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Sobreexplotación laboral

Capítulo 1
Una existencia miserable

Un día de mierda.

Solo así podía describir su día Sibila, caminando de regreso a su hogar mientras fumaba un cigarrillo barato de la esquina vio todo a su alrededor con una expresión come mierda, ¿Cómo su jefe podía dejarle tanto trabajo? La estaba sobreexplotando con plazos ridículamente cortos, las ojeras se amontonaban en sus ojos, leves arrugas aparecían en su joven rostro mientras que su piel empalidecida por el sobreesfuerzo, el desvelo y la falta de sol.

No solo la apilaba de torres y torres de papeleo, sino que también la regañaba y le echaba la culpa por sus malditas incompetencias al no tener dos dedos de frente, era simplemente estresante, pero aún tenía que seguir dos años antes de poder presentar la renuncia e irse mientras jode a ese cerdo asqueroso y lo manda a volar.

Con estrés, la mujer barrió sus cortos cabellos azabaches y miró con fastidio la puerta de su apartamento barato, pero bonito y abrió la puerta, limpiándose los pies en el tapete a la vez que mandaba a volar su corbata junto con su camisa y los zapatos, quedándose solo en pantalones, calcetines y su brasier. Un gruñido escapó de su garganta mirando su refrigerador casi vacío y tomó los restos de una bebida energética que tenía y se lanzó a su sofá mientras llevaba sus brazos a su rostro mirando el techo.

Cuanto desearía volver a su juventud, ahora con sus treinta y cinco años estaba completamente hecha polvo con un jefe abusivo, unos padres ancianos y unos hermanos de mierda que nunca la contactan o respondes sus mensajes de felicidades por fiestas, malditos bastardos.

Sus oscuros ojos se fijaron en el único poster que adornaba la sala de estar, ¿Hace cuánto lo compró? ¿cinco años? ¿Diez? No lo recordaba, lo único que le quedaba era un poster y una endeble figurita pues tuvo que vender todo lo demás para conseguir un poco de dinero extra, una vida de mierda y medidas de mierda, ¿Qué esperaban? La vida adulta no es rosas y un sendero pavimentado.

Un viejo poster de edición limitada y una vieja figurita de edición limitada eran lo único que le recordaban sus años en que pudo ver anime sin dormirse a mitad del capítulo, sentada en el sofá como sus padres y dejando que el control se deslizara por sus flojos dedos que ya no podían soportar el peso del control. Anhelaba más que nada días de descanso, pero dinero es dinero y ella no se ha tomado ni una sola vacación en diez años mientras trabaja como esclava para seguir ahorrando, ¿Cuál es su objetivo? Ahorrar lo suficiente para vivir una vida vaga por el resto de su vida, trabajando si es que quería y haciendo lo que le viniera de sus malditos ovarios, que se joda el mundo.

Distraída, miró su departamento con sus ojos cansados. Paredes blancas, piso de madera, un sofá, una mesa para té, el televisor pegado a la pared, una puerta que conecta a su diminuta cocina en donde tiene una pequeña encimera tipo bar en donde come, luego su habitación que consistía en un mueble donde guarda toda su ropa, una cama, y una mesita de noche.

Y luego viene su baño con insípidas paredes blancas, loza blanca y es solo una ducha, demonios, ¿Quién tiene tanto lujo para comprarse una tina? Gasta demasiada agua, mejor una ducha corta y precisa que ahora dinero efectivamente.

Ella cerró sus ojos y se quedó dormida sin darse cuenta en el sofá, para luego al día siguiente despertar completamente adolorida y cansada, ¡Menos mal que era sábado! No resistiría ir al trabajo en esas condiciones. Perezosamente, se hizo un desayuno liviano, luego se lavó los dientes y se acostó en su cama para dormir, lo único que haría esos dos días sería dormir, dormir, hacer las compras y dormir, luego el lunes volvería a su rutina de levantarse, ducharse, vestirse, comer, se explotada en el trabajo, volver agotada, comer, lavarse los dientes y dormir.

Como odiaba su vida, era tan cara y desagradable, tal vez mejoraría si dejara de ser tan tacaña con respecto a todo, pero prefería privarse de todo gustillo ahora y luego gastar su dinero el cual tiene en una cuenta secreta que nadie conoce excepto ella, sí, era demasiado precavida y no dejaría que nadie supiera de sus ahorros, ni sus padres, ni hermanos, ni nadie.

Solo ella.

Comiendo y durmiendo su fin de semana desapareció y volvió a su trabajo, siendo la primera en llegar y la última en irse, esto se repitió al siguiente día y al siguiente y al siguiente y así hasta que el día viernes llegó, volvió a su rutina de día viernes y repitió su fin de semana, solo que algo cambió y eso fue que tuvo que ir a pagar las cuentas, solo para volver a su hogar a dormir agotada pensando en lo molestas que son las personas.

Quizás si tuviera un amigo dejaría de ver todo tan oscuro, pero fue una lástima que no fuera así.

Amigos de infancia, amigos de universidad, compañeros de trabajo, todos se fueron volando lejos de ella y no se han tomado ni una sola molestia de contactarla, dejándola en su repetitiva rutina que la estaba matando lentamente y succionando su alma como si hubiera algo sobrenatural apoderándose de su vida.

Pero eso solo son cuentos de niños, la magia no existe y eso lo aprendes a golpes con la vida.

No existe un "y su hubiera" nunca debes decir un "pero" o alguna cosa que te de esperanzas que serán rotas una y otra vez, pisoteadas en esta monocromática sociedad pintada de negro y gris, era tan sofocante esa vida.

Casi, casi quisiera terminar con todo de una sola vez, otras veces simplemente quisiera ser un pájaro y volar alto y sin ninguna preocupación, otras veces quisiera ser una nube y mirar a las insignificantes criaturas que la miraban desde tierra y a veces simplemente quería evaporarse como el humo de su amargo cigarrillo.

Si solo... no, nada. El "sí solo" no existe en esta vida, no te sirve de nada pensar en cosas tan estúpidas como esa, deja de soñar y concéntrate en la realidad.

Asies, soy yo con una nueva historia 😎👊 esta va a tener capítulos más largos y contendrá temas delicados jdajjsja uwu