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¿A quién decidiste amar?


ılı.lıllılı.ıllı.

Autor: Sandoval.

Canción: A quién tú decidiste amar.

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┗   #Songficstag   ┛

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—¡Por favor, sal conmigo! —expresó una sonrojada Haruna, teniendo en sus manos una caja en forma de corazón que en su interior contenía chocolates caseros.

La fémina estaba inclinada y le extendía el pequeño presente al chico al cual le estaba declarado su amor. Los segundos pasaban largos y eternos para la peliazul, siendo que cerró sus ojos al no poder controlar su corazón palpitante y las ideas sobre qué diría el albino.

—¡Lo siento! —estás palabras proviniendo del príncipe de la nieve abrumó a Haruna, la cual abrió con total sorpresa sus ojos verdes con toques grises para posarlos en Shiro, que ahora se encontraba haciendo una reverencia en forma de disculpa.

—¿Q-qué? —musitó la chica, dando un paso hacia atrás. Sí bien las palabras de Shiro habían llegado a sus oídos, la mente de la peliazul aún no procesaba por completo aquella información.

—Otonashi-san —el ojigris tomó aire, mientras se enderezaba y rascaba su mejilla algo rojiza, sin duda la confesión fue totalmente inesperada para él— No puedo corresponderte.

Los ojos verdosos de la mencionada se volvieron cristalinos, sintiendo como ahora sus latidos eran ahora como unas estocadas que lastimaban sus sentimientos. Tenía la esperanza de ser correspondida por su amado, debido a la conexión especial que tenían ambos.

Y no iba a negar, que el joven de las nieves tenía una personalidad bastante llamativa para las muchachas, pero al menos esperaba que la amistad que tenían hubiera florecido en su corazón tal como lo era y es con Haruna.

—¿Por qué no? —la voz de la hermosa mánager salió temerosa, aguantando las lágrimas que amenazaban con salir de sus ojos verdes grisáceos.

—Estoy enamorado de alguien más —declaró el de orbes grises, siendo que era lo último que quería escuchar Haruna y sin evitarlo, una lágrima recorrió su rostro. No sabía que alguien más ya ocupaba el corazón de su crush.

Sí bien Shiro ya se había dado cuenta de los sentimientos que poseía la chica que era tan animada como la primavera, no sabía cómo abordarlo y enfrentarlo directamente. Los pensamientos del albino sólo tenían lugar para el soccer, la escuela y su amada que lo conquistó desde el primer día que entró a Hakuren.

«“¿A quién decidiste amar?”» Esa cuestión pasó por la cabeza de la mánager, pero no podría salir de su garganta debido al nudo que se le había formado.

No teniendo las fuerzas para articular palabra alguna, Haruna decidió salir de la vista de Shiro corriendo sin importarle que el chico intentara detenerla, dejando que más lágrimas recorrieran sus mejillas ligeramente bronceadas.

Haruna se encontraba encerrada en su habitación, escuchando una canción con la cual se estaba sintiendo bastante identificada en estos momentos. Es como si la persona que la pidió en la radio se la estuviera dedicando especialmente a ella y a su corazón dolido.

—Es difícil pero no imposible asimilar que en verdad te perdí, y ahora te veo partir.

A la mente de la peliazul, vino la escena en que escuchó que el corazón de Shiro estaba totalmente enamorado de alguien más, y sintió la usual picazón en sus ojos y el nudo en su garganta... Aún se encontraba dolida de que fuera rechazada por aquel gentil albino.

La canción transcurrió con normalidad, y pensando en lo que había pasado el resto de este día, recordó como Fubuki y Kotomi, una muchachita que se había transferido de la misma escuela de Shiro a Raimon, charlaban de forma muy animada.

Por alguna razón que desconocía, la fémina de la cabellera castaña recibía bastantes mimos por parte de Shiro, causando un sentimiento de enfado en el pecho de la chica.

—¿Por qué soy tan estúpida? —susurró Haruna, soltando un sollozo, nunca hizo el intento de acercarse demasiado a la ojiazul para preguntarle acerca de su relación con Fubuki, en cambio... Siempre se imaginaba tomando el lugar de Kotomi, y siendo ella quien recibía todas esas caricias que eran como estar en las nubes.

—De corazón, ámense.

Terminó la canción con aquella frase, dejando a la chica dormida con pequeñas gotas de lágrimas asomándose en sus ojos, teniendo su almohada húmeda por el líquido que desprendió debido a sus sentimientos.

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4 Años después.
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—¡Que agotadora semana! —expresó Haruna estirando su cuerpo, para alejar el cansancio que estaba adueñándose de ella.

La peliazul estaba en su primer año como universitaria, no estaba bastante acostumbrada a estar con demasiada tarea encima, cosa que causaba que se durmiera bastante tarde y demasiado estrés.

—Haruna —llamó una voz grave pero bastante familiar, siendo que la peliazul giró su cabeza para ver que un chico de alrededor de 20 años, con rastas castañas yacía en la entrada de la habitación de la fémina.

—Onii-chan —contestó con una sonrisa la mencionada, levantándose de la silla de su escritorio para acercarse a su hermano— ¿Qué te trae por aquí?

De vez en cuando Kido visitaba a Haruna, siendo que usualmente sus visitas eran en verano, su presencia cuando no eran vacaciones la extrañó, pero sin dudarlo la ex-manager abrazó al castaño con bastante cariño. Ya había pasado un largo periodo sin verse, a pesar de que aún tenían la comunicación, sabía que la universidad y otras ocupaciones del día consumían demasiado tiempo que no alcanzaban para responder los mensajes.

—Vine para buscarte, vamos al Raimon —Kido tenía una pequeña sonrisa al ver a su hermanita, acariciando con mimo los cabellos azules con sus dedos viendo como los mechones terminaban en un lindo ondulado— Al parecer Endo está intentando reunir de nuevo a todo el equipo.

La noticia tensó a Haruna causándole un pequeño respingón y que abriera sus ojos exageradamente, no había sido informada de ello. No culpaba a nadie debido a que perdió la comunicación con la mayoría después de salir del instituto... Pero eso significaba ver a cierto albino que aún ocupaba su corazón.

Aún no podía olvidar su amor de adolescente, y ningún chico le llamaba tanto la atención como lo hizo Fubuki. La reacción que tuvo la peliazul, pudo ser notada por Kido debido a la cercanía, quién alzó su ceja izquierda con duda.

—¿Estás preocupada por qué seguramente aparecerá Fubuki? —Kido era el único, aparte de Aki, quien sabía que Haruna gustaba de él y fue rechazada.

En la mente del de rastas solo podía pensar en el dolor de volver a verlo por el momento incómodo que pasó su hermanita, no sabía que aún conservaba el amor de aquel entonces... Ya han pasado 4 años, así que en ese lapso tan largo de tiempo pudo ser olvidado.

—S-sí, aunque no hay nada que temer —rió con nerviosismo Haruna. No se sentía cómoda diciéndole que aún estaba enamorada... Pero si lo volvía a ver, seguramente esta vez intentaría conquistar el corazón del albino.

Supo que Kotomi regresó al extranjero y nunca se confirmó si ella era la chica de la cual estaba enamorado Shiro. Su partida en parte alivio a la ojiverde, pero aún así no sabía si el chico ya había conseguido novia o alguien llamaba su atención.

—¡Kido! —llamó un moreno alzando su palma, siendo que el de rastas chocó su mano contra la del varón en forma de saludo.

—Es un gusto volverte a ver Endo—saludó Haruna con una sonrisa, viendo como se había saludado su hermano y su mejor amigo.

El castaño parpadeó un par de veces al posar sus ojos cafés en la peliazul teniendo una expresión de confusión, para después cambiar rápidamente a una de sorpresa.

—¿¡Eres Otonashi!? —Endo estaba señalando a la ojiverde con su diestra, teniendo la zurda en su cabeza... Lucía totalmente diferente a como la recordaba.

El cabello de la fémina había crecido hasta por debajo de sus hombros terminando en su cintura, siendo que sus puntas terminaban en un leve ondulado, poseía mechones más claros que otros. Su cuerpo estaba más desarrollado, y su cintura se había hecho aún más pequeña dando la sensación de que era bastante delgada... Parecía una modelo.

—¡La misma, Endo! —Haruna río un poco ante la reacción de su amigo, para después saludar a cierta castaña que estaba a su lado.

—Otonashi-san, es un gusto volver a verte —saludó Natsumi con una gran sonrisa.

La de ojos verdes grisáceos dirigió su mirada hacia una peliblanca que nunca había visto. La oji morado parecía ser muy cercana a Endo, sin decir que el varón la sujetaba de su cintura como tratando de demostrar algo.

—¡Mucho gusto! —la albina le extendió la mano a Haruna al sentir la mirada de ella, siendo que sonrío ampliamente— Soy Luna Moonlight, la novia de Mamoru.

Declaró con un pequeño rubor la ahora identificada como Luna. La declaración de que eran pareja dejó un poco en shock a Haruna, ya que hasta donde sabía Natsumi estaba enamorada de Endo.

Rápidamente, le echo un vistazo a la castaña, donde notó que por unos segundos su semblante se volvió triste pero aún así mantuvo su sonrisa. Se veía realmente feliz de que Endo tuviera pareja, pero parecía ser que le dolía ver lo felices que eran.

—E-el gusto es mío —tartamudeó nerviosa Haruna, aceptando el apretón de manos. Se le hacía una niña bastante dulce, debido a su apariencia angelical y esos ojos morados que te hipnotizaban.

—Buenos días chicos —saludó una voz suave, con un tono tan delicado y digno de alguien que sólo hacía palpitar el corazón de la ex mánager del Raimon.

Haruna contuvo la respiración por unos segundos, ahora observando los ojos rojizos sin gafas de su hermano, quien le dedicó una sonrisa, como diciéndole que todo estaba bien.

Las voces de los ya presentes, respondieron al saludo del muchacho que acababa de llegar. Otonashi, con cierta emoción pero también con calma, giró sobre sus talones con una gran sonrisa.

La chica quedó unos segundos viendo anonada las hermosas orbes grises de Shiro, viéndose reflejada en esas dos labradoritas que estaban fijas en sus acciones. Su suave sonrisa causó una sensación de cosquilleo en el estómago de Haruna, como también un ligero calor en sus mejillas.

—H-hola —una vez más, se le escuchó aún más inquieta. Las palabras que Haruna quería expresar, no podrían salir de su garganta, la sola presencia del gentil albino la desconcentraba... Provocaba una y mil sensaciones que confundían sus pensamientos, dejándola totalmente en blanco.

La sonrisa de Fubuki se amplió, dando así una cálida sonrisa ante la respuesta a su saludo. Esa simple acción terminó de hacer que el rostro de la muchacha se pusiera rojo totalmente, siendo que ella agachó su cabeza para que nadie lo viera, mientras tenía una pequeña sonrisa en sus labios.

El corazón de Haruna le indicaba que se lanzará a sus brazos, pero se tenía que contener... No quería dar malentendidos o que se crearan confusiones. La fémina se sumergió tanto en sus pensamientos, que ignoraba los murmullos de los demás, hasta que una voz la sacó de ellos.

—¿Falta alguien más? —cierto rubio les preguntó al grupo, quien a su parecer todos ya estaban presentes.

—En realidad... Invité a alguien Goenji —habló con un color carmesí en sus mejillas Shiro, parecía un tanto intranquilo— A-al parecer se ha retrasado.

—Entonces, vamos a esperarla —comentó el ojinegro, para después unirse a la plática que estaba teniendo el equipo.

Haruna, quien no había estado al pendiente, se dirigió hacia Fubuki bastante curiosa.

—Nee~ nee~ ¿A quién invitaste? —interrogó la ojiverde sonriendo al estar cerca del ojigris.

El muchacho se alejó un poco incómodo de Haruna, aunque no borró su bella sonrisa. Pareció pensar su respuesta, cuando finalmente contestó.

—Es alguien bastante importante para mí —indicó con cierto aire soñador y su usual sonrisa se mostró bastante alegre, como conteniendo su emoción.

La peliazul sólo se mostró aún más confundida por el misterio de la persona que su interés romántico estaba teniendo, siendo que solo causaba más interés en ella.

—¿De verdad no me vas a decir quién es? —ladeó su cabeza Haruna, llevando su mano a su barbilla acercándose al rostro de Shiro, viendo la sorpresa en los ojos de su contrario por el simple hecho de que se estaba acercando demasiado.

Era una acción bastante atrevida de la chica, considerando que estaban en un lugar público. Fubuki se echó para atrás, colocando sus manos en los hombros de Otonashi, para apartarla de él, estaba invadiendo su espacio personal sin previo aviso.

—Lo sabrás cuando llegue —esta vez, las palabras del albino sonaron cortantes y sin más él se alejó de la jovencita para no tener problemas.

Haruna suspiró para maldecirse mentalmente por lo que acababa de hacer. No era propio actuar así, pero de una forma u otra quería un beso del chico.

—¡Su atención por favor, chicos! Quiero decir algo importante —habló con voz fuerte el príncipe de las nieves, para ver cómo las miradas de todos se posaban en él, y en una muchachita de ojos azules y cabellera castaña.

—Bienvenida Kotomi —expresó animadamente Endo, saludando energéticamente a la mencionada que correspondió con un ademán.

—Es un gusto volver a verlos a todos —la recién llegada hizo una reverencia, para después ser atraída por su cintura por Fubuki, causando una impresión en el equipo Raimon.

—Lo que quería decirles es... —Shiro causó un leve suspenso e inmediatamente se le empezó a notar nervioso.

Él, metió su mano en sus bolsillos, sacando una cajita que tenía guardada. Kotomi, observó confundida lo que estaba haciendo y varios taparon sus bocas al deducir que iba a pasar.

Fubuki se arrodillo enfrente de todos, causando un bullicio emocionado y varios que pasaban por el parque detuvieron su andar para observar que iba a pasar.

—Kotomi, eres la chica más linda y tierna que he conocido, me ayudaste mucho con mis problemas e hiciste que fueran una carga más ligera... Desde la primera vez que te vi, fuiste una pequeña hada que iluminó mi vida con algo de magia, así que... —el ojigris jadeó tembloroso ante las palabras que iba a decir, y lentamente comenzó a abrir la pequeña cajita de terciopelo color celeste revelando un anillo con un zafiro incrustado en él— ¿Te quieres casar conmigo?

Los ojos de la ojiazul empezaron a derramar lágrimas de felicidad, tapando su boca con sus manos mientras asentía varias veces en son de respuesta.

—¡Sí quiero Shiro! —vociferó emocionada Kotomi, tomando las mejillas rojas de su amado para depositarle un tierno besos en sus labios.

Los presentes aplaudían ante la escena, sintiéndose felices por los futuros esposos que iban a compartir vidas y seguramente tener hijos... Pero había cierta chica que lloraba amargamente, viendo que el chico con quién se había imaginado pasarse una vida entera, se estaba comprometiendo frente a sus ojos.

—Haruna, ¿Estás bien? —Natsumi posó su mano sobre la peliazul, que parecía muy diferente del los demás que festejaban.

Sin articular palabra alguna, la ojiverde abrazó a la castaña, hundiendo su rostro en el cuello de ella. Le contaría lo que pasaría después, ahora tenía que sacarse el dolor del pecho y dejar florecer el amor que estaba sintiendo Fubuki por Kotomi... Después de todo, Haruna nunca tuvo oportunidad para ser amada por él.

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¡Wenas, wenas!

Cómo podrán haber notado xD este Songfic fue bastante largo con comparación con el primero.

Sinceramente, la canción a mi parecer daba para más, y quise sacar provecho de eso (??

Lamento si se les hizo pesado, pero quería reflejar lo que siente cuando uno se enamora y de una forma u otra no puedes superar eso... Espero que les haya gustado, ¡Hasta la próxima!

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