Secretos
Llevaba alrededor de unos veinte minutos sentado en la sala del departamento de su hermano frente a este. El mayor se encontraba hablando sin parar, como de costumbre, y Jiang Cheng solo se limitó a cruzarse de brazos mientras lo observaba con una mirada de fastidio.
—Wei Wuxian, dime de una maldita vez la verdadera razón por la que me llamaste.—Exigió mientras se masajeaba el entrecejo, como si eso fuera a apaciguar su estrés. Había logrado hacer algo de tiempo entre su trabajo para que su tonto hermano lo entretuviera de esa manera.
Wei Wuxian se calló y frunció los labios, mirando hacia varias partes de la habitación y jugando con sus dedos, como aguantando las ansias de la noticia que daría. Alzó su mano y en su anular, Jiang Cheng pudo divisar la joya plateada con detalles de diamantes en él.
—Jiang Cheng, ¡me voy a casar!
Si la exclamación del mayor no era suficiente para que entendiera, entonces el rostro eufórico lo diría todo. Pero Jiang Cheng estaba estupefacto.
—¿Casarte? ¿Quién es la desafortunada?
Wei Wuxian se atragantó con su propia saliva. Tenía un par de meses que no veía a Jiang Cheng como se debía, así que realmente no conocía su relación y quien era la persona involucrada. Rió algo nervioso y carraspeó un poco antes de hablar.
—Es... Lan Zhan.
Y ahí Jiang Cheng perdió toda su cordura.
—¿¡Lan Wangji!?—Exclamó con todas sus fuerzas levantándose de su asiento, Wei Wuxian diría que hasta una tormenta de aire le pegó en la cara.—Creí que odiabas al tipo.
—Je, bueno, cosas pasan. Descubrí después que era amor. Ya sabes lo que dicen: "del odio al amor, hay solo un paso".—Declaró haciéndose el inocente.
Jiang Cheng puso los ojos en blanco, perdiendo la fe en su hermano.—Ni siquiera sabía que salías con él, ¡es el hermano de mi jefe!
—Jiang Cheng, al corazón no puedes mandarlo. Él hace cosas sin tu permiso.—Dijo seriamente.—Me enamoré de Lan Zhan y él de mí, ahora estamos felizmente comprometidos, ¿cuál es el problema?
El menor se cruzó de brazos, —de nuevo—y se desplomó en su asiento de la sala. Miró a Wei Wuxian que yacía callado después de su declaración. Realmente no podía impedirle nada, si las cosas se habían dado así... no le quedaba más que aceptar.
Soltó un largo suspiro que llamó la atención del mayor que le miró con los ojos esperanzados.—Está bien. Qué remedio.
Wei Wuxian sabía que con eso ya tenía ganado a su hermano, ahora solo faltaba otro detalle.—¡Genial! Me alegra que aceptaras porque tengo otro favor que pedirte...—Mencionó haciendo que Jiang Cheng alzara una ceja entre curioso y asustado.—Quiero que seas mi padrino.
—¿Qué?—El menor ni siquiera tenía energía para replicar.—Tú lo único que quieres es que te costee la boda.
Wei Wuxian se carcajeó.—Bueno, en parte.—Jiang Cheng frunció el ceño.—No tienes por qué ponerte así. Lan Zhan también se lo pedirá a su hermano.
Jiang Cheng se tensó ante aquello, cambiando un poco el tono de su voz.—¿Lan Xichen?—Su hermano asintió. Estaba un tanto contrariado con eso pues, veía casi siempre a al mayor de los Lan en su trabajo, pero verlo fuera por asuntos personales, era otra cosa. Jiang Cheng se sentía atraído por el hombre y no era algo que se negaba así mismo, pero absolutamente nadie sabía aquello y tampoco debían saberlo.
El pasar más tiempo con el mayor, no era algo de lo que se quejara, pero debía ser cuidadoso con lo que demostrara.
—Está bien, de acuerdo.—Accedió el menor resignado, pero ocultando realmente la felicidad que sentía por pasar más tiempo con Lan Xichen. Wei Wuxian se abalanzó eufórico al chico con la aceptación, Jiang Cheng empezó a empujarlo para alejarlo de sí mismo sin mucho éxito, pero no podía evitarlo, él igual realmente estaba entusiasmado con la idea.
~*~
—Hermano.
La voz calmada y grave de Lan Wangji atravesó el silencio de la oficina. Un sitio digno de la familia, con arquitectura minimalista, sin detalles más que lo necesario. Los Lan eran una familia que admiraba la pulcritud y también la naturaleza por igual, por lo que dentro solo habían algunos cuadros y pequeñas plantas que adornaban el librero de madera y el escritorio de cristal. Lan Xichen que estaba sentado en su escritorio levantó la vista de los papeles que tenía en la mano y miró a su hermano menor, que si bien por fuera no expresaba nada, Xichen entendía hasta el aura de su hermano.
—Wangji, luces feliz, ¿sucedió algo bueno?
—Mn.—Asintió el chico, Lan Xichen sonrió.
—¿Es por el joven Wei?—De nueva cuenta, el menor asintió. A diferencia de los Jiang, Lan Xichen conocía cada uno de los movimientos y pensamientos de su hermano, han sido cercanos desde que el menor había nacido y los secretos realmente no existían entre ellos. O al menos eso es lo que pensaba Xichen.
—Hermano, me voy a casar con Wei Ying.
El mayor dejó caer sus papeles que tenía en la mano y crispó su sonrisa. Aquello realmente no se lo esperaba del todo, es decir, lo veía venir en un futuro pero no uno tan cercano.
—¿Casarte? ¿Le pediste matrimonio?—Inquirió algo consternado. Wangji asintió, sin expresión en su rostro.—¿No es demasiado pronto?
Sin embargo Wangji permaneció callado, no esperaba esa respuesta de su hermano. Xichen lo miró y entendió qué tal vez estaba siendo algo frío con la decisión, al fin y al cabo lo que importaba es que su hermano fuera feliz.
—Ah... Olvídalo. Está bien, solo me tomó de sorpresa.—Lan Wangji levantó la vista y su hermano pudo percibir un brillo de esperanza en ello.—Felicidades Wangji.—Sonrió con honestidad.
—Gracias.—Contestó el menor con educación. Pasaron unos segundos y no dijo nada más, pero tampoco se fue. Xichen le miró curioso.
—¿Hay algo más que quieras decirme?—Preguntó el mayor con delicadeza.
—Quiero que seas mi padrino.—Xichen se congeló de nuevo en su lugar.
—¿Tu padrino? Ah...—No sabía cómo contestar a eso.—Sería un honor Wangji...pero yo...
Justo cuando iba a declinar, Lan Wangji lo interrumpió.
—Jiang Wanyin será el padrino de Wei Ying.
Ante aquello Xichen se calló y miró a Wangji con los ojos iluminados.
—Yo... no me podría negar a ser tu padrino.
Y aunque su hermano menor nunca expresaba nada realmente, en ese momento esbozó una pequeña sonrisa.
~*~
Lan Xichen no se quería hacer esperanzas, si bien, el trabajo de padrino implicaba que pasara más tiempo con Jiang Cheng, debía ser consciente de lo que sucedía entre ellos. En primer lugar eran jefe y empleado, en segundo eran hermanos de los novios y tercero, apenas y cruzaban palabras con temas que no tuvieran que ver con el trabajo.
Xichen no sabía si estaba enamorado de Jiang Cheng, era una especie de atracción demasiado fuerte para su gusto, tal vez llegar al punto de la obsesión. Pensaba en él, hablaba de él con su hermano, escribía de él en sus redes sociales privadas como un adolescente. Pero por supuesto nunca lo demostró frente a nadie.
Y muy, muy dentro suyo, también imaginaba noches donde el menor lo tomaría y lo obligaría a hacer cosas con él. Deseaba ser gritado y regañado por algún error que pudiera cometer, amaba ver el fuerte carácter del menor con los demás empleados cuando hacían algo mal. Sin embargo Lan Xichen era su jefe y el ser casi perfecto ante todos que no se permitía cometer errores y por lo mismo, Jiang Cheng nunca le gritaría.
Lan Xichen solo debía controlarse como siempre, nada podría salir mal de estar a solas con el menor... o al menos eso era lo que pensaba.
Después de unos días que anunciaron su compromiso, por petición de los novios, ambos padrinos habían ido a ver el hotel donde sería la boda y posteriormente pasarían la noche algunos de los invitados.
Todo iba de maravilla hasta entonces, los habían recibido con bebidas preparadas como si hubieran llegado a un hotel en Hawaii, les mostraron los diferentes lugares del salón para la boda y el banquete, faltaba ver algunas decoraciones y otros detalles de lo que incluía la estancia en el hotel.
Jiang Cheng y Lan Xichen estaban hablando con una de las chicas encargadas del evento, el menor estaba demasiado concentrado verificando que todo estuviera en orden que nunca se dio cuenta cuando el mayor dejó de prestar atención a lo que sucedía a su alrededor y solo se limitaba a sonreír como un idiota.
Jiang Cheng frunció el ceño después de la tercera vez que llamó al mayor pero este no le prestó atención por mirar otros sitios del hotel como si fuera un niño curioso. El menor lo miró con confusión y empezó a sentirse avergonzado por lo que estaba haciendo Lan Xichen.
—¡Lan Xichen! ¿Qué demonios te sucede?—Preguntó ignorando la presencia de la señorita que se mantuvo callada ante eso, pasando a segundo plano.
El mencionado regresó la mirada, aún sonriendo y se dirigió a Jiang Cheng con euforia.
—¡A-Cheng! ¡Mira esa estatua! ¿¡No te parece increíble!?—Señaló el mayor una obra a medio hacer sobre una figura histórica, acercándose demasiado al menor para su gusto.
—¿Qué demonios dices?—Pero cuando Jiang Cheng inspiró, pudo sentir el leve olor del alcohol proveniente del mayor.—¿¡Estás ebrio!?—Exclamó realmente sorprendido, no entendía en qué momento había ocurrido eso, en todo el rato que estuvieron ahí permaneció con él, no había manera...
Pero entonces Jiang Cheng recordó, las bebidas de bienvenida. "Tenían muy poco alcohol, ¿acaso no solo le dio un par de sorbos? ¿Realmente se pone así estando ebrio?" Pensó.
Jiang Cheng no tuvo más tiempo para reflexionar. Lan Xichen se le había abalanzado, rodeándolo con sus brazos encima de los hombros y aún sonriendo torpemente. La chica que esperaba que terminara el espectáculo, habló tratando aún de traer el tema del hotel a colación.
—Si gustan... también está incluido los masajes tailandeses, pueden probar ahora mismo, tenemos un paquete para parejas que se estará ofreciendo ese día y...
Jiang Cheng interrumpió, estupefacto.—¿Pareja? O no, no, nosotros no–
—¡Sí, sí! ¡Nos encantaría probarlo!—Lan Xichen exclamó, ante todo pronóstico. El menor le miró aterrado, aún tratando de quitárselo de encima. Estaba desesperado y avergonzado al máximo por toda la escena que se estaba armando.
—Bueno, entonces...—La chica comenzó pero Jiang Cheng la detuvo y le suplicó con la mirada.
—¿Podrías... dejarnos ver una de las habitaciones? Este sujeto no se encuentra bien ahora mismo, creo que es mejor que me lo lleve.
La chica se sonrojó al pensar en otras posibilidades y sacó una tarjeta, siendo la llave de las habitaciones.—Hay una disponible ahora en el piso 5, habitación 5214. Pueden utilizarla cuanto quieran.—La chica hizo una reverencia y se alejó rápidamente sin dejarle dar más explicación a Jiang Cheng.
—¿Y mi masaje?—Dijo Lan Xichen casi haciendo un puchero que Jiang Cheng decidió ignorar para su propio bien. Como pudo, deshizo el agarre dejando solo uno de los brazos del mayor sobre sus hombros solo como apoyo temporal. No contestó a su pregunta, solo lo arrastró hacia al ascensor y lo dirigió a la habitación.
Después de un par de minutos finalmente estaban dentro. Lan Xichen se soltó de Jiang Cheng para mirar la habitación: era amplia y acogedora con un corto pasillo que conducía al centro con la cama matrimonial, también tenía una televisión sobre un mueble que también eran los cajones. En la esquina había un pequeño escritorio con una silla y del otro extremo había un sillón reclinable. El mayor empezó a hacer soniditos de emoción al ver lo bonita que le parecía por dentro al igual que la vista que le ofrecía la amplia ventana que conducía al balcón.
—¿Cómo te pones así con beber un poco de alcohol?—Musitó el menor una vez que pasaron el pasillo, pero fue escuchado por Xichen, quien, como todos los Lan, poseía baja tolerancia al alcohol.
Lan Xichen seguía sonriendo, pero la expresión que surcaba su rostro en ese momento parecía ser más de travesura y Jiang Cheng no sabía cómo sentirse con aquello.
—A-Cheng.—Dijo, y de nuevo la expresión le causó un escalofrío al mencionado, ya que nunca había sido llamado así por el mayor. Y menos de la manera tan... necesitada, como sonaba saliendo de los labios de Xichen. Jiang Cheng incluso podía sentir que había un tono lascivo en ello.
—No me llames así.—Exigió el menor, muy confundido. La mirada de Xichen había cambiado de pronto y no parecía para nada ser ese inocente ser que bailaba por los alrededores curioso de todo. ¿Acaso el cambio de clima le había afectado? ¿Era el calor? Sí, por supuesto eso debía ser.
—A-Cheng.—Insistió.—¿Por qué me trajiste a un cuarto?—Preguntó totalmente fuera de sus sentidos, de pronto abrió un poco más sus ojos como percatándose de algo.—¿Tú también querías hacer cosas sucias?
Jiang Cheng quedó mucho más confundido. ¿Cómo que "también"?
Sin embargo Lan Xichen no le dio tiempo de pensar nada. Todo ocurrió demasiado rápido. El mayor se acercó peligrosamente, Jiang Cheng pensó que lo abrazaría de nuevo pero el contacto nunca llegó por encima de sus hombros.
Por el contrario, Xichen se tiró al suelo de rodillas y se arrastró hasta abrazar la cintura del menor, acurrucando su cabeza cerca de una peligrosa zona que si Jiang Cheng no tenía el suficiente autocontrol, podía explotar en cualquier momento. El problema ahí era, que la situación era demasiado extraña para que pudiera disfrutarla y todo eso en realidad le estaba dando mala espina.
—¡Lan Xichen! ¡Aléjate!—Exclamó entre furioso, consternado y avergonzado, moviendo su cadera y forzando sus brazos a empujar a los ajenos.
Pero tal parecía que Xichen se había pegado como un koala a un tronco porque no podía separarlo y todavía peor, el rostro del mayor reflejaba una especie de felicidad.
—¡Bastardo! ¿¡Lo estás disfrutando!?—Ah, Jiang Cheng no tenía idea de lo que estaba haciendo al empujarlo con todas sus fuerzas sin tener algún resultado.
Lan Xichen sonrió torpemente pero aún así exclamó:—¡Sí! ¡Regáñame todo lo que quieras! ¡He esperado tanto por esto!—Los gritos dejaron pasmado a Jiang Cheng que no sabía cómo reaccionar ante toda esa declaración. Era una faceta totalmente nueva e inesperada del mayor.
—¿Qué mierda...? ¿¡En qué concepto me tienes!?
—Siempre le gritas a los demás pero nunca me gritas a mí ¡yo también quiero!
—¿Qué estás...?
—A-Cheng. Te estoy diciendo que puedes hacer lo que quieras conmigo.
Sin palabras, Jiang Cheng no podía más con lo que estaba pasando, tanto que no podía reaccionar con cada confesión que lanzaba el mayor. Lan Xichen levantó su rostro con los ojos ligeramente entrecerrados y continuó sonriendo. La escena le parecía realmente increíble al menor cuando su mirada se encontró con la ajena.
Lan Xichen entonces dijo:—A-Cheng... azótame.
El rostro de Jiang Cheng cambió a todos los colores y finalmente predominó el rojo, no sabía si de la furia o la vergüenza pero no pudo reaccionar por un par de minutos. Lan Xichen se separó ligeramente, aún de rodillas y levantó las manos, juntando sus muñecas.
—¿O prefieres atarme primero?... Ah... ¿y si mejor son ambos?
Jiang Cheng quiso ignorar esa mirada de deseo que le dedicaba el mayor. Y aunque algo muy dentro de él se revolvió, lo único que tenía presente en mente era una sola palabra.
Pervertido.
Lan Xichen era un pervertido.
Mientras el mayor aún permanecía esperando una respuesta, Jiang Cheng actuó.
Lo golpeó. Realmente lo había golpeado.
Le propinó una cachetada que lo había hecho perder el equilibrio y alejarse de su posición. Había caído de espaldas y se había golpeado la cabeza con la orilla inferior de la cama. Jiang Cheng se preocupó, pensando que realmente había matado al hombre pero la impresión de esa situación lo estaba dejando sin opciones.
Lan Xichen empezó a reír satisfecho y Jiang Cheng hizo una mueca de desagrado al ver su rostro, pero poco a poco la risa se fue apagando hasta que Lan Xichen quedó inconsciente.
~*~
Después de un par de horas, Lan Xichen despertó sin saber en donde estaba. Su mirada recorrió el lugar dándose cuenta que era una habitación ajena a la suya y que aún parecía ser de día pero el atardecer ya estaba llegando.
Logró divisar la figura de alguien sobre el sillón con los brazos y las piernas cruzadas. Era Jiang Cheng.
No le había dirigido la mirada desde que despertó, aún con el ruido de los movimientos. Parecía estar ignorándolo olímpicamente.
Lan Xichen se incorporó en la cama y se tocó la cabeza. Le dolía pero no sabía si era por la resaca o si se había golpeado.
—¿Jiang...Cheng? ...Ah.—Articuló sin mucha fuerza. El mencionado seguía sin dirigirle la mirada y Xichen sintió la tensión en el ambiente.—¿Jiang Cheng?—Preguntó nuevamente sin éxito.—¿Yo...te hice algo?—Se aventuró a preguntar, temeroso con la respuesta.
Jiang Cheng mantenía su distancia en el sillón, pero bufó ante la pregunta.
—Más bien es lo que querías que yo te hiciera.—Respondió al fin remarcando con énfasis el "yo" y mirándolo con frialdad. Lan Xichen se congeló por la declaración. ¿Acaso se había sobrepasado?
Jiang Cheng parecía reacio a decir algo más y Lan Xichen no sabía con qué refutar. Ni siquiera sabía lo que había hecho o dicho.
—L-Lo siento yo...—Pero antes de poder disculparse Jiang Cheng lo interrumpió.
—No te disculpes si no sabes lo que hiciste.—Lo había atrapado. Xichen suspiró, sintiéndose pésimo por lo que sea que haya hecho que el menor lo tratase de manera tan distante.
—Sea lo que sea... no debes tomarlo en serio.
—No lo sé.—Jiang Cheng dijo con molesta ironía.—Dicen que los niños y los borrachos siempre dicen la verdad.
Lan Xichen enmudeció ante la frase tan típica. Jiang Cheng se acomodó en su lugar y le miró con seriedad. El mayor se sintió acorralado con la mirada, en otra instancia realmente se sentiría excitado con eso, pero en ese momento simplemente tenía la mente en blanco, pensando en qué agujero meterse para no ser juzgado por esos ojos azules que le observaban.
—Lan Xichen.—Empezó el menor, y el aludido tragó saliva.—Dime la verdad, ¿qué es lo que piensas de mí?
Xichen podría comenzar a decir muchas cosas, como que pensaba que era grandioso, que amaba su carácter explosivo y que quería estar involucrado con él en muchos aspectos... Pero no dijo nada, permaneció en silencio sin saber qué responder sin sonar como un desesperado, a ciencia cierta tampoco estaba muy seguro de lo que sentía por Jiang Cheng.
El azabache suspiró, tomó aquel largo silencio como una respuesta y se dispuso a ponerse de pie, pasando delante de un consternado Xichen.
—No sé en qué concepto me tienes, pero está claro que estás equivocado sobre mí.—Jiang Cheng hablaba mientras se dirigía fuera de la habitación, justo antes de salir, concluyó:—Yo también estaba equivocado sobre ti.
Y salió, sin mirar atrás.
Lan Xichen permaneció en la cama unos minutos más, encogió sus piernas hasta abrazarse a sí mismo y escondió su cabeza entre las mismas.
No era necesario saber qué había hecho, esa sola conclusión de Jiang Cheng lo había dejado claro.
~*~
Jiang Cheng llegó a su departamento por la noche, arrojó la chaqueta que tenía encima por donde cayera en alguna parte de la sala pero un quejido llamó su atención. Cuando prendió la luz vio a su sobrino sentado en el sillón con la prenda encima.
—¿Jin Ling? ¿Cómo entraste aquí?
—Dejaste una copia con mamá por si era necesario, ¿recuerdas?
De pronto Jiang Cheng recordó que ese día había quedado de cuidar de su sobrino por la noche. Lanzó un suspiro cansado y se masajeó las sienes. Realmente no estaba de humor para eso.
—Solo... haz lo que quieras pero déjame sólo.
—Hmph. Tampoco es necesario que me vigiles todo el tiempo, ya no soy un niño.
Jiang Cheng realmente no estaba dispuesto a discutir así que solo hizo un ademán con la mano y se encerró en su habitación.
Había sido un día muy caótico y extraño. Estaba confundido sobretodo por lo que había sucedido hace unas horas, pues jamás se imaginó ver al mayor con esa... faceta.
Era como si de pronto todo lo que conociera se derrumbara de golpe, sus expectativas fueron aplastadas en el suelo. Y aún así, por otra parte pensaba que tal vez estaba exagerando las cosas.
Lan Xichen nunca se sobrepasó con él, por el contrario, había sido él quien lo había noqueado, a la fuerza o no; y ni siquiera le dio tiempo para explicarle lo sucedido.
Antes de que pudiera sumergirse más en sus pensamientos, la puerta de su habitación fue abierta abruptamente, y estaba a punto de gritarle a su sobrino que lo dejara pero el chico que estaba en el umbral de la puerta mirándolo fijamente con sus ojos grises no era nadie más que su hermano.
—¡Jiang Cheng! ¿Por qué no avisas que regresaste? Ni Lan Zhan ni yo hemos recibido noticias de ustedes. ¡Estábamos preocupados! Si no fuera por Jin Ling, no me enteraba que estabas de vuelta a tu apartamento.
El menor que en ese momento estaba boca abajo encima de su cama, movió la cabeza y miró a su hermano y vislumbró una figura curiosa detrás de él, el cabello castaño de su sobrino y sus ojos inocentes pero curiosos sobresalían de la espalda del mayor. Jiang Cheng chasqueó la lengua.
—¿Qué pasó con Lan Xichen?—Preguntó Wei Wuxian sin mucho tacto.
Jiang Cheng gruñó mientras se incorporaba y se sentaba en la cama.—No me hables de ese bastardo ahora.
El mayor entendió, algo sorprendido, y le pidió a Jin Ling que se alejara a la sala para tener una plática más privada y después de que el menor aceptó a regañadientes continuó.
—¿Qué sucedió? Te veías muy animado cuando estuviste estos días con él.—Odiaba que su hermano mayor fuera distraído para las cosas personales pero demasiado perceptivo para las ajenas.
—Nada. No pasó nada.
—Nunca lo has llamado "bastardo" así que definitivamente pasó algo.—Wei Wuxian se sentó en la cama, justo al lado de él, que miraba el suelo sin responder.
—Si te lo digo, ¿prometes no reírte?—Declaró al fin. El mayor frunció los labios en una línea recta y se colocó pensativo.
—Hmmm, no lo sé. Depende. No prometo nada.—Jiang Cheng exhaló.
—Lan Xichen... él...—Comenzó a divagar, en sus recuerdos de hace unas horas aún veía con lucidez el rostro necesitado del mayor y cómo se había apegado a su cintura.
Wei Wuxian estaba expectante luego de unos segundos, desesperado continuó sin tapujos:—¿Qué, qué? ¿Se te confesó? No, no creo, si fuera así no estarías de este humor.—Empezó a divagar, de pronto se irritó.—Aaah, ya dime de una vez, ¡no la hagas de espera, Jiang Cheng!
—¡Ya cállate!—Refutó el menor.—Maldita sea, Lan Xichen piensa que... que soy un sádico.
Sin embargo, Wei Wuxian no se inmutó por la declaración y contestó:—¿Y lo nuevo es...?
—¿Qué maldita idea tienen de mí? ¡Sé que tengo un carácter de mierda pero no me refiero a eso!
—¿Entonces?
—Tú sabes... en ese ámbito.—Confesó más calmado. Wei Wuxian entendió pero un brillo travieso cruzó por sus ojos grises en ese momento.
—Jiang Cheng, tienes 32 años, solo di la palabra.—Sonrió burlón.
Jiang Cheng gruñó y en rendición exclamó:—¡Aaah, sexualmente! ¿sí? ¡Así es como ve!
Wei Wuxian en realidad quiso reír pero pronto se dio cuenta que sería un gran error hacerlo, así que calló por su integridad. Jiang Cheng siguió contando lo que había sucedido refunfuñando hasta que sus mejillas se pusieron rojas de la vergüenza.
—¿Acaso eso no es bueno?—Inquirió su hermano sin hacer burla.—Lan Xichen te interesa ¿no?—El menor alzó una ceja, escéptico.—Lo tienes a tus pies ahora, literalmente.
Y entonces Jiang Cheng recordó la escena de hace unas horas, con Lan Xichen a su merced, el rostro excitado y con voz lasciva diciéndole: "A-Cheng... azótame."
El azabache tomó una almohada de su cama y poniéndola en su rostro, dejó salir un grito ahogado de la frustración sin saber qué hacer. Wei Wuxian solo lo miraba desde su lugar reprimiendo una risa.
—No sé por qué lo piensas tanto. A Lan Zhan no le costó tanto demostrármelo.
Jiang Cheng alzó la vista entre asqueado e incrédulo.—¿Entonces es cosa de familia?
—Hmm. No lo sé. A él... supongo que podrías decir que... ¿le gustan los juegos de roles?
—Suficiente, no quiero saber más de tu vida sexual.
El mayor se calló y no emitió palabra por unos segundos. Jiang Cheng entonces habló.
—Wei Wuxian, lo lamento pero... tendrás que hacer que se aleje de mí.
El mayor lo miró sorprendido.—¿Eh? ¿Estás diciéndome que ya no serás mi padrino?—Su rostro dramatizó la pregunta. Jiang Cheng le miró fastidiado.
—No seas tonto, no me refiero a eso.—Aclaró soltando un suspiro y relajándose, sopesando sus ideas.—Necesito tiempo para pensar sobre esto... no es tan sencillo de entender, ¿comprendes?
Wei Wuxian no le veía el problema, pero entendía que para Jiang Cheng todo había sido todo muy repentino, especialmente viniendo de una persona como lo suponía era Lan Xichen.
Entonces su hermano comprendió sin más protesta. Le prometió a Jiang Cheng que hablaría con su novio para que evitase que coincidiera con Lan Xichen fuera del trabajo. Harían sus labores de padrinos pero cada quien por separado.
Durante esas semanas, Jiang Cheng manejó todo de manera estrictamente profesional, no le dirigía la palabra a Lan Xichen para otra cosa que no sea algún asunto laboral. El mayor notó la distancia y prefirió mantenerla para comodidad del azabache.
Los días siguieron pasando y el día de la boda llegó.
La ceremonia principal se efectuó tal y como los novios querían, con los invitados más cercanos a las familias y sin interrupciones.
Cuando fue el intercambio de té, Jiang Cheng de repente se sintió realmente feliz por su hermano, su rostro se veía completamente radiante de ilusión al ser capaz de compartir una vida con la persona que amaba. El menor de manera inconsciente, también empezó a desear algo como eso e inevitablemente su mirada se posó en el otro padrino que parecía mirar la escena con el mismo sentimiento.
Aunque realmente no podía asegurarlo, por un segundo su mirada pareció haber cruzado con la de Lan Xichen desde el otro extremo. El mayor estaba luciendo un traje blanco con una camisa azul y una corbata blanca perfectamente colocada en su lugar. Con el cabello pulcro y peinado hacia atrás. Si alguien entrara al lugar pensaría que él también se estaría casando, pero en esta ocasión, los novios decidieron portar trajes tradicionales, siendo del característico color rojo.
Jiang Cheng desvió su mirada apenas se encontró con la mirada ámbar del mayor.
~*~
Llegó la hora del banquete. La sala de eventos del hotel estaba decorada de telas rojas y azules en el techo, con las columnas decoradas con detalles dorados al igual que las mesas que llenaban el lugar con iluminación tenue de luces violetas.
Parecía que no iba a ser algo grande, pero al final las familias y conocidos se unieron para la fiesta. Los amigos de los Jiang, los de los Lan e incluso los Jin, al ser familia política de su hermana habían asistido.
Jiang Cheng estaba alejado de los invitados, tomando una copa de champagne que quedaba después del brindis, observaba todo sin un real interés, sus amigos y conocidos se la pasaban bailando o bebiendo entre ellos.
Wei Wuxian, quien ya llevaba otras prendas de igual color rojo pero más cómodas como para el banquete, se acercó con cautela pretendiendo asustarlo pero pronto cambió su idea cuando vio el semblante deprimido del menor.
—Vaya, entonces es cierto.—Comentó sacando de su ensoñación al menor que le miró con fastidio notorio en sus ojos azules.
—¿Ahora de qué hablas?
—Que no volviste a dirigirte a mi cuñado en todo este tiempo.—Jiang Cheng bufó.
—Fuera de lo profesional...No. Además él tampoco no me buscó.—El recién casado de sorprendió por el comentario.
—¿En serio? No parece muy propio de él.—Cuando se dio cuenta de algo, empezó a reír casi disimulado, Jiang Cheng lo miró de mala gana.
—¿Qué es tan gracioso?
—A Lan Xichen debes importarle mucho como para que te dé tu espacio.
Jiang Cheng no se inmutó. Pero le hizo recordar las veces que durante sus momentos de trabajo, el mayor parecía querer decir algo pero se limitaba a callarse. El azabache tomó otro sorbo de su copa. Al ver que su hermano no iba a decir nada, Wei Wuxian continuó.
—¿No crees que ya lo has pensado demasiado? Tal vez sea tiempo de hablar con él.
Jiang Cheng refutó:—¿Qué vas a saber de eso?
—¿Huh, no lo sé? Te lo dice un recién casado.—Dijo con sarcasmo y broma el mayor, pasando un brazo por encima de los hombros del chico mientras reía.—No lo pienses más hermanito.
Jiang Cheng dirigió su mirada a donde estaba Lan Xichen, sonriendo forzadamente entre sus amigos que ya estaban borrachos.
Nie Mingjue lo tenía acorralado con el brazo a su alrededor de los hombros mientras su hermano menor y Jin Guangyao intentaban darle una copa de vino entre risas.
—Es ahora o nunca Jiang Cheng, no creo que quieras que se arme un espectáculo con mi cuñado ebrio ¿o sí?—Persuadió Wei Wuxian con una sonrisa traviesa. El azabache se deshizo de su agarre y se fue alejando, decidido a hablar con el mayor después de semanas de ignorar el tema.
De lejos pudo escuchar a su hermano deseándole buena suerte entre exclamaciones mientras se dirigía a su ahora esposo. Jiang Cheng lo ignoró.
Lan Xichen se sentía intimidado por sus amigos en ese momento, una copa estaba apunto de tocar sus labios mientras los demás le decían cosas.
—¡Fondo, fondo!—Decía Nie Huaisang totalmente perdido, incluso olvidando que el hombre era mayor que él. De cerca le siguió su hermano Mingjue con cosas como:—No seas aguafiestas, Xichen. ¡Solo se vive una vez!
—No, de verdad yo...—Antes de que insistiera de nuevo en negarse, una mano cruzó su visión y tomó la copa que estaba a punto de tocar sus labios. Lan Xichen siguió la trayectoria con la mirada, pasó por arriba de los chicos y en una curva y terminó a la altura del pecho de alguien. Cuando el mayor vio bien al dueño de esa mano, se sorprendió al ver a Jiang Cheng mirándolo fijamente.
—No alcohol para los Lan.—Dijo llevándose la copa consigo y provocando quejas en los amigos de Xichen.—Necesito hablar contigo.—Dirigió su completa atención al mayor, que le miró estático por la petición. Jiang Cheng se dio la vuelta y se encaminó a la salida.
Lan Xichen aprovechó la distracción para alejarse de sus amigos y después de disculparse siguió al menor a la puerta. Lo encontró de espaldas en el estacionamiento jugando con el líquido de la copa meciéndolo de lado a lado totalmente distraído.
Xichen pensó que ese momento nunca llegaría, estar a solas de nuevo con Jiang Cheng. Esta vez bajo la luz de la luna que iluminaba el estacionamiento del hotel junto con las luces del mismo. Esa iluminación le daba todavía más aires de elegancia al lugar.
Xichen fue el primero en hablar:—Jiang Cheng.—Llamó la atención del menor que le miró de reojo sin mucha sorpresa.
—Xichen.—Contestó el menor informalmente.—Debemos hablar... sobre ese día.
Lan Xichen lo sabía. Soltó un gran suspiro y desvió la vista a sus zapatos. Aunque nunca logró recordar al cien lo que hizo o dijo, tenía una idea que dependía de las reacciones del de cabello negro.
Los ojos castaños casi color miel del mayor se dirigieron al chico con sumo arrepentimiento. Jiang Cheng no supo cómo interpretar esa mirada.
—Lo siento... creo tener una idea de lo que pasó ese día y yo... lo lamento.
—No suenas muy arrepentido en realidad.
Lan Xichen se quedó callado unos segundos y rió amargamente después.—Sí, tienes razón. No me arrepiento.—Jiang Cheng lo miró con el ceño levemente fruncido.—Pero eso es porque he retenido mucho tiempo lo que siento... y esa fue la única manera de decirlo. Pero no debí estar ebrio y por ello... lo siento.
—Bien, basta de disculpas. Quiero una explicación.—Jiang Cheng exigió.—¿Entonces es cierto? Lo que dijiste sobre mí... ¿es realmente lo que piensas?
Lan Xichen no sabía con seguridad qué era lo que había dicho en ese momento así que prefirió aclarar:—Me gustas, Jiang Cheng.—El mencionado abrió más los ojos, pues no esperaba esa respuesta tan directa.—Realmente me interesas y...quiero...—Xichen no pensó mucho cuando continuó con su declaración:—Quiero involucrarme sexualmente contigo.
El menor casi pierde el equilibrio con lo último. Se sonrojó violentamente, sin haberse esperado que la conversación terminara de esa manera.
—E-Está bien pero no lo digas a los cuatro vientos.
—Lo...—Estaba apunto de disculparse nuevamente así que lo omitió.—Es realmente lo que siento.
Jiang Cheng permaneció en silencio, pensando bien sus palabras. Después de unos segundos se aclaró la garganta, algo incómodo.
—Quiero ser sincero contigo.—El mayor le prestó toda atención, con algo de esperanza en sus rostro.—También me gustas, pero... aquello que sucedió me dejó muy sorprendido. Tenía que pensar bien lo que sentía acerca de ti.
—Supongo que te hice pasar por malos ratos.—Contestó Xichen ante aquello. Jiang Cheng le miró confundido.
—¿Qué?
El mayor de los Lan suspiró.—Todo esto fue mi culpa... culpa de mi negligencia y falta de atención. Creo que a final de todo... no soy lo suficiente bueno para ti.
Jiang Cheng le miró perplejo ante su confesión.—No, en serio, ¿de qué estás hablando?—La copa con la que jugaba terminó asentada en el capirote de uno de los autos o podría terminar en el suelo de la impresión.—¿Te sentías inferior a mí? ¿Tú? ¿El gran Lan Xichen, presidente de una de las mejores y más poderosas compañías del país? ¿La persona más inteligente, trabajadora, amable, de buen corazón y sensible que conozco?
Xichen se abrumó por la cantidad de cumplidos que afirmó Jiang Cheng en cuestión de minutos. Él realmente no se sentía para nada de esa manera, había trabajado muy duro para mantener esa imagen. Lo cierto era que muy pocos realmente lo conocían como era.
Aunque se sentía halagado por aquellas palabras, quiso refutar, pero Jiang Cheng no lo dejó y por el contrario siguió hablando:—En realidad yo no puedo entender cómo podría gustarte. Tengo una actitud de mierda ¿sabes?, puedo ser egoísta y también un cobarde a veces.
—Pero también eres alguien que se esfuerza por conseguir lo que quiere.—Interrumpió Xichen, callando al menor de inmediato.—Eres honesto y no tienes tapujos al decir lo que piensas. Eres un líder nato y siempre he pensado que alguien como tú estaría mejor en un lugar como el mío.
Ah, ahora entendía. Xichen sonrió con amargura.
—Me gustaría que te vieras como yo te veo.
Jiang Cheng parpadeó abrumado por la sensación que crecía en su pecho. Era algo extraño, pensar que alguien lo viera con otros ojos.
—Xichen... yo...—No sabía cómo responder, nunca imaginó que el mayor contestara de esa manera.
—Jiang Cheng.—Xichen llamó, sacando de su letargo al menor.—Quiero... que lo intentemos.
—¿Intentar... una relación?—El azabache preguntó suave y Lan Xichen asintió, aproximándose al chico con parsimonia, extendiendo una de sus manos hasta alcanzar la diestra del contrario. Jiang Cheng se estremeció por un segundo al sentir la fría palma del mayor pero pronto entrelazó su manos correspondiendo el gesto.
—Quiero mostrarte todo de mí.
Lan Xichen aseguró, mostrándose muy determinante, tanto que Jiang Cheng no podría negarse ante sus palabras. El menor ya lo había pensado demasiado, estaba realmente interesado en el mayor, ya no le importaba mucho sus fantasías o ideas que tuviera sobre él... incluso a ese punto, podría hasta encontrarse dispuesto a intentarlo.
Ante todo, Jiang Cheng lo miró directo a los ojos y sonrió de lado, bromeando agregó:—No tendrás un cuarto rojo o algo así que quieras mostrarme ¿cierto?
Lan Xichen abrió más sus ojos con sorpresa, pero riendo respondió:—No, no se trata de eso.—Hablando más serio continuó.—Quiero que vayamos poco a poco. Que nos conozcamos mejor... quiero saber todo de ti y entender la manera en la que me ves. También quiero que sepas cómo te veo a ti. Quiero ser completamente transparente contigo.
Jiang Cheng sonrió, satisfecho con esa explicación. Estaba dispuesto a comprender todo del mayor de la misma manera que él quería ser comprendido.
—De acuerdo, acepto.—Confirmó el menor con una sonrisa. Lan Xichen se sintió aliviado y por impulso le dio un pequeño beso en los labios. Aunque tomó desprevenido a Jiang Cheng, el contacto sólo duró unos segundos y como si aquello no le hubiera llenado, se inclinó hacia el mayor para volver a besarlo, esta vez con más duración y con un suave vaivén sincronizando sus labios.
—No pienso dejar que arruines nuestro primer beso.—Confesó Jiang Cheng después de separarse. Lan Xichen sonrió.
Podían tomarse su tiempo con aquello que empezaban, tenían tiempo para conocerse mejor. Podían ir a su ritmo.
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N/A: Hello. Pues este es mi primer fanfic de este fandom, con la pareja que me trae bien entrete últimamente.
Espero les agrade la historia... ciertamente es primera vez que escribo algo como esto, así que espero tener las cosas bien. He estado investigando harto para la segunda parte *struggles*
Así que no duden en comentar que les parece~
La portada la cambiaré luego apenas tenga la segunda parte completa 👀
Y Feliz Día del Orgullo LGBT+ para todos los que pertenezcan y apoyen a la comunidad uwu
Nos leemos 💜💙
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