Arco 3:
Piratas Donquixote, infancia traumatica de Law

Capítulo 21
Deseos de venganza

Sibila cerró sus ojos mientras Lami estaba en su regazo y lloraba por cómo estaban golpeando a Law, habían pasado meses desde el incidente en donde vivieron en el infierno y tuvieron que moverse de un lado a otro pues si una persona los veía corría la voz y causaba que las personas vinieran a cazarlos como animales.

Humanos que no tratan a los humanos como humanos no eran diferentes a bestias embravecidas e ignorantes.

El odio y la crueldad estaba echando raíces en su corazón, pero las cortaría de raíz si eso pondría en peligro a sus dos pequeños niños.

La azabache suspiró mientras negaba levemente con su cabeza sintiendo como Lami se aferraba a ella con fuerza. Sibila le había negado a Law el que se uniera a estos piratas, en todos sus viajes terminaron llegando a Spider Milers, por lo que básicamente Law se quería unir a los piratas Donquixote y ahora estaba haciendo la prueba de admisión enfrentándose a Diamante, pero estaba siendo apaleado brutalmente por el hombre mayor, así que Doflamingo dijo que no fuera muy rudo ya que solo era una prueba y no matara al niño.

Difícilmente Sibila permitiría que le hicieran daño de gravedad a Law o a Lami.

Sibila soltó a Lami rápidamente y tomó la espada de Law, solo para detener eficazmente el ataque del hombre.

—¡Oye! ¡No interrumpas mi pelea! —exclamó Law enojado.

—¿No escuchaste lo que dijo tu jefe? —escupió bruscamente Sibila mirando con odio al hombre más alto mientras la sed de sangre empezaba a brotar de su cuerpo y en sus ojos empezaban a formarse aros rojizos— Dijo que no lo mataras, vuelve a mostrar intenciones asesinas otra vez y te arrancaré la cabeza con mis propias manos —habló frívolamente la chica y bajó la espada para entregársela a Law.

Sibila le dio una última mirada fría a Diamante antes de tomar suavemente a Lami en sus brazos y mirarla con una mirada dulce.

—¿Vamos a pasear? Dejemos que Law se encargue de sus asuntos solo, ¿Sí? Te aseguro que nada le pasará —habló dulcemente la chica y Lami miró preocupada a su hermano el cual le dio una mirada de muerte y asintió dudosa—. Mientras explotaba la isla encontré un lindo lugar, no te preocupes por lo demás.

—¡Yo quiero ir! ¡Yo quiero ir! ¿Puedo? —preguntó entusiasmada la azabache con un pequeño traje de Maid.

—Yo también quiero ir-Desuyan.

—¿Pueden venir con nosotros? —preguntó Lami.

—Bien —asintió la chica mayor y empezó a caminar lejos de la chatarrería.

Sibila caminó por un largo periodo de tiempo hasta que finalmente llegó al lugar y los niños se sorprendieron por la belleza de ese lugar. La mayor tarareó suavemente mirando con ojos suaves como Lami sonriera y reía con ambos niños, divirtiéndose al encontrar a otras personas que no la discriminaran ni cazaran por su enfermedad, cabe destacar que esta vez Sibila se había arriesgado más y logrado quitar una mayor cantidad de plomo Ámbar de su sistema, por lo cual ahora no se veía la mancha blanca en su rostro, pero podría aparecer en cualquier momento ya que no se tiró de lleno a la operación, principalmente porque no había suficiente anestesia para que resistiera más tiempo inconsciente sin sufrir dolores crónicos, también había operado levemente a Law y a sí misma, aunque en ella no había utilizado analgésicos y solo utilizó una camisa para morder y no gritar mientras se operaba a si misma.

Cuando empezó a acercarse la hora de comer, los niños decidieron volver a donde estaba la base de los piratas, pero como no sabían el camino Sibila tuvo que llevarlos de vuelta solo para minutos después mirar como Law volaba por una ventana y caía, entonces dejó suavemente a Lami en el suelo y atrapó al niño que iba con una velocidad malditamente absurda que la terminó por botar contra los escombros y quitarle el aire.

Menos mal que se cubrió con una capa de telequinesis antes, apartando efectivamente todos los objetos potencialmente peligrosos y afilados que podrían dañar su cuerpo.

Law miró en shock como su cabeza estaba entre los senos de Sibila, aún estaba algo conmocionado con saber que, si no fuera por ella podría haber muerto por culpa de ese maldito rubio que le tiró desde tan colosal altura, «¡¿Qué demonios le pasa?! ¡Debe estar loco!» pensó Law mirado al hombre de camisa de estampados «¡Maldición, maldición!» pensó con los ojos inyectados en sangre «¡Maldición, maldición, maldición!» entonces miró la sonrisa cruel y despiadada, incluso un poco sádica en los labios pintados del hombre «¡Voy a matarlo!» pensó ciego de ira el pequeño azabache.

Una semana pasó, Law siendo completamente apaleado por el alto rubio mientras que Sibila se buscaba la forma de sobrevivir con Lami en cerca suyo, al final no había otra forma que robar para que ella viviera, analgésicos, sedantes, comida, mantas... algo...

Solo sobrevivían, pero incluso en su penosa situación no dañaban a nadie.

Sibila quería enseñarle a Lami que incluso si el mundo te abandona no debes odiarlos a todos, que si bien hay malas personas también hay buenas, como existe el mal existe el bien y que no importa en qué situación te encuentres nunca debes olvidarte de quién eres, nunca debes perderte a ti mismo ni tu significado de vivir.

Porque la mayoría de los humanos no son ni buenos ni malos, todos están en un punto medio.

Odiar es de humanos.

Ser egoístas es de humanos.

Despreciar, ignorar, maltratar, matar, codiciar, quemar, destruir... es de humanos.

Pero también es de humanos apreciar, amar, convivir, ayudar, cuidar, proteger, desear, sobrevivir.

Los humanos son demasiado complejos como para odiar a toda la humanidad, no puedes poner a todos en un mismo saco porque no todos son iguales, no todos se sienten igual, no todos viven de las mismas maneras y siempre hay un pasado, algo, que los hace ser como eran.

Incluso si eran así de nacimiento.

Lami aprendió muchas cosas de Sibila y ahora entendía que ella siempre estaba sacrificándose por ellos, ensuciándose las manos y manchándose de oscuridad, sumergiéndose en un abismo por su hermano, por ella.

¿Por qué Sibila siempre parecía cargar con el peso del mundo en sus hombros? ¿Por qué siempre parecía tan solitaria y triste? ¿Por qué no podía compartir algo de su carga? Lami lo sabía, puede que muchas veces haya estado inconsciente, sedada o incluso dormida, pero escuchaba a Sibila llorar en las noches o cuando no había nadie, escuchaba como ella se rompía y no podía dormir, sabía que ella se culpaba por lo sucedido en Flevance.

Y también Sabía que Sibila se estaba auto sacrificando intentado curarlos temporalmente a ella y a su hermano.

Lami podría ser pequeña, pero era igual de inteligente que su hermano Law y entendió todos los sacrificios que Sibila hacía por ellos dos, sabía que había muchas cosas que ella no les estaba contando y esas cosas que no les contaba parecían una guillotina brillando por cortar su cabeza, como un fantasma intentando perseguirla y asecharla, un monstruo subido en su espalda haciendo que a ella se le dificultase seguir adelante, pero avanzaba de todos modos por ellos dos.

Sibila solo vivía por Lami y Law, y Lami estaba segura que si no fuera por ellos dos a su lado Sibila no seguiría ahí y eso le aterraba, le horrorizaba.

Lami no podía imaginarse un mundo sin Sibila, ¿Ella estaría muerta? ¿Law estaría muerto? ¿Cómo habrían sobrevivido? ¿Qué habrían comido? ¿Hasta dónde habrían llegado? ¿Habrían sido tan felices como lo hicieron cuando eran niños? ¿Habrían sentido alguna esperanza sin ella? ¿Lami también querría destruir el mundo como su hermano Law? ¿Realmente no tendrían salvación si Sibila no estuviera a su lado?

¿Qué eran realmente esos poderes que Sibila tenía? ¿Por qué sus ojos brillaban en rojo cuando los usaba? ¿Por qué sentía una fuerza aterradora saliendo de ella? ¿Por qué parecía que su frente brillaba cuando utilizaba su telequinesis? ¿Qué era realmente su telequinesis? ¿Tenía más poderes? ¿Ella los estaba manteniendo con vida? Lami al igual que Law había cotilleado en los archivos de sus padres y sabía que no le quedaba más de un mes de vida, pero ya habían pasado cinco meses y seguía vivita y coleando, solo cercana a Sibila parecía que todo iba a estar bien e iba a ver el sol brillar una vez más.

Tenía miedo de que lo que sea que Sibila estuviera haciendo le costara la vida, porque ningún poder viene sin ninguna consecuencia y eso lo había visto cuando ella estaba pálida, jadeante, con una fiebre horrible y vomitando sangre como si quisiera volcar todos sus órganos afuera de su cuerpo mientras estaba inconsciente por abusar de sus poderes.

Lami tenía miedo de perder su única fuente de esperanza, porque Law ya se había perdido en la oscuridad de este aterrador y desastroso mundo.