Capítulo 23
Ya no soy humano

Rosinante miró con miedo a su hermano y anticipación, pero todo se transformó en confusión una vez que el mayor simplemente le dijo que subiera y que Tsuru del cuartel de la marina ya sabía que estaban en el puerto de esta isla.

«¿Aún no le ha dicho?» pensó conmocionado el hombre, entonces escuchó una risa maliciosa a su costado y miró como Law salía detrás de las escaleras para abordar el barco.

—Jejeje... decidí no decirle —habló orgulloso el niño mientras la sombra de su sombrero oscurecía su rostro y su sonrisa era maliciosa y burlona—. Pensé bien y recordé que te debía una por no decir nada al apuñalarte dos años atrás —habló el niño quitando su sonrisa maliciosa y cambiándola por una suave y unos ojos algo agradecidos—. Ya estamos a mano —entonces Law subió a bordo del barco como si nada y con las manos en los bolcillos a la vez que soltaba otra risita traviesa.

Corazón solo pudo suspirar aliviado y caer de rodillas antes de sentarse en el suelo.

Ese niño... era una pequeña bestia.

Law empezó a gritar mientras estaba totalmente atado en un pequeño barco junto con Corazón, ¡Esto era un maldito secuestro! ¡¿De acuerdo?! ¡¿Acaso Corazón lo iba a matar para asegurarse de que no le dijera nada a Doflamingo?! ¡¿A qué se debía esto?!

—¡Esto es un secuestro! ¡Desátame! ¡Oye! —se removió Law— ¡Corazón! ¡Maldito! ¡Te haré pagar por esto! ¡Di algo! ¡Oye!

Law siguió gritando hasta que se quedó dormido mientras Corazón buscaba en libros de medicina sobre hospitales y doctores, necesitaba encontrar a alguno para que curara la enfermedad de Law, ¡No soportaba que un niño tan pequeño dijera con tanta naturalidad una y otra vez que iba a morir pronto! Eso le hacía doler tanto su corazón, como si alguien cortase el paso de su respiración.

Mirando al niño dormido, Rosinante utilizó el Den Den Mushi y llamó a un número, pero Law despertó y empezó a gritar nuevamente en busca de la ayuda de Doflamingo.

—Ah... Rosinante —habló la grabe voz del otro lado de la línea.

Esa no era la voz de Doflamingo.

—Tomaré un descanso de mi misión —Law miró en shock al hombre.

—¿Estás en problemas?

—No, es personal.

—Está bien, lo entiendo. ¿Cómo están los niños? ¿Siguen ahí a pesar de ser tan duro?

—No creo que esos tres lo logren.

—La familia se ha vuelto algo famosa, ten cuidado.

—Entendido.

—Te encargo el caso, así que has lo que quieras. Mantenme informado.

—Entendido, enviaré los detalles por escrito —Rosinante colgó la llamada.

—¡¿A dónde estabas llamando?! ¡Dijiste "misión"! ¡¿Eres de la marina o algo así?! —gritó furioso el niño, se sentía tan, pero tan traicionado.

—¿No te gusta la marina?

—¡Las personas involucradas con el gobierno me enferman!

—No soy de la marina.

—¡¿Enserio?! —preguntó hostilmente.

Ambos siguieron navegando en silencio hasta que llegaron al puerto de una isla y desembocaron. Rosinante sosteniendo la guía de médicos en una mano mientras que en otra sostenía a Law por la parte baja de su camisa y el pobre niño se removía intentando soltarse del agarre del niño para no ir a un médico, obviamente el mayor lo regañó por actuar "como un niño predecible" y declaró que curaría su enfermedad incluso si tenía que llevarlo a cada hospital.

Entonces los dos ingresaron a un gran hospital.

—¡¿Ah?! ¡¿Enfermedad de plomo blanca?! —gritó el doctor alterado y retrocedió como si viera a la peor de las bestias mientras la enfermera fea y maquillada horriblemente se escondía detrás de él.

—Ya tiene un tiempo de existir, ¿No tiene alguna medicina, Doctor? —habló el rubio tranquilamente.

—Disculpe, ¿Pero de dónde...? —Law apartó la mirada.

—Flevance —respondió en un susurro.

—¡La ciudad blanca! —el hombre gritó y tomó los brazos de su enfermera.

—¡Seré infectada! —gritó la enfermera y se puso a llorar.

—¡Oigan! ¡Tráiganme guantes y una máscara de Gas! —exclamó el doctor desesperadamente— ¡Y llama a seguridad y al gobierno! ¡Rápido!

—¡No! ¡Nooo! —gritó la mujer alterada.

Law apretó sus puños sobre sus rodillas con el cuerpo temblando levemente.

—¡Olvídenlo! —gritó harto Law.

—¡Law!

—¡¿Ves?! ¡Ya no soy humano! —gritó Law con el sombrero cubriendo su rostro.

Es cierto, lo había oído tantas veces, lo había vivido tantas veces, había sido cazado como bestia y si no fuera por Sibila habría recibido tantos daños, golpes, heridas e incluso podría haber muerto si ella no se hubiera hecho una fama algo sanguinaria y sangrienta...

No entendió porque Corazón fue tan cruel de darle algo de esperanza, no entiende porque fue estúpido y esperó algo.

Entonces corrió por el hospital, con lágrimas en sus ojos y mocos corriendo de su nariz, ¿Por qué fue tan estúpido? ¿Por qué confió en un maldito traidor como Corazón? ¿Por qué se dejó arrastrar? ¿Por qué se atrevió a tener esperanzas en alguien? ¿Por qué deseó vivir, aunque sea unos días más que de su muerte predestinada? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿POR QUÉ EL MUNDO ERA TAN CRUEL CON UN NIÑO?! ¡¿POR QUÉ EL MUNDO LE ODIABA ASÍ?! ¡¿QUÉ HIZO PARA MERECER EL HECHO DE QUE NO PUDIERA TENER ESPERANZAS NI ALEGRÍAS?!

Tan solo... ¿Por qué no puede ser feliz? ¿Por qué no puede vivir como otros niños? ¿Por qué no puede tener esperanzas como los demás?

Rosinante miró en shock y furioso el hecho de la escapada de Law tan herido, su voz había sonado tan rota y lastimada...

—¡Monstruo blanco! ¡Vete por favor te lo ruego! —gritó la enfermera maquillada ridículamente.

—¡Oye tú! ¡¿Cómo te atreve a traer a un niño así aquí?! —gritó el doctor apuntando al rubio que seguía mirando la puerta por donde había escapado el pequeño niño— ¡¿Cuántos pacientes crees que tenemos...?!

Corazón se dio la vuelta y miró en shock a la nada cuando escuchó los altavoces.

"Este es un asunto de emergencia. Tenemos un niño con la enfermedad de Plomo Blanco en nuestro hospital".

Rosinante dejó de escuchar el ruido a su alrededor y miró horrorizado toda la situación, ¿Qué había hecho? ¡¿Qué demonios había hecho?!

Gruñidos de ira y furia escaparon de su garganta y con los ojos inyectados en sangre y una mirada mortal, golpeó al estúpido doctor mandándolo a volar con una nariz rota y quemó el maldito edificio hasta que encontró a Law, al cual volvió a tomar de la parte baja de su camisa y lo siguió cargando de esa manera.

—¡El tipo grande es violento!

"Estilizaremos todo el edificio..." los parlantes siguieron sonando.

—¡Fue el peor hospital! —gritó enojado el rubio— Lo siento, ¿Te hice traer viejos recuerdos?

—¡Por eso te dije! ¡No quiero ir al hospital! —gritó el niño escondiendo sus lágrimas mientras se tomaba fuertemente el sombrero pegándolo a su cabeza.

—Ese era terrible, ¡Pero estoy seguro que habrá uno mejor en el siguiente!

—¡No quiero!

...

—¡La enfermedad blanca! ¡No! ¡Alguien ayuda! ¡Un sobreviviente de la ciudad blanca!

...

—¡¿Hola?! ¡¿Gobierno mundial?! ¡Tenemos un superviviente de Flevance! ¡¿Por qué no los mataron a todos?!

...

—¡Ah! ¡Voy a ser infectado! ¡Aléjense!

...

—Corazón... no solo no he sido curado, sino que también he llegado a mi límite —habló llorosamente Law, aferrándose a la chaqueta de Corazón mientras su pequeño cuerpo era cubierto por una delgada chaqueta marrón apagado.

—¡Deja de quejarte! ¡Te curarán en el siguiente! —gritó determinado el hombre— ¡Es encontrar una cura o morir! ¡Tu vida está en juego! ¡Animo!

...

—¡La enfermedad blanca!

—¡Cierren el hospital! ¡Van a entrar!

—¡Voy a matarlos a todos! —gritó Corazón enojado.

—¡No, Corazón! —intentó detenerlo Law— ¡¡¡Corazón!!!