no están, acaban de salir de clases—
Miró por encima de su hombro y efectivamente no hay nadie..
Muevo mi pies escuchando el pequeño golpeteo de mis tacones.
—¿Por casualidad conoces a Nara? —Sus ojos cambian rápidamente, su mirada se suaviza y una ligera sonrisa real se desliza en sus labios.
—Si ¿Eres amiga de ella?—Y por primera vez desde que me detuve frente a él, me brinda una mirada gentil.
Vale, Nara tiene un admirador, mira que con solo nombrar su nombre la actitud de este chico cambio por completo.
—Si un placer en conocerte soy Aurora—Estiro mi mano y él la estrecha.
—Un gustó Noah, ella podría estar en la biblioteca.—Asiento, está por decir algo, pero una llamada lo detiene—Disculpa debo contestar.—Se aleja.
Camino hacia la biblioteca, me adentro buscando la con la mirada hasta encontrarla bien escondida en la parte trasera.
—¿Que haces aquí? —Nara pega un brinco y me mira mal —Perdon —
—Estaba terminando una tarea.—Ella me mira para luego bajar la cabeza a su cuaderno.
—Te escribí y no me contestaste por eso estoy aquí, cuéntame para que soy buena—
—Ah .—Suspira bajando su cabeza —Vale, se que no llevamos mucho tiempo conociendo nos, pero necesito un enorme favor tuyo.—Levanta su rostro y me sorprendo verla sonrojada—Sabes que no recuerdo mucho de mi pasada ¿Cierto? Tuve una accidente donde perdí la mayoría de mis recuerdos, pero si hay algo que recuerde.—Muerde sus labios —La adrenalina al sentir el viento y la velocidad.—Parpadeo varias veces —Anoche Bia dijo algo sobre carreras clandestinas.—Esto último lo dice bajo—Y cabe aclarar que me metí en algo grande por estar de defensora—
Hace una mueca.
—Ahora necesito un auto velos y un copiloto, Mari no puede serlo por obvias razones.—Asiento hacia ella con una sonrisa al ver cómo su rostro se vuelve mas rojo todavía.
—¿Qué sucedió? —
—Un imbécil se estaba metiendo con una chica solo porque ella es muda ¿Acaso estamos en el liceo para actuar como imbéciles? Cómo sea, me metí la defendí y.—Baja la vista —Yo sabía quién es, varias veces lo he visto haciendo carreras con sus amigos así que bueno, estaba enojada, lo insulte diciéndole poco hombre sin bolas, le dije que no sabía correr, que un niño de cinco años le podría ganar, así que apostamos, quien gane se queda con el auto del otro.—Ella suspira —La cuestión es que no tengo un auto—
—Me apunto .—Ella me mira con los ojos abiertos.
—¿Cómo? —
—¿Necesitas un auto y un copiloto? —Ella asiente —Me apunto, para eso estamos las amigas—
—¿Que pasa si pierdo? —
—No lo harás.—Me encojo de hombros—Vamos, tenemos que robar un auto.—Tomo su mano jalando la.
—¿Robar? —
—Tomarlo prestado, yo no tengo un buen auto, pero Caleb si—
—Si tienes uno, es un Chevrolet Camaro negro, es un excelente auto—
—Tienes razón, pero Caleb tiene unos mejores—
Salimos del campus y nos subimos a mi auto, le envío rápidamente un mensaje a Bia y ella se comunica con las demás chicas, Nara necesita apoyo.
—¿Dónde es la carrera? —
Nara me muestra su teléfono.
—De acuerdo.—La dama negra hoy hará aparición.
—¿Sabes dónde es? —
—Yo corro, pero motos .—Pedro nos abre, abro el garage para luego bajarnos.
Camino con Nara siguiéndome los talones y nos detenemos antes una hermosura naranja con negro.
—Vaya.—Nara lo talla—Es un Nissán gtr r35 furia nocturna.—Ella me mira rápidamente—¿Estás segura? —Asiento hacia ella—¿Crees que está bestia pueda contra un Lamborghini? —Me encojo de hombros.
—¿Sabes conducir? —
—Si, pero nunca he manejado un Nissán mucho menos competido contra un Lamborghini —
—Sin miedo —
—¿Y si pierdo? —
—Le compro otro a Caleb y listo, además él puede comprarse tres de estos en veinte minutos.—Ella abre y cierra su boca—Nara soy una de las personas más ricas del país, no del mundo.—Ella asiente—Pero ahora debemos hacer algunos cambios con nuestra vestimenta, ¿Si ganas que harás? —
—Tomar su auto y hacerle prometer que no dirá que la chica que le ganó fui yo, deseo pasar lo más desapercibida posible—
—Ok, necesitamos un cambio de imagen.—
Empiezo a caminar con Nara detrás de mí.
Nos adentramos a la casa y sigo mi camino directo hacia mi cuarto.
—Ahora ve y date un baño.—Le tiro una toalla y empiezo a buscar lo que necesitamos.
Varios minutos después dejo todo ordenado en la cama y Nara.
—Te vas a colocar esto .—Ella me mira ay luego la ropa negra, un pantalón de cuero negro y una chaqueta roja un crop top negro y una máscara que cubre la parte de arriba del rostro negra y por último un casco negro.
—¿De dónde sacaste todo esto? —
—Lo tenía escondido para un caso de emergencia, anteriormente yo creía que Caleb no sabía que corría, ahora vístete, me iré a dar un baño, te coloco unas bragas nuevas así que las puedes usar.—Tomo otra toalla y me adentro al baño despojando mi ropa.
Salgo unos minutos después observando a Nara con una mueca.
—¿No me veo rara? —Niego al verla.
Mierda está chica tiene un hermoso cuerpo.
—¿Tenias todo eso escondido debajo de tu ropa ancha?—
—No es ancha .—Se acerca a mi y se da la vuelta para que le ayude con el crop top—Es perfecta para mí cuerpo —
—Tienes razón, pero no había podido darme cuenta del cuerpazo que tienes —
—Bueno este estilo es más pegado que el que yo uso.—Me empiezo a vestir mientras ella se coloca las botas negras de ella.
Subo mi chaqueta negra y me aplico un poco de labial, ayudo a Nara con él cabello y la máscara cuando está lista quedó impresionada.
—No te pareces.—Ella se observa en mi espejo.
—Tienes razón, no me parezco en nada —
Con los cascos en nuestras manos salimos hasta llegar al garaje, le lanzo las llaves del auto y observo como sus manos tiemblan.
—Tranquila .—Acomodo mi máscara blanca que cubre la mitad de mi rostro.
Ella enciende el auto haciéndolo rugir.
Aprieta sus manos en el volante cerrando sus ojos, le doy el tiempo necesario.
—¿Estás bien? —
—Si, solo que está sensación de tener el control de una bestia que podría matarnos hace que mi sangre arda de adrenalina.—Lo vuelve hacer rugir y salimos.
Bajo el vidrio observando a Pedro que nos regala una sonrisa.
Abre las rejas y salimos.
Coloco el GPS por ella.
Mi sangre empieza a bombear fuerte al verla conducir, su mirada centrada en la carretera, la velocidad poco a poco aumenta.
Mueve la palanca frena y acelera rapando en las curvas, se detiene y nos adentramos al bosque y frente nuestro una enorme puerta se hace presente.
Bajo el vidrio y un guardia se acerca, deslizo el casco y Nara me sigue.
—¿Quien?—
—Dama negra .—Mi voz se distorsiona.
—Bienvenida nuevamente al paraíso.—Observo como Nara se tensa.
Las enormes puertas se abren dejándonos ingresar.
Nos adentramos y poco a poco todos alrededor nos abren el paso.
—¿Todo esto está detras de esas enormes puertas? —
—Albarca la mayor parte del bosque—
—¿Y la policía no hace nada? —Mira asombrada, como se drogan algunos y otros tienen casi sexo.
—Dentro de la policía hay gente que trabajan para el dueño, además tengo entendido que alguien de alto rango protege todo esto —
Las personas nos abren paso silbando.
—Solo sigue derecho, las carreras de los autos están lejos de esta zona .—Ella hace lo que le digo y poco a poco la multitud y las motos se dejan atrás y se abre paso los autos.
Nara y yo nos bajamos escuchando la música a todo volumen y el olor a droga por todos lados.
Ella se coloca frente al capo mirando hacia el frente, me coloco a su lado siguiendo su mirada.
—¿Ese es? —Ella brinca al escuchar mi voz en su casco—Podemos hablar así, nadie nos escuchara, cada casco que me pertenece esta modificado para distorsionar la voz y ver lo que la otra ve.—Ella asiente.
—Si ese es .—Él chico nos mira y lo reconozco, no tiene miedo de mostrar su rostro.
Se aleja de su Lamborghini naranja chillón.
El segundo hijo del dueño de una de las empresas de ropa más ricas del mundo: Ferale Cele.
Tomat Vilon, que bastardo.
Él nos mira dándose cuenta, se adentra a su auto y una chica con una minifalda y un sostén se sube con él.
—¿Estás lista? —Nara se levanta, levanta la visera y asiente.
—Vamos a ganar .—Nos adentramos al auto.
Por el rabillo de mi ojo observo a Caleb y sonrió, no importa como este vestido y que tenga ese casco, siempre lo reconocere.
Ella enciende el auto y nos posicionamos en la línea, escuchando el rugir de los demás autos a nuestro lado.
Bajo el vidrio y Caleb se acerca.
—¿Te diviertes? —Se agacha subiendo la visera de su casco.
—Mas que nunca .—Le sonrió.
Nara hace que no lo ve, su cuerpo se tensa.
—Nara .—La voz de Caleb hace que ella brinque por los nervios —Debes ganar .—Ella asiente—Lastima que tenía el Ferrari y el Lamborghini lo cargaba Dominic —
—No te preocupes, este monstruo también puede ganar .—Su voz se escucha temblorosa.
—Se que ganarán .—Caleb toma mi mano y se aleja al ver a una chica colocarse frente nuestro.
—Ya saben la reglas.—Levanta un pañuelo y los motores del autos rugen, deseos de salir a la guerra —No hay reglas, pero si hay trampas es mejor que no los agarren, ya saben que les pasa a los tramposos .—La tensión está en el aire.
Nara baja lentamente su mano hacia la palanca, observo como toma una respiración y observo como una enorme sonrisa cubre su rostro.
—Preparados .—Los autos rugen —Listos—La tensión aumenta y la adrenalina nos envuelve, deja caer el pañuelo y las bestias salen de las jaulas.
Tiempo actual.
Mantengo la vista al frente, con mi corazón acelerado, este tipo de carreras jamás la había experimentado. La adrenalina bombea fuerte mi sangre haciéndola arder.
Me volteó observando a Nara meter segunda frenando solo un poco para luego acelerar a fondo en la curva derrapando.
—Mierda—Me agarro sorprendida del cinturón de seguridad, está chica no le teme a nada.
Las luces de los autos que dejamos atrás se ven lejanas, Nara mantiene su mirada al frente, observando su próxima víctima.
Una curva, se mete por el medio observa la enorme pared casi rozandonos y no se que hace con los pedales y la palanca.
Sonrió al sentir un ligero beso con el otro auto y salimos de la primera curva de primeras.
—Estás loca .—Me río al ver cómo mete la tercera sin miedo.
Y me pierdo en sus cambios de velocidad.
El control que tiene es impresionante y el Lamborghini naranja es nuestra víctima se hace presente.
Nara aprovecha al máximo las curvas, sin miedo de chocar con la pared o la enorme reja que nos divide.
—Él la siguiente curva lo adelantara .—dice decidida.
—¿Cómo estás tan segura? —
—¿Recuerdas que te dije que hasta un niño de cinco años le ganaba? —Asiento —Todos los competidores están comprados por él, además de que sus amigos siempre le dejan ganar .—Observó cómo sonríe y su mirada se vuelve oscura —Desde que inició la carrera han intentado sacarme de la carretera, lo que ellos no saben es que mi cuerpo siente que ha competido en peores carreras y trucos más extremos que sus intentos por chocar con él auto.—Acelera a fondo —En el cambio de carretera y luego la curva es mi oportunidad de pasar a esa hermosa bestia que su dueño no sabe controlar y sacar el mejor potencial—
Y así hace, aprovecha al máximo el cambio de carretera metiéndose por fuera, la curva se hace presente, Nara acelera.
Miró hacia el otro lado, observo como la chica se agarra con fuerza de la puerta y miro como él bastardo agarra el volante.
Nara sin miedo acelera, haciendo un cambio de velocidad y moviendo sus pies en los pedales, mueve su pie derecho tocando los pedales y luego besamos ligeramente el extremo de la carretera.
Mi corazón empieza a latir de prisa, mis manos sudan por los nervios.
Él bastardo frena de golpe y la risa de Nara se escucha.
Salimos de la curva y a ella no se le dificulta controlar el auto al cambiar nuevamente de velocidad y acelerar.
La meta se alza ante nosotros y al pasarla frena poco a poco.
Sonrió emocionada.
La miró y ella mantiene su cabeza baja.
—Lo siento yo —
—¿Estás de broma? Está ha sido la mejor jodida experiencia del mundo .—Ambas salimos del auto observando como todos se acercan corriendo.
Gritando y silbando.
Ella sale.
—Chica corres como una bestia .—Observó como Bia se acerca y la toma de las manos.
—¿Quien? —
Bia vuelve a hablarle pero está vez a través del casco y observo como Nara asiente.
—¿Es una bestia? —Sonrió y me abalanzó hacia Caleb.
—Esa chica está loca, no le teme a la muerte—
Caleb junta nuestros cascos y puedo escuchar su risa.
Me alejo de él sintiendo que alguien nos mira y efectivamente, al lado de Damián hasta el irlandés.
Aparto mi mirada de ellos y la centro y la chica que está siendo acosada.
—¿Cómo te llamas?—
—Le acabas de ganar a uno de los mejores, necesitamos saber tu nombre —
Escucho que alguien le dice, ¿Mejores? Él tipo hacía trampa.
Me alejo de Caleb acercándome a ellos, paso mi brazo por encima de los hombros de Nara activando la distorsión de voz.
—Ella es la bestia negra—
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