Capítulo 5
Sangre derramada

Sibila despertó con un terrible dolor de cabeza que no se lo deseaba ni a sus peores enemigos... porque básicamente no tenía enemigos, duh, era una existencia tan patética que no tenía a nadie a quien llamar suyo.

Tambaleante vivió por su casa con una cara come mierda por diez mil y miró al fantasma con ojos entrecerrados, ¿Era ella o se había dormido en su regazo? No importaba, quizás mientras estaba ebria se fue acostar y ella no lo recuerda o simplemente fue como su sonambulismo que la hizo comer dormidas ya que siempre que le daba comida al hombre gigante a su lado la comida desaparecía.

Apenas despertarse tomó dos vasos de agua al seco, entonces empezó a cocinar huevos y se hacía un jugo de naranja natural, tomar mucha agua ayuda a desintoxicarte antes, los huevos tienen vitamina B12 que ayuda a eliminar más rápido el alcohol a través de la orina al igual que cosas que tengan dicha vitamina, así que le agregó unas cuantas rebanadas de queso suizo y no se olviden del jugo de naranja, no solo se hizo un vaso, sino que se hizo una jarra completa.

El jugo de naranja tiene vitaminas C y dichas vitaminas ayudan a combatir los radicales libre que se liberan cuando el organismo se está desintoxicando, además ayuda al hígado a metabolizar el alcohol por lo que se elimina antes.

Bien, Sibila no le gustaba el alcohol, por lo que antes de tomarlo decidió investigar algunas cosas antes de decidir intoxicarse con alcohol en una noche de penurias cuando decidió dejar de tomar las pastillas antidepresivas que le recetaron, ¡Vamos! Si esas mierdas también tenían efectos secundarios, así que no le importaba mucho.

—Mmm... Samuel, tengo que ir a pagar las cuentas, comprar comida y hacer más mierdas afuera, así que me voy, como siempre te dejé un poco de mi comida, hay jugo si quieres —habló Sibila mientras se ponía los zapatos y salía a la calle.

¡Que molestia! Apenas salió un fuerte sol la golpeó con fuerza, ¡Demasiado para sus ojos sensibles al sol por su resaca! ¡¿Y qué era todo ese ruido?! ¡¿Por qué había niños gritando si deberían estar en la escuela?! ¡¿Qué demonios?! Ugh... la mujer presintió que sería un día de mierda.

Y como si fuera una confinación, mientras caminaba a las tiendas para pagar sus cuentas pisó mierda de perro que estaba esparcida en la calle y gritó con frustración antes de "limpiarse" el zapato en la hierba. Al entrar en el lugar donde pagaría sus cuentas, la fila era enorme y tuvo que esperar como una hora para poder pagar, entonces detrás de ella una señora empezó a molestar y decidió meterse con ella mientras finalizaba la transacción, la ignoró y fue golpeada por lo que como su santa madre le enseñó, Sibila devolvió el golpe.

Oh, pero la señora no se cansó y como toda enloquecida arremetió contra ella, por lo que ya enojada la agarró del cuello, la estrelló contra una pared, la miro como una asesina mientras dejaba salir sus intenciones egresivas y la miró con profundos ojos oscurecidos, enrojecidos y con algunas bolsas debajo de estos.

—Deja de hacer tu espectáculo de mierda o realmente me veré en la obligación de arrancar esa asquerosa lengua tuya, te quitaré las uñas una por una y arrancaré esos implantes de cabello que tan orgullosa estás —gruñó ferozmente y dejó caer a la señora mientras se iba.

Oh claro, ahí no la molestaron y si lo hubieran hecho, las cámaras de seguridad habrían visto la escena por lo que no estaba muy preocupada por eso.

Mierda, claramente un día basura, entonces se fue a despejar a un parque con tranquilidad y un par de idiotas le lanzaron un Frisby a la cabeza lo que provocó que un gigante perro se abalanzara sobre ella y la aplastara, ¡Terrible! Se fue a hacer las compras.

Parecía que el destino se había apiadado de ella, ¡Pero no! Otra Karen enloquecida la jodió y esta vez llamaron a la policía, obviamente Sibila presentó cargos por difamación, acoso, agresión, intento de robo, confesión falsa a la policía y toda la mierda que pudiera presionarle a la cara, ¡Fue aliviane! Algo refrescante, pero no tanto cuando la bolsa de compras se rompió antes de llegar a su auto por el cual había vuelto a casa solo por culpa de la primera señora loca.

Y no, no hubo un encuentro afortunado o un hombre en su brillante armadura que la ayudó, solo un bastardo que pateó lejos su pote de mantequilla y una idiota que pisó parte de una caja de huevos, ¡Quería matar a alguien! Las venas de su rostro se marcaban, pero respiró hondo y con las cosas en sus brazos como pudo se lo llevó a la maleta del auto y volvió a comprar lo que se perdió para irse a su casa.

Al llegar, tuvo que desempacar con un humor de perros solo para finalmente caerse de cara contra el rostro prendiendo la tele la cual emitió un programa que ella detestaba. Con la nariz roja, cerró la puerta de un portazo.

Enfurruñada empezó a ver una película en la televisión, ¡Mira eso! ¿Aladín? ¡Wow un Live Action! Seguro que será una mierda, oh espera ¡Está Willl Smith! Retira lo dicho, Sibila estaba segura que la película sería un gran éxito, por lo que la vio y empezó a cantar desafinadamente la letra de la canción.

—Principe Alí, amas así, Alí Ababua.

Dios, Will Smith es un pinche genio en sus papeles tan coloridos y geniales. Cuando la película terminó, ella empezó a ver hombres de negro para no perder su buen humor mientras observaba a ese talentoso hombre de las cámaras, ¡Todas sus películas eran geniales! Era como si solo la presencia de él pusiera CALIDAD en las películas, quizás sea porque es exigente con los papeles que toma.

Mmm... verá anime, no ha visto anime en mucho tiempo, ¡Ahora podría ver anime! Quizás eso la ayude a mejorar su ánimo de mierda.

Samuel, el fantasma olvidado miró todo desde su mismo lugar comiéndose unas papitas que la chica había dejado de lado mientras tomaba un vaso de bebida, esa humana era interesante.

No entendía cómo podía ser tan miserable.

Existían cientos de miles de personas que lo han pasado mal y algunos se vuelven malos, otros buenos y algunos simplemente se suicidan, pero nadie ha sido tan miserable como para ni siquiera sorprenderse con su existencia y darle comida asumiendo que él solo era su imaginación o que estaba loca, mucho menos hablarle de todos sus problemas o tenerle tanta confianza como para dormirse en su regazo como si nada sucediera.

Aparte de que era estúpidamente insistente, él no le habló en todo el tiempo que estaban juntos, ni siquiera la ayudó cuando un cuchillo se enterró en su mano izquierda o cuando se golpeó la cabeza contra un mueble al caerse, ¡Y le seguía hablando! No lo sabía, aparte de que le dio un nombre.

Una mujer muy rara, ¿Quizás su miseria la hacía tan estúpidamente solitaria que anhelaba tener alguien a su lado incluso si ese alguien era un monstruo?

Interesante.

—Mi nombre es Agatodemon —hablo con una voz grabe y la mujer casi se cae del sillón mientras pausaba la película, estaba seguro que el malvado cucarachón no había dicho que se llamaba Agatodemon en la película.

—¿Qué mier...?

—Soy un δαίμονες.

—¿Qué?

—Pide tres deseos.

—¿Tres deseos? ¿Qué es esto? ¿Una representación barata de Aladín y su lampara mágica?

—Solo responde.

—Entonces deseo tener una telequinesis absurdamente poderosa, tener la habilidad de la fruta del diablo de One Piece Ope-ope sin tener que consumirla o sus efectos secundarios y... —la mujer miró a su alrededor buscando algo en su miserable vida que diera una idea absurda para que el hombre frente a ella por fin se entere que está siendo un estúpido con su broma—. Reencarnar en el mundo de One Piece como la vecina cinco años mayor de Trafalgar D. Water Law con todos los poderes mencionados antes con mis recuerdos intactos.

—Tu deseo será concedido.

—¡¿Qué demonios te pas...?! Ah... —la sangre escurrió de su estómago perforado y mancho la madera de su casa vacía...

Agatodemon miró sus manos manchadas de sangre sintiéndose extraño, normalmente nunca le molestaría matar a un humano o cumplir sus deseos, entonces, ¿Por qué se sentía tan frio? ¿Por qué la mirada traicionada de la miserable humana frente a él le dolió tanto? No entendía sus sentimientos, no sabía que tenía sentimientos.

—Te doy mi bendición, tendrás una vida llena de gente que te amará, pero antes de eso tendrás que pasar pruebas difíciles y grandes pérdidas, una vez que las cumplas sobreviviendo, tendrás una vida llena de dicha —murmuró el hombre al aire—. Al principio serás miserable y luego feliz, solo tú decidieras que hacer con tu vida y como vivirla, ese es mi deseo. Serás poderosa como nadie y para eso tendrás que esforzarte más que nadie.

Suavemente, el hombre acarició la mejilla pálida y fría de la mujer muerta y besó su frente con suavidad, sin saber porque hacía eso.

En la piel que fue tocada suavemente por los labios del hombre pálido, emergió un extraño símbolo antes de que desapareciera nuevamente en su frente.