Capitulo 1 - La explosión
Esa noche, tan corriente como otras muchas, en el anillo de la lujuria, todos los demonios continuaban con sus rutinas diarias de siempre. Como si no hubiera un mañana. Despreocupados y muy animados como de costumbre.
Pero mientras cada pecador seguía con sus vidas llenas de placeres en medio de ese mundo tan encantador, en un pequeño bar llamado "BITCH PERFECT", se estaba investigando un caso de asesinato. El cual había sucedido no hace demasiado tiempo. Y ninguno de los de fuera llegó a percatarse lo que se cocía dentro de ese local. El cual, en comparación con los grandes edificios que lo rodeaban, no resaltaba ni llamaba la atención. Ya que era bastante mediocre. Por algo pasaba tan desapercibido.
Dentro, todo estaba lleno de imp policías que interrogaban a varios testigos. Entre ellos al dueño del local. El cual era un demonio tiburón bastante gordo y alto.
En una mesa redonda del centro de la sala, rodeada por una cinta amarilla que prohibía acercarse a ella, habían tres cadáveres (dos hombres y una mujer), de aspecto adinerado.
Dos de ellos tenían un tiro en la sien. Al restante, un demonio con apariencia de hiena rayada, lo habían matado con un dardo. El cual lo tenía clavado en el cuello. Y de él fluía una sustancia verde lima.
- ¡Les juro que lo he visto! - iba diciendo el dueño a los dos agentes que lo estaban interrogando. Meneando las manos con nerviosismo - E... ¡Esos tres ricachones iban a lo suyo...! ¡Cuando un demonio raro entró en el bar y los atacó sin piedad y...!
- ¿Puede describirnos a dicha sujeto? - le preguntó uno de ellos muy seriamente. El cual se llamaba Nikki. El más joven de la agencia en la que trabajaba.
- Eh... Pues... - se paró a pensar un momento - Mmmm... Sí... Aunque era bastante extraño... - se pone a hacer dibujos en el aire con las manos para que comprendieran mejor su descripción - Eh... Era delgado... Muy larguirucho... De cuernos alargados como los de un carnero... Su... Su piel era clara... Tenía una cicatriz muy fea en el ojo izquierdo... Llevaba un sombrero como de vaquero... Y su pelo era corto y blanco... - frunce el ceño dudoso - Parecía un imp... - los mira desesperado - ¡Estoy seguro de que era un imp!
El otro agente que iba con Nikki, cuyo nombre era Sam, tomó nota en su libreta de todo cuanto dijo el hombre. Y seguidamente, recolocándose sus gafas negras, le dijo al señor:
- Entendido... Gracias por su colaboración... - esconde la libreta en el bolsillo de su traje - Puede irse... Pero queda como sospechoso de momento...
- Oh... Va... Vale... - hace una torpe reverencia con la cabeza - Gra... Gracias...
El tiburón humanoide, sin dejar de temblar, se aleja de estos a paso ligero. Pero justo antes de que saliera por la puerta del bar, se gira a estos y les hace un corte de manga a sus espaldas.
- Váyase de aquí si no quiere que le rompa el puto dedo... ¿Me ha oído? - gruñó Nikki de repente. Sorprendiendo entonces al señor. Que se quedó congelado tras oírle. Lo había descubierto sin ni siquiera darse la vuelta.
- Mierda... - renegó para sus adentros. Marchando para la calle molesto - Putos polis...
Cuando el dueño se hubo largado, los dos agentes, ahora más tranquilos de que pudieran seguir con su trabajo, fueron a inspeccionar la escena del crimen.
Tras investigarlo durante unos minutos, Nikki, quien fijó su mirada en la hiena humanoide muerta, murmuró:
- No cabe duda de que eran amigos de Valentino... - suspira fríamente - El proxeneta mamón...
- ¿Y cómo sabes tú eso? - le preguntó Sam. El cual estaba echándole un vistazo a uno de los muertos. Concentrado.
Nikki, como respuesta, alarga el brazo y agarra una botella, de vidrio rosa, que había sobre la mesa. Medio volcada. En la que rezaba, en letras mayúsculas negras: "Víbora roja". Y enseñándoselo a su compañero, le dijo:
- Por lo que bebían... - echa una mirada a la botella - Su favorita... Sólo se la regala a sus socios más leales y a su tripulación de putitas... - se vuelve a los cadáveres rápidamente - Pero parece ser que el asesino no tenía como objetivo a los tres exactamente... - señala con su mano libre al demonio con el dardo en la garganta - Sino a este idiota de aquí...
Sam mira al muerto con gesto de duda. Pero luego comprende lo que quería decir. Era el único que había recibido un ataque distinto al de sus acompañantes.
- Es evidente... - murmura Nick. Mientras, con un bolígrafo que se sacó del bolsillo de su pantalón, extraía de la apertura entre el dardo y el cuello de la víctima el fluido verde lima que emanaba - Él quería una muerte lenta...
- ¿"Él"? - dijo Sam. Sorprendido porque el chico hubiera mencionado al asesino en masculino. Sin necesidad de saber su identidad.
- Tenemos su cabello... - le contestó. Entrecerrando los ojos tras sus gafas negras - Y Val un nuevo asesino...
- ¿Quién?
Este, irguiendose nuevamente, se acercó al confuso Sam y le respondió muy seguro de sí mismo:
- El malvado... Y despiadado... - se cruza de hombros. Sonriendo con orgullo - Roman Striker...
- ¿Qué...?
Pero de repente...
¡BRUUUUUUUUUM!
Una potente explosión, proveniente de la calle, los interrumpió de sopetón. Haciendo que tintinearan las botellas de los estantes y que temblaran los cimientos del local.
Por poco estuvieron los dos de perder el equilibrio. Tuvieron que agarrarse a la mesa para evitar caerse.
- Me cago en la leche... - murmuró Sam. Llevándose una mano al pecho.
- Joder... - dijo Nikki. Igual de estupefacto que él. Y sin dudarlo ni un segundo, fue corriendo a la calle. Agarró el walky talky que llevaba consigo y se lo llevó a los labios. Exclamando: - ¡Aquí el agente Nick! ¿¡Qué ha sido eso!?
Sam fue tras él. Intentando aguantar el aliento.
Al poco rato, el sonido de las sirenas de las ambulancias y los camiones de bomberos resonaron por todos lados. Cubriendo los edificios con un manto de luces rojas y azules.
El punto de la catástrofe había sido en un edificio muy importante del anillo de la lujuria. Un club nocturno en el que sólo a los demonios más ricos se les tenía permitida la entrada.
Cuando Nikki y Sam llegaron allí, sólo pudieron ver cómo las anaranjadas llamas devoraban por dentro el edificio medio derruido. Al mismo tiempo que el letrero de luces de neón que daba el nombre al local chisporroteaba hasta apagarse del todo.
Los bomberos no pudieron hacer nada por salvarlo. Pero por suerte, esa noche, estaba cerrado el club. Con lo cual, no tuvieron que lamentar muertes.
Sam, aún sin perder la mirada de la catástrofe, murmuró:
- No puede ser... Ese era...
- El club OZZIE'S... - le interrumpió Nick. Quitándole las palabras de la boca - Increíble... ¿A qué loco se le habrá ocurrido destruir uno de los locales más prestigiosos del infierno?
- A uno conocido como Angel Dust... - dijo una voz de detrás de ellos.
Éstos se volvieron hacia dicha voz.
Loona, una mercenaria muy popular en el barrio de los demonios imp, los miraba con cara de antipática. Como de costumbre. Entre sus dientes agarraba un pequeño cigarrillo que soltaba un humo grisáceo.
- ¿Otra vez tú por aquí, zorra? - le gruñó Sam. Así sin más - Ya te pagamos bien por lo de la última vez... Si buscas otra misión en la que cobrar, piérdete... Ya no te necesitamos...
Sin embargo, esta ignoró completamente la borderia del agente. Y dirigiéndose a Nikki, el cual la saludó en plan simpático con la mano, le dijo con dejadez:
- Tras la explosión... Cerca del edificio OZZIE'S... - alza su mano derecha. En la que agarraba una bolsita de plástico - Encontré una pista que os podría servir de ayuda...
En esa bolsita que les mostró, había dentro un collar plateado en forma de corazón. En el cual ponía: "Angel + Cherri Best friends forever".
- Aparte de eso... - añadió esta. Antes de soltar la prueba en las manos de Nikki - Si mis instintos perrunos no me fallan... - olisquea ligeramente la bolsa - Snif, snif... Huele a carmín y a coca... - asiente sin perder la seriedad - Sí... - se retira el cabello de la cara con un soplido - Esta mierda pertenece a la perra de Angel Dust...
Cuando el joven agente hubo tenido la prueba entre sus manos, observándola detenidamente, dijo con una sonrisa orgullosa:
- Bueno, bueno, bueno... Parece ser que vamos a tener que trincar a una zorrita traviesa... - arquea las cejas - Además de a su amiga Cherri Bomb... - se guarda la prueba en el bolsillo. Luego se vuelve a Loona con gesto de simpatía - Buen trabajo, niña mala...
- ¡Que te follen! ¡Maricón! - le gritó esta de repente. Y acto seguido, se alejó de ambos agentes con gesto de enfado. Haciéndoles cortes de manga con ambas manos mientras se marchaba de allí.
Sam, que no comprendía la causa del cambio de actitud de la mercenaria, pues no supo qué decir al respecto.
- Son cosas de amigos, Sami... - le dijo Nikki. Tras darse cuenta de su cara de incomprensión - Es su forma de darme las gracias...
- Ajá... Ya veo...
Ya Loona hubo desaparecido en la distancia de la oscura calle, los dos agentes se giraron al terrible incendio del club OZZIE'S. Que poco a poco se estaba extinguiendo gracias a la intervención de los bomberos.
Ellos ya habían estado allí antes. Hace ya un año atrás. Cuando trataron de detener a Valentino por su negocio de tráfico de mujeres. Cosa que jamás pudieron hacer. Pero estuvieron durante un tiempo colándose en los burdeles y en los prostíbulos más prestigiosos para intentar cazarlo. Yendo de incógnito para que no los descubrieran.
Entre aquellos sitios en los que se tuvieron que infiltrar, el que más trabajo les costó entrar fue el que ahora mismo acababa de ser destruido. Y de sólo recordar la única noche en la que estuvieron, se les ponía la piel de gallina.
En esa ocasión fue cuando más cerca estuvieron de acorralar a Valentino. Si no hubiera sido por una pequeña "distracción" en particular. Tuvieron que utilizar a Loona como escudo para pasar desapercibidos. De ahí a que luego le tuvieran que pagar por su ayuda.
- Es como si hubiera sido ayer la noche en la que entramos allí... - murmuró Sam. Sin poder apartar la mirada del luminoso incendio.
Pero Nikki no dijo nada. Sólo se dejó llevar por el recuerdo.
Reviviendo de nuevo ese extraño episodio.
En el que lograron entrar de milagro en OZZIE'S junto con Loona.
Y en el que (aunque ésto último sólo lo tenía marcado él en su memoria), conoció a esa encantadora criatura que parecía haber sido esculpida por los mismos ángeles... Un ser cuya forma demoníaca estuvo a punto de volverlo loco... Una distracción perfecta por parte de Valentino...
Por lo que, una vez más, volvió a revivir aquella noche...
Sintiendo cómo el tiempo se detenía a su alrededor...
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PD: para que os hagáis una idea...
Los dos agentes tendrían más o menos este aspecto:
Nikki (sí, se parece al chico de "Your name")
Sam
..pero imaginaroslos con aspecto demoníaco XD
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