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II

Ese día hubo revuelo en la ciudad, un lunático derrumbó un edificio en plena tarde, según decían el motivo no era otro que venganza, pues en aquel lugar se encontraba una firma de abogados que rechazó años atrás llevar su caso, según él por su culpa tuvo un abogado mediocre que no pudo salvarlo de la cárcel, la peculiaridad de este hombre era bomba, le permitía convertir en una bomba cualquier cosa que tocara y hacerla detonar cuando quisiera.

La noticia estuvo en los medios por días, la policía estaba doblando sus esfuerzos para capturar al lunático, una semana después lo atraparon mientras intentaba salir de la ciudad. Por otro lado en el ataque milagrosamente no hubieron muertos gracias a la ayuda oportuna de los héroes, pero sí hubo cincuenta heridos, siete de ellos de gravedad, entre estos un joven héroe de cabello rubio cenizo quien en ese preciso momento aún luchaba por su vida.

El país estaba paralizado, todo el mundo pedía por el héroe Ground Zero quien había salido gravemente herido. Multitudes de personas se hacían todos los días junto al hospital donde se encontraba internado para intentar así darle ánimo, el héroe casi había muerto cumpliendo su deber. Aunque quien más preocupado estaba era cierto héroe de cabello rojo quien todos los días iba a ver a su amigo, no podía sacar de su cabeza aquella despedida que le dio Bakugo momentos antes de perder la llamada, "Kirishima, gracias por ser amigo de una mierda de persona como yo, eres el mejor hermano." El mejor, si claro como no, si él no se hubiera puesto a ayudar a detener ese robo hubiera llegado a tiempo, quizás hubiera estado con él, pudo haberlo salvado, tal vez ahora su amigo no estaría en coma, ¡si hubiera estado allí! Kirishima le da un fuerte golpe a la pared detrás de él. Todo porque pensó que en la escena ya había suficientes héroes, que estúpido había sido, nunca se lo perdonaría.

De la habitación sale una robusta y pequeña mujer de cabello verde, la señora se limpia las lágrimas de sus ojos con un pañuelo —Puedes entrar hijo— le dice al héroe, este asiente y sin decir nada entra a ver a su amigo. 

Una vez estuvo en la habitación y sus ojos se posaron en la persona sobre la cama su garganta se le cierró y las lágrimas amenazaron con salir, aún no se acostumbraba a ver a Katsuki en tal condición, con el cuerpo cubierto de vendas, cables puestos por todas partes, un tubo saliendo de su boca que ahora lo ayudaba a respirar, aquella máquina sonando con un constante pitido dejando oír los latidos de su tranquilo corazón, estaba pálido como una hoja de papel, sin ninguna expresión en su rostro, talmente inmóvil. Él que siempre fue orgulloso y explosivo, que nunca se dejó amedrentar por nada, que siempre estaba desbordando de energía, que siempre se rehusaba a aceptar una derrota, ahora se encontraba en una condición tan lamentable y todo por su culpa. Apretando la mandíbula se acercó para sentarse a su lado y tomándole de la mano se dispuso a hablarle de su día como lo hacía desde que le permitieron las visitas al rubio cenizo.

A veces se quedaba mirándolo y recordaba sus días de estudiante, se habían alejado tanto desde entonces, el rubio solo se había vuelto más y más distante, —Cuando íbamos a graduarnos, hace ya siete años, yo quería decirte algo, pero me lo callé por miedo a que me odiaras, después me pusiste una barrera que me fue imposible superar— le decía mientras se limpiaba las lágrimas que comenzaban a derramarse por sus mejillas, le era tan difícil hablar, lo había meditado por un tiempo desde aquel día en el que Katsuki terminó en ese estado, y al final se había decidido, ese día lo diría, no estaba seguro si Bakugo fuera a despertar otra vez, y aunque no había garantía de que lo escuchara, no podía guardar aquel secreto por más tiempo, quizás perdería la oportunidad para siempre.

—Katsubro, no estoy seguro si puedes escucharme, tal vez esto sea estúpido, pero me aterra pensar que puedas irte y que yo nunca te hubiera dicho lo que me sucede contigo. La verdad es...— Su voz se iba volviendo delgada y dudó en decirlo, pero con una fuerte respiración se dio el valor suficiente para terminar aquella frase que tanto había practicado —La verdad es que te amo. 

Después de decir aquello que había guardado en su corazón por tanto tiempo sintió una mezcla de alivio y tristeza, cuanto quisiera que aquel que le ha robado los suspiros por tanto tiempo, aquel que lo ha hecho sonrojarse tantas veces, que obliga a su corazón a sonar con una rápida y hermosa melodía, lo escuchara, que abriera sus ojos y lo viera, que pudiera corresponderle y decirle: yo también te amo, pero él sabía que no era posible, aun si estuviera consiente eso no pasaría, él lo sabía bien, siempre lo supo, el corazón de ese rubio explosivo le pertenecía a alguien más.

—Despierta pronto, te necesito de vuelta, no se que haría si ya no estuvieras aquí— bajando su cabeza el joven de cabello rojo se pone a llorar desconsolado presa del miedo y la tristeza, temía que lo que dijeron los médicos fuera verdad, y su rubio amigo no volviera a despertar nunca, temía no ver sus ojos rojos, su ceño fruncido o escuchar su voz ronca gritar insultos a diestra y siniestra, temía perderle completamente, no soportaría algo así, aun si el nunca correspondiera sus sentimientos no le importaría nada más si tan solo él viviera —Bakugo no me dejes. Rogó sin dejar de llorar en ningún momento.

Pasaron tres meses en los que Katsuki no daba señales de querer despertar, todas sus demás heridas habían sido casi curadas gracias a la ayuda de Recovery Girl, e incluso la de su cabeza había mejorado notablemente, pero aun así el joven no salía de aquel coma. Día a día sus compañeros y familiares lo visitaban e intentaban darle ánimo hablándole de sus días o dándole palabras que buscaban infundirle fuerza, pero nada funcionaba.

—Hijo, aún sigues siendo el héroe número dos. Sabes, tienes mucha popularidad, varias jovencitas mandan cartas de apoyo a tu agencia, quien diría que mi tonto hijo tendría algún día tantas admiradoras — le decía su madre mientras le acariciaba la cabeza con ternura — Tu cabello ha crecido mucho en tan poco tiempo, si te hubieras visto hace tres meses de seguro habrías gritado ¡quien me hizo esta mierda en la cabeza!— La mujer sonríe al imaginar a su hijo diciendo eso con su característico ceño fruncido. 

—Tu padre y yo queremos ir a un viaje familiar, contigo, por supuesto, ir a la playa los tres y divertirnos, tomar el sol y esas cosas, sería relajante ¿no lo crees? Pero primero debes despertar mocoso, solo despierta— La mujer toma entre sus manos la mano de su hijo mientras suelta silenciosos sollozos.

Estuvo allí por un largo rato perdida entre las emociones de tristeza, dolor y desesperación hasta que sintió que la mano entre las suyas la apretaba débilmente. Mitsuki alzó la vista para ver a su hijo, sus ojos abriéndose como platos por la sorpresa, dejó salir un pequeño quejido de su boca, sus emociones estaban dando un giro abrupto en poco tiempo, lágrimas nuevas nublaron su visión, pero esta vez era un sentimiento diferente el que las provocaba, su hijo tenía los ojos entre abiertos y la miraba fijamente, su pequeño mocoso había regresado con ella, hasta hace solo unos instantes estaba llena de tristeza e impotencia, ahora la alegría que la invadía la había dejado paralizada sin poder hacer más que ver, por primera vez en varios meses, los bellos ojos rojos de su retoño. Al salir de la impresión inicial la mujer mayor suelta la mano del joven y levantándose con prisa sale de la habitación llamando a un médico.

La noticia corrió rápido y el país entero se emocionó, el héroe era el último de los heridos de aquel ataque que aún se encontraba en el hospital, todos esperaban con ansias su recuperación, los canales de televisión hablaron del tema por días, la alegría era evidente entre los fanáticos del gran Ground Zero, incluso aquellos que no lo eran sentían felicidad al saber que el héroe había despertado de su coma.

Los más felices por supuesto eran los allegados de Katsuki, varios compañeros del trabajo y viejos amigos de la academia fueron a visitarle y a darle su apoyo, deseándole una rápida recuperación y esperando que pronto pudiera regresar a su labor como héroe. Sus padres estaban con él tanto como sus trabajos se lo permitían, los dos sentían una gran alegría y alivio al ver a su hijo despierto y en camino a su recuperación, aun así había alguien aún más feliz por el despertar del rubio. No se podía negar que quien más le visitó fue Kirishima, este iba todos los días con una brillante sonrisa en su rostro, él fue la persona que más lo ayudó después de salir del coma. 

Las primeras semanas después de despertar fueron las peores para el rubio cenizo, se pasaba insultando y maldiciendo a todo aquel que intentara ayudarle, se sentía miserable en aquella silla de ruedas pero tres meses de estar en una cama tomaron factura en su cuerpo, debía ir con calma. A Katsuki le daba vergüenza y sentía herido el orgullo cuando las enfermeras o su madre lo ayudaban con sus necesidades básicas, solo del pelirojo se dejaba hacer y solo después de que este le insistiese por un largo rato e igualmente desde que comenzó su rehabilitación fue él quien le ayudó en todo lo que necesitase.

Mientras estuvo en el hospital recibió muchos regalos, flores y cartas de sus allegados y de sus fans, casi todos los días su cuarto estaba repleto de cosas, era una completa locura, no sabía que había tantas personas que se preocupaban por él, por un héroe gruñón, malhumorado y malhablado, aunque entre la multitud de regalos el que más le sorprendió era uno que aparecía todas las mañanas, aparentemente dejado ahí antes de que el despertara, una simple manzana cortada en trocitos a los que les daban forma de conejo, era extraño pero empezó a mirar la mesa a su lado cada vez que despertaba, varias veces le preguntó a las enfermeras por la persona que dejaba la manzana pero ellas solo reían nerviosamente y no le decían nada, eso aumentó su curiosidad, incluso llegó a despertar más temprano para así poder atrapar al misterioso visitante pero aun así no pudo ver a aquella persona.

La recuperación fue rápida, en dos meses fue dado de alta y estuvo con sus padres algunas semanas mientras recuperaba casi por completo su movilidad para poder valerse totalmente por el mismo. Llevaba cuatro días en su casa y solo hasta ese momento por fin estuvo solo, siempre había alguien visitándole, acompañándole, queriendo hacer algo con él, incluso al segundo día de su regreso al apartamento fueron Sero y Denki a hacerle la cena, fue un desastre, su cocina quedó destrozada, con comida regada por todas partes, estuvo a punto de echarlos de su hogar a explosiones, pero ellos no se fueron insistieron en acompañarlo. Terminó, sin darse cuenta, acercándose más a sus amigos quienes aprovechaban cada momento libre para ir a verlo. Vio el reloj en la pared, eran las tres de la tarde, Kirishima vendría a las cinco para ayudarlo con sus ejercicios, el hombre se convirtió en todo un enfermero en poco tiempo, y aunque el rubio nunca dejó su actitud tosca hacia él, le estaba inmensamente agradecido.

Se sentó en su sofá a ver algún programa interesante que estuvieran transmitiendo en la televisión, ya le había dado una vuelta completa a los canales sin encontrar nada cuando el timbre de la puerta sonó, y hasta ahí llegó su tiempo a solas, se levantó de su silla tomando su estúpido bastón y fue hasta la puerta, lo bueno de ello era que ya casi no necesitaba usarlo para moverse, el médico le dijo que por lo menos en dos semanas más podría caminar sin ayuda, además era mejor el bastón que el caminador, no veía la hora de volver a trabajar, pero para eso faltaba un poco más de tiempo.

El timbre volvió a sonar y este soltó un fuerte gruñido —¡Ya va maldita sea!—. Abrió la puerta con fuerza y listo para insultar a la persona frente a esta, pero su voz quedó atrapada en su garganta al ver un par de ojos esmeralda y unas mejillas pecosas .

—Perdón no era mi intención enfadarte, Katsuki— dijo el visitante dejando sin habla a aquel rubio malhumorado.

Hasta aquí llega este capitulo, espero que lo disfrutaran tanto como yo, realmente le he puesto mucho empeño a este pequeño fanfic.  Pronto estaré subiendo el próximo capitulo, les agradezco mucho por leer, y no olviden dejar su comentario, quiero saber su opinión.

Nos leemos luego XD

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