Capítulo 3
Vida de mierda

Menuda mierda, quizás lo único bueno fue que salió del trabajo temprano.

Déjame corregir, ex trabajo.

Su cerdo como jefe contrató a una rubia voluptuosa de voz chillona y tonta para reemplazarla por su trabajo (no es que fuera discriminatoria con las rubias, ni esterotipeada, sino que la mujer vio que a su jefe le gustaba las rubias y se tiñó el cabello para meterse en sus pantalones), ¡Así que fue despedida oficialmente! Al no haber un despido justificado le dieron más dinero para que no fuera a la corte para demandarlo, por sus años hábiles en trabajo le dieron una jugosa parte del pastel de su sueldo y ahora se iba temprano.

Sibila se preguntaba en cuanto tiempo se demoraría en ir a la quiebra la empresa del cerdo idiota y la cazafortunas que se burló de ella, ¡Esperaba que a esa zorra se le cayeran las tetas plásticas y sufriera en el peor de los siete infiernos! ¡Que tenga una muerte horrible por favor!

Para quitar sus frustraciones, ella se dio un lujo y se metió a una pastelería para comer algo dulce y rico, ¡Un pastel o dos! ¡Quizás cinco! Estaba hambrienta, lo dulce podía ser tan adictivo.

Esperando tranquilamente su turno, la mujer observó todo el lugar y luego se encontró con una joven de expresión nerviosa que la miraba paranoicamente, quizás por su cara de mierda pareciera que la iba a asaltar o algo así, pero sin importarle ni una mierda lo que pensara esa jovencita simplemente pidió los pasteles que le parecieron más bonitos y ricos junto con algunas cosas para llevar.

Duh, su estrés no se iba a ir tan fácilmente, seguro que tendría alguna crisis de ansiedad o un bajón cuando llegara a su casa, ¡Ahora podría ver anime! ¡Podría ser como en los viejos tiempos! Oh libertad, dulce libertad.

Con los pasteles servidos, la azabache empezó a apuñalarlos y empezó a comer mientras hacía un pequeño puchero, ¡Su puto jefe se iría a comer mierda! No sabía si regodearse por eso o enojarse porque todo su esfuerzo será en vano por ese hombre que le dejaba todo su papeleo y creía que ella era una tonta inconsciente sin darse cuenta de lo que hacía, duh, ella lo sabe porque es ridículamente observadora.

Mirando el número de su pantalla, contestó aun con el ultimo trozo de pastel de su quinto trozo y luego dejó el tenedor en el lugar mientras su vista se nublaba. Sus padres habían muerto, su madre primero y su padre, la enfermedad la consumió a ella y él sin poder aguantar una vida sin ella se rindió y murió, ¡Esas perras privadas hicieron mal su trabajo! ¡Que cabronas! Revisaría las cámaras de seguridad y si ellas fueron holgazanas las demandaría, primero tendría que llamar a los bastardos de sus hermanos y luego organizar el funeral, dar aviso a los amigos de sus padres, los hermanos menores de estos y familiares para finalmente enterrarlos.

Ah, que caro es un pedazo de tierra digno para sus padres.

No importa, ellos merecían lo mejor y si querían estar en una maldita montaña tomados de la mano enterrados juntos en un prado de flores ella lo haría, ¡Después de todo le dieron la vida! ¡No puede ser tan mal agradecida! ¡Se negaba a ser una persona como sus hermanos! ¡Se negaba a ser tan cruel y poco filial!

Al día siguiente ya tenía organizada la misa, todos estaban avisados, había enviado a sus padres a un maquillador de cadáveres para que se vieran lindos, les puso la ropa que ellos amaban ya que esos dos idiotas enamorados tenían varios pares de ropa en conjunto.

Miró a las personas llorando a su alrededor mientras ella permanecía impasible con una cara de mierda y ojeras gigantes, tal vez sea el shock por la muerte tan repentina y todo eso, pero no sentía nada, como si todo a su alrededor estuviera vacío, incluso cuando miró como sus dos hermanos mayores llegaron con sus respectivas familias no pudo llorar cuando esos bastardos si.

Todos se sentían tan mal. Se sentía incomoda en ese ambiente tan lúgubre.

La misa pasó lenta, luego fue el velorio y finalmente el entierro. Después se fue a su casa como siempre, se tiró a la cama y durmió sin ningún problema, sus días siguieron pasando como si nada, a excepción de la demanda que pudo a las malditas enfermeras privadas que contrató y holgazanear en horas de trabajo, esas perras debieron estarse acostando con otras personas o algo así.

Meses después, seguía desempleada, con una demanda ganada, mucho dinero solo para ella y totalmente solitaria como siempre ha sido su vida, ¡Solo que esta vez había pagado clases para defensa personal, artes marciales y todo lo que fuera físico! Al principio quedó totalmente adolorida, pero luego lo disfrutó y vio como los efectos de su depresión empezaron a ir desapareciendo lentamente por toda la dopamina que se metía a la vena con sus mierdas extremas.

Oh si, también compró cinco departamentos en lugares estratégicos y luego los puso a la renta para no tener que preocuparse nunca más del dinero, incluso si aún no se gastaba el dinero de sus ahorros, la demanda y la herencia de sus padres.

Hablando de la herencia de sus padres, ella estaba viviendo en la casa de ellos y sus hermanos le cedieron los derechos de sus propias herencias siendo justos ya que abandonaron a su madre durante más de veinte años, no tenían cara como para cobrar tal herencia, aunque tomaron algunas cosas de la casa que les parecieron interesantes o bonitas, pero más allá de eso, nada.

Un año después, había reaccionado a la muerte de sus padres y tuvo que ir a terapias para depresión, lo que terminó en ella yendo de un psicólogo a un psiquiatra para tomar pastillas de la depresión que la dejaban totalmente atontada, no le gustaba la sensación, pero sin duda era mucho mejor que estarse automutilando por no poder controlar las malditas voces que corrían salvajemente por su cabeza.

Oh... ¿Estaba viendo cosas o esa persona parada en su lada era real?

Verificó su celular, luego sus bolcillos y sí, se tomó las pastillas para su depresión.

Sí, quizás sea un producto de su imaginación para alejar su maldita soledad.

Y afrontar que es una perra depresiva y por eso todos se alejan de ella, no porque tenga depresión, sino porque es una perra desinteresada que le importas diez kilos de verga.

Oh... aceptar su verdad no se siente triste, ni doloroso, ¡Magia! O, mejor dicho, ¡Antidepresivos!