Capítulo 29
¡Bruja! ¡Suéltame!

Sibila sonrió mientras paseaba tranquilamente detrás de Law, Lami y Rosinante, habían pasado unas cuantas semanas y al menos no había moros en la costa, así que la mujer les dejó salir.

«Que buenas vistas, Dios Santo.» pensó Sibila mirando las esbeltas y largas piernas de hombre que estaba frente suyo, demonios, que vistas más divinas.

Las piernas de Rosinante eran justo como las que le gustaban. Largas, esbeltas, musculosas y sexys, ¡Era un hombre perfecto! Y no podía negar que tenía un buen trasero, ¿Cómo describir al hombre alto? ¡Sexy! Hombros anchos y firmes, un pecho sólido, bien construido, con unos pectorales que hacían agua la boca, una espalda amplia, ancha y musculosa, una cintura estrecha y largas piernas sexys.

Hasta su voz estaba dentro de sus estándares, que sexy era el hombre por Dios... y Law no se quedaría atrás en el futuro, pero ahora en ese momento seguía apestando a leche así que no podía fantasear con el pequeño Law... por lo que golpearía duro el acero y lo formaría para ser un hombre excepcionalmente guapo, tal y como lo recuerda.

—¡Sibi-chan! ¿No quieres caminar con nosotros? ¡Estás muy atrás! —habló Lami.

—No te preocupes, ustedes tienen que ponerse al corriente... y estoy seguro que Law y Rosinante necesitan descansar de mí, su entrenamiento no se pausará incluso si ruegan porque ello suceda... solo que hoy me volví benevolente —respondió con tranquilidad.

—... ¿Seguro que no es un demonio? —preguntó en un susurro el rubio a Law el cual entre cerró sus ojos.

—... Lo estoy dudando... —le respondió de igual forma.

—¡Looos estoooy escuchaaaandooo! —exclamó despreocupadamente la azabache y los dos hombres se tensaron.

—¿Su entrenamiento es tan malo? —preguntó Lami mirando a Law el cual se estremeció.

—Es un monstruo.

—Una bestia.

—Un demonio.

—Es despiada.

—Sádica.

—Cruel.

—Intensa.

—Severa.

—Estricta.

—Insistente.

Respondieron Rosinante y Law intercalándose, Lami solo pudo suspirar mientras una gotita escapaba de su cabeza.

—Si quieres te puedo enseñar a disparar y auto defensa Lami, pero cuando seas más grande —habló tranquilamente Sibila.

—No gracias —negó rápidamente la castaña.

—Lo vas a necesitar, en el futuro tendremos que zarpar al mar.

—¿Qué? ¿Por qué? —preguntó Lami confundida.

—Lami... no podemos quedarnos en un lugar durante mucho tiempo, tu lo sabes mejor que nadie —habló suavemente la chica—. No soy normal, Law no es normal ahora y Rosinante está siendo perseguido por su hermano al ser un traidor, una vez que nos encuentren no solo Doflamingo vendrá por nosotros.

—... Es cierto —habló apenada Lami.

Ambos hombres se quedaron en silencio con la mirada gacha, era su culpa que ambas mujeres tuvieran que navegar sin un lugar fijo...

—Y una vez que descubran que tú y yo seguimos vivas, ya ves, tampoco será muy diferente...

—¡Alto! ¡Por favor deténganse! —escucharon una voz y los cuatro voltearon a dicha voz.

«Oh Dios... ¿No me digas que es Bepo, Shachi y Penguin» pensó desconcertada, entonces caminó a la voz y... resultaron ser ellos, con los dos humanos golpeando al pobre Mink y la chica solo pudo suspirar mientras se llevaba la mano al puente de la nariz con frustración.

—¡Ey! ¡Dejen de golpearlo! —exclamó la azabache y cuando ambos chicos iban a reclamar, estaban siendo tomados por la oreja y se quejaban mientras se removían incomodos— ¡Law! ¡Lami! Atiendan sus heridas, ¡Rosinante! Lleva al oso a la casa para que reciba tratamiento.

—¿Volf no se va a enojar...? —preguntó el rubio mirándola.

—Aunque sea un poco gruñón, tiene un gran corazón —habló Lami mirando las heridas del Oso al igual que Law el cual lo miraba fijamente.

—¿Qué les vas a hacer? —preguntó Law mirando a los chicos como si fueran hombres muertos.

—¡Law! No lo hagas ver como si ella los fuera a matar o algo así —regañó Cora-san.

—Les voy a enseñar modales —habló tranquilamente, Law miró fijamente al rubio con la mirada diciéndole como ¿Enserio crees que ella no es un demonio?

—Lami-chan, mejor vayamos para tratar al oso —habló el rubio nerviosamente.

—¡Eh! ¡Bruja! ¡Suéltame!

—¡Te voy a matar! ¡Suéltame!

—Ahora... —Sibila les dio una mirada aterradora y ambos chicos temblaron con miedo mientras se abrazaban.

Law trató las heridas del Oso con ayuda de Lami, el oso les contó en el camino sobre él, lo que estaba haciendo, su familia, su tribu y un montón de cosas más, junto con lo más importante: su nombre. Cuando Volff lo vio, se negó al principio, pero luego de responder unas cuantas preguntas y contar toda su historia, el oso ya era parte de esa "familia" si se podría llamar así.

Mientras tanto, con Sibila, dos chicos con un ojo morado cada uno, labios hinchados, chichones en su cabeza y sangre corriendo por su nariz estaban sentados de forma japonesa en la fría nieve mientras tenían la cabeza gacha y escupían todo sobre ellos mientras lloraban levemente.

—Y eso es todo...

—Por eso actuamos de esa forma con el oso...

—No tenemos perdón, lo que hicimos no tiene explicación y pensándolo bien no deberíamos desahogarnos con alguien ajeno solo porque nos sentíamos mal...

—Ya veo, no quieren volver con sus tíos, ¿Cierto? —preguntó la azabache y ambos asintieron— ¿Les gustaría quedarse con nosotros? Bueno, no puedo asegurar que haya camas libres y toda esa mierda, pero al menos comerían comida caliente, estarían en una casa donde no los maltratan y todo eso.

—¿Podríamos? —preguntaron esperanzados.

—Siempre y cuando no golpeen al oso, él es mío —entrecerró sus ojos a los chicos y ellos asintieron.

Entonces volvieron a la casa, obviamente los otros dos no fueron muy bien recibidos, pero Sibila les contó en grandes rasgos lo que habían pasado, porque trataron a Bepo de esa forma, que estaban arrepentidos y de paso hizo que se disculparan profundamente casi golpeando sus frentes contra el suelo.

Volff no estaba muy contento de que su casa se achicara de esa forma, pero no pudo hacer nada cuando su corazón piqueaba levemente... solo estaba buscando una forma de redimirse de su pasado, ¿Vale? ¡No lo hacía por nada más! Él ya había hecho mucho daño a la gente de la isla Smallow, tenía que buscar una forma de redimirse y aquellos chicos no eran tan malos.