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Especial

✿↯:indice

꒰◌; Introducción.

꒰◌; One-shot.

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¡Minna ohayou! ^^

¡Perdonen mi ausencia! He estado ocupada con ciertas cosas, y a su vez, con un concurso de amino donde no gane el primer lugar, perooo sí el segundo. ¡Estoy tan emocionada! :'D ya que fue bastante bonito.

En está ocasión, les traigo dos escritos, de los cuales fueron para las inawards (así se llama el concurso que se hace cada año en la comunidad del anime y videojuego Inazuma eleven ^^) ¡Espero los disfruten!

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C A P E R U C I T A  R O J A✿                        . . .      

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  │       ⌦ Uso de los nombres europeos.                       

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—Wandaba, ¿A dónde vamos ahora? —preguntó Fei, estando en la caravana Inazuma junto con aquel oso azul.

—Um… —el ex entrenador del Raimon se mostró pensativo, sin soltar ningún segundo el volante del camión que solo era ocupado por él y el peliverde.

Si bien, El dorado ya no representa ningún peligro ahora, la sensación de nostalgia y vacío por la despedida que le dieron los integrantes del fútbol de Raimon estaba en su corazones. Seguramente Fei quería verlos otra vez, pero su lugar estaba en el futuro, no en el pasado.

—¿Te parece bien si viajamos a otras líneas temporales, para saber qué hacen? —cuestionó Wandaba, después de unos segundos de estar en silencio— Ya sabes, aunque no podremos interactuar directamente con ellos, al menos podemos saber su estilo de vida.

—¿En serio haría eso por mi? —soltó alegre Fei, siendo que su acompañante asintió sonriendo mientras que tecleaba otras coordenadas en la pantalla del camión, siendo que su primera parada sería… ¡Caperucita!

[...]

Los suaves pero bellos cantos de los pajaritos inundaban el bosque, que era adornados por los tenues rayos del sol, la brisa era fresca y con razón, el verano estaba en su punto culminante. Una fémina caminaba por este tranquilo y silencioso arbolado, que traía en su mano zurda una canasta. La cabeza de la ojicafé era cubierta por una capucha roja, la cual caía en su espalda, dando la sensación de que era una túnica.

—Me pregunto por qué papá me mandó a estas horas. —murmuró un tanto molesta Nelly, haciendo un infantil puchero. Era el atardecer y quedaban alrededor de dos horas para que el sol se ocultara por completo— Bueno, no pasa nada, el abuelito Veteran necesita sus medicinas y algo que comer.

Con aquellas palabras, Nelly comenzó a ir alegremente en el sendero, dando saltitos en su caminata y silbando a su vez sin darse cuenta de que era vigilada por un alguien que se encontraba a su distancia, quien se relamía sus labios mientras escuchaba su estomago rugir, solicitando a gritos alimentos.

—¿Cómo le quitaré la canasta a esa niña? —sé mordió su dedo pulgar Ray, aunque mejor conocido como “El lobo”. Era alguien muy astuto e inteligente, bastante conocido así en el pueblo que estaba en las cercanías, siendo que de ahí proviene la hermosa castaña y futura reina de aquel lugar.

Nelly sin duda era alguien inteligente a pesar de ser alguien de la realeza, por lo que engañarla con palabras endulzadas no funcionaria contra aquella princesita de apariencia frágil, además de que lo que había en el interior de la canasta no era un simple caldo de pollo, sino que era de la mejor calidad y era acompañada por postres hechas a mano por los mejores chefs que el palacio podría tener.

[...]

—Mark, tengo un trabajo para ti. —llamó el señor Hillman, quién era el dueño de un gremio de cazadores y a su vez, el cocinero del lugar.

—¿Cuál es Sr. Hillman? —formuló el llamado, colocando sobre su cabeza un balón de fútbol sobre sus castaños cabellos, siendo que éste había entrado corriendo al local por andar jugando Fútbol con los demás integrantes del gremio.

Al señor Hillman le causaba ternura ver al nieto de su amigo, siendo que le recordaba su juventud tan llena de vitalidad y fuerza, formando una sonrisa en su ya cansado rostro mientras que le tendió un papel a Mark para explicarle.

—El Rey te solicitó a ti, para que vayas a cazar o mejor dicho, arrestar a Ray Dark. Anda acechando desde hace tiempo a los alrededores y teme que le pase algo a alguien. —suspiro Seymour, ya había lidiado con aquel hombre tan manipulador, y aunque le dolía enviar a este joven inexperto, sabía que era el único que podría hacerlo. Tenía las habilidades para derrotarlo y llevarlo a la comisaría.

—¡Oh! Es el hombre que casi mata al abuelo. —Mark reconoció aquel rostro malvado, lo conocía por los relatos que su abuelo le contaba, y que él con tanta emoción escuchaba.

—Así es muchacho. —asintió el mayor, dando unas palmaditas en la cabeza del chico— Ten cuidado con él, es muy manipulador y astuto, no hace los mismos planes dos veces, por lo que creará un plan personalizado para ti.

Las palabras sabias del señor Hillman, eran como el rocío matinal, tan inesperadas pero frescas. Mark asintió con una expresión seria, si el amigo de su abuelo lo decía, era por algo y era mejor hacerle caso.

—Muy bien, ¡Me voy! —se despidió con un ademán Mark, regateando su preciado balón, despidiéndose también de sus amigos. Aquella misión no podía alagarla, ya que se trataba de un criminal conocido en el pueblo de inazuma.

[...]

—Estoy cansada. —soltó Nelly, sentándose en el suave pasto y a su vez, bajo la sombra de un refrescante árbol. Esta abrió la canasta para sacar la botella que había traído, el calor que estaba presente y junto con la caminata le había provocado sed, y quería enfriar su garganta.

Ray aún seguía viendo a la distancia, ya tenía un plan en mente, pero solo le preocupaba una cosa: Su rostro. Sin duda la muchacha lo reconocería si se acercaba de frente, y estar encapuchado lo haría ver sospechoso, por lo que su única opción era tomarla por la espalda y así poder arrebatarle la cesta de comida.

Pero, al prestar atención a los bajos murmullos de la castaña, escucho el nombre de Veteran. Un viejo que era  conocido por ser un amigo cercano de los famosos super onces, y él obviamente conocía perfectamente el camino más corto para llegar a su casa. Ray esbozó una sonrisa maliciosa, y decidió correr hacia el lugar, quería llegar lo más pronto posible a aquella casa para llevar a cabo su elaborado cometido.

Mientras tanto, Nelly se sobresaltó al escuchar una fuerte pisada proveniente de uno de los arbustos, tanto así que se levantó de un salto de donde estaba sentada, para ver si había algún animal cerca y que la estuviera acechando. Pasado unos segundos, ella suspiro aliviada al no encontrar nada peligroso, pensando así que su imaginación le estaba pasando una mala jugada, sabía muy poco lo que le esperaba.

Sin más, la princesa Raimon reanudó su caminata, todavía le faltaba unos 15 minutos para llegar a la cálida casa de su abuelo Veteran, Nelly no entendía por que él vendría a vivir en este frondoso bosque, si podía pasar el resto de sus días en la comodidad que ofrecía el palacio. Si bien en su mente cuadraba el que su abuelo ya no quería más responsabilidades, aun no le encajaba que el por que se alejó tanto del pueblo.

La castaña movió su cabeza de un lado a otro, no quería juzgar a su amado abuelo por las decisiones que tomaba, solo estaba un poco preocupada de que estuviera sin nadie que cuidara de él debido a su edad y enfermedad.

[...]

Mark iba trotando por el bosque, pudiendo solamente escuchar sus pasos y el balón que chocaba con su pie al momento de patearlo, y de vez en cuando llegaba a sus oídos el canto de algún pájaro que pasaba volando. Quería asegurarse de que el bosque estuviera libre de los actos malvados de Ray. A la lejanía, pudo ver una túnica roja, que era acompañado de una figura familiar para el de ojos negros, el gremio y la familia tenia una relacion bastante cercana, ya que ellos trabajaban bajo las ordenes directas del rey.

—¡Hey, Nelly! —exclamó Mark, alzando su mano para captar la atención de aquella caperucita.

La llamada se detuvo, y giró su cabeza para ver quién la llamaba, siendo que sonrió y esperó pacientemente a que el castaño se acercara a ella. Cuando llegó, decidió sonreírle.

—¡Mark! ¿Qué haces aquí? —cuestionó Nelly un tanto curiosa, mientras que el viento quitaba la capucha que cubría su rostro.

—Pues me han encargado buscar a un criminal que anda por aquí, pero ya que estamos los dos, ¿Que tal si te acompaño? —Las palabras de Mark fueron interrumpidas por un potente temblor y un sonido parecido al de una avalancha, tras eso Nelly pudo ver a lo lejos algo rodando por el suelo y pronto supo que eran vigas.

—¡Cuidado Mark! —Gritó la castaña a Mark mientras temblaba un poco, temía que aquellas vigas los golpearan a ambos.

—No te preocupes Nelly, ¡Yo las detendré! Mano… ¡Celestial! —Grito Mark tras invocar la gigantesca mano dorada y traslucida la cual usaba para detener las vigas, las cuales ya estaban al alcance de Mark mientras este forcejeaba para detenerlas por completo.
Nelly cerró sus ojos al notar que aquellos pesados metales estaban dominando al castaño, pero Mark no era un joven que se rindiera por unas simples vigas, su entrenamiento con su abuelo había sido aún más difícil por lo que esto era un simple juegos de niños, por lo que en un empujón, mando a volar aquellas barras a un lado.

—¿Estás bien, Nelly?—Mark se giró preocupado al ver a su acompañante, la cual estaba asustada por lo ocurrido y con razón, eso era de infarto.

—Sí. —la castaña sonrió, intentando calmar su nervios, siendo que Mark le dio un tierno y amoroso abrazo para consolarla.

—¿Nos vamos? —le susurro en el oído el castaño a Nelly, siendo que ella asintió separándose del abrazo pero esta vez decidió agarrar la mano del varón, entrelazando sus dedos. Así, los dos jóvenes se dirigieron camino a la casa del abuelo Veteran.

[...]

—¡Silencio! —ordenó Ray, colocando un pedazo de tela sobre los labios de Veteran quién se movió un tanto inquieto, tenía la suerte de que aún no había llegado Nelly y posiblemente aún tenía tiempo de sobra para intentar parecerse a su abuelo. Su arte de disfrazarse estaba un poco oxidado, pero sin duda iba a intentar parecerse lo más cercano a Veteran.

Sin más el pelinegro lo llevó al armario, era el único lugar donde podía asegurarlo con llave, de esa forma tenía la precaución de que Veteran no saldría de allí ya que también estaba atado con cinta de manos y pies.

Con el abuelo de Nelly encerrado, Ray se dispuso a vestirse con la ropa que había sacado con anterioridad del armario, y se despojó de sus característicos lentes negros, sin duda sus ojos eran diferentes a los de Veteran y temía que estos lo delataran… Pero, que todo sea como dios quiera, o de lo contrario, le iría directamente a San Pedro.

Estando ya listo, decidió meterse a la cama, recordando que al entrar en la casa de Veteran, se dio cuenta de que estaba teniendo fiebre… ¿Cómo iba a fingir eso, sí la princesa Raimon quería comprobar con su temperatura directamente con la mano?

Bueno, pensaría eso más adelante, por el momento rezaría que no lo tocara con su mano o sabría que él no era el verdadero Veteran y eso lo metería en un grave apuro. Espero pacientemente a que la castaña llegará a la casa, mientras se tapaba con la sábana de seda, a pesar de que el antiguo rey ya no gozaba de los privilegios al irse de palacio, se veía que aún vivía una cómoda vida en la cabaña lejos del bullicio.

Para su suerte, encontró un termómetro cerca de la mesita de noche junto con una tacita de té que estaba super caliente, por lo que metió ese instrumento de medición en ese líquido caliente, con eso tenía una prueba de su supuesta fiebre. Al escuchar que la puerta se abría, se arropó con varias sábanas para que su rostro no fuera reconocido y sacó el termómetro del té para meterlo bajo las sábanas.

—Ya llegue abuelito. —aviso Nelly, entrando a la casa y se quitó su túnica roja, para dejarla colgada en el perchero que estaba justo en la entrada. Mark la imitó, dejando sus zapatos en la entrada y evitar  así manchar el piso reluciente de la cabaña.

—V-ven aquí querida. —Ray intentó sonar lo más parecido a Veteran— Estoy en mi cuarto.

Este fingió una tos, pudiendo oír como los pasos de Nelly se acercaban al cuarto, y él ocultó por completo el rostro, y aunque el calor lo estaba matando no se quejó.

—¿Te tomó la temperatura? —la voz preocupada de la jovencita le hacía ternura, siendo que éste se revolvió debajo de las sábanas, estaba sintiendo que le estaba quitando su única manera de ocultarse.

—¡No! —gritó él, haciendo sobresaltar a Nelly, mientras que Ray sacaba el termómetro que tenía entre sus manos— Quiero decir, ya me la tomé yo, pero como tengo tanto frío… no quiero despojarme de las sábanas.

—Oh… Pobre abuelito. —murmuró tristemente Nelly, tomando el termómetro y acto seguido asustarse— ¡40° de fiebre! Con razón no quieres quitarte las sábanas.

Ray sonrió para sí mismo, eso era un engaño a lo que no se podía hacer frente, y suspiró aliviado.

—Pero abuelito, ¿Cómo vas a comer si no sales? —Nelly colocó la canasta sobre la mesa, por un momento, Ray había olvidado su objetivo, por lo que maldijo internamente.

—Saldré. —declaró Dark, sentándose en la cama y en un rápido movimiento arrinconó a Nelly contra la pared tapando su boca para que la chica no gritará. El poco cuidado que este hizo, causó que la lámpara cayera al suelo y ésta se rompiera en añicos ya que era de vidrio.

Mark, quien se encontraba en la sala observando todo con curiosidad, se alertó al oír algo romperse. Por lo que tomando su balón subió corriendo las escaleras que llevaban al segundo piso y entró al cuarto del señor Veteran. Por unos segundos, se quedó congelado ya que reconoció al adulto que tenía aprisionada a Nelly y sin pensarlo dos segundos activó una técnica.

—¡Balón Megatón! —exclamó Mark, pateando el balón siendo que a la pelota le salió una mano translúcida de color naranja, y está atrapó a Ray inmovilizadolo recibiendo así el pelotazo de golpe. Solo bastó un balonazo, y Ray cayó al suelo inconsciente, dejando a Nelly libre de sus garras.

—¿¡Es el criminal que acecha a las mujeres!? —preguntó exaltada Nelly, tapando su boca con sus dos manos, estaba sintiendo que estaba teniendo bastante suerte ya que su vida estuvo en constante peligro esta tarde.

—Sip, así es. Por suerte estaba contigo, no quiero imaginar si no te hubiera acompañado. —declaró Mark, moviendo el cuerpo de Ray con su pie, para asegurarse de que no estuviera fingiendo su desmayó— Vale, hay que buscar a tu abuelo por qué seguramente anda cerca, no creo que Dark dispusiera de tanto tiempo cómo para esconderlo sí sabía que vendríamos.

Entonces, escucharon golpear la puerta del armario, y los dos jóvenes llenos de curiosidad se apresuraron a buscar la llave para abrirla. Nelly estaba soltando algunas lágrimas al ver a su abuelo sano y salvo, y se lanzó a abrazarlo, mientras que Mark estaba usando el teléfono para llamar a la policía. A los 15 minutos, varias patrullas ya estaban rodeando la cabaña, y entre cinco policías llevaban a Ray a una para llevarlo a la cárcel, mientras que los demás agentes estaban agradecidos a Mark y Nelly por su valor para enfrentarlo cara a cara.

—Ya tengo que irme abuelito, papá se preocupara si me tardo. —Nelly beso la mejilla de Veteran en forma de despedida, siendo que se retiró acompañada de su buen amigo Mark, por el cual ya estaba sintiendo algo más que una amistad.

—Nos vemos mi querida nieta, la próxima vez, ven más seguido con Mark. —bromeó Veteran, y vio como ella se sonrojo lo que le causó gracia, sin duda ellos dos terminarían juntos.

—Nos vemos, y no se preocupe señor, que yo la protegeré. —dijo Mark, moviendo de un lado a otro su mano comenzando a caminar junto con Nelly, dando fin a esta historia.

~Fin~

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