Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo I

25 de noviembre.

Un toque en el hombro me sobresalta. Giro mi cabeza y me encuentro con los ojos marrones de Jonah.

—¿En qué piensas? —pregunta él, con voz cansada y ronca.

Jonah había llegado hacía dos días de Israel, tomándome por sorpresa; una muy grata sorpresa. Habían pasado tres meses desde que se había ido y, según él, iría a llegar el día veinte de diciembre, pero llegó un mes antes y con una gran noticia: renunció al servicio militar.

Aún siento los ojos hinchados después de haber llorado de felicidad, tanto por su llegada como por la noticia.

—Nada —respondí. Seguí doblando la ropa que estaba en la cama.

Jonah se posicionó a mi lado, ayudándome a doblar la ropa.

—Cuando te quedas en silencio mientras doblas ropa es que piensas en algo —continuó—. ¿En qué piensas?

Suspiré. Bien que me conocía. Pero debía dejar de lado el tema, sabía muy bien que si comenzaba a hablar de ello no terminaría bien.

—Muchas cosas —dije en un murmullo.

—Omega, no seas testarudo —advierte.

Se hace, entonces, un silencio entre nosotros. Continuamos doblando y acomodando la ropa.

Pienso en todas las prendas rojas que Hailee ha estado usando; se acerca la Navidad y ella está emocionada. También noto que la mayoría de sus blusas son de manga larga. Sonrío; Hailee ha demostrado ser una persona friolenta, pero que ama el frío. Es extraño y contradictorio, si me pongo a pensarlo.

—Se está acercando la Navidad. —Decido hablar—. Debemos apartar un día para ir a comprar los regalos de Hailee.

—Sí —contesta—. Acción de gracias es en tres días, ¿iremos a casa de mis padres o...?

—Me parece bien. —Coloco la última prenda de Hailee en su pila de ropa y la recojo—. No tengo ganas de visitar a mis padres.

—Bien, le avisaré a mamá —dice Jonah. Yo asiento y salgo de nuestra habitación, con dirección a la de Hailee para guardar la ropa.

***

Después de haberle guardado la ropa a Hailee y de haberla puesto a tomar su siesta de la tarde, regreso a la habitación, donde Jonah se está despidiendo de su madre por teléfono.

—Sí, mamá. —Hace una pausa. Está de espaldas a mí, mirando el paisaje nevado que se muestra por la ventana—. Me parece bien. Nos veremos en tres días entonces, adiós.

Cuelga la llamada y se gira. Alza la cabeza y nuestras miradas se encuentran. Jonah se acerca hacia mi dirección en pasos lentos.

—Dice que llevemos el postre. —Se encoge de hombros.

Yo sonrío y me acerco a él. Lo abrazo por la cintura y él pasa sus brazos por mi espalda. Me embriago de su aroma a limón y pino seco.

—¿Qué crees que debería hacer de postre, entonces? —pregunto, colocando mi cabeza en su clavícula mientras cierro los ojos.

—No sé... —dice, pensativo.

Al parecer, deja el tema de lado, pues acerca sus labios hacia mi frente y me deja un beso ahí.

—Piensa en ello después —murmura luego de unos segundos de silencio.

Comienza a bajar sus labios hacia mi mejilla y deja un beso en ella
Suavemente, aparto mi cabeza de su clavícula y busco sus labios.

Nuestros labios se encuentran y nos besamos. Es un beso cariñoso y lento. Me recuerda al primer beso que Jonah y yo nos dimos; la emoción que sentía en ese momento y la sonrisa escondida de Jonah en medio del beso.

Jonah baja más sus brazos, rodeando mi cintura con ellos. Yo paso los míos por su cuello, haciendo que el beso sea más profundo.

Entre pasos entorpecidos, Jonah nos guía a la cama, donde ambos caemos; él con su espalda en ella y yo arriba de él.

Antes de que pueda pasar otra cosa, me separo apenas unos centímetros de él. Lo miro a los ojos; él ya tiene las pupilas dilatadas y sus ojos se han vuelto más oscuros de lo que ya son.

—¿Ahora...? —pregunto apenas sin aire. Jonah asiente, deseperado. Sus feromomas comienzan a esparcirse por toda la habitación, y las mías no se quedan atrás; nuestros olores se mezclan, su olor a limón con mi olor a jazmín y su olor a pino seco con mi olor a menta: las mejores combinaciones—. ¿Estás seguro? Hailee está durmiendo, cariño.

—Su habitación queda a una sala de estar y dos habitaciones lejos de aquí, así que no importa, omega —susurra, y comienza a buscar mis labios para volverme a besar.

Yo me dejo llevar por sus palabras, y me encargo de que nuestros labios se vuelvan a unir con más profundidad que antes.

Mis rodillas están a cada lado de su cadera, sus manos bajan hasta mi trasero y Jonah me da un pequeño apretón ahí. Sonrío en medio del beso y Jonah se separa de mis labios en medio de un sonido húmedo y excitante.

Jonah me deja varios besos en la mejilla, en la comisura derecha de mis labios, en mi barbilla y continúa bajando hasta llegar a mi cuello, específicamente a mi manzana de Adán, donde se encuentra la marca que nos une de por vida. Él la besa y pasa su lengua caliente por ella.

Yo suspiro y me muerdo el labio. Inhalo el aroma de las feromonas de Jonah; todas regadas por la habitación, oliendo fuerte y dominante. Intento contener un gemido cuando siento las manos de Jonah tocando mi trasero por debajo de mis sweatpants. Él sube un poco su rostro y acerca sus labios a mi oreja.

—No hagas ruido, omega —dice—. No quieres despertar a Hailee —susurra. Me muerde suavemente la oreja y siento como mis vellos de la nuca se erizan.

Siento mi trasero y mi ropa interior un poco húmedos. Jonah lo nota y siento su sonrisa pegada a mi oreja.

Aún con nuestra ropa puesta, ambos comenzamos a mover nuestras caderas. Jonah alza su rostro, dejando su cuello completamente al descubierto. Así que aprovecho y poso mis labios en su manzana de Adán, dejando un beso húmedo. Él deja salir un gruñido.

Jonah inclina su rostro y yo subo el mío. Unimos nuevamente nuestros labios en un beso más húmedo, más rápido y más profundo. Es en medio de éste en donde Jonah comienza a bajar mis sweatpants, por lo que me alzo un poco para que se le haga mas fácil lograr su cometido.

Cuando mis sweatpants se encuentran en mis muslos, Jonah me sujeta de la espalda y comienza a girarse para cambiar de posición.

Luego de movernos, yo quedo con mi espalda completamente pegada a la cama y Jonah queda entre medio de mis piernas.

Él endereza su espalda por completo y me mira directo a los ojos. Sus ojos marrones están tan oscuros y sus pupilas están tan dilatadas que no logro reconocer cual es su iris y cual es su pupila.

Él continúa por terminar de bajar mis sweatpants, los cuales se encuentran lo suficientemente húmedos para que logre sentirlos incómodos.

Pero lo que más deseo quitarme de encima es mi ropa interior, la cual está completamente húmeda y de la que ya se ha comenzado a escurrir un poco de mi lubricante natural.

Y así como lo deseaba, después de haberme quitado los sweatpants, Jonah comienza a quitarme el bóxer; el cual está completamente pegajoso, y por lo tanto se dificulta quitármelo de encima. Así que mientras él hacía eso, yo me quité mi camiseta.

Veo de reojo a Jonah, y observo su expresión concentrada, sus ojos negros y sus labios; siendo su labio inferior atrapado por sus dientes.

Cuando termina de quitarme la ropa interior, estando yo completamente expuesto a él, Jonah se inclina, colocando sus manos a cada lado de mi cabeza, y me besa profundo.

Su lengua entra en mi boca y hace un pequeño recorrido por ésta, antes de que nos volvamos a separar, dejando salir un sonido húmedo de nuestras bocas.

Entonces Jonah comienza a bajar su rostro por mi pecho y mi abdomen, rozando su nariz con éste ultimo, hasta llegar a mi miembro erecto, en donde deja un beso húmedo; haciendo que arquee mi espalda y que atrape mi labio inferior con mis dientes, intentando retener el gemido que quiere salir de mi boca.

Aprieto las sábanas con mis manos, y es entonces cuando Jonah agarra mi miembro y comienza a lamer la punta.

Muerdo mi labio inferior aun más fuerte, intentando contener mi gemido, acción con la que casi fallo pues dejé salir un sonido agudo.

Shhh, omega, no hagas ruido —murmura Jonah, con la voz ronca y rasposa.

Intento hacerle caso, pero se me dificulta cuando, sin previo aviso, Jonah toma mi miembro y lo introduce en su boca. Mueve su rostro de arriba a abajo, en movimientos no tan rápidos, mientras hace sonidos obscenos con su boca a propósito.

El placer que sentía logró hacer que mis ojos se comenzaran a cristalizar. Intentaba contener mis gemidos, pero en ocasiones fallaba, dejando salir varios sonidos agudos mientras apretujaba las sábanas.

Mis piernas estaban alrededor de la espalda de Jonah, apresándolo, pero estaban temblando del placer.

Jonah sacó mi miembro de su boca, y le dió una última lamida, haciendo que de mi boca escapara un gemido.

Comencé a respirar más fuerte, inhalando el olor dominante y agresivo de Jonah. Sentía mi lubricante escurrir por mis muslos, haciéndolos pegajosos y muy húmedos.

Cerré los ojos fuertemente, mientras lagrimeaban. Sentí a Jonah agarrar mis muslos, separando mis piernas. Cuando abrí los ojos logré visualizar que estaba completamente expuesto hacia él, mientras éste se quitaba su sudadera y su camiseta.

Cuando se quita su sudadera, quedándose él en solo su bóxer, veo que tiene un gran bulto. Me muerdo el labio y echo mi cabeza hacia atrás. Entonces Jonah se desnuda por completo y logro ver de reojo que su miembro está completamente erecto.

Jonah se inclina, colocando su mano derecha al lado de mi cabeza, mientras que con su mano izquierda agarra su miembro, dirigiéndolo hacia mi entrada.

Me aseguro de abrirme de piernas lo más posible para que se le haga fácil y cómodo entrar. Siento la punta de su miembro tocar mi trasero, por lo que relajo mi pelvis lo más que puedo.

Es entonces donde Jonah comienza a penetrarme. De manera suave, comienza a adentrar su miembro en mi entrada. Me muerdo el labio inferior, intentando no gemir. Jonah continúa entrando, hasta que lo hace por completo; así que coloca sus manos a los lados de mi cabeza en la cama, rodeo su cadera con mis piernas y su cuello con mis brazos.

Jonah comienza un suave vaivén, que continúa durante casi un minuto, hasta que comienza entonces a aumentar el ritmo de sus embestidas poco a poco.

Muerdo más fuertemente mi labio inferior, intentando contener mis gemidos. Bajo mis manos hacia la espalda de Jonah, y clavo mis uñas en ella. Jonah deja salir unos cuantos suspiros, mientras embiste más fuerte.

Abro un poco mis ojos y visualizo a Jonah; por su frente caen finas gotas de sudor, está apretando sus labios, los cuales están rojos e hinchados por haberlos mordido, y sus ojos están igual de cristalizados que los míos.

Me acerco a su rostro y dejo un beso en sus labios. Intento no gemir, pero fallo al dejar salir un gemido agudo; Jonah gruñe ante ésto.

Me concentro en mi respiración, en inhalar el fuerte olor que las feromomas de Jonah esparcen por toda la habitación.

Sentía mi orgasmo a la vuelta de la esquina. Unas embestidas más y acabaría.

Jonah dejaba salir varios gruñidos roncos y bajos. Y en uno de ellos abrió un poco la boca, dejándome saber que también estaba cerca de tener su orgasmo.

Tal y como lo había dicho anteriormente, Jonah me embistió tan profundo, tocando ese punto que tanto me gustaba, que comencé a sentir los tan conocidos espasmos de mi orgasmo por mi espalda, bajando hasta mi vientre.

En un gemido ahogado, el cual fue acallado por Jonah, quien pegó sus labios a los míos, tuve mi orgasmo; dejándome temblando del placer, con varias lágrimas apenas visibles en mis mejillas y mordiendo sin querer el labio inferior de Jonah.

Jonah dejó salir un gruñido largo y muy profundo, tanto por la mordida que le di, como por el hecho de que, debido a mi orgasmo, las paredes de mi interior se estrecharon, apresando su miembro.

Jonah dió unas cuantas embestidas más, mientras yo seguía temblando del placer. Le di, quizás, un par de arañazos en la espalda, intentando contener mis gemidos.

Hasta que Jonah llegó a su orgasmo, temblando de placer, dejando salir un pequeño gemido ronco y rasposo de su garganta, mientras yo sentía su semen caliente en mi interior.

Apreté mis labios, cerré mis ojos y dejé caer mi cabeza en la cama. Respiré hondo, inundando mis fosas nasales con el suave olor a limón de Jonah; por mientras, sentía como él salía de mi interior lentamente.

Estaba completamente exhausto. Sentía mis brazos muy pesados, al igual que mi cabeza. Cerré los ojos por un momento, mientras sentía que Jonah salía de la cama; supuse que para buscar algo para limpiarnos.

Suspiré al abrir los ojos. Miré por la ventana el paisaje nevado. Escuché los pasos de Jonah acercándose hacia la cama.

—¿Estás bien, omega? —preguntó, con la voz ronca.

—Sí, alfa —respondí en voz baja.

Jonah me limpió con unas toallitas húmedas que había traído de nuestro baño privado. Luego de eso, recogí la ropa que estaba tirada en el suelo y fui al baño, la tiré en la cesta de la ropa sucia y encendí la ducha, calibrando ésta para que saliera agua caliente.

Antes de que me metiera en ella, Jonah entró al baño y me abrazó por detrás. Yo correspondí el abrazo, entrelazando mis manos con las de él.

—Te amo, omega —susurró en mi oreja.

—Yo también te amo, alfa —susurré de vuelta.

Con una sonrisa, y con una extraña paz en mi cuerpo, me metí a la ducha; pensando en que, quizás, con lo que tenía ahora bastaba y sobraba.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro